¿Quiénes son los miembros del «Emirato Islámico»?
El
«Emirato Islámico» comenzó haciendo ostentación de su origen árabe.
Esta organización surgió de «al-Qaeda en Irak», que no luchaba contra
los invasores estadounidenses sino contra los chiitas iraquíes. Luego se
convirtió en «Emirato Islámico en Irak» y posteriormente en
«Emirato Islámico en Irak y el Levante» (EIIL). En octubre de 2007, las
fuerzas terrestres de Estados Unidos ocuparon en Sinjar al menos 606 fichas de
miembros extranjeros de esa organización, fichas que fueron cuidadosamente
analizadas por expertos de la Academia Militar estadounidense de West Point.
Sin
embargo, días después de la ocupación de la fichas, el emir al-Baghdadi declaró
que su organización contaba solamente con 200 combatientes y que todos eran
iraquíes. Esa mentira es comparable a las de las demás organizaciones
terroristas que operan en Siria y que declaran que entre sus miembros sólo hay
«algunos extranjeros», cuando el Ejército Árabe Sirio estima en
al menos 250 000 el número de yihadistas extranjeros que han pasado por Siria en
los 3 últimos años. En todo caso, el califa Ibrahim (nuevo nombre del emir
al-Baghdadi) ahora reconoce que su organización se compone ampliamente de
extranjeros y agrega que el territorio sirio ya no es para los sirios sino para
“sus” yihadistas.
Según
las fichas ocupadas en Sinjar, un 41% de los terroristas extranjeros miembros
del «Emirato Islámico en Irak» ostentaban la nacionalidad saudita, un
18,8% eran libios y solamente un 8,2% eran sirios. Si relacionamos esas cifras
con la población de cada uno de los países mencionados veremos que la población
libia ha proporcionado 2 veces más combatientes que la de Arabia Saudita y
5 veces más que la de Siria.
En
cuanto a los yihadistas sirios, aunque son originarios de diversas regiones de
Siria, el 34,3% venían de Deir ez-Zor, ciudad que desde que el «Emirato
Islámico» tuvo que retirarse de Raqqa, se convirtió en capital del
Califato.
En
Siria, la particularidad de Deir ez-Zor es que su población se compone
mayoritariamente de árabes sunnitas organizados en tribus y de una minoría de
kurdos y armenios. Y, hasta ahora, Estados Unidos sólo ha logrado destruir
Estados como los de Afganistán, Irak y Libia, o sea en países cuya población
está organizada en tribus. Pero ha fracasado en todos los demás países. Desde
ese punto de vista, Deir ez-Zor en particular y el noreste de Siria en general
pudieran ser potencialmente conquistados. Pero no sucede lo mismo con el resto
de la República Árabe Siria, como ya se ve desde hace 3 años.
Bajo
el nombre de Abu Omar al-Shishani, un sargento de la inteligencia militar
georgiana, cuyo verdadero nombre es Tarkhan Batirashvili, se ha convertido en
uno de los principales jefes del «Emirato Islámico».
Desde
hace dos semanas, se ha iniciado una purga entre los oficiales provenientes del
Magreb. Los tunecinos que tomaron el aeropuerto militar de Raqqa, el 25 de
agosto de 2014, fueron arrestados por desobediencia, juzgados y ejecutados por
orden de sus superiores. El «Emirato Islámico» tiene intenciones de
restar protagonismo a sus combatientes árabes y promover a los chechenos
amablemente puestos a su disposición por los servicios secretos georgianos.
En
el centro de la foto, Abu Anisah al-Khazakhi, el primer yihadista chino del
«Emirato Islámico» muerto en combate, no era uigur sino kazajo.
Y
ahora aparece un nuevo tipo de yihadistas: los yihadistas chinos. Desde junio de
2014, Estados Unidos y Turquía han introducido en el noreste de Siria cientos de
yihadistas chinos traídos incluso con sus familias. Algunos se convierten
de inmediato en oficiales. Se trata principalmente de miembros de la etnia
uigur, o sea chinos de la República Popular China pero musulmanes sunnitas
turcófonos.
Es
por lo tanto evidente que, a largo plazo, el «Emirato Islámico»
extenderá sus actividades a Rusia y China y que esos dos países son los blancos
finales de sus acciones.
Así
que seguramente seremos testigos de una nueva operación de propaganda de la
OTAN: su aviación empujará a los yihadistas fuera de Irak pero los dejará
instalarse en Deir ez-Zor. La CIA proporcionará dinero, armas, municiones y
datos de inteligencia a los «revolucionarios moderados» (sic)
del Ejército Sirio Libre (ESL), quienes cambiarán entonces de casaca para ser
utilizados bajo la bandera del «Emirato Islámico», como ha venido
sucediendo desde mayo de 2013.
John
McCain se reúne con el estado mayor del Ejército Sirio Libre. Durante el
encuentro conversa precisamente con Ibrahim al-Badri, el hoy autoproclamado
califa Ibrahim. El hombre con gafas que aparece en la foto es el general Salim
Idris.
En
aquel momento, el senador estadounidense John
McCain penetró ilegalmente en territorio sirio, donde se reunió con el estado
mayor del ESL. Según puede verse en la foto tomada como prueba del encuentro,
entre los miembros del estado mayor del Ejército Sirio Libre estaba en aquel
momento un tal Abu Yussef, oficialmente buscado por el Departamento de Estado
estadounidense bajo el nombre de Abu Du’a, quien en realidad no era otro que el
actual califa Ibrahim. O sea, el mismo individuo era al mismo tiempo jefe
moderado en el ESL y jefe extremista en el «Emirato Islámico».
Ya
en posesión de esta información, cada cual podrá apreciar el verdadero valor del
documento que el embajador sirio Bachar al-Jaafari presentó al Consejo de
Seguridad de la ONU el 14 de julio de 2014. Se trata de una carta del 17 de
enero de 2014 en la que el general Salim Idriss, comandante en jefe del ESL,
escribe lo siguiente:
«Le
informo por medio de la presente que las municiones enviadas por el estado mayor
a los dirigentes de los consejos militares revolucionarios de la región este
deben ser distribuidas, conforme a lo convenido, entregando 2 tercios a los
jefes de guerra del Frente al-Nusra, y que el tercio restante se repartirá entre
los militares y los elementos revolucionarios para la lucha contra las bandas
del EIIL. Le agradeceremos que nos envíe los comprobantes de la entrega del
conjunto de municiones, precisando las cantidades y características, debidamente
firmados personalmente por los dirigentes y jefes de guerra, para que podamos
transmitirlos a los socios turcos y franceses.»
En
otras palabras, dos potencias miembros de la OTAN (Turquía y Francia) enviaron
volúmenes de municiones y especificaban que dos tercios eran para el Frente
al-Nusra (clasificado como miembro de al-Qaeda por el Consejo de Seguridad de la
ONU) y que el otro tercio era para que el Ejército Sirio Libre luchara contra el
«Emirato Islámico»… cuyo jefe era miembro del estado mayor del propio
Ejército Sirio Libre.
La
realidad es otra: el Ejército Sirio Libre desapareció del terreno y en realidad
dos tercios de las municiones estaban destinadas a al-Qaeda mientras que el otro
tercio era para el «Emirato Islámico».
Gracias
a ese dispositivo, que podríamos llamar de “casaca reversible”, la OTAN podrá
seguir lanzando contra Siria sus hordas de yihadistas mientras sigue afirmando
que lucha contra ellos.
Pero
cuando la OTAN haya extendido el caos a todo el mundo árabe, incluso en el
territorio de su aliado saudita, enfilará el «Emirato Islámico» contra
las dos grandes potencias en desarrollo, que son Rusia y China. Es por eso que
esas dos potencias deberían intervenir desde ahora y acabar con el embrión de
ejército privado que la OTAN está reuniendo y entrenando en el mundo árabe. De
no hacerlo ahora, Moscú y Pekín pronto tendrán que enfrentarse a ese ejército de
todas maneras… pero será en suelo ruso y chino.
*Fuente: VoltaireNet
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