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miércoles, 24 de julio de 2024

NICO Y LAMINE: LA RIQUEZA DE LA DIVERSIDAD


col anso

 

Estos días se oye hablar, después de que España haya ganado la Eurocopa, de Nico y Lamine, dos jóvenes jugadores españoles que han hecho ya historia con “la roja”. Dos jugadores que se han criado en barrios populares y con familias de origen migrante.

Conociendo sus historia me siento muy orgulloso, porque en ellas veo reflejadas las vidas de tantas personas que intentan sacar lo mejor de sí por hacer un mundo mejor, después de verse obligadas a dejar sus tierras y sus raíces.

Me vienen a la mente recuerdos de mi familia en diversas generaciones, que tuvo que buscar un lugar mejor para vivir, huyendo en ocasiones de situaciones de pobreza o violencia. Cuánto que agradecer a Argentina, México, Venezuela y tantos países del norte de Europa.

Conocer un poco más de cerca la vida de estos dos chicos me llena de alegría, porque muestra una España que acoge y que brinda oportunidades, como otros un día nos las brindaron a nosotros, en otros rincones del mundo.

Percibir como la iglesia también juega un papel en muchas de estas historias, siendo puerta abierta, acompañando en el camino, pese a nuestras múltiples limitaciones, también me hace sentir muy agradecido.  

Junto a Nico y Lamine, también vienen a mi mente el nombre de tantos jóvenes que he tenido la suerte de conocer en España y en otros rincones del mundo; jóvenes que han tenido que dejar sus hogares huyendo de la violencia, o buscando un futuro mejor para ellos y los suyos. Algunos para que su madre puede curarse con una operación, para que sus hermanos pequeños puedan ir a la escuela o simplemente para que puedan tener una comida diaria.

Con algunos de ellos he tenido la suerte de vivir y de compartir techo y sueños. Verlos ahora trabajando en importantes restaurantes de la milla de oro en Madrid, o en hospitales cuidando de nuestros mayores, en colegios educando a nuestros pequeños, o creando nuevas plantas solares en distintos rincones de España, me da mucha alegría. Todos peleando y esforzándose para salir adelante. 

Haber tenido la suerte de conocer a sus parejas, en ocasiones asistir a sus bodas, tener en mis brazos a sus bebés, o darnos un abrazo en la estación norte de París, todo eso no tiene precio. Muchas de estas vidas no van a salir en los periódicos y nunca ganarán una Eurocopa, pero son parte del presente y futuro de nuestra sociedad, forman parte de los más de 9 millones de personas que viven en España y que han venido de otras tierras para sumar en nuestra sociedad. Representan el 20% de la población en España, y nos sentimos muy orgullosos, como en otras épocas en otros países y latidudes abrieron y siguen abriendo sus puertas a las personas españolas. Muchas gracias.    

Os dejo aquí algunas historias breves de jóvenes deportistas de origen migrante o refugiados. Seguro que algunos nombres os suenan.  

Nico Williams e Iñaki Willians 

Nico Williams nació en Pamplona, Navarra, hijo de padres inmigrantes de Ghana. Su madre, Maria Arthuer, y su padre, Felix Williams, emigraron a España huyendo de la pobreza y la inestabilidad política. Fueron acogidos por un sacerdote cuando llegaron a nuestro país. Nico y su hermano Iñaki crecieron en una familia humilde, pero con un gran apoyo para perseguir sus sueños futbolísticos. Iñaki e Nico debutaron con el Athletic Club en 2016 y 2020, respectivamente y actualmente son unas de las jóvenes promesas del fútbol español.

Lamine Yamal

Lamine Yamal nació en Esplugas de Llobregat, hijo de padres inmigrantes de Marruecos y Guinea Ecuatorial. Su madre, Sheila Ebana, y su padre, Mounir Nasraoui, emigraron a España buscando una vida mejor. Lamine creció en un barrio multicultural de Mataró y comenzó a jugar al fútbol a los cuatro años. Debutó con el F. C. Barcelona en 2023 y actualmente es una de las mayores promesas del fútbol mundial.

Yusra Mardini 

Yusra Mardini nació en Damasco, Siria. En 2015, a los 17 años, huyó de la guerra civil con su hermana Sarah y cruzaron el mar Egeo desde Turquía a Grecia en una embarcación que se estaba hundiendo. Yusra y Sarah saltaron al agua y empujaron el bote durante más de 3 horas hasta llegar a la costa. Después de este peligroso viaje, Yusra se unió al equipo olímpico de refugiados y compitió en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokio 2020. Actualmente es embajadora de buena voluntad del ACNUR.

Luka Modrić

Luka Modrić nació en Croacia en 1985. Durante la guerra de independencia croata, los rebeldes serbios asesinaron a su abuelo y su familia tuvo que huir de su hogar, que luego fue incendiado. Modrić pasó años viviendo en hoteles en la ciudad de Zadar, donde desarrolló sus habilidades futbolísticas. Luego se convirtió en uno de los mejores centrocampistas del mundo, ganando el Balón de Oro en 2018 tras llevar a Croacia a la final del Mundial.

Tegla Loroupe 

Tegla Loroupe nació en Kenia en 1973 en una familia de refugiados de Sudán del Sur. Desde niña tuvo que huir de los conflictos armados en su país. Esto no le impidió convertirse en una de las mejores corredoras de fondo de la historia, ganando maratones en Nueva York, Berlín y Rotterdam. Loroupe también ha sido defensora de los derechos de los refugiados y ha creado una fundación que organiza competiciones deportivas para promover la paz.

Alphonso Davies

Alphonso Davies nació en un campo de refugiados en Ghana, hijo de padres que huyeron de la guerra civil en Liberia. Su familia se mudó a Canadá cuando él tenía 5 años. Davies se unió a un programa de fútbol gratuito llamado Free Footie y rápidamente destacó por su talento. Debutó con la selección canadiense a los 16 años, convirtiéndose en el jugador más joven en hacerlo. Actualmente juega como defensa para el Bayern Múnich y es el primer jugador canadiense en ser embajador de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Kimia Alizadeh 

Kimia Alizadeh nació en Irán en 1998. En 2016, a los 18 años, huyó de Irán y solicitó asilo político en Alemania. Alizadeh es la primera y única mujer iraní en ganar una medalla olímpica, obteniendo el bronce en taekwondo en los Juegos de Río 2016. Actualmente compite para el equipo olímpico de refugiados y es una defensora de los derechos de las mujeres y las refugiadas.

Anjelina Nadai Lohalith 

Anjelina Nadai Lohalith nació en Sudán del Sur en 1996. Huyó de la guerra civil de su país y se refugió en Kenia. Allí comenzó a practicar atletismo y fue seleccionada para formar parte del equipo olímpico de refugiados, compitiendo en los Juegos de Río 2016 y Tokio 2020 en pruebas de media distancia.

Eduardo Camavinga

Eduardo Camavinga nació en 2002 en un campo de refugiados en Cabinda, Angola. Sus padres, originarios de la República Democrática del Congo, se mudaron a Francia cuando Camavinga tenía 2 años. A los 17 años, se convirtió en el goleador más joven de la selección francesa en más de un siglo.

Awer Mabil

Awer Mabil nació en 1995 en el campo de refugiados de Kakuma, en Kenia. Sus padres, refugiados de lo que ahora es Sudán del Sur, huyeron del conflicto y la Segunda Guerra Civil Sudanesa. Fue en este campo de refugiados donde Mabil comenzó a jugar al fútbol con un calcetín enrollado. Cuando su familia se mudó a Australia en 2006, su talento natural fue reconocido y pronto debutó con la selección australiana en 2018. Fue su gol decisivo el que aseguró la clasificación de Australia para la Copa Mundial 2022.

Yolande Bukasa

Yolande Mabika nació el 8 de septiembre de 1987 en Bukavu, República Democrática del Congo (RDC), una región severamente afectada por la Segunda Guerra del Congo. Durante el conflicto, fue separada de sus padres y llevada a un hogar de niños en Kinshasa, donde conoció el yudo, un deporte promovido por el gobierno congoleño para los huérfanos. Antes de recibir asilo en Brasil durmió en la calle y trabajó como barrendera y en una fábrica textil. Mabika sería parte del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados que competiría en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

 

Alberto Ares, director del Servicio Jesuita a Refugiados - JRS Europe

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