El Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ricardo Ezzati, ha castigado a un académico de la Facultad de Teología sin dar a conocer algún argumento de peso que lo llevara a tomar esta decisión, causando con ello un nuevo golpe a nuestra alicaída Iglesia católica y a su imagen de pastor. Las razones esgrimidas en su carta son infantiles, podría decirse escolares, y no propias de una de las casas de estudios más importantes del continente. Con ello desprestigia la labor docente, va en contra del espíritu que anima a la universidad y ofende gravemente la tarea teológica. Es más, la gravedad de lo ocurrido entorpece el esfuerzo de la Universidad por construirse públicamente, pone a los académicos en una grave posición de adhesión doctrinal, coarta su libertad de enseñanza e impone a los estudiosos de las ciencias teológicas un yugo asfixiante.··· Ver noticia ···
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