Estimada Ana:
En primer lugar, gracias por tus buenos deseos que espero se hagan realidad.
Con relación a la segunda parte, efectivamente, mi escrito va dirigido a los que piensan que estos actos "no merecen la pena". Reconozco que tienen derecho a pensar así y simplemente les deseo lo mejor en la vida.
Otra cosa son las razones por las que alguien no quiera venir y hay muchas. Te enumero algunas: porque no les apetece sin más, porque no quieren saber nada de curas y monjas, porque tienen un recuerdo malo de las relaciones con los profesores o con los compañeros, porque tienen otros acontecimientos que se lo impiden, porque se juntarían si no fuera en el colegio...en fin, que hay causas.
Pero yo creo que no venir porque se parte del "no merece la pena", es negar la oportunidad a la posibilidad contraria, es decir, "que merece la pena".
En realidad, ambas opciones se verifican después de asistir a un acto.Es entonces cuando podremos decir si mereció o no mereció la pena.
Las dos opciones son buenas y yo lo que hago es desear todo el bien del mundo al que piensa que, por principio y de antemano, "no merece la pena" juntarse con los compañeros que es, alfin de cuentas, de lo que se trata.
Esta es mi forma de pensar.
Te reitero el agradecimiento por tus buenos deseos y te deseo todo lo mejor.
Txema
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