Ernesto Viento
El Papa Francisco ha mencionado en varias ocasiones que estamos en ‘guerra’, insinuando que deberíamos prestar una mayor atención a algunas situaciones bélicas en el mundo, que en caso de no reconducirse, se mostrarán como lo que ahora mismo parecen ser: la antesala de la Tercera Guerra Mundial.
En concreto, la situación en Siria es enormemente delicada. En ella parecen estar participando, de forma indirecta, más de 80 países, incluidos Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Francia, Arabia Saudí, Turquía, etc. Es una guerra que, por un lado, se muestra como un espejo de la situación geopolítica del mundo actual, y por otro, tiene el peligro constante de convertirse en una conflagración mucho mayor de lo que ahora es.
En vísperas de las elecciones USA, donde con toda probabilidad surgirá un equipo presidencial mucho más inclinado a utilizar la guerra como medio para el dominio geopolítico, merece la pena dedicarle algo de atención a los acontecimientos actuales en Siria, cuyos efectos podrían tener un mayor efecto en nuestras vidas que las elecciones españolas u otras noticias de carácter estatal. Por otra parte, no es de esperar que la prensa mayoritaria ofrezca información adecuada sobre lo que está ocurriendo; más bien es necesario realizar una búsqueda activa de la información, para poder tener un criterio realista sobre lo ocurrido en el terreno.
El último capítulo de la guerra de Siria es la tregua que Rusia y Estados Unidos han acordado hace una semana, para combatir conjuntamente al ISIS. Como es sabido, ambos países dicen estar en Siria para combatir al ISIS, pero sus posiciones ante el gobierno de Al Assad son opuestas: mientras que Estados Unidos dice que Al Assad debe irse, Rusia se ha convertido de facto en su aliado político y militar. La tregua ha supuesto un gran esfuerzo de los servicios diplomáticos rusos, pero ahora mismo se encuentra en entredicho por los acontecimientos de los últimos días.
Según el contenido de esta tregua, se ha pedido a determinados grupos rebeldes moderados (anti Al-Assad), que son apoyados por Estados Unidos, a que se incorporen al alto al fuego. Estados Unidos, por su parte, se ha comprometido a dejar de apoyar a estos grupos si no detienen su actividad. Sin embargo, este compromiso parece haber quedado en agua de borrajas.
Según el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, el mayor general Ígor Konashénkov:
“Todavía no se observa ningún contacto con los representantes de la ‘oposición moderada’ en cuanto al alto el fuego. Todas nuestras apelaciones a la parte estadounidense a que nos provean contactos de la ‘oposición moderada’ o a que influyan en la oposición no obtienen resultados. Al contrario, el número de ataques contra posiciones de las tropas sirias y contra las poblaciones aumenta”, indicó Konashénkov.
La guinda del pastel la ha puesto el ataque aéreo de Estados Unidos al ejército de Siria en Deir ez Zor.
Sorprendentemente, anteayer aviones de los ejércitos de Estados Unidos y Australia bombardearon posiciones del Ejército Sirio (supuesto aliado contra ISIS) en Deir ez Zor.
Aunque hay cientos de objetivos para bombardear al ISIS más allá del río Eufrates, de forma incomprensible los aviones norteamericanos se dirigieron a otra zona en conflicto al sur de la ciudad, donde hay posiciones del Ejército Sirio, y bombardearon sus posiciones. Más de 80 militares sirios murieron en el ataque, y el ISIS aprovechó rápidamente la situación para realizar un contraataque en la zona, haciéndose con un amplio territorio.
Estados Unidos ha calificado de ‘lamentable error’ este ataque; por otra parte, el ministerio de Defensa ruso ha hecho pública su duda de que se haya tratado de un error, y por primera vez desde el comienzo de la guerra de Siria han acusado directamente a Estados Unidos de estar apoyando al ISIS. Rusia ha convocado al Consejo de Seguridad de la ONU para pedir explicaciones a Estados Unidos.
De confirmarse que no se ha tratado de un error (que es a lo que apuntan todas las pruebas actualmente), podría tomar forma un escenario francamente preocupante: que en el gobierno estadounidense se ha dado una ruptura en la cadena de mando, donde las gestiones de Obama y Kerry (como el establecimiento de una tregua) no es obedecido por las instancias militares que operan en la guerra.
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