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miércoles, 18 de abril de 2012

Carta abierta al Papa Benedicto XVI de su ex colega Leonard Swidler


“Querido Joe: vuelve a tus fuentes reformistas”
“Hay señales evidentes de que te opones a las palabras y al espíritu del Concilio Vaticano II”
Ahora, condenas a sacerdotes leales por hacer justamente lo que tú defendías tan noblemente
Querido Joe: Hace ya unos años, cuando eras todavía el jefe del Santo Oficio (“de la Inquisición de Cristo”, el lema que, como se sabe, está cincelado en piedra sobre el oscuro edificio justo al lado de la plaza de San Pedro), te escribí una carta abierta en relación el papel de la mujer en la Iglesia Católica.
En ese momento, me dirigí a ti con un familiar “Querido Joe”, confiando en nuestra relación, fraguada en los años 60 y 70, cuando yo era con frecuencia profesor invitado de la Facultad de Teología de la Universidad de Tubinga, y tú, profesor titular en ella.
Lo hice pensando que esta forma de tratamiento directo y personal te haría pensar que esperaba en serio poder abrir tu mente y tu corazón, para que escuchases lo que quería decirte.
No tengo forma de saber el éxito que aquella fórmula pudo haber tenido. Sin embargo, basándome en nuestra antigua “amistad”, me dirijo a ti, una vez más, de esta manera fraterna y directa.
Me preocupa que, sobre todo en los últimos tiempos, haya tantas señales evidentes de que te opones a las palabras y al espíritu del Concilio Vaticano II, en el que, como joven y destacado teólogo, ayudaste a que nuestra amada Iglesia Católica pasase de la Edad Media a la modernidad.
Además, mientras fuiste profesor de nuestra Universidad de Tubinga, junto al resto de tus colegas de la Facultad de Teología Católica, defendiste públicamente 1) la elección de obispos por parte de los fieles, y 2) el mandato limitado de los obispos (ver el libro ‘Obispos Democráticos para la Iglesia Católica Romana’).
Ahora, condenas a sacerdotes leales por hacer justamente lo que tú defendías tan noblemente. Ellos, y muchos, muchos otros en la Iglesia católica universal, están siguiendo tu ejemplo juvenil, tratando desesperadamente de impulsar a nuestra amada Madre Iglesia hacia la Modernidad.
Utilizo deliberadamente la palabra ‘desesperadamente’, porque justamente en tu patria, Alemania, y en otros muchos sitios de Europa, las Iglesias están vacías, y así se encuentran también muchos corazones católicos, cuando escuchan las palabras escalofriantes que llegan de Roma y de los obispos ‘radicalmente obedientes’.
En mi propio país, Estados Unidos, la cuna de la libertad moderna, de los derechos humanos y de la democracia, hemos perdido – ¡sólo en esta generación- un tercio de nuestra población católica, debido a que el Vaticano II prometió un quíntuple giro copernicano (el giro hacia la libertad, el giro hacia el mundo, el giro en el sentido de la historia, la reforma interna, y sobre todo, el diálogo), que fue deliberadamente frustrado por tu predecesor, y, ahora, cada vez más por ti.
Joe, tú fuiste uno de los teólogos del Vaticano II que promovieron la llamada del Papa Juan XXIII de volver a las fuentes originales (y estimulantes) del cristianismo (‘ad fontes!’) por medio del aggiornamento (puesta al día) y del espíritu de la reforma. Aquellas fuentes democráticas, que amaban la libertad de la Iglesia primitiva, eran justamente las ‘fuentes’ de la renovación que explicaste y defendiste claramente, con tus colegas de Tubinga.
Te estoy instando a volver a aquellos principios del espíritu de la reforma de tu juventud. Recuerdo ese espíritu que vuelve a latir de cara a la celebración del 50 aniversario de la Revista de Estudios Ecuménicos (JES), que mi amada esposa Arlene puso en marcha en 1964.
Allí, en el primer número de JES, figuran los artículos de tu amigo y compañero del Concilio Vaticano II, el teólogo Hans Küng, asi como los tuyos propios. Artículos que buscan tender un puente sobre el aislamiento de la Contrarreforma, sobre el abismo que separa a la Iglesia Católica del resto de la cristiandad, y, por lo tanto, de todo el mundo moderno.
Joe, en ese espíritu, te insto a volver a tus fuentes reformistas: Volver ad fontes !
Pax!
Leonard Swidler, Profesor de Pensamiento Católico y Diálogo Interreligioso de la Universidad de Temple (Filadelfia).

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