Acabo de pasar una semanita en Iruña, en compañía de mis nietas. Pues bien, leyendo la prensa local y oyendo algunos comentarios en la calle, diría que el….que vengan los vascos de una vez, no parece estar tan lejos. Imaginaros hasta donde está llegando la irritación de la gente, ante el cúmulo de escándalos protagonizados por los sucesivos dirigentes de UPN y PSN. Sorprendentemente nadie piensa, ni por lo mas remoto, en abandonar la poltrona. Increíble en una sociedad primer-mundista, en teoría democrática.
De vuelta en Bilbao, viendo con que entusiasmo se dan la espalda los líderes de EAJ/PNV y EH BILDU, las preguntas que se hace cualquier soberanista son bastante decepcionantes. ¿Cómo vamos a construir Euskal Herria si, teniendo todos los mimbres, no somos capaces de entendernos en Euskadi?. ¿Cual es la barrera que impide al lehendakari Urkullu y su equipo, sentarse en una mesa y negociar hasta el amanecer con Laura Mintegi y el suyo?. Que nos lo expliquen, mesedez con claridad, para evitar que perdamos el tiempo en infinitas conjeturas. Ni unos, ni otros tienen derecho a menospreciar los deseos de quienes les han situado en el Parlamento de Gasteiz, con cuarenta y ocho escaños sobre setenta y cinco. Me atormenta el pensar que puedan ser los mercados, camuflaje utilizado por las minorías que controlan el dinero, quienes tengan atrapado en sus redes al lehendakari Urkullu. O que sea el pánico a las posibles amenazas encubiertas, del Sr. Rajoy y su mariachi, lo que paralice su acción política soberanista. O, lo que sería algo peor, que se nos haya instalado en un sano regionalismo, emocionado por los aplausos que le llueven desde Madrid.
¿Profesor Ibarretxe dónde estás?. ¿Dónde escondes tu equilibrado plan?. Sabes que nadie ha propuesto nada mejor, pensando en nuestra Aberri maitea y en la búsqueda dialogada de una soberanía colectiva siglo XXI. La ciudadanía vasca ansía una convivencia, sostenible y solidaria, anclada en la justicia y en la paz
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