FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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lunes, 7 de julio de 2014

Nos visita el Sr. Inspector de la nueva inspectoría ‘Santiago el Mayor’


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On Juan Carlos Perez Godoy-k, ‘Santiago Nagusia’ inspektoria berriko Inspektoreak bisita laburra egin digu ostiraleko goizean, uztailak 4.
Don Juan Carlos Pérez Godoy, Inspector de la nueva inspectoría ‘Santiago el Mayor’, nos ha visitado en la mañana del viernes, 4 de julio.
Dentro de un rápido recorrido por las presencias salesianas de la antigua inspectoría de Bilbao, don Juan Carlos ha compartido con la comunidad salesiana la eucaristía y el desayuno, y ha girado una breve visita a las instalaciones del Centro, en una primera toma de contacto.
La nueva inspectoría está formada por 54 comunidades y 619 salesianos, de los que 554 residen en la península.

La vida como saqueo Rafael Argullol, escritor


La crisis volverá a repetirse porque van a funcionar otra vez los lazos de la codicia
Únicamente conozco a un broker que actúe en Wall Street. Se trata de un antiguo compañero de colegio que ya en la infancia apuntaba maneras. Era abierto, decidido y, a la que te descuidabas, te devolvía un lápiz tras haberle prestado una pluma estilográfica. El otro día me lo encontré por la calle y estuvimos charlando un rato. Estaba contento porque los negocios le iban bien. Le pregunté si se reproducían las condiciones —propicias para él, por cierto— que dieron lugar al colapso financiero de hace algunos años. Me contestó que no sólo se reproducían sino que dentro de no mucho el colapso sería mayor. Los especuladores, empezando por él mismo, campaban a su aire, sin freno, y sus ganancias eran fabulosas. A su alrededor las burbujas fomentadas por la especulación crecían sin cesar, aunque, como es lógico, nadie pensaba acabar atrapado por ellas.

Mi antiguo compañero de colegio era feliz: todo volvía a producirse, corregido y aumentado, ante un mundo ciego y sordo, o, lo que era todavía más eficaz, cómplice. En definitiva, de creer sus palabras, la codicia seguía creando fuertes lazos de complicidad entre el engañador y el engañado, parecidos a los de los colegiales que intercambiaban lápices y plumas estilográficas. Claro que él no hablaba de codicia sino de interés y de provecho.
Y creo que no le falta razón. No tengo conocimientos suficientes para saber, o profetizar, si se avecina un nuevo colapso, pero sí tengo la sospecha de que no se ha generado un aprendizaje profundo en relación con lo sucedido estos últimos años. No se ha eliminado el huevo de la serpiente, ya que dicha eliminación concernía, además de a la economía y a la política, al espíritu, o, si se teme esa palabra, a la mentalidad. No ha habido catarsis, no se ha hecho limpieza, y las nuevas turbulencias pueden presentarse sin que se hayan construido diques de contención que las detengan.
No ha habido catarsis y las nuevas turbulencias económicas pueden presentarse sin que se hayan construido diques de contención que las detengan
A este respecto es muy interesante —incluso literariamente— escuchar el relato sobre el fin de la crisis que muchos políticos y financieros están contando. Es en cierto modo simétrico al del inicio de la crisis, e inevitablemente recuerda las narraciones tejidas en torno al absurdo. La crisis estalló inexplicablemente, y bastaría recurrir a las hemerotecas para comprobar la maravillada candidez de los dirigentes políticos y económicos: nadie podía prever nada porque —como los grandes fenómenos diabólicos y divinos, o como el absurdo— todo era imprevisible. Inopinadamente la peste se apoderó de la ciudad. Ahora se declara que la peste ya ha sido vencida, si bien es cierto que dejando tras de sí un reguero de cadáveres. Es magnífico ver a los banqueros proclamar el triunfo sobre la peste, ajenos ellos por completo a la instalación de la epidemia. También es aleccionador comprobar el triunfalismo de Rajoy o Montoro, aunque en sus caras se insinúe todavía un rictus de espanto, como si no estuviesen muy seguros de los augurios, o simplemente tuvieran dificultades a la hora de jugar su nuevo papel en la representación teatral.
Sin embargo, con mayor o menor eficacia, la representación funciona. Los espectadores —es decir, los ciudadanos— empiezan a aceptar que la peste se está desvaneciendo, y tienen tantas ganas de que esto suceda que están olvidando ya las causas del contagio que afectó a la comunidad. Si hacemos caso de la lógica expuesta por mi antiguo compañero de colegio, el entero ciclo va a repetirse de nuevo porque otra vez van a funcionar férreamente los lazos de la codicia: los especuladores, como corresponde a su papel en la función, buscarán la complicidad de los ciudadanos para la obtención de unos beneficios que, aunque a la larga sean catastróficos, a corto plazo brillan con luz propia
La repetición del ciclo, de producirse, implicaría una ausencia total de aprendizaje con respecto a lo que hemos denominado crisis. Si tuviésemos la voluntad de aprender deberíamos ir, creo, más allá de las explicaciones económicas y políticas para preguntarnos sobre una determinada interpretación de la existencia. Dicho directamente: mientras la vida sea entendida como un objeto de rapiña, de saqueo, cualquier otra consideración se antoja secundaria. Y esta parece ser la ideología dominante en estos primeros lustros del siglo XXI en los que el utilitarismo y el pragmatismo se ven acompañados por una exaltación permanente de la posesión inmediata de las cosas (y de las personas). La existencia está ahí para ser tomada, para ser consumida, y no para llegar a un compromiso con ella. Más importante que el contrato social del que hablaron los ilustrados es el contrato existencial, del que carecemos y que supondría entender la vida como un sutil juego de equilibrios entre deseo y respeto, entre posesión y contención.
Cuando en la tragedia griega los poetas luchaban contra la desmesura y el desequilibrio, poniéndolos precisamente en escena, era porque partían de la honda convicción de que el hombre no puede ser libre si está atenazado por la hybris. Como supo ver muy bien Esquilo, no puede haber libertad si las fuerzas dominantes son la desmesura y el desequilibrio. Por importante que sea la urna para la democracia todavía más importante es la capacidad de mediación y de regulación: entre los individuos, entre los poderes, entre el hombre y su entorno. No obstante, el capitalismo que, globalizado, se asienta en el mundo tras la caída del muro de Berlín, hace ahora 25 años, es una auténtica civilización de la hybris y, en consecuencia, si aún son válidas las enseñanzas de Esquilo —y pienso que lo son—, un sistemático antídoto contra la democracia. La perpetua invitación a la codicia y al fast food vital significan un continuo sabotaje al ejercicio de la libertad

Más importante que el contrato social es el contrato existencial
Por eso es alarmante —no para él, claro— el pronóstico de mi compañero de infancia, el actual broker de Wall Street, cuando supone que las circunstancias van a repetirse porque los hombres están predispuestos a que se repitan. Indicaría que estamos atrapados en esa civilización de la hybris que no contempla otro camino que el del saqueo vital y la posesión inmediata de las cosas. Prisioneros de ese sortilegio, lo normal es que marcháramos de crisis en crisis, de nuevo riquismo en nuevo riquismo, con asombrosas irrupciones de la peste en la ciudad y no menos asombrosas desapariciones de esa misma peste. Eso sí, con visionarios, con augures, con magos, vestidos de ministros o de banqueros, abriendo o cerrando las puertas del porvenir. Y sin posibilidad de aprender.

Lo contrario sería aprender. Pero eso entrañaría un nuevo concepto de educación que desborda, con mucho, el marco de las escuelas y las universidades para afectar, directamente, a la mente del hombre. Al comprobar los estragos violentos de la Revolución Francesa, un revolucionario como Friedrich Schiller escribió un breve y valiosísimo libro, Cartas sobre la educación estética de la humanidad. En él se afirmaba que ningún cambio era posible, por espectacular que fuera en su efecto exterior, si no conlleva una modificación de la sensibilidad. Fue, en cierto modo, una profecía con respecto a las revoluciones que estaban por venir, especialmente las que tuvieron lugar en el siglo XX.
Aprender sería aprender a desarticular la civilización de la hybris. Educar al hombre en un nuevo contrato existencial, con sus derechos y sus deberes, en que la vida, lejos de ser un objeto de saqueo, fuese un sujeto de armonía. Claro que eso implicaría hacer una verdadera revolución espiritual, algo más delicado que cualquier revolución de otro tipo. La próxima vez que me encuentre con mi antiguo compañero de colegio voy a preguntarle qué opina al respecto. Quizá ría porque no lo entienda; quizá se asuste porque lo entienda demasiado.

Publicado en El País
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España: En total son 81 los procedimientos abiertos y más de 260 los trabajadores y sindicalistas procesados por ejercer el derecho constitucional de huelga

Argenpress


TERCERA INFORMACIÓN
Miles de delegados y delegadas sindicales han participado en el acto central convocado por CCOO y UGT, en la madrileña plazo de Callao, para denunciar el ataque de que está siendo objeto el sindicalismo de clase y la ofensiva penal contra el derecho de huelga, que supone una restricción ilegítima de derechos democráticos. Como ha denunciado el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, “se trata de un ataque sin precedentes que quiebra una larga tradición, de casi 40 años, en la que los trabajadores y trabajadoras hemos venido ejerciendo democrática y constitucionalmente el derecho de huelga”. Un ataque planificado, que responde al objetivo de desanimar y meter miedo a la gente para que no participe en las huelgas y, en consecuencia, debilitar a los sindicatos. ··· Ver noticia ···

•Pablo Iglesias y el control público de los medios Pascual Serrano


La propuesta lanzada por Pablo Iglesias proponiendo algún tipo de control público de los medios ha sido recogida con intensidad en la prensa. Sin duda, pronto surgirán “expertos independientes” que, al dictado de directivos y gerentes de los medios, desaconsejarán medidas de las sugeridas por el eurodiputado de Podemos. Pablo Iglesias se posiciona al hilo del desarrollo que está tomando el asunto de la comunicación en América Latina. Allí, los gobiernos argentino, venezolano, ecuatoriano, boliviano y uruguayo, principalmente, han comenzado una batería de medidas destinadas a democratizar la comunicación. Medidas que comprenden el desarrollo de los medios públicos y comunitarios, el establecimiento de un marco legislativo que impida la concentración de medios y que incorpore garantías de pluralidad y veracidad en los contenidos. El debate allí ha sido, y sigue siendo, intenso.
Mientras a Europa nos llega solo la versión de los grandes medios y sus holdings, calificando sistemáticamente esas medidas como leyes mordaza y ataques a la libertad de expresión, silencian que se han aprobado tras largas discusiones y consensos con profesionales, colectivos ciudadanos y movimientos sociales. Es decir, parten de una clamor popular que está exigiendo su derecho a poder acceder a los medios de comunicación, a un reparto equitativo de las licencias radioeléctricas y a que se cumplan las garantías de pluralidad y veracidad en la información que llega a los ciudadanos.
Durante años se ha dicho, desde la derecha y desde la izquierda, que la mejor ley de prensa es la que no existe. Eso estuvo bien como bandera de la izquierda durante los últimos años del franquismo, cuando se sabía que quien la iba a hacer era un ministro de la dictadura, Manuel Fraga. Lógicamente de una dictadura no se puede esperar una buena ley de prensa, ni un buen Código Penal ni una buen Constitución.
Sin embargo, en democracia nadie discute la necesidad de estas dos últimas normas. Debemos recordar que, en una economía capitalista, lo que no regula el poder púbico, no es que se quede más libre, sencillamente lo regula el mercado, que es un poder menos legítimo que el poder que legisla leyes. Las leyes de prensa a las que hace referencia Pablo Iglesias en América Latina, y de las que bien podemos aprender mucho en Europa, no son ningunas leyes mordaza.
Al contrario, quienes tienen y utilizan la mordaza son el oligopolio de grandes grupos de comunicación que establecen quién sale en pantalla, quién habla en el micrófono y quién escribe en los periódicos. Ningún Estado ni ningún Gobierno le está diciendo a los medios los contenidos que deben incluir, sencillamente se trata de, por ejemplo, permitir que un tercio de las licencias del espacio radioeléctrico se concedan a organizaciones sin ánimo de lucro para poner en marcha televisiones y radios comunitarias, vecinales, sociales o colectivas. O de impedir que una misma empresa controle el ochenta por ciento de las licencias de una región, o que acapare televisiones, radios y prensa escrita impidiendo la pluralidad. Medidas como la establecida en Ecuador, donde se han aprobado a nivel constitucional que las entidades bancarias y financieras no puedan ser accionistas de medios de comunicación por lo que ello supone de intervención ilícita en las líneas editoriales. En otros países incluso los cargos políticos y legisladores tampoco pueden ser accionistas, para así garantizar la independencia. Precisamente en España no hay gran grupo de comunicación que no tenga detrás, como accionista o como acreedor, a un grupo bancario marcándole los contenidos. Y si el grupo es pequeño o regional, a un constructor.
Los códigos deontológicos o éticos que propondrán las empresas de comunicación son una falacia. No dejamos en manos de los colegios de arquitectos o de médicos las medidas contra los profesionales que construyen un edificio que se hunde o por una negligencia provocan la muerte de un enfermo, tenemos leyes para intervenir en esos casos. En el actual mercado laboral, el código ético del periodista no existe, solo tiene uno: que lo que haga o escriba le guste a su jefe para poder volver al día siguiente a trabajar o a que le encarguen otra pieza. ¿Acaso no hemos visto el código ético en los humoristas gráficos de El Jueves? Si no les gusta lo que hay, se tienen que ir. Izquierda Unida presentó hace varias legislaturas un Estatuto del Periodista con el objeto de garantizarle su independencia frente a sus empresas y el PSOE y el PP se encargaron de que nunca se llevase al pleno del Parlamento.
Además está el asunto de la veracidad de los contenidos. Recordemos que el derecho a recibir una información veraz se encuentra en el artículo 20 de nuestra Constitución. A pesar de ello, todos los días nos desayunamos con mentiras y manipulaciones. En España hemos estado más de diez años discutiendo sobre las mentiras difundidas por unos medios en torno a los atentados del 11M, mentiras que se han confirmado por testigos que declararon cobrar por decirlas en esos medios. Constantemente se están difundiendo falsedades en la información internacional sin que ningún medio tenga que asumir responsabilidades. Probablemente el poder más impune hoy sea el mediático, que puede llamar dictador, mono o asesino al presidente del país que se le antoje. De hecho, la mentira es una de las formas actuales de la nueva censura. Por si no bastaba con vetar el acceso a los grandes medios a las voces incómodas, se pueden permitir sepultar la verdad con mentiras para que el ciudadano ya no sepa identificarla.
Una adecuada legislación no tiene que suponer mayor poder sobre los medios para el Gobierno, ni siquiera sobre los medios públicos. Al contrario, puede dotar de instituciones ciudadanas y profesionales que supervisen la pluralidad y el equilibrio de los medios públicos. También eso se está poniendo en marcha en países de América Latina, se trata de consejos profesionales independientes que se pronuncian sobre los contenidos y pueden proponer sanciones administrativas por falsedad, racismo, homofobia, atentados contra la intimidad u otras acciones indeseadas de los medios. Sin duda se trata de una forma de poner coto a la televisión basura que tanto se denuncia pero nadie se atreve a enfrentar.
El poder mediático, nacido y presentado como un cuarto poder que iba a regular los otros tres, se ha convertido en el menos democrático y legítimo de todos porque solo responde al dinero y a los intereses de sus accionistas, prestamistas y anunciantes. Así se explica que, mientras que todos los grupos parlamentarios hayan criticado los anuncios de prostitución en la prensa escrita, ningún Gobierno se atreva a prohibirla a pesar de que tendrá el apoyo unánime de la ciudadanía. No se atreven a enfrentarse al poder de los medios.
Un “todólogo” colocado por los dueños de un medio en una tertulia o como columnista en la prensa todas las semanas termina con más poder o influencia que un diputado que representa a un millón de votantes. La gran paradoja de nuestra democracia es que Pablo Iglesias va a ser menos influyente como eurodiputado que como tertuliano. Y estoy convencido de que él tampoco estará de acuerdo con eso. Por eso, creo que desde la izquierda, y desde la decencia, debemos sumarnos a su demanda de una democratización de los medios. Y la democracia la garantizan las leyes. Una leyes que no son mordaza, sino que intentan quitarnos la mordaza que nos coloca el mercado impidiéndonos acceder a nuestro derecho a informar y estar informados.

•El Papa llama a la construcción de “un mundo nuevo, en el que los bienes de la tierra y el trabajo sean distribuidos equitativamente” Jesús Bastante


Jesús Bastante).- El último de los actos públicos de la visita de Francisco a Molise fue la proclamación del Año Jubilar Celestino, dedica a Celestino V, el último Papa antes de Ratzinger en dimitir. En la plaza donde se recuerda su memoria, Bergoglio recordó a los cristianos que ser "ciudadanos y hermanos" no es contradictorio, y llamó a la construcción de "la profecía de un mundo nuevo, en el que los bienes de la tierra y del trabajo sean distribuidos equitativamente".
Empezó el Papa recordando la celebración en la plaza de la catedral, "el lugar donde nos encontramos con Dios, ciudadanos y hermanos, que entre los cristianos no hay contradicciones entre sacro y profano. Ciudadanos y hermanos".
Francisco puso como ejemplos de vida a Celestino V y a Francisco de Asís, "fuentes de la misericordia de Dios que renueva el mundo". "Pietro de Morrone, como Francisco, conocían bien la sociedad de su tiempo y su gran pobreza. Estaban muy cerca del pueblo, y ofrecían la compasión a los que no tenían nada, y a los presos".
Ambos santos, "no se limitaban a dar buenos consejos. Llevaron un estilo de vida contra corriente, confiándose a la providencia del Padre, como testimonio de una fraternidad, que es el mensaje del Evangelio de Jesucristo".
"Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Estas palabras del Padrenuestro sugieren un modelo de vida. "No son palabras vacías", proclamó el Papa, "es la profecía de un mundo nuevo".
"Es la profecía de un mundo nuevo. Misericordia y profecía, de un mundo nuevo, en el que los bienes de la tierra y del trabajo sean distribuidos equitativamente, porque la solidaridad y la condivisión son la consecuencia concreta de la fraternidad".

Para concluir, el Papa declaró abierto el Año Jubilar Celestino, "durante el cual quedará abierta para todos la puerta de la Divina Misericordia. No es una fuga o una evasión de la realidad, es la respuesta que viene del Evangelio. El amor como fuerza de purificación, fuerza de proyección para una economía diversa, que pone al centro la persona, el trabajo, la familia, frente al dinero".
"Esta puerta no es la del mundo. No seamos ilusos, esta puerta es buena para todos, la que nos lleva a la justicia y la paz", añadió. "Confiemos en la misericordia de Dios, y en su gracia, fruto de conversión y obra de misericordia".

•Los obispos españoles se plantan ante 13TV: “Cambia ya o echamos el cierre” Jesús Bastante


La escena se produjo durante la última Comisión Permanente del Episcopado. En uno de los pasillos de la calle Añastro (sede de la Conferencia Episcopal), uno de los obispos que sigue con mayor preocupación la deriva de los medios de comunicación propiedad de la Iglesia (Cope y 13tv) exigía, casi a gritos, cambios urgentes a los responsables del canal televisivo. Cambios en el modelo y en las personas que llevan la línea editorial de la cadena, que hasta los propios obispos reconocen demasiado escorada a la derecha. "Cambia ya o echamos el cierre", se le oyó decir.
Lo cierto es que la supervivencia de 13tv pende de un hilo. Por cuestiones económicas pero, sobre todo, por una cuestión de identidad. "Ni Cope ni, sobre todo, 13tv, responden a los ideales del Evangelio. Se han convertido en cadenas de propaganda del PP y sectores de la ultraderecha, y no la voz de los católicos", asegura uno de los miembros de la Comisión Permanente.
La gota que colmó el vaso fue la emisión de la primera entrevista al Papa en una televisión española, que fue para Cuatro, y no para la cadena episcopal, y el absoluto silencio en las tertulias e informativos sobre las denuncias de Francisco contra el actual sistema económico que nos ha llevado a la mayor crisis del último siglo.
Tras la salida de Rouco Varela de la presidencia y la llegada de Ricardo Blázquez y Carlos Osoro a la cúpula episcopal, la cuestión de 13tv ha pasado a ser prioritaria en los debates de la Conferencia Episcopal. La realidad es que, hasta finales de junio, la nueva cúpula episcopal no sabía nada de las finanzas de 13tv, pues sus responsables sólo rendían cuentas ante el cardenal Rouco, auténtico impulsor de la cadena y quien todavía avala el rumbo político de la misma.

Esto se ha acabado. La Conferencia Episcopal, como señalaba recientemente, continúa "decidida y muy interesada en mantener la propiedad de un canal de televisión de carácter generalista y de claro ideario católico", porque los obispos están "convencidos de la importancia que tiene en nuestra sociedad el hecho de que se visibilice mediáticamente la propuesta cristiana en el espacio público". Pero no a cualquier precio.
Una cadena deficitaria

13tv es deficitaria. Aunque la televisión ha ganado en audiencia (casi un 1,7% de share, fagocitando a su competencia, Intereconomía), el alquiler de la frecuencia (alrededor de cuatro millones de euros al año) y el duopolio en materia publicitaria –Mediaset y A3Media se llevan casi toda la tarta– lleva a que la cadena facture como si su cuota de pantalla fuera del 0,4%.
Todo esto hace de la televisión un mal negocio para los obispos españoles, que desde hace unos meses están inyectando dinero a la cadena. Cada año, 13Tv pierde casi diez millones de euros.
Con todo, lo económico, con resultar grave, no es el principal problema. La Conferencia Episcopal todavía sangra por la herida de la subasta de la antigua Editorial Católica (diario Ya y decenas de cabeceras regionales) y no quiere perder sus actuales resortes mediáticos nacionales. Sus actuales dirigentes quieren continuar con la presencia en radio y televisión, pero con un proyecto, en palabras de varios obispos, "que siga el modelo del Papa Francisco". Esto es: una cadena generalista marcada por la propuesta del Evangelio, y no por la crispación política, el insulto y las descalificaciones constantes.
La idea de los actuales mandatarios de la Casa de la Iglesia –que se ha transmitido ya, por diferentes vías, tanto al presidente de 13tv, José María Mas como al máximo responsable del Grupo Cope (y gerente del Episcopado), Fernando Giménez Barriocanal– es la de una "revolución" en los contenidos, y en las personas, de cara a la próxima temporada. La idea es exigir a las productoras de los programas más polémicos ( El cascabel, La Marimorena o Más claro agua) un cambio en los acentos y las formas, así como una mayor pluralidad en las tertulias. A su vez, se impulsarán cambios en la línea de los informativos, todavía dirigidos por Alfonso Merlos.
Aunque los obispos –así lo apuntaron en la nota de conclusiones de la Comisión Permanente– valoran "positivamente los esfuerzos hechos en los últimos meses por mejorar la programación de la cadena y han animado a que se intensifiquen y se siga trabajando en esa línea", lo cierto es que la cúpula episcopal no está conforme con las reformas impulsadas por un grupo de 'nobles', presidido por el todavía director de la Oficina de Información de la CEE, Isidro Catela.
En la cuerda floja, además de Catela, se encuentran el actual director general de 13tv, Alejandro Samanes (vinculado al Opus Dei); José Luis Restán, director editorial de Cope; o Juan Pedro Ortuño, la persona de confianza del cardenal Rouco Varela en la dirección. Según fuentes cercanas a la cadena, el presidente, José María Mas, ha asumido que la renovación en los contenidos es indispensable para que los obispos aseguren su continuidad. "La Iglesia puede arriesgarse a perder dinero con 13tv, pero no a que su imagen siga por los suelos. Tenemos que seguir el ejemplo del Papa", apunta otro obispo.
Los "diez mandamientos"para el futuro de 13tv que una mayoría de obispos parece decidida a cumplir son, grosso modo, los siguientes:

13tv es necesaria. Pero como una televisión que muestre a la Iglesia, no a la derecha eclesiástica o política. Exportar el modelo de Intereconomía sólo lleva al fracaso y a la identificación de los católicos españoles con un modelo socio-económico que no responde al Evangelio.
Abrirse a otras voces: 13tv debe dejar que todas las voces de Iglesia se expresen. En la actualidad, los religiosos u organizaciones como la Acción Católica (muy crítica con el actual formato) tienen vetada su presencia.
Aceptar la crítica, interna y exterior.
Eliminar la imagen –fomentada en algunos programas de 13tv, como antes en la Cope– de una Iglesia enfadada y condenatoria. La defensa del Evangelio tiene que ser propuesta, y no imposición. También en la televisión episcopal.
Potenciar los informativos. Y hacerlos con mayor presencia de la información social: inmigración, educación, familia, crisis.... poniendo énfasis en la labor de la Iglesia.
Promover los debates plurales: los actuales son demasiado escorados hacia la derecha política. Y fomentar "atrios de los gentiles" en televisión, siguiendo modelos como el del debate entre monseñor Cañizares y el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
El magisterio del testimonio. Los espectadores precisan más testimonios y menos doctrina, y que ésta se presente de forma atractiva.
Aprovechar las sinergias. Un programa de deportes, por ejemplo, con los mimbres de Cope, sería atractivo y económicamente viable. Aprovechar las iniciativas que ya se están dando en instituciones religiosas, que actualmente no tienen cabida en 13tv.
Cambios en el comité de renovación de contenidos. El actual comité está formado, en buena medida, por personas que sólo representan un modelo que se ha demostrado caduco, poco profesional y alejado de los intereses de la mayoría de los creyentes de este país.
13tv sólo tendrá sentido si se convierte en una televisión generalista, y que defienda que los cristianos también son ciudadanos con propuestas constructoras de sociedad y atractivas.