
El próximo 18 de febrero, la Iglesia católica contará con 22 nuevos cardenales, 18 de ellos electores en un hipotético cónclave. Con el nombramiento de Santos Abril,España tendrá 10 cardenales, la mitad de ellos con posibilidades de votar nuevo Papa. El consistorio anunciado ayer por Benedicto XVI, el cuarto de su pontificado, deja varias claves de futuro. La primera, el incremento de cardenales curiales, e italianos. Italia, con 30 purpurados electores, se vuelve a convertir en la clave de un hipotético cónclave.
Una reunión que sería eminentemente europea (67 de los purpurados vienen del Viejo Continente). Muchos de los nombrados, además, son ciertamente afines al secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quien tras graves problemas ha logrado hacerse un hueco, y con mando en plaza, en una sede tan complicada como la más cercana al sucesor de Pedro.
Extrañan los olvidos de Benedicto XVI a los continentes emergentes: no se ha nombrado a ningún africano, y es patente la ausencia de latinoamericanos y poca, casi nula, presencia nueva de asiáticos. Tal vez tenga que ver con el deseo del Papa de afrontar lanueva evangelización en el Viejo Continente. O tal vez Benedicto XVI esté preparando el cónclave que le suceda. Y si es así, las claves son claras: un futuro pontífice italiano y curial. Y con Bertone como gran elector.
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