FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA ENERO 2025

FIESTA DE LA UNIÓN PROMOCIONES DE 1946 - 1955

FIESTA DE LA UNIÓN PROMOCIONES DE 1946 - 1955
PINCHAR IMAGEN PARA IR AL ÁLBUM

miércoles, 12 de febrero de 2025

FIARSE Lc 6, 20-26 «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios»


 


Podemos tomar las bienaventuranzas como una propuesta de felicidad individual, y también como un estilo de vida capaz de cambiar el mundo. Pero ¿cambiarlo para qué?... pues cambiarlo para que no se aparte de su destino. La humanidad es el sueño de Dios y está destinada a alcanzar la plenitud para la que ha sido concebida, pero en su propia naturaleza hay un germen que le tienta con fuerza a equivocar el camino, a olvidar su esencia, a “deshumanizarse”. Y la propuesta de Jesús, toda la propuesta de Jesús, puede entenderse como una invitación a enderezar el rumbo; a asumir la tarea de sembrar humanidad en torno a cada uno de nosotros.

Pero para aceptar una tarea de esta envergadura es preciso tener mucha fe en quien nos la propone, y esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué significa para mí creer en Jesús?...

El verbo “creer” tiene una primera acepción que lo define como “tener por cierto”. De acuerdo con ella, creer en Jesús es aceptar una serie de asertos propuestos por los teólogos cristianos, como, por ejemplo, “Creo en Jesucristo, su único hijo nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo… etc.” Pero esta fe, concebida como simple aceptación de una doctrina o un dogma, puede resultar estéril si no afecta a nuestra vida. Podemos creer todos los postulados de la Iglesia y actuar con unos criterios opuestos a los de Jesús.

Pero el verbo creer también tiene otra acepción: “fiarse de”. Por ejemplo, yo creo en mi médico, es decir, me fío de mi médico y me pongo en sus manos para que me abra en canal. Este segundo significado cuadra mucho mejor con la fe en Jesús, y a él nos vamos a atener en esta breve reflexión.

El mundo me dice que seré feliz si soy rico, si tengo poder o prestigio social, si no me dejo avasallar, si soy más listo que los demás para los negocios, si voy de diversión en diversión, si no me meto en líos, si no me insultan ni me persiguen… Jesús, en cambio, me hace una propuesta radicalmente distinta: ¿Quieres ser feliz...? pues confórmate con poco, comparte lo que tienes con los que no tienen, aprende a sufrir, di siempre la verdad, no seas violento, trabaja para que prevalezca la justicia, no trates de aprovecharte de nadie, y no te preocupes si te insultan y te persiguen por ello, pues a la larga serás mucho más dichoso… En otras palabras, ¿quieres ser feliz?... pues siembra humanidad.

Y ante esta propuesta la pelota queda en mi tejado: ¿Me lo juego todo apostando por unos criterios de locos; viviendo de acuerdo a unos valores tan estrafalarios como poco evidentes? Decir que sí, es apostar la vida a sus criterios, es avanzar en la línea que él nos propuso, es comprometerme con la tarea de marcar el rumbo de la humanidad en la medida de mis fuerzas, es colaborar seriamente con el proyecto de Dios de llevar a este mundo a su destino...

Es difícil imaginar una tarea más apasionante que ésta, pero es preciso fiarse mucho de Jesús para abrazarla con fervor y llevarla hasta las últimas consecuencias. Nos entusiasma lo de Jesús, pero sólo nos fiamos de él hasta el momento en que nos invita a salir de nuestra zona de confort. Entonces ya no nos convence. Un ejemplo de esto son las bienaventuranzas, porque las leemos y nos encantan, pero no nos apetece nada renunciar a la abundancia, ni compartir, ni trabajar por la paz y la justicia, y mucho menos, ser insultado o perseguido por ello

Y no dudamos de que es Jesús el que tiene razón; que el camino propuesto por él me lleva a la felicidad, pero nos falta el coraje necesario para emprenderlo. Como dijo Jon Sobrino en una charla en Pamplona: «A eso es a lo que tenemos miedo; a ser felices a lo cristiano».

 

Miguel Ángel Munárriz Casajús 

Para leer un artículo de José E. Galarreta sobre un tema similar, pinche aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario