FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
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ATALAYA

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jueves, 31 de julio de 2014

¿Manipulación en Religión digital?

Los Antiguos alumnos salesianos de Barakaldo solemos proponer en este blog artículos que se publican para su difusión entre los asociados y los que quieran seguirnos.
No solemos hacer comentarios  à las noticias pero en esta ocasión sí queremos decir que al leer ayer en un periódico la publicación de RELIGIÓN DIGITAL nos parece oportuno hacer una aclaración.
En el periódico se daba a entender que los de los curas de Gipuakoa y Bizkaia era algo que tenía relación y conjunción en el tiempo: NOS PARECE UNA MANIPULACIÓN INTERESADA.
Sólo decir a nuestros lectores que LA CARTA DE LOS CURAS DE GIPUZKOA ES UNA "CARTA PROTESTA" por decirlo de alguna forma , y LA DE LOS CURAS DE BIZKAIA ES UNA CARTA DE "PROPUESTAS" PARA TENER EN CUENTA EN EL NUEVO PLAN DE EVANGELIZACIÓN y que se ha hecho llegar al Sr. Obispo para ofrecerle sus puntos de vista con un CARÁCTER PRIVADO Y HACE YA TIEMPO, AUNQUE SE PUBLIQUE EN RELIGIÓN DIGITAL EL DÍA TREINTA DE JULIO
Querer igualar el significado deambos escritos y hacerlos coincidir en el tiempo nos parece una MANIPULACIÓN ,
Dicho esto os proponemos la lectura de la carta de los curas de Bizkaia que si se ha hecho pública es porque alguien, faltando al respeto a todos los demás y por intereses personales, lo ha hcho público.

Texto íntegro de la carta del Foro de Curas de Bizkaia
Por una Iglesia sinodal, misionera y en comunión
Hacia una nueva Asamblea Diocesana
Propuesta del Foro de Curas de Bizkaia
La Asamblea del Foro de Curas de Bizkaia ofrece al Consejo Episcopal la siguiente reflexión para que traslade al proceso de "discernimiento" que se abre, a partir del curso pastoral 2014-2015, en nuestra diócesis.

1.- La situación social y eclesial actual

Constatamos un escandaloso aumento de la injusticia y de la pobreza, así como la aparición de nuevas "periferias" que nos interpelan con particular fuerza. Los datos que se podrían aportar en este sentido son tan abrumadores que corremos el riesgo de mirar al pasado con añoranza (la mayor parte de las veces, ingenuamente) o de sumirnos en una especie de depresión colectiva (tan desmedida como paralizante).

Constatamos, igualmente, que la mayoría de las comunidades y movimientos que acompañamos están experimentando un progresivo envejecimiento y una disminu- ción, particularmente llamativa, de jóvenes en su seno. El mismo presbiterio diocesano ha envejecido, mermándose notablemente su capacidad evangelizadora e innovadora.

Su relevo generacional, además de numéricamente insuficiente, en no pocos casos, no parece ser el más idóneo para los tiempos en los que nos estamos adentrando. Si bien es cierto que se han dado pasos importantes (que no podemos echar en el olvido), también lo es que no faltan los retrocesos e, incluso, los vacíos. Nosotros queremos llamar la atención, concretamente, sobre

-un déficit de coraje misionero y evangelizador;

-la crisis de comunión que se ha acrecentado estos últimos años en nuestra diócesis;

-la progresiva devaluación del papel de los diferentes consejos diocesanos en el gobierno de la iglesia;

-la idoneidad y viabilidad de una remodelación pastoral y de curia presididas más por el criterio de optimizar el decreciente número de presbíteros que por una intervención, creativa y sinodal, de las comunidades y de las personas directamente concernidas.

-la pérdida de significatividad de la Iglesia en la sociedad de la que formamos parte.
2.- Afrontar sinodalmente la situación presente y futura

La entidad de las urgencias que detectamos, la improcedencia de seguir haciendo cansinamente lo mismo, la necesidad de recuperar un coraje evangélico colectivamente mermado y la gran importancia de disponer de un proyecto diocesano hacia el que volver a caminar esperanzadamente nos urgen a proponer la celebración de una nueva Asamblea Diocesana que nos permita afrontar, sinodal y corresponsablemente, éstas y otras cuestiones que se puedan estimar urgentes.

Creemos que ha llegado la hora de "ser audaces y creativos" en diagnosticar, "repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores" de nuestra diócesis. Y que esta tarea ha de hacerse sinodalmente, "con generosidad y valentía", "sin prohibiciones ni miedos" (Evangelii Gaudium, 33).

El Papa Francisco nos invita a no rehuir el afrontamiento de los problemas y a recuperar el aliento evangélico de manera corresponsable. La sorpresa y la esperanza que, de su mano, han irrumpido en este primer año de su pontificado son referencias importantes que nos estimulan a presentar esta propuesta, a superar algunas actitudes que -aunque comprensibles- ya no son de recibo o que, en todo, caso tendrían que ser debidamente reconducidas en breve.

Nos referimos, concretamente, al instalamiento en la añoranza de un pasado que ya nunca volverá, a la desesperanza o a la intolerancia que semejante fijación generan y al riesgo de acabar siendo una comunidad cristiana residual y encerrada en sus propios problemas, nunca un resto creativo y dinámico.

Y nos referimos también a la manera individualista de afrontar esta situación ("sálvese quien pueda", "que cada palo aguante su vela") quizá porque se ha interiorizado la imposibilidad de nacer de nuevo siendo viejo o porque se percibe el reiterado agotamiento de lo ya experimentado como pastoralmente inviable e improcedente (además de estéril) o porque ya no se perciben pistas de futuro que convoquen colectivamente a la esperanza.

Sin embargo, en la entraña misma de toda comunidad cristiana se aloja la invitación permanente a escuchar y discernir lo que el Espíritu nos está diciendo en este tiempo, a activar la creatividad evangélica y a vivir esperanzadamente. Si nos encaminamos a ser un "resto", vamos a serlo habiendo discernido la voluntad del Señor en semejante proceso y, por tanto, afrontándolo con un proyecto de Iglesia diocesana que sea misio- nero, además de esperanzador y razonablemente viable. Sólo así estaremos poniendo las bases para ser, como lo fueron las primeras comunidades cristianas, una Iglesia realmente seductora y significativa en esta primera parte del siglo XXI.
3.- Hacia una nueva Asamblea Diocesana

Movidos por tal interés y necesidad, juzgamos oportuno plantear al Pueblo de Dios en Bizkaia que discierna la oportunidad y conveniencia (o no) de celebrar una nueva Asamblea Diocesana

Ésta podría desplegarse en un doble y complementario nivel: de diagnóstico, discernimiento, oración y formulación de propuestas en las unidades pastorales, comu- nidades parroquiales, equipos, grupos, movimientos, asociaciones, congregaciones o comunidades de base (integrados por personas que estén dispuestas a iniciar este recorrido con encuentros quincenales o mensuales), y como comunidad diocesana mediante tres encuentros anuales en los que, además de compartir lo que se va analizando, proponiendo, diseñando y facilitar los instrumentos necesarios para seguir adelante, se cuidaría reforzar la esperanza de que es posible y viable un nuevo futuro.

El contenido y formato de los tres encuentros diocesanos anuales tendría que ser determinado en función de la marcha de la nueva Asamblea Diocesana

Esta doble y complementaria vía de unidades pastorales, parroquias, equipos, grupos, movimientos, asociaciones, congregaciones y comunidades de base, por un lado, y de encuentros diocesanos, por otro, culminaría en la celebración de un encuentro final.

Sería deseable que el camino metodológico de la nueva Asamblea Diocesana es- tuviera presidido por las tres clásicas etapas de VER, JUZGAR y ACTUAR.

También sería deseable que todo el pueblo de Dios abriera, al término de la posible nueva Asamblea Diocesana, una reflexión que nos permitiera clarificar qué acentos de su identidad y espiritualidad han de ser preferentes en el servicio a los objetivos y prioridades aprobadas por la Iglesia de Bizkaia.

Finalmente, somos conscientes de que la propuesta de una nueva asamblea presenta indudablemente sus riesgos. Pero consideramos que es necesario asumirlos, para que el discernimiento que se pide sea más atinado y fructífero.

Sólo una vez concluido este proceso, volvería a tener sentido la aprobación de un nuevo Plan Diocesano de Evangelización.

Texto íntegro de la Carta al Obispo José Ignacio Munilla


San Sebastián 14 de julio de 2014
Sr. Obispo:

Comprobando que la situación de la Diócesis de San Sebastián es cada vez más penosa, le escribimos esta carta movidos por nuestro amor al Evangelio y a la Iglesia, y queriendo denunciar que está conduciendo a nuestra Diócesis en una dirección arriesgada y sin salida.

En los escritos y comportamiento del Papa Francisco se puede ver con claridad cómo han de ser las actitudes y comportamientos de un responsable de la Iglesia: ha de saber escuchar y tomar en cuenta las opiniones de los creyentes, acoger sus preocupaciones y hacerlas suyas y estar próximo a ellos, y no encerrarse en el ambiente y estilo de su gusto. Resultan significativas las palabras dirigidas por el Papa Francisco a los Obispos españoles: "No será difícil encontrar estos caminos si vamos tras las huellas del Señor, que "no ha venido para que le sirvan, sino para servir" (Mc 10, 45)... En esta búsqueda, es importante que el Obispo no se sienta solo, ni crea estar solo, que sea consciente de que también la grey que le ha sido encomendada tiene olfato para las cosas de Dios. Especialmente sus colaboradores más directos, los sacerdotes, por su estrecho contacto con los fieles, con sus necesidades y desvelos cotidianos. También los religiosos y religiosas... Y los laicos y laicas que desde las más variadas condiciones de vida y respectivas competencias llevan adelante el testimonio y la misión de la Iglesia".

Estamos comprobando, sin embargo, que su actuación es muy otra, y que este comportamiento está haciendo mucho daño a la Diócesis. Al parecer, considera la Diócesis como "feudo" suyo y actúa como si fuera el único que tiene la capacidad para hacer lo que quiere y como quiere. Desde que tomó posesión de la Diócesis, a la hora organizar y promover diversas actividades no ha tenido para nada en cuenta las líneas pastorales y la actuación que llevaba la Diócesis desde 1980, sin consultar adecuadamente al Consejo Pastoral Diocesano y, en más de una ocasión, en contra de la opinión del mismo Consejo Presbiteral. Ciertamente, en sus comienzos citaba el documento "Una Iglesia al servicio del Evangelio", pero luego, los programas y las actividades nada tienen que ver con el espíritu y el estilo de ese documento. Este modo de actuación no es aceptable, ni desde un punto de vista eclesiológico ni pastoral.

Podemos mencionar muchos ejemplos: ha trasladado el Seminario a Pamplona; algunos escritos, actividades y homilías en torno a la pacificación de nuestro pueblo; el modo de hacer el Proyecto Diocesano; la marginación o eliminación de un buen número de responsables, trabajadores y profesores que no eran de su gusto o del agrado de sus colaboradores de distintas instituciones diocesanas; la aceptación sin más de seminaristas y sacerdotes procedentes de otras Diócesis, especialmente de Toledo, para potenciar un estilo sacerdotal determinado entre nosotros; ha invitado e instalado en el convento de las clarisas de Bergara un grupo de "monjas" reconocidamente neo-conservador, bajo pretexto de "reanimar" la vida contemplativa (a pesar de que el Obispado afirmaba no saber nada de ello).

Merecen mención algunas de sus últimas actuaciones:
Por ejemplo, la realización de algunos destinos. La ligereza e improvisación de algunos nombramientos tienen difícil explicación, si no es desde la falta de claridad y autentica escucha a los interesados y sus comunidades. Entre otras cosas, hemos podido saber que tiene la intención de introducir en la Diócesis un grupo de sacerdotes pertenecientes a una hermandad de fuera, sin haber tratado previamente el asunto en el Consejo Presbiteral ni en el Consejo de Arciprestes.

Estos Consejos le han pedido que, antes de aceptar sacerdotes de fuera en la Diócesis, se debata y establezcan unos criterios básicos. Sin tener en cuenta esta razonable petición, Ud. ha tomado ya su decisión, introduciendo en el Presbiterio Diocesano sacerdotes de una orientación determinada y afines a su persona. ¿Cree que esa decisión será beneficiosa para la comunidad diocesana y para el presbiterio? ¿No será para reforzar su estrategia y su línea pastoral?

A la hora de decidir y hacer los destinos algunos sacerdotes se han sentido maltratados y presionados, desfigurando las razones y diciendo verdades a medias, sin tener en cuenta la situación pastoral y necesidades de cada lugar y, por supuesto, sin escuchar a las comunidades ni a los sacerdotes.

Cuando resulta que la sociedad guipuzcoana es cada vez más euskaldun, en la Diócesis el castellano se hace cada vez más presente y se le concede cada vez menor importancia al euskera, la cultura vasca, y a la situación e identidad del País Vasco. No hay más que ver que algunos de los sacerdotes que ha incorporado a la Diócesis, además de desconocer el euskera, no muestran ningún interés en conocerlo.

Como resultado de estas actuaciones, queremos denunciar, con dolor, que la Diócesis está desfigurándose y deshaciéndose. Muchos fieles se sienten fuera de lugar en el estilo de Iglesia que Ud. está implantando. En cuanto a las actividades propuestas por Ud. y el Obispado, aparte de no ser apenas secundadas, están lejos de responder a las necesidades de nuestra comunidad diocesana y sociedad. Creemos que carecen, de hecho, de un proyecto que responda a estas necesidades. Mientras tanto, la acción evangelizadora se vuelve cada vez más difícil y el buen nombre de nuestra Iglesia se debilita.

Le queremos recordar y pedir que, en cuanto miembros del Presbiterio diocesano, tome Ud. en consideración nuestras opiniones, quejas y denuncias; que en las decisiones que afectan al gobierno diocesano, tenga en cuenta, además de sus opiniones, las demandas y necesidades de todos los diocesanos, atendiendo los consejos e iniciativas del Presbiterio.

El Obispo es, ciertamente, el responsable primero de la Diócesis; pero no el único responsable, ni tiene que llevar esta responsabilidad en solitario. En la comunidad cristiana todos somos corresponsables, cada uno en función de su misión. Un Obispo que no tiene en cuenta todo esto no puede pastorear adecuadamente su Iglesia, por lo menos no al modo del Buen Pastor.

Pronto se cumplirán cinco años de su entrada en la Diócesis, y como Ud. mismo podrá comprobar si no cierra los ojos a la realidad, a lo largo de este tiempo la división y desconfianza mutua entre nosotros no han ido sino creciendo. ¿Hasta cuando va a durar esta situación?

Ibon Alberdi Urrestarazu, Patxi Aizpitarte Mendia, Patxi Albizu Apaolaza, José Luis Aperribai Madinabeitia, Iñaki López Caztañares, José Ramón Trebiño, Antton Etxebeste Goikoetxea, Feliz Azurmendi Ayerbe, Juan Aldasoro Zurutuza, Jesús Zubillaga Zubillaga, Ion Etxezarreta Zubizarreta, Jose Antonio Larrañaga, José Ignacio Eguskitza, Luis Aranalde Olaondo, José Ignacio Usabiaga Martín, Jesús Mari Arrieta, Juan Luis Murua Pagola y 79 firmas más.

Leonardo Boff: “Israel utiliza los métodos nazis para crear víctimas” Débora Fogliatto


Sul 21
Uno de los más reconocidos teólogos de Brasil, actualmente aclamado en todo el mundo, pero ya sufrió marginación en su propia iglesia. En los años ochenta, siendo fraile fue condenado en la iglesia católica por sus ideas en la perspectiva de la Teología de la Liberación, movimiento que interpreta las enseñanzas de Jesucristo, como manifiesto contra las injusticias sociales y económicas que vivimos.
A los 75 años, Boff es un intelectual, escritor galardonado y profesor respetado en el país, su opinión es escuchada por personalidades como el Papa Francisco y los presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff. En esta entrevista con Sul21, concedida durante su visita a Porto Alegre (Rio Grande do Sul), Boff habla del actual momento de la Iglesia católica, critica a los religiosos que usan el Evangelio para justificar ideas reaccionarias o tomar el dinero de los fieles, teje comentarios sobre la situación en el Oriente Medio, el aborto, la violencia y la crisis ecológica y económica mundial. ··· Ver noticia ···

Domingo 3 de Agosto, 18 del tiempo ordinario: Dadles vosotros de comer José Antonio Pagola



Jesús está ocupado en curar a aquellas gentes enfermas y desnutridas que le traen de todas partes. Lo hace, según el evangelista, porque su sufrimiento le conmueve. Mientras tanto, sus discípulos ven que se esta haciendo muy tarde. Su diálogo con Jesús nos permite penetrar en el significado profundo del episodio llamado
erróneamente “la multiplicación de los panes”.
Los discípulos hacen a Jesús un planteamiento realista y razonable: “Despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer”. Ya han recibido de Jesús la atención que necesitaban. Ahora, que cada uno se vuelva a su aldea y se compre algo de comer según sus recursos y posibilidades.

La reacción de Jesús es sorprendente: “No hace falta que se vayan. Dadles vosotros de comer”. El hambre es un problema demasiado grave para desentendernos unos de otros y dejar que cada uno lo resuelva en su propio pueblo como pueda. No es el momento de separarse, sino de unirse más que nunca para compartir entre todos lo que haya, sin excluir a nadie.

Los discípulos le hacen ver que solo hay cinco panes y dos peces. No importa. Lo poco basta cuando se comparte con generosidad. Jesús manda que se sienten todos sobre el prado para celebrar una gran comida. De pronto todo cambia. Los que estaban a punto de separarse para saciar su hambre en su propia aldea, se sientan juntos en torno a Jesús para compartir lo poco que tienen. Así quiere ver Jesús a la comunidad humana.
¿Qué sucede con los panes y los peces en manos de Jesús? No los “multiplica”. Primero bendice a Dios y le da gracias: aquellos alimentos vienen de Dios: son de todos. Luego los va partiendo y se los va dando a los discípulos. Estos, a su vez, se los van dando a la gente. Los panes y los peces han ido pasando de unos a otros. Así han podido saciar su hambre todos.


El arzobispo de Tánger ha levantado una vez más su voz para recordarnos “el sufrimiento de miles de hombres, mujeres y niños que, dejados a su suerte o perseguidos por los gobiernos, y entregados al poder usurero y esclavizante de las mafias, mendigan, sobreviven, sufren y mueren en el camino de la emigración”.
En vez de unir nuestras fuerzas para erradicar en su raíz el hambre en el mundo, solo se nos ocurre encerrarnos en nuestro “bienestar egoísta” levantando barreras cada vez más degradantes y asesinas. ¿En nombre de qué Dios los despedimos para que se hundan en su miseria? ¿Dónde están los seguidores de Jesús?
¿Cuándo se oye en nuestras eucaristías el grito de Jesús. “Dadles vosotros de comer”?