FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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lunes, 5 de septiembre de 2016

El infierno de la política española, pavimentado de buenas intenciones

ATRIO

faus
El teólogo Faus, en estos comentarios sobre nuestras circunstancias, se atreve a opinar con simple sentido común y recoger refranes de sabiduría popular. ¡Bien está que el teólogo se baje de la cátedra y comente lo que pasa a lo Sancho! AD.
Esta célebre frase de Teresa de Ávila la he parafraseado en ocasiones de esta manera: “el mayor daño que se puede hacer a una causa que se cree buena, es defenderla mal”.

La experiencia viene de lejos. Al esperanzador Chile de Allende de los años 70, le hizo un gran daño la radicalidad ciega del MIR (“movimiento de izquierda revolucionaria”) que desestabilizó una situación ya difícil y contribuyó sin querer al golpe criminal de Pinochet. Cuando las esperanzas de la revolución nicaragüense, me dijo un compañero jesuita muy implicado con el sandinismo: “lo peor que le puede pasar hoy a Nicaragua es que la defienda Fulano” (sé el nombre de ese Fulano, pero, como Cervantes, prefiero no acordarme de él). Maduro está haciendo tanto daño al chavismo como esa oposición tan poco limpia. Y así sucesivamente…
Ahora miremos a casa: Rajoy quiere defender la unidad de España, pero probablemente ha contribuido más al independentismo catalán que toda la Esquerra Republicana junta. Sánchez quiere impedir un gobierno inmoral como el que tuvimos estos años pasados. Pero, por su otro NO radical al diálogo con Podemos (y por no haber sabido ponerle a Rajoy unas condiciones serias e intocables para su abstención, de modo que fuera Rajoy el que tenía que decir que no), acabará forzando unas terceras elecciones, donde sospecho que el PP saldrá reforzado con más parlamentarios; y a Rajoy le será más fácil gobernar que con el incómodo parlamento actual. El independentismo voluntarista catalán sólo ha conseguido dividir a Catalunya en dos mitades muy hostiles, como ya han advertido algunas jerarquías eclesiásticas. Podemos despertó muchas esperanzas al nacer y tuvo un arranque fulminante, pero su modo de comportarse le hizo perder un millón de votos en seis meses. Albert Rivera, que tantas lecciones ha dado de que es preciso dialogar con todos (porque eso es lo que nos ha pedido el pueblo) aun a costa de sacrificar cosas muy queridas para uno, se niega radicalmente a todo diálogo con los nacionalistas y con quienes les apoyan… Y así sucesivamente.
Total: en el Parlamento español convendría colgar un letrero con aquel verso famoso del Dante: “dejad toda esperanza los que entráis”.
Y no se trata de juzgar moralmente a nadie. No estamos autorizados a decir de nadie que es una persona indecente, aunque pueda haber cometido acciones indecentes: porque nosotros no somos Dios, y el juicio sobre las personas sólo toca a Dios, como escribió aquel Pablo de Tarso que tantas conductas desaprobó por otra parte. Se trata simplemente de aquello tan machadiano y tan aplicable aquí: “candidatos no hay camino, se hará camino al andar”.
Eso significa que, aunque el fin de ninguna manera puede justificar medios inmorales, sí que reclama y necesita medios aptos para conducir hasta él. Si no, por grandes y bellos que nos parezcan nuestros fines, es posible que, al final, nos encontremos en el extremo opuesto. Claro que entonces ya encontraremos manera de justificarnos echando las culpas a otros. Porque, con permiso de Aristóteles, el ser humano no es propiamente un “animal racional” sino un animal autojustificante. Ya es bastante conocida aquella definición que alguien dio de los economistas: “unos señores muy capacitados para explicar por qué han fracaso todas las predicciones que ellos habían hecho de cómo iban a ir las cosas”. Tiene su gracia, pero uno acaba pensando que así no son sólo los economistas. Así somos todos nosotros. ¿Por qué?…
No responderé a esa pregunta, pero, por si ayuda, me gustaría despedirme citando a una de las grandes autoridades intelectuales del s. XX: “las democracias políticas que no democratizan su sistema económico, son intrínsecamente inestables” (Bertrand Rusell). A lo mejor estamos presumiendo de ir a las playas de la democracia, pero sólo nos movemos en ellas con burkini. Vaya Usted a saber.

El golpe de estado parlamentario en Brasil, 3

Boff“El dia triste” de Brasil: el golpe parlamentario


Y sucedió que en aquellos días sicarios se travistieron de senadores, en gran número, no todos, y decidieron atacar a una dama honrada e incorruptible que les cortaba el atajo para llegar al poder de Estado. Desde el Estado iban a hacer lo que siempre habían hecho: aprovecharse de los bienes públicos para autoenriquecerse, escapar desesperadamente del brazo de la justicia y llevar adelante su situación de privilegio, a costa siempre del pueblo que quieren mantener lejos, en las periferias, un ejército de reserva útil para sus servicios, casi como esclavos.
Se ensañaron con la dama incorruptible y honrada bajo el pretexto de que algunas de sus prácticas fiscales habían sido delito, cosa que negaron los mayores especialistas en derecho y economía así como instancias. Crearon una farsa y rompieron la otras constitución. Revocar a una presidenta sin crimen comprobado es un golpe. Golpe parlamentario, esta es la palabra justa que debemos usar.
Ellos se mostraban petulantes, diciendo farisaicamente que se sentían mal, pero hablando de inaugurar una “era, una nueva primavera, el comienzo de un nuevo Brasil próspero y justo.” Mentira.
El plan “Un Puente para el Futuro”, es en realidad un puente para el atraso porque intenta desmontar los avances que los trabajadores, las mujeres, los negros, los pueblos indígenas, la población LGBT, los pobres e invisibles alcanzaron por primera vez en nuestra historia en el ámbito de la inclusión social, de los salarios, de la salud, de la educación, de las leyes laborales, de las jubilaciones y del acceso a la enseñanza técnica y superior. Y lo más grave: quieren mantenerlos en el analfabetismo porque así quedan silenciados e incapaces de reclamar derechos y dignidad.
Ahora lo que cuenta es el Mercado. Quien quiera salud, que vaya al Mercado y pague.  Quien quiera estudiar en la universidad que vaya al Mercado y pague. Todas las cosas se volverán mercancía para ser vendidas y compradas. ¿Se compra dignidad? ¿Se compra solidaridad? ¿Se paga por el amor? No importa. Son cosas que para ellos no entran en la contabilidad. ¿Pero alguien puede vivir y ser feliz sin todo eso?
Hubo en los inicios de la conquista y dominación de México en 1520 “la noche triste”, cuando gran parte del ejército español fue destruido. Hoy en 2016 tenemos “el día triste” en el cual una presidenta fue injustamente apeada del poder conquistado en las urnas.
Por los espacios del Senado y en los corredores hay sangre derramada. Una “noche política triste” ha caido sobre Brasil, quitando la esperanza a los que salieron de la miseria, que corren el peligro de caer nuevamente en ella.
Y todos los que lucharon para que se consolidase la democracia de cuño social y para que se respetase la voluntad popular, expresada en las urnas, fueron nuevamente traicionados. Este es el día de los “puñales largos” que se alzaron contra la dama honrada e hirieron gravemente la soberania popular.
Hoy, 31 de agosto, es el día de la tristeza. Los que montaron ese teatro y los senadores-sicarios llevarán la mancha de golpistas y farsantes durante toda la vida. La conciencia los perseguirá y su memoria será pulverizada. La voluntad de condenar no sustituye a la razón que se orienta por la verdad. Ellos atropellaron la verdad bajo el manto de la injusticia. Estarán en una siniestra compañía, la de aquellos que hace años asaltaron el Estado, oprimieron al pueblo, torturaron a muchos como a la presidenta Dilma y asesinaron a otros que buscaban la restauración de la democracia.
Y, al atardecer de la vida, se enfrentarán a un Juez mayor que desvelará toda la injusticia que conscientemente cometieron.

Leonardo Boff, profesor emérito de ética de la UERJ y escritor.

Traducción de Mª José Gavito Milano

El poder de las farmaceúticas y el derecho a los medicamentos


Sally Burch

Por contradictorio que parezca, las grandes empresas farmacéuticas dan muy poca prioridad al derecho humano a la salud, a pesar de que les corresponde un rol estratégico en este marco. Su meta principal es la ganancia, y como trabajan en una industria cuyos clientes finales son de alta vulnerabilidad –las personas con enfermedades– les da un margen mucho mayor que en otras industrias para fijar precios exagerados. Corresponde, entonces, a los Estados establecer los parámetros de operación de estas empresas en aras del interés público y para garantizar el derecho a la salud. ··· Ver noticia ···

Papa canoniza a Madre Teresa de Calcuta



Papa Francisco7Ciudad del Vaticano. El papa Francisco declaró el domingo la santidad de la Madre Teresa, rindiendo homenaje a una religiosa que cuido de los más desamparados y acusó a los líderes mundiales por los “crímenes de la pobreza creados por ellos mismos”.
El pontífice describió a la Madre Teresa como el modelo para una Iglesia católica que se acerca a las periferias en busca de los lastimados y los pobres, en una misa de canonización que congregó a unas 120 mil personas -ricos y pobres, poderosos e indigentes- en la soleada plaza de San Pedro. ··· Ver noticia ···

Teresa de Calcuta, condecoraciones frente a persecuciones

Juan José Tamayo, teólogo




Tamayo3El 14 de septiembre de 1.997 el teólogo Juan José Tamayo escribía un artículo en El País con motivo de la muerte de Teresa de Calcuta. Viene bien difundirlo hoy con motivo de su canonización por el Papa Francisco.
(Redacción de RR.CC)
(EL PAÍS, 14 de septiembre de 1997)
A lo largo de su dilatada vida, la madre Teresa de Calcuta ha sido objeto -o mejor, sujeto- de las más altas condecoraciones que un ser humano puede recibir de parte de los poderosos de este mundo. Los dirigentes políticos de las más diferentes ideologías la han agasajado con todo tipo de gestos de acogida. Los Estados y los Gobiernos han brindado apoyo a sus iniciativas. Los poderes económicos han prestado ayuda a sus obras sociales. Las autoridades de la Iglesia católica han bendecido su actividad caritativa poniéndola como ejemplo de amor no conflictivo a Cristo, a la Iglesia y a los pobres. Hasta los dictadores la han honrado con su amistad, y ella ha respondido con su reconocimiento y respeto hacia ellos. Su sintonía con el papa Juan-Pablo II y la de éste con la madre Teresa de Calcuta han sido totales y sin fisuras. Los pobres y olvidados de la tierra la veneran y recuerdan porque ella ha sido de las pocas personas que se ha acordado de ellos y ha aliviado sus sufrimientos. En sus funerales se le han rendido honores de jefe de Estado.



Los poderosos la admiran y agasajan, la quieren con locura y le conceden el título de bienhechora de la humanidad. Ninguno de ellos se ha atrevido a criticarla, como tampoco la madre Teresa ha osado dirigirse a los jefes del mundo críticamente. La sintonía es tan fuerte que mucha gente ve en tal actitud una extraña complicidad.
Estamos, ciertamente, ante una mujer admirable, ante una cristiana ejemplar que, a su paso por la historia, ha dejado una huella imborrable. Pero la ejemplaridad cristiana de la madre Teresa no es única. Hay también católicos contemporáneos suyos que han hecho una opción incondicional por los pobres y marginados, y se han jugado la vida luchando por su liberación. He aquí algunos nombres: Helder Cámara, monseñor Romero, I. Ellacuría y compañeros mártires, P. Casaldáliga, S. Ruiz, L. Boff, E. Cardenal, etc.

Y, sin embargo, ninguno de ellos ha recibido condecoraciones de los poderosos de este mundo. Todo lo contrario: han sido acusados de subversivos, revolucionarios e instigadores de la violencia popular. Las autoridades católicas han mostrado todo tipo de sospechas sobre ellos, los han acusado de heterodoxos e insumisos, los han amonestado, sancionado e incluso excluido de la comunidad eclesial. ¿Quién no recuerda el dedo acusador de Juan-Pablo II, durante su viaje a Nicaragua, contra un humilde Ernesto Cardenal postrado de hinojos ante el papa? Los han convertido en presa fácil de los poderes militares y de los escuadrones de la muerte, que han asesinado a cristianos inconformistas como monseñor Romero y Ellacuría.
Las preguntas se agolpan y brotan espontáneamente ¿Por qué una monja tan humilde y abnegada, tan entregada a los pobres, ha concitado el reconocimiento unánime de los poderosos hacia su persona y sus obras de caridad, mientras que los citados profetas coetáneos y correligionarios suyos se han visto sometidos a condenas y asesinatos por parte de los poderes políticos, militares y paramilitares, y a persecución y control por parte de las autoridades católicas?
¿No será porque la madre Teresa se dedicó a los pobres, pero no denunció a los causantes de la pobreza? ¿No será porque los premios recibidos impedían criticar a sus “concesionarios”? ¿No será porque se limitó a hacer simples revoques de fachada en la derruida casa de los pobres, pero dejó intactas sus maderas carcomidas y no se ocupó de la infraestuctura -económica- endeble en que se sustentaba la casa? ¿No será porque, lejos de incordiar a los poderosos, les hizo el trabajo sucio de limpiar las heces que el capitalismo salvaje arroja a los arrabales de tantas Calcutas como hay en el mundo? ¿No será porque prefirió el asistencialismo a la transformación de las estructuras? ¿No será, en fin, porque el Jesús al que entregó su vida Teresa de Calcuta era el Cristo paciente y sacrificial que aceptó sumisamente la voluntad de Dios y se sometió fatalistamente a la muerte sin abrir la boca, en vez de el Jesús de Nazaret subversivo que optó por los pobres, denunció a los poderosos como causantes de la pobreza y, por eso, lo mataron?
Jesús dijo, señalando con el dedo acusador a los poderosos y dictadores de su tiempo: “Sabéis que los que son tenidos como jefes de la naciones, las gobiernan como señores absolutos y los grandes los oprimen con su poder” (Marcos 10, 42). ¿Cómo pueden agasajar tanto a la madre Teresa los poderosos de este mundo cuando “los que gobiernan como señores absolutos y los grandes que oprimen con su poder” ejecutaron a Jesús,