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miércoles, 5 de febrero de 2014

Carlos París: la filosofía como grito contra la injusticia Juan José Tamayo


Enviado a la página web de Redes Cristianas
Maestro, amigo y colega. Estas tres palabras resumen mi relación con Carlos París durante más de treinta años. Comenzó a finales de la década de los 70 del siglo pasado en que inicié mis estudios de filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. Allí seguí sus clases de Antropología Cultural en la licenciatura, sus lecciones sobre la Técnica en Ortega y Gasset y Heidegger en los cursos de doctorado y, bajo su dirección, hice la tesis doctoral sobre la filosofía utópica de la religión en el pensador alemán Ernst Bloch.
Recuerdo que cuando le propuse el tema de la tesis me comentó: “Perfecto. Coincide con mi actitud vital, ya que soy un creyente con esperanza pero sin fe”. Yo le recordé entonces la afirmación de Bloch: “La razón no puede florecer sin esperanza. La esperanza no puede hablar sin razón”. Desde entonces razón y esperanza han sido las claves intelectuales de nuestra sintonía.
Mi relación con Carlos París se ha mantenido viva y activa hasta el final. El año pasado me invitó a intervenir, junto con Jacob Muñoz, Pedro López Arriba y él mismo, en la presentación de la segunda edición de su libro Ética radical. Los abismos de la actual civilización, una de las más lúcidas y creativas contribuciones a la ética, que cuestiona los límites y ocultamientos de las morales tradicionales, dilata el horizonte de la filosofía moral y las responsabilidades humanas a otros campos que no son separables de lo humano, como la ciencia, la técnica, la naturaleza, etc., e incorpora la crítica del capitalismo y de la política liberal. El libro completa la trilogía iniciada con Crítica de la civilización nuclear y continuada con El animal cultural. Biología y cultura en la realidad humana (1994), tres obras mayores de la filosofía española y latinoamericana del siglo XX y principios del siglo XXI.
En un texto antológico de Ética radical describe así lo que es para él la reflexión filosófica: “La filosofía que profeso parte del grito, del lamento, de la encrespada protesta ante la injusticia del mundo que vivimos. Si Aristóteles afirmaba que la Filosofía nace de la admiración, yo diría que también mi filosofar parte de la admiración, pero no solo de la que suscita la contemplación de los cielos, sino de la que brota ante el heroísmo de tantos hombres y mujeres que, incansables, dieron su vida, luchando por el reino de la libertad y la hermandad universales. Y el pensamiento que se levanta, a partir del grito y de la admiración no quiere reducirse a contemplar el mundo, sino que aspiración a contribuir a su radical transformación”.
La vida de Carlos París fue el mejor ejemplo de esa manera de entender la filosofía que logró superar oda tendencia idealista. En su vida se dan cita la teoría y la práctica, la militancia política y la reflexión filosófica, la creación literaria y el pensamiento crítico, la interpretación y la transformación de la realidad histórica, conforme a la tesis 11 de Marx sobre Feuerbach: “Hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”. Tomando prestada la segunda parte del título de uno de sus libros más emblemáticos, su vida bien puede definirse como “existencia auténtica”, bajo la guía del altruismo que él entiende como “el refuerzo mutuo entre el yo y el otro, en una sinergia en que ambos se potencian”.
Cuando seguía sus clases en la Autónoma, me venía a la mente la idea de Kant sobre el profesor de filosofía. El buen profesor de filosofía, decía el filósofo de Königsberg, no es el que enseña la historia de la filosofía, sino el que enseña a filosofar. Carlos París encarnó esta idea de Kant en su magisterio de manera ininterrumpida durante más de sesenta años.

Gracias, Carlos, por enseñarme a filosofar. ¡Adiós! Tu discípulo, amigo y colega.
Juan José Tamayo fue discípulo de Carlos París. Actualmente es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones en la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitación a la utopía. Estudio histórico para tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 1012) y de Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta, Barcelona, 2013)


Intervención en el Ateneo de Madrid en la capilla ardiente. 3 de febrero de 2014
Publicada en el diario EL PAÍS, 4 de febrero de 2104

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