La mayoría absoluta del Partido Popular aprueba sin problemas la Ley de Seguridad Ciudadana tras su paso por la Comisión de Interior. Los partidos de izquierdas se comprometen a derogarla en cuanto cambie la correlación de fuerzas parlamentarias.
Un vez el Parlamento apruebe la Ley de Seguridad Ciudadana, España se convertirá automáticamente en el paraíso del derecho de manifestación y no habrá ninguna identificación injustificada por parte de la policía y, por supuesto, ningún abuso policial. La legítima protesta del ciudadano será “aún más” libre ya que no habrá lugar para los “violentos” y las intervenciones policiales serán siempre “graduales y proporcionadas”. En definitiva, la libertad en grado máximo se asentará definitivamente en el Estado español.
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