Los medios católicos más reaccionarios insisten en los intentos de
neutralizar los mensajes incómodos de Francisco, y desde la Santa Sede
colaboran en la ceremonia de la confusión
Algunas palabras de Francisco no están gustando en el seno de la Iglesia
católica y sus medios, como está informando ELPLURAL.COM. Como no podía
ser de otra manera, la entrevista en la que, entre otras cosas, tenía
palabras de comprensión para la teología de la liberación o confesaba
que conocer el comunismo le había acercado a la doctrina social de la
Iglesia, ha provocodo muchos recelos y se siguen produciendo reacciones
para neutralizarla.
Algunas sombras desde la Santa Sede
En diferentes medios católicos están reproduciendo esta noticia de la agencia católica Aciprensa: “Vaticano
confirma errores de Scalfari de La Repubblica en entrevista con el
Papa”. Aluden así a las palabras del padre Thomas Rosica, “asistente de
la Sala de Prensa de la Santa
Sede para los medios de habla inglesa” quien apuntó a “errores como el
hecho de que su director, el ateo Eugenio Scalfari, no grabó ni tomó
notas de la misma”. Rosica explicó que la entrevista fue “una
reconstrucción después de los hechos”, y aunque admitió que la
entrevista había sido mostrada a Francisco antes de su publicación y la
aprobó, añadió que “no es claro que tan detenidamente la leyó”. Este
miembro del equipo de prensa vaticana apuntaba así a una “integridad
general” en la entrevista y a “algunos detalles menores” erróneos.
“Tergiversaciones” y el chiste de las anchoas
En Religión en Libertad, vinculada a los Legionarios de Cristo y en la
que colaboran el cardenal Cañizares o el obispo Munilla, se hacen eco de
la noticia pero ya estaban abonando ese mismo mensaje. El sacerdote y
periodista Jorge Enrique Múgica se preguntaba por ejemplo por la
posibilidad de “tergiversaciones interesadas” y apuntaba a errores en la
traducción del italiano al español en otra entrevista anterior, en
aquella en la que Francisco dijo que “no podemos seguir insistiendo solo
en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso
de anticonceptivos”. Según Múgica, aunque no parece aportar ningún
matiz, “el Papa no dijo no
podemos seguir insistiendo sólo en sino no podemos insistir sólo en…“.
También adjunta un chiste sobre cómo se puede distorsionar el mensaje
papal según va pasando de interlocutores: desde que pide una pizza sin
anchoas se van deformando progresivamente sus palabras hasta que en
televisión proclaman según el papa “comer pecado es pecado”.
Los que “se alarmaron” encuentran una boya
En el mismo sentido, el director de InfoCatólica, Luis Fernando Pérez
Bustamante, insiste en que “el contenido de la entrevista al Papa en La
Repubblica no era literal”. Y lanza conclusiones como esta:
“A los que se alarmaron por la literalidad de algunas afirmaciones
atribuidas al Papa, hoy no saben si reflejan fielmente lo que dijo el
Santo Padre o son una interpretación de Scalfari. A mí, personalmente,
me da lo mismo”. Este medio ya difundió también días atrás un artículo
en tono de humor en el que un un periodista “licenciado en Teología
Pastoral Buenista” intenta hacer forzar a Francisco a decir lo que él
quería.
Papas complementarios
¿Cómo es posible esta ceremonia de la confusión cuando Benedicto XVI sustentó su pontíficado en la lucha contra “el relativismo”?
Las declaraciones de este jueves del cardenal Timothy Dolan, arzobispo
de Nueva York y presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU, pueden
arrojar algo de luz. Dolan, uno de los papables en el último cónclave y
de los primeros en alertar de que la última entrevista de Francisco no
era literal, ha explicado cómo en la Iglesia pueden tener cabida
diferentes perspectivas: “Cada uno de los tres últimos Papas ha tenido
un énfasis diferente pero complementario, destacando diferentes aspectos
de los fieles y la Iglesia”. Según Dolan, cada uno de los tres Papas
“tiene talentos particulares”: Juan Pablo II se enfocaba “en el alma”,
Benedicto XVI “en la mente” y ahora Francisco “en el corazón”.
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