El País
El ex secretario de Estado Vaticano ocupará un apartamento de 700 metros
En la guerra de poderes que sacudió al Vaticano en los meses precedentes a la renuncia de Joseph Ratzinger, retransmitida gracias a la filtración de su correspondencia privada, los papeles quedaron —hasta donde se sabe— muy bien repartidos. A Benedicto XVI, L’Osservatore Romanole adjudicó el de “pastor rodeado por lobos”, un Papa tímido cuyo único golpe en la mesa fue el de su dimisión. Hubo un ladrón con pinta de cabeza de turco –Paolo Gabriele, el fiel ayudante de cámara— y un banquero honesto al que, ante la dificultad de un papel por lo general tan contradictorio, tomaron por loco y despidieron —Ettore Gotti Tedeschi—. También se recuerda un buen plantel de secundarios de lujo –elegantes prelados que iban y venían con maletines misteriosos y mandaban cartas advirtiendo de un supuesto atentado contra el Papa— y, sobre todo, el papel estelar de malo, que bordó el entonces secretario de Estado, el todopoderoso cardenal Tarcisio Bertone. SEGUIR LEYENDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario