En una misa en la Plaza de Colón en honor de las familias católicas, el arzobispo de Madrid carga también contra el aborto, el divorcio y la legislación que lo permite. La palabra de Dios y la eucaristía son su única salvación
Los mayas no acertaron con el fin del mundo pero el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha hecho su propia profecía navideña este domingo, durante la misa celebrada en la Plaza de Colón de Madrid en honor de la sagrada familia: “Sin la verdad del matrimonio, el organismo vivo que es la sociedad, se desintegraría. El hombre mismo se desintegraría”.
Los mayas no acertaron con el fin del mundo pero el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha hecho su propia profecía navideña este domingo, durante la misa celebrada en la Plaza de Colón de Madrid en honor de la sagrada familia: “Sin la verdad del matrimonio, el organismo vivo que es la sociedad, se desintegraría. El hombre mismo se desintegraría”.
El mensaje no es novedoso y de hecho integra a la perfección la idea que transmitió el papa Benedicto XVI hace unos días, que definió los matrimonios entre personas del mismo sexo como una “herida a la justicia y a la paz”.
De ahí que Rouco insistiera en que “ignorar” y “despreciar la verdad del matrimonio como fundamento de toda sociedad que quiere y trata de edificarse de modo justo, solidario, profundamente humano y fecundo” es como “poner en juego su misma viabilidad histórica”. El arzobispo ha enlazado todo esto con el segundo tema del orden del día: el aborto. O, en sus palabras, la “estremecedora tragedia del aborto practicado masivamente desde los años setenta del pasado siglo en la práctica totalidad de los países europeos, incluida España, al amparo de una legislación primero despenalizadora del mismo y, luego, legitimador”.
Los postres han girado en torno a la legislación que permite el divorcio, que “rompe las familias y somete a sus miembros más débiles, a los niños, a una dolorosísima tensión interior que tantas veces les destruye por dentro y fuera”. Ante esta situación, el cardenal ha animado a los esposos y padres de familia heterosexuales a “ser fuertes” y “valientes en la fidelidad y en la renovación constante” de su “amor fecundo”.
Rouco Varela ha asegurado que “sólo la familia concebida y vivida en la plenitud de su verdad” despeja “el horizonte de la esperanza para el hombre y la sociedad” de este tiempo. “No importa que el mundo no nos conozca, incluso que nos rechace -ha apuntado-. En el fondo de esas posturas negadoras de la verdad de la familia cristiana, está operante el hecho social de no querer conocerle a él”. Por ello, la ha propuesto como “la única sólida esperanza” a la luz de “la realidad social y cultural que la envuelve y lo fugaces e inoperantes que son las alternativas que se proponen para salir de la crisis de verdadera y honda humanidad”.
Aunque hay un problema según el arzobispo de Madrid: “Los obstáculos económicos, sociales, culturales, jurídicos y políticos tan formidables que se interponen en su camino”. Según ha aclarado, la respuesta se encuentra en la palabra de dios y en la eucaristía.
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