La llegada al papado de Francisco y sus explosivos titulares periodísticos —aquel “¿Quién soy yo para juzgar a los gais?” o aquel otro “Jamás fui de derechas”— causó honda preocupación en el sector más retrógrado de la Iglesia católica. No fueron pocos los que se alarmaron ante la posibilidad de que bajo las formas sencillas de Jorge Mario Bergoglio se escondiera lo nunca visto: ¡Un papa rojo! Sin embargo, la canonización conjunta de Juan XXIII y Juan Pablo II, dos papas tan parecidos como la noche y el día, ha venido a demostrar que Francisco, más que ser de izquierdas, lo que tiene es mucha mano izquierda. SEGUIR LEYENDO
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