(Católicos de la parroquia universitaria de Uruguay).- Señores Cardenales: La Paz del Señor esté con ustedes: Apreciamos vuestra dedicación, empeño, y delicadeza en la misión que les ha encomendado el Santo Padre. Sabemos, que su agenda es frondosa, demanda profundidad, creatividad y rigurosidad en el tratamiento de los diferentes temas, muchos de los cuales, han estado en un cuarto oscuro desde el Concilio Vaticano II.
Deseamos poder contribuir, además de nuestra oración permanente, con una reflexión sobre la inmovilidad de personas en ciertos cargos. Esta hiere la sensibilidad de muchos cristianos, aparta y expulsa a otros; duele a todos. Esta situación de personas, en Dicasterios y otras estructuras de la organización en nuestra Iglesia, tiende a la burocratización afectando seriamente su sinoladidad y funcionalidad. LEER NOTICIA
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