sábado, 30 de octubre de 2010
Don Rúa, cofundador de la Congregación Salesiana
RMG – Apertura del Congreso sobre Don Rúa
(ANS – Roma) – Se celebra hoy la memoria del Beato Don Miguel Rúa, “cofundador” de la Congregación Salesiana, que “ha hecho del manantial una corriente y de la corriente un rio”. El primero en conmemorar su recuerdo fue el Rector Mayor, IX Sucesor de Don Bosco, Don Pascual Chávez, que presidió la Eucaristía de apertura del Congreso Internacional de Estudios de la Sociedad Salesiana “Don Rúa en la Historia”.
“Celebramos la fiesta del Beato Miguel Rúa, que podría ser considerado el cofundador de la Congregación Salesiana”, ha dicho Don Pascual Chávez al inicio de su homilía. Retomando la Carta “Figura humana y espiritual del Beato Miguel Rúa, en el centenario aniversario de su muerte” (ACG 405), el Rector Mayor señaló algunas etapas biográficas del beato Don Rúa precisando que “celebrar la memoria de Don Rúa significa recontar la historia Congregación en el periodo más álgido de la fundación, desde el punto de vista no del Fundador, sino de sus discípulos más queridos”.
La primera lectura de la liturgia de la memoria de Don Rúa (2Re 2:1.6-15) “es muy acertda y sugestiva, porque hace pensar la relación de modo especial que, por gracia del Señor, transcurre entre Don Bosco y Don Rúa”; una relación que, como el rector Mayor ha señalado, debe convertirse en prototipo de cada salesiano. Silencioso admirador de Don Bosco, Don Rúa hizo “un camino de adhesión e identificación interior, convencida y feliz, que lo plasmó en su originalidad de santo ‘salesiano’”.
Fue muy significativa la referencia de Pablo VI que en la homilía de la beatificación, del 29 de octubre de 1972, trazó admirablemente el perfil interior y espiritual: “hijo, discípulo, colaborador, imitador, sucesor… ha hecho del ejemplo de Don Bosco una escuela, de su obra personal una institución extensa, se puede decir en todo el mundo, de su vida una historia, de su regla un espíritu, de la santidad un tipo, un modelo: ha hecho del manantial una corriente, de la corriente un río
Exaltando la unión y la continuidad de espíritu entre Don Bosco y Don Rúa, el Rector Mayor manifestó también su diferencia: “conferencistas y escritores han comentado muchísimo esta especie de contraste …. De él no se ha dicho jamás como de Don Rinaldi, que de Don Bosco había todo, incluso la voz… los observadores han hecho notar que de Don Bosco había ciertamente una cosa: el espíritu y sus expresiones más auténticas”.
Concluyendo Don Chávez recordó que la celebración del centenario de la muerte de Don Rúa, que se concluye en estos días, debe ayudar a los salesianos a meditar sobre la relación especialísima con Don Bosco que es el origen de la vocación, de la identidad, unidad y vitalidad de los Salesianos.
El texto integral de la homilía y la Carta Circular ACG 405 estan disponibles en el sitio http://www.sdb.org/.
jueves, 28 de octubre de 2010
Declaración desde Srinagar
PARA EL QUE NO LA CONOZCA Arundhati Roy (nacida 1961) es una escritora y activista india. Ganó el Premio Booker en 1997 por su primera novela, El Dios de Las Pequeñas Cosas.
Roy nació en Shillong, Meghalaya, India, de una madre cristiana Siria-ortodoxo de Kerala y un padre hindú de Bengala. Pasó su juventud en Aymanam, Kerala, estudiando en Corpus Christi. Cuando tenía 16 años, se trasladó a Delhi y comenzó en un estilo de vida bohemio. Vivía en una cabaña vendiendo botellas para ganarse la vida. En 2004, Roy ganó el Premio Sydney de la Paz por su trabajo en campañas sociales y su apoyo al pacifismo.En 2005, participó en el Tribunal Mundial Sobre Irak.
Arundhati Roy
Tlaxcala
Escribo esto desde Srinagar, Cachemira. Los diarios de esta mañana decían que podrían detenerme acusada de sedición por lo que he dicho últimamente en ciertas reuniones públicas en Cachemira. He dicho lo que millones de personas dicen aquí todos los días. He dicho lo que, al igual que otros observadores, llevo años escribiendo y diciendo. Cualquiera que se moleste en leer las transcripciones de mis discursos verá que son principalmente un llamamiento para pedir justicia. He hablado de justicia para el pueblo de Cachemira, que vive bajo una de las ocupaciones militares más brutales del mundo; de los pandits [brahmanas hindúes] de Cachemira, que sufren la tragedia de haber sido expulsados de su territorio; de los soldados dalit [intocables] asesinados en Cachemira, cuyas tumbas visité entre montones de basura en sus pueblos de Cuddalore; de los indios pobres que están pagando materialmente el precio de esta ocupación y que ahora aprenden a vivir en medio del terrorismo de lo que se está convirtiendo en un estado policial.
Ayer fui a Shopian, la ciudad de las manzanas en el sur de Cachemira que el año pasado permaneció cerrada durante 47 días en protesta por la brutal violación y asesinato de Asiya y Nilofer, dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en un riachuelo poco profundo cerca de sus casas y cuyos asesinos aún no han sido entregados a la justicia. He conocido a Shakeel, esposo de Nilofer y hermano de Asiya. Nos sentamos en un círculo de personas enloquecidas por el dolor y la ira que habían perdido toda esperanza de recibir alguna vez insaf (justicia) de la India, y que ahora creían que la azadi (libertad) era su única esperanza. He visto a jóvenes lanzadores de piedras a los que han atravesado los ojos de un disparo. He viajado con un joven que me contó cómo a tres de sus amigos, unos adolescentes del distrito de Anantnag, les habían encarcelado y arrancado las uñas de las manos en castigo por lanzar piedras.
En los periódicos hay quien me acusa de pronunciar “discursos incitando al odio”, de querer que la India se fragmente. Sin embargo, lo que digo surge del amor y del orgullo. Surge de no querer que maten, violen, encarcelen o arranquen las uñas a la gente para obligarles a decir que son indios. Surge de querer vivir en una sociedad que se esfuerza por ser una sola. Compadezco a la nación que tiene que acallar a sus escritores por decir lo que piensan. Compadezco a la nación que tiene que encarcelar a quienes piden justicia, mientras los asesinos comunitaristas, los homicidas en masa, los extorsionadores capitalistas, los saqueadores, los violadores y los que actúan como aves de rapiña sobre los más pobres de entre los pobres campan a sus anchas.
Roy nació en Shillong, Meghalaya, India, de una madre cristiana Siria-ortodoxo de Kerala y un padre hindú de Bengala. Pasó su juventud en Aymanam, Kerala, estudiando en Corpus Christi. Cuando tenía 16 años, se trasladó a Delhi y comenzó en un estilo de vida bohemio. Vivía en una cabaña vendiendo botellas para ganarse la vida. En 2004, Roy ganó el Premio Sydney de la Paz por su trabajo en campañas sociales y su apoyo al pacifismo.En 2005, participó en el Tribunal Mundial Sobre Irak.
Arundhati Roy
Tlaxcala
Escribo esto desde Srinagar, Cachemira. Los diarios de esta mañana decían que podrían detenerme acusada de sedición por lo que he dicho últimamente en ciertas reuniones públicas en Cachemira. He dicho lo que millones de personas dicen aquí todos los días. He dicho lo que, al igual que otros observadores, llevo años escribiendo y diciendo. Cualquiera que se moleste en leer las transcripciones de mis discursos verá que son principalmente un llamamiento para pedir justicia. He hablado de justicia para el pueblo de Cachemira, que vive bajo una de las ocupaciones militares más brutales del mundo; de los pandits [brahmanas hindúes] de Cachemira, que sufren la tragedia de haber sido expulsados de su territorio; de los soldados dalit [intocables] asesinados en Cachemira, cuyas tumbas visité entre montones de basura en sus pueblos de Cuddalore; de los indios pobres que están pagando materialmente el precio de esta ocupación y que ahora aprenden a vivir en medio del terrorismo de lo que se está convirtiendo en un estado policial.
Ayer fui a Shopian, la ciudad de las manzanas en el sur de Cachemira que el año pasado permaneció cerrada durante 47 días en protesta por la brutal violación y asesinato de Asiya y Nilofer, dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en un riachuelo poco profundo cerca de sus casas y cuyos asesinos aún no han sido entregados a la justicia. He conocido a Shakeel, esposo de Nilofer y hermano de Asiya. Nos sentamos en un círculo de personas enloquecidas por el dolor y la ira que habían perdido toda esperanza de recibir alguna vez insaf (justicia) de la India, y que ahora creían que la azadi (libertad) era su única esperanza. He visto a jóvenes lanzadores de piedras a los que han atravesado los ojos de un disparo. He viajado con un joven que me contó cómo a tres de sus amigos, unos adolescentes del distrito de Anantnag, les habían encarcelado y arrancado las uñas de las manos en castigo por lanzar piedras.
En los periódicos hay quien me acusa de pronunciar “discursos incitando al odio”, de querer que la India se fragmente. Sin embargo, lo que digo surge del amor y del orgullo. Surge de no querer que maten, violen, encarcelen o arranquen las uñas a la gente para obligarles a decir que son indios. Surge de querer vivir en una sociedad que se esfuerza por ser una sola. Compadezco a la nación que tiene que acallar a sus escritores por decir lo que piensan. Compadezco a la nación que tiene que encarcelar a quienes piden justicia, mientras los asesinos comunitaristas, los homicidas en masa, los extorsionadores capitalistas, los saqueadores, los violadores y los que actúan como aves de rapiña sobre los más pobres de entre los pobres campan a sus anchas.
miércoles, 27 de octubre de 2010
DE LA ESPIRITUALIDAD A LA RELIGIÓN
Hoy proponemos este artículo de Gonzalo Haya,( 23-Octubre-2010)(ATRIO)
Nos parece interesante y bastante certero en lo que se refiere a la interpretación de lo que son las FUENTES y en lo que acaban con el paso del tiempo.
¿Cómo se convierte la espiritualidad en religión?
Los grandes fundadores experimentan una fuerza irresistible que les impulsa en una dirección. Ese movimiento espiritual se transmite directamente a un grupo de seguidores por la inmediatez física del gesto y de la palabra iluminada e iluminadora.
A medida que el grupo va aumentando, la pequeña comunidad se transforma en uno, o varios grupos sociales. El contacto directo se pierde. Las palabras orientadoras llegan como un eco impreciso, que es interpretado según las circunstancias de cada grupo. Las exhortaciones se transforman en preceptos. Las expresiones espontáneas, en ritos establecidos.
A medida que pasa el tiempo se multiplican las palabras, los preceptos y los ritos en un afán de mantener la unidad, de retener el espíritu inicial para que no emprenda nuevos caminos, o para evitar que vague errático.
Los borbotones de la fuente inicial se han transformado, en el mejor de los casos, en un río canalizado; en el peor, en aguas estancadas. La espiritualidad se ha ido convirtiendo en religión.
Jesús de Nazaret fue un profeta itinerante. Le seguía un grupo de hombres y mujeres atraídos por su actitud de amor filial a Dios y de compasión solidaria con los hombres. Sus discípulos sentían que sus palabras tenían una energía de vida eterna, pero interpretaban su mensaje del Reinado de Dios como una garantía de poder, con puestos de honor a la derecha y a la izquierda del trono. Sólo entendieron su mensaje cuando la vida les fue enseñando con sus aconteceres de pasión, muerte, persecución, y esperanza.
Ellos transmitieron el mensaje de Jesús, pero no podían transmitir ni la experiencia de Jesús ni su propia experiencia. Jesús había impulsado un movimiento espiritual, ellos fueron fraguando una religión. Las comunidades que se formaron -sedentarias y dispersas, cada una con su propia experiencia- reconocieron su unidad en los escritos del Nuevo Testamento. La historia transformó su primera experiencia de debilidad y persecución en la de poder, como eje y garantía de la unidad del imperio romano..
Es la historia de los grandes fundadores. Buda experimentó la iluminación y su mensaje de compasión atrajo a un grupo de seguidores. Al correr de los siglos la interpretación de sus palabras ha llenado libros y ha fijado prácticas como camino a la iluminación. Muchos consideran que su enseñanza se ha transformado en una religión.
Abraham experimentó una llamada a ponerse en camino. Israel, después de varios siglos, ya instalada a orillas del Jordán, codificó en el Pentateuco la religión oficial de su pueblo.
Ignacio de Loyola descubrió en Manresa su espiritualidad y la transmitió a sus compañeros mientras caminaba itinerante hacia Roma. En Roma, al recibir las Constituciones, su espiritualidad se concretó en las enseñanzas, los preceptos y las costumbres de una Congregación Religiosa.
La religión es la socialización de la espiritualidad, el río que encauza el agua de la fuente y la encamina para fertilizar la llanura. Si el río pierde la comunicación con la fuente se seca, o se estanca y se corrompe. El curso del río tiene que alimentarse de muchos riachuelos, del agua viva de muchas fuentes.
La espiritualidad es movimiento inquieto, la religión es reposo sedentario. La religión es conveniente, la espiritualidad es necesaria.
Nos parece interesante y bastante certero en lo que se refiere a la interpretación de lo que son las FUENTES y en lo que acaban con el paso del tiempo.
¿Cómo se convierte la espiritualidad en religión?
Los grandes fundadores experimentan una fuerza irresistible que les impulsa en una dirección. Ese movimiento espiritual se transmite directamente a un grupo de seguidores por la inmediatez física del gesto y de la palabra iluminada e iluminadora.
A medida que el grupo va aumentando, la pequeña comunidad se transforma en uno, o varios grupos sociales. El contacto directo se pierde. Las palabras orientadoras llegan como un eco impreciso, que es interpretado según las circunstancias de cada grupo. Las exhortaciones se transforman en preceptos. Las expresiones espontáneas, en ritos establecidos.
A medida que pasa el tiempo se multiplican las palabras, los preceptos y los ritos en un afán de mantener la unidad, de retener el espíritu inicial para que no emprenda nuevos caminos, o para evitar que vague errático.
Los borbotones de la fuente inicial se han transformado, en el mejor de los casos, en un río canalizado; en el peor, en aguas estancadas. La espiritualidad se ha ido convirtiendo en religión.
Jesús de Nazaret fue un profeta itinerante. Le seguía un grupo de hombres y mujeres atraídos por su actitud de amor filial a Dios y de compasión solidaria con los hombres. Sus discípulos sentían que sus palabras tenían una energía de vida eterna, pero interpretaban su mensaje del Reinado de Dios como una garantía de poder, con puestos de honor a la derecha y a la izquierda del trono. Sólo entendieron su mensaje cuando la vida les fue enseñando con sus aconteceres de pasión, muerte, persecución, y esperanza.
Ellos transmitieron el mensaje de Jesús, pero no podían transmitir ni la experiencia de Jesús ni su propia experiencia. Jesús había impulsado un movimiento espiritual, ellos fueron fraguando una religión. Las comunidades que se formaron -sedentarias y dispersas, cada una con su propia experiencia- reconocieron su unidad en los escritos del Nuevo Testamento. La historia transformó su primera experiencia de debilidad y persecución en la de poder, como eje y garantía de la unidad del imperio romano..
Es la historia de los grandes fundadores. Buda experimentó la iluminación y su mensaje de compasión atrajo a un grupo de seguidores. Al correr de los siglos la interpretación de sus palabras ha llenado libros y ha fijado prácticas como camino a la iluminación. Muchos consideran que su enseñanza se ha transformado en una religión.
Abraham experimentó una llamada a ponerse en camino. Israel, después de varios siglos, ya instalada a orillas del Jordán, codificó en el Pentateuco la religión oficial de su pueblo.
Ignacio de Loyola descubrió en Manresa su espiritualidad y la transmitió a sus compañeros mientras caminaba itinerante hacia Roma. En Roma, al recibir las Constituciones, su espiritualidad se concretó en las enseñanzas, los preceptos y las costumbres de una Congregación Religiosa.
La religión es la socialización de la espiritualidad, el río que encauza el agua de la fuente y la encamina para fertilizar la llanura. Si el río pierde la comunicación con la fuente se seca, o se estanca y se corrompe. El curso del río tiene que alimentarse de muchos riachuelos, del agua viva de muchas fuentes.
La espiritualidad es movimiento inquieto, la religión es reposo sedentario. La religión es conveniente, la espiritualidad es necesaria.
lunes, 25 de octubre de 2010
MARÍA MIRAME EN HONOR DE ALFREDO
AYER, DÍA DEDICADO A MARÍA AUXILIADORA, SE NOS FUE ALFREDO.
HOY, REZAMOS A LA MADRE POR ÉL PARA QUE LE MIRE Y LE CONDUZCA JUNTO A SU HIJO
HA FALLECIDO ALFREDO ELEJALDE MARTÍNEZ DE PANCORBO
Los Antiguos Alumnos y Alumnas Salesianos de Barakaldo, sentimos su muerte y pedimos a todos una oración por el eterno descanso de su alma,
El funeral, de cuerpo presente, se celebrará hoy, lunes, día 25, a las siete y media de la tarde en la Parroquia de San José, de Barakaldo.
Junto con el resto de la Familia Salesiana, damos gracias a Dios por la vida y la vocación salesiana y misionera de Alfredo y le pedimos que lo acoja en su Reino.
jueves, 21 de octubre de 2010
“Le pido a Dios que me libre de Dios”
José María Castillo, teólogo
R.C.
Esto es lo que le pedía a Dios el Maestro Eckhard, uno de los místicos más grandes que ha tenido la Iglesia en su larga historia. Este hombre, que nació en 1260 (Hochheim - Alemania) y murió en 1327 (Avignon - Francia), fue un dominico que ocupó cargos de gobierno y enseñanza en su Orden Religiosa y en la Universidad de Paris. En 1326, el arzobispo de Colonia inició un proceso contra las enseñanzas de Eckhard en sus sermones.LEER MÁS
R.C.
Esto es lo que le pedía a Dios el Maestro Eckhard, uno de los místicos más grandes que ha tenido la Iglesia en su larga historia. Este hombre, que nació en 1260 (Hochheim - Alemania) y murió en 1327 (Avignon - Francia), fue un dominico que ocupó cargos de gobierno y enseñanza en su Orden Religiosa y en la Universidad de Paris. En 1326, el arzobispo de Colonia inició un proceso contra las enseñanzas de Eckhard en sus sermones.LEER MÁS
miércoles, 20 de octubre de 2010
Los cristianos y lo irracional
José Mª Castillo, 20-Octubre-2010
ATRIO
Hace sesenta años, el profesor E. R. Dodds, de la Universidad de Oxford, pronunció una serie de conferencias, en la Universidad de California, que poco después se publicaron en un volumen titulado “Los griegos y lo irracional”. En este libro, Dodds analiza, con todo rigor documental, algunos de los problemas que han marcado de forma decisiva la cultura de Occidente: el tránsito de la cultura de la vergüenza a la de la culpabilidad, las bendiciones de la locura, los chamanes y los orígenes del puritanismo, etc.
Con razón, este libro ha recorrido Europa y América, se sigue editando con éxito y explica no pocas claves de lo que ahora estamos viviendo. Mi idea es que si, en 1950, se podía hablar de “los griegos y lo irracional”, en este momento tenemos sobrados argumentos para hablar de “los cristianos y lo irracional”.
LEER MÁS
ATRIO
Hace sesenta años, el profesor E. R. Dodds, de la Universidad de Oxford, pronunció una serie de conferencias, en la Universidad de California, que poco después se publicaron en un volumen titulado “Los griegos y lo irracional”. En este libro, Dodds analiza, con todo rigor documental, algunos de los problemas que han marcado de forma decisiva la cultura de Occidente: el tránsito de la cultura de la vergüenza a la de la culpabilidad, las bendiciones de la locura, los chamanes y los orígenes del puritanismo, etc.
Con razón, este libro ha recorrido Europa y América, se sigue editando con éxito y explica no pocas claves de lo que ahora estamos viviendo. Mi idea es que si, en 1950, se podía hablar de “los griegos y lo irracional”, en este momento tenemos sobrados argumentos para hablar de “los cristianos y lo irracional”.
LEER MÁS
martes, 19 de octubre de 2010
AFRICA IMPRESCINDIBLE
Os invitamos a participar en la 8ª edición de AFRICA IMPRESCINDIBLE. Al sur del Sahara, del 14 al 31 de octubre en Bilbao. Vamos a poder danzar a ritmo de percusión africana, participar en el café-coloquio sobre África Negra y disfrutar con toda la familia de cuentos tradicionales africanos através del teatro.
Os hacemos una invitación específica para participar en la actividad del 23 de octubre, el World Café
WORLD CAFÉ
“La mujer a través de la historia de África Negra”
23 de octubre
Las entidades que conformamos África Imprescindible os invitamos a participar el
sábado, 23 de octubre, de 11:30 a 14:00 en un café-coloquio, inspirado en la metodología
World Café. Tendrá lugar en el salón de actos de Arrupe Etxea, calle Padre Lojendio 2,
48008 en Bilbao (metro Abando, al lado de la librería La Casa del Libro).
Se cumplen 50 años desde que 17 Estados africanos se independizaron. Con esta
actividad pretendemos promover el diálogo e intercambio de opiniones en torno al rol que
desarrolló la mujer africana en este contexto.
África imprescindible pretende juntar a 30 personas de diferentes ámbitos, entorno a 6
mesas, para dialogar sobre temas relacionados con África Negra. El World Café consiste en
reunir en una mesa a cinco personas para que durante 20 minutos contrasten sus opiniones
sobre una pregunta que se les plantea. A los 20 minutos las personas participantes cambiaran
de mesa, de forma que conversan con un grupo de personas distintas transportando de un lado
a otro sus ideas sobre diferentes preguntas. La persona “moderadora” que se queda en la
mesa, – facilitadora del proceso –, recibe a sus nuevas/os “invitadas/os”, y les explica de que
se ha hablado hasta ese momento y sobre ello se establece una nueva conversación. Al
finalizar las tres rondas, se expondrán las ideas principales que se han recopilado.
Para ello contaremos con la colaboración de 6 personas moderadoras, con la gastronomía
bereber de Laila & Farah Benali y, para finalizar, contaremos con las clownclusiones a cargo
de Virginia Imaz del grupo de teatro Oihulari Klown.
Por favor, confirmar asistencia llamando al 944 465 992 o por email: bmarquina@centroellacuria.org
Saludos,
Asociación de Cameruneses en Bizkaia ACABIZ
Asociación Unión de Marfileños de Bizkaia, cultural y para la solidaridad
Fundación Social Ignacio Ellacuria
Intermon Oxfam
medicusmundi bizkaia
Munduko Medikuak
“La vida para mí no tiene sentido si no encuentro
un momento para los demás, y después de 400
años de esclavitud, 100 años de colonización y más
de 50 años de independencia globalizada, es tiempo
ya para que se empiece a tratar a áfrica y a sus
gentes con más respeto e igualdad”
Kuami Mensah
lunes, 18 de octubre de 2010
TRABAJO Y CALIDAD DE VIDA
Vicenç Navarro, catedrático de ciencias políticas y sociales
Vicenc Navarro
Este artículo analiza la importancia que tiene el trabajo para definir la calidad de vida de la ciudadanía, señalando que la situación actual de recesión y elevado desempleo está afectando negativamente el bienestar no solo de los desempleados sino también de los empleados. El artículo propone medidas para mejorar la producción de empleo y buen empleo.
El trabajo es la variable más importante para explicar la calidad de vida de la población adulta. Estudios científicos de los centros de investigación de la salud de EEUU (los famosos National Institutes of Health del Gobierno federal de EEUU) han mostrado que la variable más importante para explicar la longevidad (es decir, los años que una persona vive) de los ciudadanos estadounidenses es el tipo de trabajo que realizan.
A mayor calidad del trabajo (es decir, a mayor posibilidad de mostrar en su puesto de trabajo la creatividad que todo ser humano tiene, a mayor control de su ambiente laboral y de sus condiciones de trabajo y a mayor satisfacción con su trabajo), mayor es el número de años que un ciudadano vive. En realidad, el trabajo configura las 24 horas del día, y no sólo las ocho horas de jornada laboral. Un carpintero, por ejemplo, tiene sueños distintos a un médico.
Y el punto más débil de nuestras sociedades es que, para la mayoría de personas que trabajan, el trabajo no es, en sí, un medio de goce, creatividad y satisfacción, sino un mero instrumento para conseguir los medios –dinero– para que aquel individuo se sienta realizado en el mundo del consumo. La sociedad del consumo convierte el mundo del trabajo en mero instrumento para poder consumir.
Sin embargo, el trabajo es la variable más importante para configurar la vida de una persona.
Lo que la persona tiene (el consumo) depende de lo que hace (trabajo). De ahí que la gente normal y corriente, en la gran sabiduría que le da su experiencia cotidiana, cuando quiere saber de una persona, después de preguntarle su nombre, suele preguntar: “Y usted, ¿de qué trabaja?”. Y cuando le responde a esta pregunta ya conoce mucho de la otra persona, incluyendo su nivel de consumo, tipo de vivienda que tiene y el tipo de vecindario donde vive, así como su estilo de vida, y un largo etcétera.
Pero el trabajo (la existencia de un buen trabajo) no es sólo un bien individual, sino también colectivo. Es decir, a más personas trabajando (y con un buen trabajo), mayor riqueza existe en un país. En realidad, el hecho de que seamos en España menos ricos que la mayoría de países de la UE-15 se debe a que tenemos menos personas trabajando que ellos. De ahí la enorme importancia de que las autoridades públicas ayuden a las mujeres a integrarse en el mercado de trabajo mediante el desarrollo de lo que en su día llamé “el cuarto pilar del bienestar” (ver mi artículo bajo este título en Público, 15-10-09), es decir, escuelas de infancia y servicios domiciliarios.
Ahora bien, para tener un buen trabajo primero hay que tener trabajo. Y este no abunda. Y ahí comienza el problema. Si todas las personas que desean tener trabajo (que son la mayoría de personas adultas) lo consiguieran y hubiera pleno empleo, la demanda no sería sólo de empleo, sino de buen empleo. Un buen empleo sería el objetivo central de la mayoría de la población adulta. Pero cuando hay un elevado desempleo, entonces las demandas disminuyen y se pide trabajo y punto, sin añadir “buen”, que es la situación en la que nos encontramos ahora, con un elevadísimo paro.
Ahora bien, el desempleo se da cuando hay menos oferta de trabajo que la que desea la población que busca trabajo. Y ello puede deberse a varias razones. Una es que la economía está estancada y no hay suficiente demanda de productos y servicios, con lo cual las empresas disminuyen su producción y despiden a sus trabajadores. Es lo que está ocurriendo ahora. Pero, además de ello, hay causas estructurales que vienen existiendo desde hace muchos años. Una es el cambio tecnológico, que permite a un trabajador hacer lo que hacían antes veinte trabajadores. Otra es el desplazamiento de empresas a otros países, a los que se llevan puestos de trabajo. Y otra es la inmigración, que aumenta el tamaño de la población que demanda trabajo. Cada una de estas causas estructurales puede variar según decisiones políticas.
Pero otra manera de reducir el desempleo, que no se está explorando tanto como las anteriores, es aumentar la oferta de trabajo disminuyendo el número de horas trabajadas. Esto es precisamente lo que hizo la Administración Roosevelt con el New Deal, cuando el desempleo, durante la Gran Recesión, aumentó considerablemente. Dictó una ley en 1940 que estableció la semana laboral de cinco días, cuando antes era de seis días. Este cambio fue enormemente importante y, además de aumentar la calidad de vida de la población trabajadora (y de sus familias), aumentó enormemente la oferta de trabajo. De ahí que una medida de gran eficacia para crear empleo sería disminuir la semana laboral a cuatro días, cambio que, naturalmente, debería hacerse lentamente y sin que afecte negativamente a la producción de bienes y servicios. Es probable que los beneficios empresariales se redujeran al principio, lo cual explica la enorme oposición del mundo empresarial a tal medida. En realidad, su última demanda, propuesta por la Comisión Europea, de sensibilidad neoliberal, era aumentar la semana laboral de 48 a 65 horas.
Las rentas del trabajo, sin embargo, subirían, lo cual es un dato positivo desde el punto de vista de la eficiencia económica, pues parte del problema financiero y económico se basa en la excesiva polarización de las rentas, con una enorme exuberancia de los beneficios del capital a costa de la reducción de los beneficios del trabajo (ver mi artículo “Para entender la crisis. Así empezó todo en Estados Unidos”, Le Monde Diplomatique, junio de 2009). Y los datos están ahí para quien quiera verlos. El enorme aumento de la productividad que se ha dado durante el siglo XX en la mayoría de países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo) ha beneficiado mucho más a las rentas del capital que a las rentas del trabajo. De ahí la importancia de revertir este hecho por razones de equidad, así como de eficiencia económica.
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 14 de octubre de 2010
Vicenc Navarro
Este artículo analiza la importancia que tiene el trabajo para definir la calidad de vida de la ciudadanía, señalando que la situación actual de recesión y elevado desempleo está afectando negativamente el bienestar no solo de los desempleados sino también de los empleados. El artículo propone medidas para mejorar la producción de empleo y buen empleo.
El trabajo es la variable más importante para explicar la calidad de vida de la población adulta. Estudios científicos de los centros de investigación de la salud de EEUU (los famosos National Institutes of Health del Gobierno federal de EEUU) han mostrado que la variable más importante para explicar la longevidad (es decir, los años que una persona vive) de los ciudadanos estadounidenses es el tipo de trabajo que realizan.
A mayor calidad del trabajo (es decir, a mayor posibilidad de mostrar en su puesto de trabajo la creatividad que todo ser humano tiene, a mayor control de su ambiente laboral y de sus condiciones de trabajo y a mayor satisfacción con su trabajo), mayor es el número de años que un ciudadano vive. En realidad, el trabajo configura las 24 horas del día, y no sólo las ocho horas de jornada laboral. Un carpintero, por ejemplo, tiene sueños distintos a un médico.
Y el punto más débil de nuestras sociedades es que, para la mayoría de personas que trabajan, el trabajo no es, en sí, un medio de goce, creatividad y satisfacción, sino un mero instrumento para conseguir los medios –dinero– para que aquel individuo se sienta realizado en el mundo del consumo. La sociedad del consumo convierte el mundo del trabajo en mero instrumento para poder consumir.
Sin embargo, el trabajo es la variable más importante para configurar la vida de una persona.
Lo que la persona tiene (el consumo) depende de lo que hace (trabajo). De ahí que la gente normal y corriente, en la gran sabiduría que le da su experiencia cotidiana, cuando quiere saber de una persona, después de preguntarle su nombre, suele preguntar: “Y usted, ¿de qué trabaja?”. Y cuando le responde a esta pregunta ya conoce mucho de la otra persona, incluyendo su nivel de consumo, tipo de vivienda que tiene y el tipo de vecindario donde vive, así como su estilo de vida, y un largo etcétera.
Pero el trabajo (la existencia de un buen trabajo) no es sólo un bien individual, sino también colectivo. Es decir, a más personas trabajando (y con un buen trabajo), mayor riqueza existe en un país. En realidad, el hecho de que seamos en España menos ricos que la mayoría de países de la UE-15 se debe a que tenemos menos personas trabajando que ellos. De ahí la enorme importancia de que las autoridades públicas ayuden a las mujeres a integrarse en el mercado de trabajo mediante el desarrollo de lo que en su día llamé “el cuarto pilar del bienestar” (ver mi artículo bajo este título en Público, 15-10-09), es decir, escuelas de infancia y servicios domiciliarios.
Ahora bien, para tener un buen trabajo primero hay que tener trabajo. Y este no abunda. Y ahí comienza el problema. Si todas las personas que desean tener trabajo (que son la mayoría de personas adultas) lo consiguieran y hubiera pleno empleo, la demanda no sería sólo de empleo, sino de buen empleo. Un buen empleo sería el objetivo central de la mayoría de la población adulta. Pero cuando hay un elevado desempleo, entonces las demandas disminuyen y se pide trabajo y punto, sin añadir “buen”, que es la situación en la que nos encontramos ahora, con un elevadísimo paro.
Ahora bien, el desempleo se da cuando hay menos oferta de trabajo que la que desea la población que busca trabajo. Y ello puede deberse a varias razones. Una es que la economía está estancada y no hay suficiente demanda de productos y servicios, con lo cual las empresas disminuyen su producción y despiden a sus trabajadores. Es lo que está ocurriendo ahora. Pero, además de ello, hay causas estructurales que vienen existiendo desde hace muchos años. Una es el cambio tecnológico, que permite a un trabajador hacer lo que hacían antes veinte trabajadores. Otra es el desplazamiento de empresas a otros países, a los que se llevan puestos de trabajo. Y otra es la inmigración, que aumenta el tamaño de la población que demanda trabajo. Cada una de estas causas estructurales puede variar según decisiones políticas.
Pero otra manera de reducir el desempleo, que no se está explorando tanto como las anteriores, es aumentar la oferta de trabajo disminuyendo el número de horas trabajadas. Esto es precisamente lo que hizo la Administración Roosevelt con el New Deal, cuando el desempleo, durante la Gran Recesión, aumentó considerablemente. Dictó una ley en 1940 que estableció la semana laboral de cinco días, cuando antes era de seis días. Este cambio fue enormemente importante y, además de aumentar la calidad de vida de la población trabajadora (y de sus familias), aumentó enormemente la oferta de trabajo. De ahí que una medida de gran eficacia para crear empleo sería disminuir la semana laboral a cuatro días, cambio que, naturalmente, debería hacerse lentamente y sin que afecte negativamente a la producción de bienes y servicios. Es probable que los beneficios empresariales se redujeran al principio, lo cual explica la enorme oposición del mundo empresarial a tal medida. En realidad, su última demanda, propuesta por la Comisión Europea, de sensibilidad neoliberal, era aumentar la semana laboral de 48 a 65 horas.
Las rentas del trabajo, sin embargo, subirían, lo cual es un dato positivo desde el punto de vista de la eficiencia económica, pues parte del problema financiero y económico se basa en la excesiva polarización de las rentas, con una enorme exuberancia de los beneficios del capital a costa de la reducción de los beneficios del trabajo (ver mi artículo “Para entender la crisis. Así empezó todo en Estados Unidos”, Le Monde Diplomatique, junio de 2009). Y los datos están ahí para quien quiera verlos. El enorme aumento de la productividad que se ha dado durante el siglo XX en la mayoría de países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo) ha beneficiado mucho más a las rentas del capital que a las rentas del trabajo. De ahí la importancia de revertir este hecho por razones de equidad, así como de eficiencia económica.
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 14 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
Día de la Raza, 518 años y nada
Salvador González Briceño
Alainet
La conquista del imperio, a sangre y fuego
España y Portugal ignoraron las culturas
“La conquista, lo mismo que el poder de imposición, ha de aportar, cosa esencial en toda sociedad humana, algún beneficio consigo, o bien los hombres con toda su fuerza la rechazarán”: Thomas Carlyle (1795-1881).
El 12 de octubre de 1492 ocurrió lo que se conoce como el Descubrimiento de América, con el arribo de la flota de marineros-aventureros encabezada por Cristóbal Colón. LEER MÁS
Alainet
La conquista del imperio, a sangre y fuego
España y Portugal ignoraron las culturas
“La conquista, lo mismo que el poder de imposición, ha de aportar, cosa esencial en toda sociedad humana, algún beneficio consigo, o bien los hombres con toda su fuerza la rechazarán”: Thomas Carlyle (1795-1881).
El 12 de octubre de 1492 ocurrió lo que se conoce como el Descubrimiento de América, con el arribo de la flota de marineros-aventureros encabezada por Cristóbal Colón. LEER MÁS
viernes, 8 de octubre de 2010
La materia no existe, todo es energía
Leonardo Boff, 08-Octubre-2010
eL título de este artículo resulta una obviedad para quien entienda mínimamente la teoría de la relatividad de Einstein, que afirma que materia y energía son equivalentes. La materia es energía altamente condensada que puede ser liberada, como lo mostró lamentablemente la bomba atómica. El camino de la ciencia ha hecho más o menos el siguiente recorrido: de la materia llegó al átomo, del átomo a las partículas subatómicas, de las partículas subatómicas a los «paquetes de onda» energética, de los paquetes de onda a las supercuerdas vibratorias en once dimensiones o más, representadas como música y color. Así un electrón vibra más o menos quinientos billones de veces por segundo. La vibración produce sonido y color. El universo sería, pues, una sinfonía de sonidos y colores. De las supercuerdas se llegó, finalmente, a la energía de fondo, al vacío cuántico.
LEER ARTICULO
eL título de este artículo resulta una obviedad para quien entienda mínimamente la teoría de la relatividad de Einstein, que afirma que materia y energía son equivalentes. La materia es energía altamente condensada que puede ser liberada, como lo mostró lamentablemente la bomba atómica. El camino de la ciencia ha hecho más o menos el siguiente recorrido: de la materia llegó al átomo, del átomo a las partículas subatómicas, de las partículas subatómicas a los «paquetes de onda» energética, de los paquetes de onda a las supercuerdas vibratorias en once dimensiones o más, representadas como música y color. Así un electrón vibra más o menos quinientos billones de veces por segundo. La vibración produce sonido y color. El universo sería, pues, una sinfonía de sonidos y colores. De las supercuerdas se llegó, finalmente, a la energía de fondo, al vacío cuántico.
LEER ARTICULO
jueves, 7 de octubre de 2010
JOSE ANTONIO PAGOLA SERMÓN DOMINGO 28 ORDINARIO
No siempre somos conscientes, pero vivimos cautivos de una red invisible de barreras y prejuicios tan profundamente interiorizados e institucionalizados que forman parte de nuestro ser. Nos creemos libres, pero ellos nos dictan a quién amar y a quién rechazar, con quién andar y a quién evitar.
LEER SERMÓN
La visita del Papa a Barcelona costará más de medio millón de euros
El Plural
La visita del Papa Benedicto XVI a la ciudad de Barcelona para dedicar el templo de la Sagrada Familia costará a la diócesis entre 500.000 y 600.000 euros, una cantidad que no contempla los gastos de seguridad y del centro de prensa, según ha informado este miércoles el cardenal Lluís Martínez Sistach.
LEER NOTICIA
La visita del Papa Benedicto XVI a la ciudad de Barcelona para dedicar el templo de la Sagrada Familia costará a la diócesis entre 500.000 y 600.000 euros, una cantidad que no contempla los gastos de seguridad y del centro de prensa, según ha informado este miércoles el cardenal Lluís Martínez Sistach.
LEER NOTICIA
miércoles, 6 de octubre de 2010
RESTAURACION DON BOSCO
PARA VER EL ÁLBUM PINCHAR EN LA FOTO
EL PASADO DÍA 2 DE OCTUBRE se hizo la solemne bendición de la imagen de Don Bosco, que ha sido restaurada por Don Marcelino González quien ya restauró la del Sagrado Corazón y la de María Auxiliadora.
El acto tuvo lugar a las 7,30 de la tarde y en él participó TODA LA FAMILIA SALESIANA.
El provincial don FÉLIX URRA bendijo la i´magen y, en el transcurso del acto, los distintos componentes de la Familia Salesiana hicieron entrega de un obsequio a don MARCELINO, en señal de gratitud.
EL PASADO DÍA 2 DE OCTUBRE se hizo la solemne bendición de la imagen de Don Bosco, que ha sido restaurada por Don Marcelino González quien ya restauró la del Sagrado Corazón y la de María Auxiliadora.
El acto tuvo lugar a las 7,30 de la tarde y en él participó TODA LA FAMILIA SALESIANA.
El provincial don FÉLIX URRA bendijo la i´magen y, en el transcurso del acto, los distintos componentes de la Familia Salesiana hicieron entrega de un obsequio a don MARCELINO, en señal de gratitud.
martes, 5 de octubre de 2010
Ni clérigo ni laico
Ni clérigo ni laico
por Joxe Arregi, * Teólogo - Domingo, 3 de Octubre de 2010 -
IBA a titular este artículo "Soy laico". Ahora que, por motivo de doctrinas e interpretaciones que nunca debieron habernos traído hasta aquí, he iniciado el doble proceso de exclaustración (abandono de la "Vida religiosa") y de secularización (abandono del sacerdocio), quería brindar por mi nuevo estado y decir: "Me honro de ser laico por la gracia de Dios. Me alegro de ser uno de vosotros, la inmensa mayoría eclesial".
Pero debo corregirme en seguida. ¿Laico? No, realmente no soy laico ni quiero serlo, pues este término sólo tiene sentido en contraposición a clérigo y siempre lleva las de perder. No soy laico ni quiero serlo, porque ese nombre lo inventaron los clérigos -que nadie se extrañe: siempre han sido los poderosos quienes han impuesto su lenguaje-. No quiero ser laico, que es como decir cristiano raso y de segunda, cristiano subordinado.
El Derecho Canónico vigente da una extraña definición del término: "laico" es aquel que no es ni clérigo ordenado ni religioso con votos. No designa algo que es, sino algo que no es. Laico es el que, por definición canónica, carece en la Iglesia de identidad y de función, por haber sido despojado. Laico es el que no ha emitido los tres votos canónicos de pobreza, obediencia y castidad, aunque es casi seguro que habrá de cumplir esos votos, y otros varios, tanto o más que los religiosos instalados en su "estado de perfección". Laico es el que no puede presidir la fracción del pan, la cena de Jesús, la memoria de la vida. Laico es el que no puede decir en nombre de Jesús de manera efectiva: "Hermano, hermana, no te aflijas, porque estás perdonado, y siempre lo estarás. Nadie te condena, no condenes a nadie. Vete en paz, vive en paz". Laico es el que no puede decir a una pareja enamorada: "Yo bendigo vuestro amor. Vuestro amor, mientras dure, es sacramento de Dios". Laico es el que no tiene en la Iglesia ningún poder porque se lo han sustraído. Aquellos que se apoderaron de todos los poderes se llamaron clérigos, es decir, "los escogidos". Habían sido escogidos por la comunidad, pero luego se escogieron a sí mismos y dijeron: "Somos los escogidos de Dios".
No soy laico ni quiero serlo, porque no creo en una Iglesia tripartita de religiosos, clérigos y laicos, de cristianos con rango y cristianos de a pie, de clase dirigente y masa dirigida. Jesús no dispuso clases, sino que las anuló todas. Y nadie que conozca algo del Jesús histórico nos podrá decir que a los "Doce" -que luego fueron llamados apóstoles- los puso Jesús como dirigentes, menos aún como clase dirigente con derecho a sucesión. A lo sumo, y como judío que era, los designó como imagen del Israel soñado de las doce tribus, del pueblo reunido de todos los exilios, del pueblo fraterno, liberado de todos los señores. (Y, por lo demás, ¿qué hay de los "setenta y dos" que Jesús también escogió y envió a anunciar que otro mundo es posible? ¿Cómo es que ellos no tuvieron sucesores? A alguien debió de interesar que no los tuvieran, tal vez para que el poder no quedara repartido). Jesús no era sacerdote, pero no por ello se consideró laico y a nadie nos llamó con ese nombre. Es un nombre falaz.
Hace veinte años que así lo veo y lo digo. ¿Por qué, entonces, no he abandonado hasta ahora los votos y el sacerdocio? Simplemente, porque era lo bastante feliz con lo que vivía y hacía, y pensaba que no cambia nada importante por unos votos de más o unos cánones de menos. Y ahora que, por las circunstancias, dejo los votos y el sacerdocio, sigo pensando lo mismo: que "laico" es una denominación clerical y que, en la Iglesia de Jesús, es preciso dejar de hablar de clérigos y laicos, es decir, superar de raíz el clericalismo.
Hablar de clérigos y laicos en la Iglesia es un fraude al Nuevo Testamento, pues esos términos no se utilizan una sola vez ni en los evangelios, ni en las cartas de Pablo, ni en ningún otro escrito del Nuevo Testamento. Sí se utiliza el término griego "laos" (pueblo), del que se deriva "laico", pero "laos" designa a toda la Iglesia, no a una supuesta "base eclesial" informe e inculta. A toda la Iglesia nos llama el Nuevo Testamento "pueblo de Dios" (1 Pe 2,9-10), y a todos los creyentes nos llama "templo de Dios" (1 Pe 2,5; 1 Cor 3,16), "sacerdotes santos" (1 Pe 2,5), "escogidos" y, sobre todo, "hermanos". Todo somos pueblo, templo, sacerdotes, elegidos, hermanos; lo somos sin otra distinción que la biografía misteriosa de cada uno con sus dones y sus llagas.
Hablar de clérigos y laicos es también un fraude a los primeros siglos de la Iglesia, pues esos términos no figuran en la literatura cristiana hasta el siglo III. Durante los dos primeros siglos no hubo "laicos" en la Iglesia, porque aún no existía "clero". Luego, la Iglesia se fue sacerdotalizando, clericalizando, y así surgió el laicado, que no es sino el despojo de lo que el clero se llevó. Nunca habría habido laicos en la Iglesia de no haber habido clérigos primero.
Más cerca aun de nosotros, hablar de clérigos y laicos es un fraude al sueño insinuado por el Concilio Vaticano II que, en la Constitución Lumen Gentium, invirtió el orden tradicional y trató primero sobre la Iglesia como pueblo de Dios y luego sobre los ministerios jerárquicos. Primero, el pueblo; luego, las funciones que el pueblo considere oportunas. Los obispos, presbíteros y diáconos nunca debieron constituirse en "jerarquía" (poder sagrado); no son sino funciones que derivan de la comunidad y han de ser reguladas por ella. Sólo representan a Dios si representan a la Iglesia y no a la inversa.
Hablar de clérigos y laicos es, en definitiva, un fraude a Jesús, pues él rompió con la lógica y los mecanismos de quienes se habían atrincherado en la Ley y el Templo y se habían erigido a sí mismos como dueños absolutos de la verdad y del bien. Jesús les dijo: "Dios no quiere eso. Dios quiere que curemos las heridas y seamos hermanos". Y por eso le condenaron.
Doce siglos después, vino Francisco, que nunca se reveló de palabra contra el orden clerical ni quiso criticarlo, pero que por alguna otra poderosa razón, además de la humildad, rehusó a ser clérigo y, con la dulzura y la firmeza que le caracterizaban, impidió mientras pudo que se reprodujera en su fraternidad la división entre clérigos y laicos. Y, cuando ya no pudo impedirlo, su cuerpo y su alma se llagaron y murió a los 45 años.
Una vez que él con algunos hermanos moraba de paso en un pobrecillo eremitorio, llegó en visita una importante dama y pidió que le mostraran el oratorio, la sala capitular, el refectorio y el claustro. Francisco y sus hermanos la llevaron a una colina cercana y le mostraron toda la superficie de la tierra que podían divisar y le dijeron: "Este es nuestro claustro, señora". Que era como decir: "No queremos ser ni monjes ni religiosos ni seglares, ni clérigos ni laicos. Es otra cosa, Señora. Queremos vivir como Jesús".
por Joxe Arregi, * Teólogo - Domingo, 3 de Octubre de 2010 -
IBA a titular este artículo "Soy laico". Ahora que, por motivo de doctrinas e interpretaciones que nunca debieron habernos traído hasta aquí, he iniciado el doble proceso de exclaustración (abandono de la "Vida religiosa") y de secularización (abandono del sacerdocio), quería brindar por mi nuevo estado y decir: "Me honro de ser laico por la gracia de Dios. Me alegro de ser uno de vosotros, la inmensa mayoría eclesial".
Pero debo corregirme en seguida. ¿Laico? No, realmente no soy laico ni quiero serlo, pues este término sólo tiene sentido en contraposición a clérigo y siempre lleva las de perder. No soy laico ni quiero serlo, porque ese nombre lo inventaron los clérigos -que nadie se extrañe: siempre han sido los poderosos quienes han impuesto su lenguaje-. No quiero ser laico, que es como decir cristiano raso y de segunda, cristiano subordinado.
El Derecho Canónico vigente da una extraña definición del término: "laico" es aquel que no es ni clérigo ordenado ni religioso con votos. No designa algo que es, sino algo que no es. Laico es el que, por definición canónica, carece en la Iglesia de identidad y de función, por haber sido despojado. Laico es el que no ha emitido los tres votos canónicos de pobreza, obediencia y castidad, aunque es casi seguro que habrá de cumplir esos votos, y otros varios, tanto o más que los religiosos instalados en su "estado de perfección". Laico es el que no puede presidir la fracción del pan, la cena de Jesús, la memoria de la vida. Laico es el que no puede decir en nombre de Jesús de manera efectiva: "Hermano, hermana, no te aflijas, porque estás perdonado, y siempre lo estarás. Nadie te condena, no condenes a nadie. Vete en paz, vive en paz". Laico es el que no puede decir a una pareja enamorada: "Yo bendigo vuestro amor. Vuestro amor, mientras dure, es sacramento de Dios". Laico es el que no tiene en la Iglesia ningún poder porque se lo han sustraído. Aquellos que se apoderaron de todos los poderes se llamaron clérigos, es decir, "los escogidos". Habían sido escogidos por la comunidad, pero luego se escogieron a sí mismos y dijeron: "Somos los escogidos de Dios".
No soy laico ni quiero serlo, porque no creo en una Iglesia tripartita de religiosos, clérigos y laicos, de cristianos con rango y cristianos de a pie, de clase dirigente y masa dirigida. Jesús no dispuso clases, sino que las anuló todas. Y nadie que conozca algo del Jesús histórico nos podrá decir que a los "Doce" -que luego fueron llamados apóstoles- los puso Jesús como dirigentes, menos aún como clase dirigente con derecho a sucesión. A lo sumo, y como judío que era, los designó como imagen del Israel soñado de las doce tribus, del pueblo reunido de todos los exilios, del pueblo fraterno, liberado de todos los señores. (Y, por lo demás, ¿qué hay de los "setenta y dos" que Jesús también escogió y envió a anunciar que otro mundo es posible? ¿Cómo es que ellos no tuvieron sucesores? A alguien debió de interesar que no los tuvieran, tal vez para que el poder no quedara repartido). Jesús no era sacerdote, pero no por ello se consideró laico y a nadie nos llamó con ese nombre. Es un nombre falaz.
Hace veinte años que así lo veo y lo digo. ¿Por qué, entonces, no he abandonado hasta ahora los votos y el sacerdocio? Simplemente, porque era lo bastante feliz con lo que vivía y hacía, y pensaba que no cambia nada importante por unos votos de más o unos cánones de menos. Y ahora que, por las circunstancias, dejo los votos y el sacerdocio, sigo pensando lo mismo: que "laico" es una denominación clerical y que, en la Iglesia de Jesús, es preciso dejar de hablar de clérigos y laicos, es decir, superar de raíz el clericalismo.
Hablar de clérigos y laicos en la Iglesia es un fraude al Nuevo Testamento, pues esos términos no se utilizan una sola vez ni en los evangelios, ni en las cartas de Pablo, ni en ningún otro escrito del Nuevo Testamento. Sí se utiliza el término griego "laos" (pueblo), del que se deriva "laico", pero "laos" designa a toda la Iglesia, no a una supuesta "base eclesial" informe e inculta. A toda la Iglesia nos llama el Nuevo Testamento "pueblo de Dios" (1 Pe 2,9-10), y a todos los creyentes nos llama "templo de Dios" (1 Pe 2,5; 1 Cor 3,16), "sacerdotes santos" (1 Pe 2,5), "escogidos" y, sobre todo, "hermanos". Todo somos pueblo, templo, sacerdotes, elegidos, hermanos; lo somos sin otra distinción que la biografía misteriosa de cada uno con sus dones y sus llagas.
Hablar de clérigos y laicos es también un fraude a los primeros siglos de la Iglesia, pues esos términos no figuran en la literatura cristiana hasta el siglo III. Durante los dos primeros siglos no hubo "laicos" en la Iglesia, porque aún no existía "clero". Luego, la Iglesia se fue sacerdotalizando, clericalizando, y así surgió el laicado, que no es sino el despojo de lo que el clero se llevó. Nunca habría habido laicos en la Iglesia de no haber habido clérigos primero.
Más cerca aun de nosotros, hablar de clérigos y laicos es un fraude al sueño insinuado por el Concilio Vaticano II que, en la Constitución Lumen Gentium, invirtió el orden tradicional y trató primero sobre la Iglesia como pueblo de Dios y luego sobre los ministerios jerárquicos. Primero, el pueblo; luego, las funciones que el pueblo considere oportunas. Los obispos, presbíteros y diáconos nunca debieron constituirse en "jerarquía" (poder sagrado); no son sino funciones que derivan de la comunidad y han de ser reguladas por ella. Sólo representan a Dios si representan a la Iglesia y no a la inversa.
Hablar de clérigos y laicos es, en definitiva, un fraude a Jesús, pues él rompió con la lógica y los mecanismos de quienes se habían atrincherado en la Ley y el Templo y se habían erigido a sí mismos como dueños absolutos de la verdad y del bien. Jesús les dijo: "Dios no quiere eso. Dios quiere que curemos las heridas y seamos hermanos". Y por eso le condenaron.
Doce siglos después, vino Francisco, que nunca se reveló de palabra contra el orden clerical ni quiso criticarlo, pero que por alguna otra poderosa razón, además de la humildad, rehusó a ser clérigo y, con la dulzura y la firmeza que le caracterizaban, impidió mientras pudo que se reprodujera en su fraternidad la división entre clérigos y laicos. Y, cuando ya no pudo impedirlo, su cuerpo y su alma se llagaron y murió a los 45 años.
Una vez que él con algunos hermanos moraba de paso en un pobrecillo eremitorio, llegó en visita una importante dama y pidió que le mostraran el oratorio, la sala capitular, el refectorio y el claustro. Francisco y sus hermanos la llevaron a una colina cercana y le mostraron toda la superficie de la tierra que podían divisar y le dijeron: "Este es nuestro claustro, señora". Que era como decir: "No queremos ser ni monjes ni religiosos ni seglares, ni clérigos ni laicos. Es otra cosa, Señora. Queremos vivir como Jesús".
lunes, 4 de octubre de 2010
MISA LATINA
POR SI A ALGUIEN LE INTERESA AQUÍ TENÉIS LAS FECHAS DE LAS MISAS QUE SE DIRÁN EN LA PARROQUIA DE SAN FRANCISCO JAVIER DE BILBAO
sábado, 2 de octubre de 2010
NUEVO OBISPO DE BILBAO
Los Fieles temen Que la designación de Iceta Cambie La Línea de pastoral de la Diócesis
Seiscientos Sacerdotes , Religiosos Y Laicos EMPLAZAN AL OBISPO QUE GARANTICE El DERECHO A LA PARTICIPACIÓN
J. FERNÁNDEZ - Viernes , 1 de Octubre de 2010 - Actualizado 04:43 h. de la ONU Las
DEIA acogerá en sus páginas las reflexiones de Joxe Arregi
EL TEÓLOGO ESCRIBIRÁ ARTICULOS DE OPINIÓN TODOS LOS DOMINGOS EN IRITZIA
BILBAO. Influyente y respetado teólogo, y uno de los pensadores más destacados de la cultura vasca, Joxe Arregi comenzará a escribir este fin de semana un nuevo capítulo de su fecunda carrera al servicio de la comunidad cristiana. Será en las páginas de DEIA dedicadas a la opinión donde este ex franciscano ofrezca su visión más personal sobre distintos "temas de actualidad, el mundo eclesial, la vida social o la política en sentido general", como él mismo desgrana en afable conversación.LEER MÁS
BILBAO. Influyente y respetado teólogo, y uno de los pensadores más destacados de la cultura vasca, Joxe Arregi comenzará a escribir este fin de semana un nuevo capítulo de su fecunda carrera al servicio de la comunidad cristiana. Será en las páginas de DEIA dedicadas a la opinión donde este ex franciscano ofrezca su visión más personal sobre distintos "temas de actualidad, el mundo eclesial, la vida social o la política en sentido general", como él mismo desgrana en afable conversación.LEER MÁS
JOSE ANTONIO PAGOLA SERMÓN DOMINGO 27 ORDINARIO
Muchos de nuestros jóvenes no creen en el matrimonio ni en la familia. No aceptan nuestras instituciones educativas. Sospechan de los modelos de vida que sus padres les ofrecen. No creen en la validez de lo que les pueda ofrecer la iglesia cristiana o las diversas tradiciones religiosas.
LEER SERMÓN
LEER SERMÓN
Suscribirse a:
Entradas (Atom)