Se cuenta de Diogenes el cínico que en cierta ocasión se paseaba en pleno día por Atenas con un candil encendido diciendo que buscaba a un hombre y que no encontraba a ninguno (hecho que, lógicamente, hay que entender como un insulto a los atenienses). Si Diogenes fuera un filosofo español de este tiempo insustancial que nos toca vivir, al contemplar el bajo nivel político actual, seguramente iría al Congreso, lámpara encendida en mano, y cuando le preguntaran: “¿Qué buscas?” Él contestaría: “Busco a un político”.
Y es que, al contemplar, por ejemplo, el cuarteto de líderes políticos que nos pretenden gobernar, no acabo de creerles capaces de hacer frente a tamaña responsabilidad. Cómo van a saber gobernar si ni siquiera saben formar gobierno. Yo, por más que lo intento, solo puedo ver a un vendedor de dentífrico en la persona de Pedro Sánchez; a un comercial de productos de higiene para bebés en la de Albert Rivera; a un charlatán de feria rifando la muñeca Chochona en la de Pablo Iglesias y a un supuesto tonto en el timo de la estampita en la persona de Mariano Rajoy, pues este último, en complot con los listos necesarios para el engaño y aplaudidos por un público entusiasta, no deja de timarnos, una y otra vez, como a pardillos.
Valladolid
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