Benedicto XVI da comienzo mañana a uno de los viajes más difíciles, y esperanzadores, de su pontificado. Su tercera visita a Alemania viene marcada por las protestas de grupos ateos y parlamentarios de izquierda, que ya han confirmado que no asistirán a su histórico discurso en el Bundestag. El escándalo de los abusos sexuales, que llegó a salpicar al hermano del Papa -y al propio Ratzinger, por una supuesta inacción ante un caso en su diócesis de Múnich-, marcará la visita.VER NOTICIA EN :Religión Digital
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