Benedicto XVI ha hecho su primera y, por cierto, última reforma en la cúpula de la Iglesia católica. Ha anunciado que el 28 de febrero abandonará su Pontificado. Este gesto es encomiable y debería convertirse en el inicio de todos los cambios profundos que necesita -con enorme urgencia- la religión católica y, sobre todo, sus jerarcas.
El látigo de los herejes
Quien, como Joseph Ratzinger, fuera durante más de dos décadas el látigo de los herejes desde su responsabilidad de inquisidor y guardián de las esencias más reaccionarias, muchas de ellas orientadas contra los teólogos de la Liberación -que han sido siempre maldecidos por la ortodoxia vigente-, ha dado por fin un golpe de timón impecable.
El amigo de Hans Küng
Ratzinger estuvo en las filas -más o menos progresistas- a lo largo del Concilio Vaticano II. Amigo entonces de Hans Küng, un reformista de la Iglesia en profundidad que fue y sigue acosado por la derecha eclesiástica, Ratzinger se pasó a los conservadores hasta ser encumbrado por Juan Pablo II a gran jefe de la policía ideológica. Desde el Vaticano II y la muerte de Juan XXIII, los mandatos de Pablo VI y del fallecido Juan Pablo I -muerto de forma, como mínimo, extraña-, otro Papa que estaba dispuesto a modificar la deriva ultramontana, muy frecuente en la historia del catolicismo.
La barca de Jesús se hunde
El tiempo de Benedicto XVI ha sido tormentoso. Los encontronazos internos han estallado con gran tremendismo y han sucedido episodios que han contribuido a hundir más y más a la barca de Jesús de Nazaret. He aquí la situación de la Iglesia católica: obsesionada por el sexo, los homosexuales, las familias no tradicionales, la renuncia a la doctrina social de algunos pocos papas, el odio a los condones y, de manera permanente, el desprecio a los partidos de la izquierda.
El tiempo de Benedicto XVI ha sido tormentoso. Los encontronazos internos han estallado con gran tremendismo y han sucedido episodios que han contribuido a hundir más y más a la barca de Jesús de Nazaret. He aquí la situación de la Iglesia católica: obsesionada por el sexo, los homosexuales, las familias no tradicionales, la renuncia a la doctrina social de algunos pocos papas, el odio a los condones y, de manera permanente, el desprecio a los partidos de la izquierda.
El Estado Vaticano
Mientras tanto, la jerarquía aceptaba los pactos del Estado Vaticano -el único no democrático en Europa- con los nazis, los fascistas y los franquistas. Y en la actualidad, salvo honorables excepciones, los católicos que continúan buscando los orígenes de su religión acaban siendo expulsados o apartados de obispos y cardenales. ¿Puede decirse que Rouco Varela crea de verdad en Jesús de Nazaret?
Mientras tanto, la jerarquía aceptaba los pactos del Estado Vaticano -el único no democrático en Europa- con los nazis, los fascistas y los franquistas. Y en la actualidad, salvo honorables excepciones, los católicos que continúan buscando los orígenes de su religión acaban siendo expulsados o apartados de obispos y cardenales. ¿Puede decirse que Rouco Varela crea de verdad en Jesús de Nazaret?
Plagia, arzobispo progresista
Hace unos días Vizencio Paglia, arzobispo progresista, aunque moderado, apoyó públicamente la legalización de las parejas gais. Conmocionó al Vaticano y la Santa Sede empezó a temblar. Ahora el Papa ha dimitido. ¿Qué va suceder? Es un oportunidad de volver a lo que dicen los evangelios y no, sin embargo, a lo que hacen los clérigos y los jerarcas. Deberían los monseñores ver de inmediato la película Las sandalias del pescador.
Hace unos días Vizencio Paglia, arzobispo progresista, aunque moderado, apoyó públicamente la legalización de las parejas gais. Conmocionó al Vaticano y la Santa Sede empezó a temblar. Ahora el Papa ha dimitido. ¿Qué va suceder? Es un oportunidad de volver a lo que dicen los evangelios y no, sin embargo, a lo que hacen los clérigos y los jerarcas. Deberían los monseñores ver de inmediato la película Las sandalias del pescador.
El Papa Kiril Lakota
El Papa Kiril Lakota (Anthony Quinn) es el que falta en esta Iglesia de mercenarios y de magos sin fe ni caridad. Nos tememos, no obstante, que el continuismo se imponga. Los fariseos del catolicismo, si resucitara Jesús de Nazaret, lo volverían a crucificar. Lo han hecho durante siglos y no amaina el temor. Escrito en El Quijote: “Con la Iglesia hemos topado”. Que Dios nos perdone.
El Papa Kiril Lakota (Anthony Quinn) es el que falta en esta Iglesia de mercenarios y de magos sin fe ni caridad. Nos tememos, no obstante, que el continuismo se imponga. Los fariseos del catolicismo, si resucitara Jesús de Nazaret, lo volverían a crucificar. Lo han hecho durante siglos y no amaina el temor. Escrito en El Quijote: “Con la Iglesia hemos topado”. Que Dios nos perdone.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
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