Religión Digital
Lo que más le duele en la hora del adiós es no saber quién va a ser su sucesor
Indignado e incómodo, el cardenal Rouco Varela no daba crédito a lo que estaba pasando. En su fuero interno pensaba: “No me pueden despedir así. Mi hoja de servicios a la Iglesia merece otra cosa”. Tuvo que hacer gala de todo su autocontrol ante el Nuncio, aunque en su mente martilleaba sin cesar una idea: Roma estaba cometiendo una gran injusticia con él. En el fondo y en la forma. ··· Ver noticia ···
No hay comentarios:
Publicar un comentario