FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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martes, 8 de julio de 2014

•El Papa: “Pido perdón humildemente por los abusos cometidos por el clero” Pablo Ordaz


Ante seis víctimas, tres hombres y tres mujeres procedentes de Alemania, Inglaterra e Irlanda, el papa Francisco ha pedido “perdón humildemente” por “los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero”, así como por “los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias presentadas”. Durante la misa de las siete de la mañana en la residencia de Santa Marta, Jorge Mario Bergoglio aseguró que los abusos a menores por parte de sacerdotes son “algo más que actos reprobables”. “Es”, añadió el Papa, “como un culto sacrílego, porque esos chicos y esas chicas les fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia”.
Las seis víctimas, dos por cada país, fueron seleccionadas por el cardenal estadounidense Seán O’Malley y llegaron al Vaticano durante la tarde del domingo, saludaron a Francisco durante la cena y pernoctaron en la residencia de Santa Marta. Tras la misa, el Papa las recibió por separado y en privado, durante más de tres horas en total. Con sus palabras durante la homilía y con el posterior encuentro, Jorge Mario Bergoglio quiso enviar –según el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano— “un mensaje muy claro sobre la atención y la comprensión que la Iglesia tiene que prestar a las personas que han sufrido abusos sexuales por parte del clero”.
Además de pedir perdón por los abusos de algunos sacerdotes y por el silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica, el papa Francisco se lamentó por las terribles consecuencias que sufren las víctimas menores de edad: “Hoy el corazón de la Iglesia mira los ojos de Jesús en esos niños y niñas y quiere llorar. Pide la gracia de llorar ante los execrables actos de abuso perpetrados contra menores. Actos que han dejado cicatrices para toda la vida. Sé que esas heridas son fuente de profunda y a menudo implacable angustia emocional y espiritual. Incluso de desesperación. Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos. El sufrimiento de las familias ha sido especialmente grave ya que el daño provocado por el abuso, afecta a estas relaciones vitales de la familia. Algunos han sufrido incluso la terrible tragedia del suicido de un ser querido. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia”.
Algunas víctimas optaron por el suicidio. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia.

El Papa agradeció la valentía de las víctimas que se atrevieron a romper un silencio tan largo y se comprometió ante ellos a ser implacable en la lucha contra la pederastia: “La valentía que ustedes y otros han mostrado al exponer la verdad fue un servicio de amor al habernos traído luz sobre una terrible oscuridad en la vida de la Iglesia. No hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical. Todos los obispos deben ejercer sus oficios de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores y rendirán cuentas de esta responsabilidad. Para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Jesús da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar”.

Francisco regresa a Lampedusa

Religión Digital


Un año después de su visita, pide a Europa “más valentía y generosidad”
“Aliento a todos los hombres de buena voluntad a seguir inclinándose hacia los necesitados”
El corazón del Papa Francisco vuelve a Lampedusa. Ante los trágicos naufragios que parecen no tener fin y ante el creciente problema de la inmigración que aún perdura, debido también a pobreza y guerras ligadas a políticas internacionales, el Obispo de Roma exhorta a los cristianos, a las personas de buena voluntad, a las Instituciones competentes y en especial a las de Europa, a tener más valentía y generosidad. ··· Ver noticia ···

"El crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta"

Público

L. VILLA

Cerca de 250 científicos, académicos, intelectuales, activistas y políticos, entre ellos Ada Colau, Pablo Iglesias o Alberto Garzón, firman un manifiesto para reclamar un "cambio radical" de modelo ante la crisis ecológica y civilizatoria por la que camina el siglo XXI 


Alrededor de 250 autores, entre ellos Ada Colau, Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Cayo Lara, Joan Herrera, Florent Marcellesi, Juantxo López de Uralde, Teresa Forcades, Juan Diego Botto o Yayo Herrero, han hecho público un manifiesto en el que se reclama de manera urgente un cambio de modelo de consumo ante el probable "colapso civilizatorio" que traerá el siglo XXI.
"Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando", señala el texto titulado 'Última llamada' y que está abierto a nuevas firmas a través de su página web.
El escrito, promovido por varios grupos sociales, es un llamamiento a los nuevos partidos y formaciones organizativas surgidas a raíz del "despertar de dignidad y democracia que supuso el 15M" ante la necesidad de asumir "cambios radicales en los modos de vida".
Escritores, científicos, periodistas, intelectuales, profesores universitarios, representantes de movimientos sociales, partidos políticos y sindicatos, reivindican, sobre todo, que ya no sirven las mismas recetas apoyadas sobre el capitalismo keynesiano, ni tampoco "los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, la mera apuesta por las tecnologtías ecoeficientes, ni una supuesta economía verde".
"Necesitamos una sociedad que tenga como objetivo recuperar el equilibrio con la biosfera, y utilice la investigación, la tecnología, la cultura, la economía y la política para avanzar hacia ese fin. Necesitaremos para ello toda la imaginación política, generosidad moral y creatividad técnica que logremos desplegar", afirman.
Además, recuerdan que la crisis ecológica no es un tema "parcial" que afecte únicamente a los ecosistemas o los recursos, sino que la urgencia del cambio radica precisamente en que "determina todos los aspectos de la sociedad: alimentación, transporte, industria, urbanización, conflictos bélicos... Se trata, en definitiva, de la base de nuestra economía y de nuestra vidas".
"Una civilización se acaba y hemos de construir otra nueva. Las consecuencias de no hacer nada -o hacer demasiado poco- nos llevan directamente al colapso social, económico y ecológico. Pero si empezamos hoy, todavía podemos ser las y los protagonistas de una sociedad solidaria, democrática y en paz con el planeta", sentencia.

¿Por qué no va Rouco a Melilla? José M. Castillo, teólogo


No planteo esta pregunta como exigencia. Y mucho menos como reproche. ¿Quién soy yo para exigir al Sr. Cardenal, Arzobispo de Madrid, que haga tal cosa? Y más aún, ¿qué autoridad o qué poder tengo yo para atreverme a llamar la atención – y menos todavía reprochar – a otro ser humano, sea quien sea, por lo que hace o por lo que deja de hacer? No, ¡por favor!, que nadie interprete lo que aquí digo como una forma de intromisión en algo en lo que no tengo que entrometerme. Por lo demás, lo que digo del cardenal de Madrid, lo podría decir igualmente del presidente de la Conferencia Episcopal. O quizá de una comisión especial, nombrada “ad hoc”, por el episcopado español. Y lo digo (además, en un medio público) por una razón muy sencilla. Si el papa Francisco, obispo de Roma, ha ido a Lampedusa, para estar siquiera unas horas, con los miles de criaturas que esperan poder entrar en Italia, ¿no sería igualmente un acto de generosidad y de bondad que el obispo de Madrid (o el presidente de los obispos españoles) hiciera en España algo semejante a lo que ha hecho en Italia el obispo de Roma, cabeza del Colegio Episcopal que gobierna toda la Iglesia? Yo sé que los obispos españoles se preocupan por los que sufren.
Pero, si además de preocuparse, van a estar con ellos, al menos unas horas, ¿no harían, en definitiva, lo mismo que hizo Jesús cuando, abandonando Jerusalén, se fue a Galilea (Mc 1, 14 par), la región más pobre y seguramente la más abandonada en los lejanos tiempos en que el Señor andaba por el mundo? Me limito a indicar la importancia que tendría hacer una visita. Aunque, la verdad, recordando algo que solía decir el recordado José María Díez Alegría, cuando los cristianos leemos los evangelios, encontramos dos relatos que dan pie a pensar en dos “misterios”: el misterio de la visitación (Lc 1, 39-56) y el misterio de la encarnación (Lc 1, 26-38). Y digo yo: ejemplar es visitar a los últimos de este mundo. Pero, ¿no sería más evangélico dejarse la propia instalación y llegar incluso a encarnarse en los pobres y con los pobres? Y conste que yo no lo he hecho. Pero, por lo menos, ¿no nos vendría bien a todos pensar seriamente en este asunto, es decir, en que nuestra sociedad sea más igualitaria? Al menos, pensar en esto, aunque nos deje el lastre de la mala conciencia.