FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 11 de abril de 2014

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Este álbum tiene 6 fotos y estará disponible en SkyDrive hasta el 08/07/2014.
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  Ay Carmela en el Teatro Campos Elíseos el día 24 de Abril a las 20,00 horas interpretada por Olatz Ganboa premio a la mejor actriz principal en el II Certamen de Teatro Amateur de Biescas y por sus compañero Alex Igartua
Enviado por José Mª Herrero

EDUCAR PARA LA VIDA ANTONIO SILVESTRE

ecleSALia 10 de abril

"PREMIO ALANDAR 2011"

ECLESALIA, 10/04/14.- Queridos hijos:
Hace poco que he terminado una asignatura que se llama como esta carta: “Educar para la vida”, y repasando sus textos me he puesto a pensar en si realmente os estamos educando para la vida. Quizá la primera pregunta sería: ¿Os estamos educando? La respuesta a esta cuestión me la sé: Claramente, sí. Tanto Mamá como yo os hemos dado, os estamos dando, la mejor de las educaciones que somos capaces. Nunca tengáis ninguna duda sobre eso, aunque ahora haya cosas que no entendáis. Pero ¿educar para la vida?
Me he puesto a pensar si mis padres o los padres de mamá nos educaron para la vida, y se me han saltado las lágrimas. Ninguno de ellos acabó nunca una carrera universitaria, casi ni el equivalente del bachillerato de ahora. Y vaya si nos educaron para la vida.
Nos enseñaron que todas las personas somos iguales, que no hay personas superiores a otras, da igual de donde vengan. No se si alguna vez usarían la palabra solidaridad, que suena a mas moderna, pero nos enseñaron que hay que arrimar el hombro, con lo que se pueda. Ayudar al que lo necesita en la medida de tus posibilidades.
Nos dijeron que la educación y el respeto son las cosas más importantes para relacionarte con las personas. Respeto por todas las personas y por su trabajo, aunque te parezca insignificante. Cada persona es importante.
También nos dijeron lo importantes que eran otras cosas, quizá más pequeñas, menos  trascendentales, como ser puntuales, y disfrutar de todo lo que haces. Que merece la pena seguir luchando por muchas veces que la realidad se obstine en demostrarte lo contrario. Nos mostraron el valor de la amistad y seguro que tuvieron su parte de culpa en que sigamos conservando tan buenos amigos.  Nos dieron la oportunidad de encontrarnos con Dios, a su manera, sencillamente, un Dios que luego hemos ido conociendo y asumiendo  nosotros.
Pero, sobre todo, nos enseñaron a querernos. Aprendimos lo que es querer con pasión a tu pareja, a comprender lo que significa la familia, lo que es tener a tu lado, a alguien que te quiere incondicionalmente.
Eso si que es un master. Y eso es exactamente lo que nos gustaría dejaros. Esos valores que queremos compartir con vosotros y tratamos, no sé si con mas o menos éxito, de trasmitiros.
Queremos que seáis capaces de asombraros. Que miréis a vuestro alrededor y cada día descubráis algo nuevo, que sintáis la vida como un don. Y que penséis en todo lo que ha tenido que pasar para que estéis aquí y ahora, y que por eso os sintáis pequeños, humildes pero absolutamente indispensables. Sin vosotros todo sería distinto.
Estamos muy orgullosos de vosotros y sabemos que en algunas cosas lo estamos haciendo bien, por lo menos en lo que tiene que ver con la familia, porque se nota en esos abrazos espontáneos que de vez en cuando nos dais, o en esos “te quiero” que a veces se os escapan. Queremos mostraros nuestros valores con el ejemplo. La solidaridad, el esfuerzo, el respeto, la tolerancia. Pero no os confundáis, la tolerancia no es que todo vale, eso sería relativismo y de eso ya tenemos bastante en esta sociedad.
Hay que luchar por lo que uno cree, sin imposiciones pero con la firmeza necesaria.
Y sobre todo queremos transmitiros nuestra fe. Nunca dejéis de creer. Sentíos siempre privilegiados y elegidos de Dios. Y de una manera o de otra, como podáis, hacedlo en comunidad. Nuestra experiencia nos ha mostrado que es fundamental.
Sería lo mejor que nos podría pasar, que un día, con el pasar de los años, pudierais decir: “Nuestros padres si que nos educaron para la vida”. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Un beso.

El diálogo abre puertas cerradas Juan de Dios Regordán Domínguez

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Siento tristeza y rabia cuando escucho a políticos que parece que no tienen otro mensaje y cometido que atacar e intentar descalificar a los demás. Pero hay que reconocer que, además de la mediocridad política, los conflictos de la sociedad española obedecen en el fondo a actitudes de prepotencia y de dominio que impiden la implantación de un orden verdaderamente justo y solidario.
En la vida política nadie debe descalificar a los demás tratando de presentarse como único representante de la legitimidad democrática, de la libertad o de la justicia. Es necesario evitar los procesos de radicalización que conceden valor absoluto a las propias ideas o intereses y conducen, poco a poco, a la negación de las razones o derechos de los demás hasta llegar a la justificación irracional de los enfrentamientos y mutua destrucción.
La situación amenazadora y desestabilizadora exige un cambio y éste es responsabilidad de todos. La paz no es simplemente la ausencia de guerras o violencias. Más aún, la violencia surge, de una manera o de otra, si no existe el empeño generalizado de buscar el consenso y construir la paz positivamente, como fruto de un tejido de relaciones justas y solidarias que vayan desde el nivel de las relaciones interpersonales hasta las más complicadas construcciones jurídicas y políticas. Hemos de reconocer que la paz se ha convertido en una condición indispensable para la subsistencia de la humanidad; en un punto de partida necesario para poder superar los graves problemas del hambre y de la pobreza en el mundo y avanzar en el establecimiento de una vida libre, pacífica y digna para todos los hombres de la tierra.
Es un derecho de todos contar con los medios para su promoción sin verse obligado a abandonar su familia y su tierra. Poder emigrar para superarse, para mejorar, es un derecho; tener que emigrar para poder vivir es un mal que la solidaridad debe remediar. En la construcción de la paz por la justicia tienen gran importancia los hombres y mujeres del trabajo, de los sindicatos y de las asociaciones profesionales y empresariales. Dentro de este vasto campo se juega, en gran medida, la afirmación o la negación de la justicia. En las relaciones laborales y económicas debe observarse siempre el sentido de la justicia en sus diversos aspectos, como la dignidad y respeto a las personas, el reconocimiento del trabajo, la justa distribución de los beneficios, las cualidades y esfuerzos personales y el interés por el bien común.
Es necesario derrumbar barreras, cambiar mentalidades agresivas y, sobre todo, convencimiento profundo de que todos los problemas, por muy graves que sean, tienen solución. El diálogo puede y debe abrir puertas cerradas. El diálogo es un buen medio con el que las personas se comunican y manifiestan mutuamente y descubren las esperanzas de bienestar común y las aspiraciones de paz que, con demasiada frecuencia, están ocultas en lo más profundo. El verdadero diálogo va más allá de las ideologías y las personas se encuentran unas con otras en la realidad de la vida. El diálogo rompe los prejuicios y las barreras artificiales. El diálogo lleva a los seres humanos a un contacto mutuo y enriquecedor como miembros de la familia humana con todas las riquezas de su diversidad cultural e histórica. El diálogo favorece la justicia y ésta lleva a la paz.
juandediosrd@hotmail.com

FACUA solicita a la Defensora del Pueblo que intervenga ante la ilegalidad de la nueva factura de la luz

Facua


La petición a Soledad Becerril se suma a la denuncia presentada ante el presidente de la Comisión Europea.
FACUA-Consumidores en Acción ha solicitado a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, que intervenga ante la ilegalidad de la nueva factura eléctrica aprobada por el Gobierno.
La asociación ha remitido este miércoles 9 de abril una queja a la Defensora en la que le pone de manifiesto que el sistema para la fijación de las tarifas de la luz vulnera tanto la legislación del sector eléctrico como la de defensa de los consumidores.seguir leyendo

Maduro invita al Vaticano a mediar en el diálogo con la oposición Ewald Scharfenberg

El País

Las conversaciones comenzarán previsiblemente este mismo jueves en la sede presidencial
El Gobierno y la oposición acuerdan abrir un proceso de diálogo en Venezuela
Entre la esperanza y el escepticismo, Venezuela se preparaba ayer para presenciar un inédito proceso de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición todavía representada por la alianza de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El vicepresidente Jorge Arreaza, por parte el Gobierno, y el líder de MUD, Henrique Capriles, por la oposición, anunciaron que se disponían a iniciar conversaciones “en el marco de la Constitución” para rebajar las tensiones políticas acumuladas desde que comenzó la oleada de protestas callejeras, el pasado 12 de febrero. seguir leyendo

1964: golpe de la clase conservadora con uso del poder militar Leonardo Boff, teólogo, filósofo, presidente honorario del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Petrópolis


Enviado a la página web de Redes Cristianas
El 50 aniversario del golpe militar, por la violencia que implicó, ahora debidamente aclarada por la Comisión Nacional de la Verdad, no puede dejar indiferente a ningún ciudadano honesto. Importa señalar claramente que el asalto al poder fue un crimen contra la constitución y una usurpación de la soberanía popular, fuente del derecho en un Estado democrático. El primer Acto Institucional del 9/4/1964 negó este principio de la soberanía popular al declarar que “la revolución victoriosa como Poder Constituyente se legitima por sí misma”.
Ningún poder se legitima por sí mismo; lo hacen solo los dictadores, que pisotean cualquier derecho. El golpe militar configuró la ocupación violenta de todos los aparatos del Estado para, desde ellos, montar un orden regido por actos institucionales, por la represión y por el Estado de terror.
Bastaba sospechar que alguien era subversivo para ser considerado como tal. Incluso detenidos y secuestrados por equivocación, como inocentes campesinos, fueron maltratados y torturados. Muchos no resistieron y su muerte equivale a un asesinato. No debemos dejar en el olvido a los 246 campesinos muertos o desaparecidos entre 1964-1979. Y ahora se está descubriendo la eliminación de muchos indígenas, considerados una traba para el crecimiento económico. Sobre algunos de ellos fueron lanzadas bombas de napalm.
Lo que los militares cometieron fue un crimen de lesa patria. Alegan que se trataba de un estado de guerra, una parte queriendo imponer el comunismo y la otra defendiendo el orden democrático. Esta alegación no se sostiene. El comunismo nunca representó entre nosotros una amenaza real pues cualquier manifestación en este sentido fue brutalmente reprimida, no sin el apoyo de la CIA norteamericana. En la histeria del tiempo de la guerra fría, todos los que querían reformas en la perspectiva de los históricamente condenados y ofendidos –las grandes mayorías obreras y campesinas– eran pronto tachados de comunistas y de marxistas, aunque fuesen obispos como el insospechable dom Helder Câmara.
Contra ellos no solo había vigilancia, sino para muchos persecución, prisión, interrogatorio humillante, el pau-de-arara feroz, los ahogamientos desesperantes. Los “suicidios” alegados malamente camuflaban el puro y simple asesinato. En nombre del combate contra el peligro comunista, se asumió la práctica comunista-estalinista de la brutalización de los detenidos. En algunos casos se incorporó el método nazi de incinerar cadáveres como admitió el ex-agente del Dops de São Paulo, Cláudio Guerra. Causa espanto y hasta constituye un problema filosófico la falta de remordimientos que el coronel reformado Paulo Magalhães manifestó recientemente a la Comisión Nacional de la Verdad por haber actuado en la Casa de la Muerte de Petrópolis, haber torturado, asesinado, mutilado cadáveres y haber ocultado el cuerpo del diputado Rubens Paiva.
Rudolf Höss, comandante del campo de exterminio nazi de Auschwitz, que según los propios cálculos de su autobiografía mandó a las cámaras de gas a cerca de un millón de judíos, tampoco mostraba ningún arrepentimiento. Se divertía disparando al azar sobre los prisioneros y lloraba como un niño al llegar a casa y saber que su pajarito preferido había muerto. Es el misterio de la iniquidad.
El Estado dictatorial militar, por más obras que haya realizado (“el milagro económico” fue una apropiación de solamente el 10% de la población, los más ricos, en el marco de un espantoso derroche salarial), hizo retroceder política y culturalmente a Brasil. Expulsó u obligó a exiliarse a nuestras más brillantes inteligencias y a nuestros artistas más creativos. Ahogó a líderes políticos y dio ocasión a la aparición de súcubos que, oportunistas y desprovistos de ética y de brasilidad, se vendieron al poder dictatorial a cambio de beneficios que iban desde estaciones de radio a canales de televisión. Muchos de ellos están ahí, políticamente activos y ocupando altos cargos de la administración del Estado democrático.
Los que dieron el golpe de Estado deben ser responsabilizados moralmente por ese crimen colectivo contra el pueblo brasilero, como varios juristas lo están pidiendo. Los militares se imaginan que fueron ellos los principales protagonistas de esta hazaña nada gloriosa. En su indigencia analítica, mal sospechan que fueron de hecho usados por fuerzas mucho mayores que las suyas. Lo dijo recientemente Tarso Genro, gobernador de Rio Grande do Sul, en una entrevista al Boletín Carta Mayor (30/3/2014): “Los militares no se apropiaron directamente del poder para ellos mismos. Fue un proyecto político de los sectores más conservadores y reaccionarios (burguesía nacional y los latifundistas) que tuvieron en las fuerzas armadas un apoyo y un protagonismo muy grande”.
René Armand Dreifuss escribió en 1980 su tesis de doctorado en la Universidad de Glasgow con el título: 1964: La conquista del Estado, acción política, poder y golpe de clase (Vozes 1981). Se trata de un libro de 814 páginas 326 de las cuales son copias de documentos originales. A través de estos documentos queda demostrado que lo que hubo en Brasil no fue un golpe militar, sino un golpe de clase con uso de la fuerza militar.
A partir de los años 60 del pasado siglo, se formó el complejo IPES/IBAD/GLC. Explico: el Instituto de Pesquisas y Estudios Sociales (IPES), el Instituto Brasilero de Acción Democrática (IBAD) y el Grupo de Levantamiento y Coyuntura (GLC). Conformaban una red nacional que difundía ideas golpistas, compuesta por grandes empresarios multinacionales, nacionales, algunos generales, banqueros, órganos de imprenta, periodistas, intelectuales, la mayoría listados en el libro de Dreifuss. Lo que los unificaba, dice el autor «eran sus relaciones económicas multinacionales y asociadas, su posicionamiento anticomunista y su ambición de readecuar y reformular el Estado» (p.163) para que fuese funcional a sus intereses corporativos. El inspirador de este grupo fue el maquiavélico general Golbery de Couto y Silva que ya «en 1962 preparaba un trabajo estratégico sobre el asalto al poder» (p.186).
La conspiración pues estaba en marcha desde hacía bastante tiempo. Aprovechándose de la confusión política creada en torno a la renuncia del Presidente Jânio Quadros y de la obstinada oposición al Presidente João Goulart, que proponía reformas de base y principalmente la reforma agraria, y era considerado por eso como el portador del proyecto comunista, este grupo vio la ocasión propicia para realizar su proyecto. Llamó a los militares para dar el golpe y tomar por asalto el Estado. Fue, por tanto, un golpe de la clase dominante, nacional y multinacional, usando el poder militar.
Concluye Dreifuss: «Lo ocurrido el 31 de marzo de 1964 no fue un mero golpe militar; fue un movimiento civil-militar; el complejo IPES/IBAD y oficiales de la ESG (Escuela Superior de Guerra) organizaron la toma del poder del aparato del Estado» (p. 397).
Específicamente afirma: «La historia del bloque de poder multinacional y asociados empezó el 1º de abril de 1964, cuando los nuevos intereses se volvieron realmente intereses del Estado, readecuando el régimen y el sistema político y reformulando la economía al servicio de sus objetivos» (p.489). Todo el aparato de control y de represión era activado en nombre de la Seguridad Nacional que en realidad significaba la Seguridad del Capital.
Los militares inteligentes y nacionalistas de hoy deberían darse cuenta de cómo fueron pérfidamente usados por aquellas élites oligárquicas y anti-populares que no buscaban satisfacer los intereses generales de Brasil sino alimentar su voracidad particular de acumulación protegidos bajo el régimen autoritario de los militares.
La Comisión Nacional de la Verdad prestaría un servicio clarificador al país si trajese a la luz toda esta trama. Cumpliría simplemente con su misión de ser Comisión de la Verdad completa. No solo de la verdad de hechos individualizados de violencia contra los derechos humanos, sino de la verdad del hecho principal de la dominación de una clase poderosa, antinacional, asociada a la multinacional, para bajo la égida del poder arbitrario de los militares realizar tranquilamente sus objetivos corporativos y excluyentes. Esto nos costó 21 años de humillación, de privación de la libertad, perpetró asesinatos y desapariciones e impuso un costoso padecimiento colectivo.
Finalmente, cabe oír las palabras de la abogada Rosa Cardoso, abogada y defensora de la prisionera política Dilma Rousseff y hoy integrante de la Comisión Nacional de la Verdad en una entrevista al Boletín Carta Mayor del 20/02/2014: «Primero quiero decir que hasta hoy las Fuerzas Armadas deben una petición de perdón a la sociedad brasilera, con lo cual estarían asumiendo una posición civilizada y democrática, que es a fin de cuentas lo que se espera de los militares en el siglo XXI. Lamentablemente hasta ahora no hemos recibido ningún indicio, ningún mensaje que nos indique que por parte de los militares hay ese deseo de pedir disculpas y de hacer una autocrítica política sobre su comportamiento». Esta deuda la tienen con todo el pueblo brasilero y un día deberán saldarla.
Hoy, primero de abril de 2014, 50 años después del golpe civil-militar, es un día de llanto por las víctimas de la represión pero también un día de ánimo porque la crueldad no puede sofocar el sentimiento de dignidad ni abatir los ideales democráticos que triunfaron y están afirmándose más y más en nuestra conciencia nacional.
Dedico este artículo a mi compañero de seminario Arno Preis, lleno de hambre de justicia, muerto en Paraiso do Norte-GO el día 15 de febrero de 1972.


Traducción de Mª José Gavito Milano