José Manuel Vidal
Religión Digital
El Papa se ha pronunciado claramente contra la guerra de Libia. Varios episcopados lo han secundado de inmediato. Entre ellos, la potente conferencia episcopal italiana y la del norte de África (la más directamente afectada). Pasan los días y los obispos españoles siguen sumidos en su habitual silencio. Habitual, para lo que quieren. Para otras cosas activan mecanismos de comunicación sumamente rápidos. Desde comunicados del secretario de la CEE, Martínez Camino, hasta notas de prensa del jefe de prensa del episcopado, Isidro Catela. Pues en este caso, nada. Silencio absoluto. ¿A qué esperan?
Un silencio que se presta a todo tipo de interpretaciones. Unos dicen que, desde hace ya más de un año, la Iglesia española está hipotecada con la JMJ de Rouco y, por lo tanto, en su horizonte no existe nada más. Otros aseguran que la CEE no se pronunciará, tardará en hacerlo o, si lo hace,lo hará de aquella manera, para no enfrentarse al Gobierno, uno de los soportes fundamentales (tanto político como, sobre todo, económico) para que la fiesta juvenil del cardenal de Madrid sea todo un éxito.
Los más optimistas creen que está a punto de salir un comunicado de la CEE o que, a lo sumo, se hará en la próxima reunión del Comité Ejecutivo. Veremos. Por ahora, Rouco y Camino siguen afónicos.
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