FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

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sábado, 15 de febrero de 2014

Un antiguo alumno del colegio publica su primera novela


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  “La llave de la eternidad” da Gorka Eugenia Argul-ek, gure ikastetxeko ikasle ohiak, argitaratu duen bere lehen eleberriko izenburua.
“La llave de la eternidad” es el título de la primera novela que ha publicado Gorka Eugenia Argul, antiguo alumno de nuestro colegio.
“Aunque amenizado y metido dentro de un relato, tiene un componente histórico muy alto, ya que muestra la historia de Nikola Tesla y de cómo muchas de sus más de 600 patentes han sido vitales para que hoy en día tengamos la realidad tecnológica actual; inventos que van desde la corriente alterna hasta el vehículo eléctrico”.

UN ANTIGUO ALUMNO DE BARAKALDO PUBLICA SU PRIMERA NOVELA

‘Atalaya salesiana’: número de febrero


atalaya_febrero_1
.
  ‘Atalaya salesiana’,-k Barakaldoko Salestar Ikasle Ohien Elkartearen aldizkariak, bere hileroko hitzorduarekin fidel, ale berria argitaratu du.
‘Atalaya salesiana’, la revista de la Asociación de Antiguos Alumnos y Alumnas de Salesianos Barakaldo, fiel a su cita mensual, presenta su nuevo número.
Hace unos días se distribuyó la versión en papel; ahora ha aparecido la versión digital. He aquí el contenido del número de febrero:
—————————- Un nuevo clima en la Iglesia
- Promociones anteriores a 1950 con Don Bosco
- Visita de don Félix Urra a la Junta Directiva
- ¡Esos correos electrónicos …!
- “Palabras Mayores”
- La inmigración: ¿un problema o una oportunidad?
- “No es raro que hable con cariño de los salesianos”
————- Cuando se llega al límite máximo de la incompetencia
- Destino desconocido – II
- El Presidente informa
- Tomás de Zubiría e Ybarra
- Contrato de maestra en 1923
- Txakolí: La nueva cosecha
- El fantasma del castillo
.

(Leer ‘Atalaya salesiana’)

Comunicado: CGT exige una investigación por la muerte de 15 inmigrantes


Enviado a la página web de Redes Cristianas
La Confederación General del Trabajo exige que se abra una investigación sobre la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en los sucesos acaecidos el pasado 6 de febrero en Ceuta, en los cuales murieron 15 personas inmigrantes. Al tiempo que solicita se depuren responsabilidades incluida la dimisión del Ministro del Interior, como responsable último de la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado..
Así mismo la CGT iniciará acciones legales para exigir las responsabilidades que pudieran derivarse de estas actuaciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado.
El 6 de Febrero se producía en la frontera que separa Ceuta del territorio marroquí una gran tragedia, otra más, la muerte de 15 inmigrantes cuando intentaban entrar nadando en territorio español, el blindaje de la frontera incluyendo la ignominia de las cuchillas les ha impulsado a intentarlo de esta manera tan desesperada. Inmigrantes económicos y políticos que huyen de la miseria, muchos de ellos seguramente con derecho de asilo, a quienes no se permite siquiera la posibilidad de solicitarlo.
Las declaraciones del Ministro del Interior, en las que reconoce que “a veces” se podían producir expulsiones ilegales por parte de la Guardia Civil, nos llena de indignación por inadmisible de quien se supone es el garante de la legalidad vigente obvien su cumplimiento.
CGT exige que se abra una investigación sobre la actuación de la Guardia Civil en este caso, que se esclarezca si, como sostienen las ONG que están allí trabajando en el acogimiento y asistencia de estas personas, ha habido disparos de balas de goma mientras los inmigrantes estaban en el agua. Lo cual sería un hecho gravísimo y la vulneración de todas las leyes sobre derechos humanos.
Desde la CGT denunciamos las políticas criminales de la Unión Europea en materia de Inmigración y Extranjería, para impedir, que lleguen a su territorio quienes vienen huyendo del terror, el hambre y la miseria secular, a la que han sido condenados/as, por regímenes corruptos y dictatoriales. CGT exige la inmediata derogación de las Leyes de Extranjería, causantes de todas estas tragedias. Así como la libre circulación de las personas.
http://www.rojoynegro.info/articulo/agitaci%C3%B3n/pol%C3%ADticas-criminales-las-personas-m%C3%A1s-desprotegidas
SECRETARIADO PERMANENTE DEL COMITE CONFEDERAL DE LA CGT

Facua advierte de que las tarifas de la luz que quiere imponer el Gobierno vulneran la ley



La asociación de consumidores asegura que el “disparatado” sistema facilitará a partir de ahora las compañías nuevas subidas “injustificadas”
Facua-Consumidores en Acción ha advertido este jueves de que el nuevo sistema de tarifas eléctricas que pretende imponer el Gobierno no sólo vulneraría la legislación en materia de protección de los consumidores, sino que también incumpliría la propia Ley del sector eléctrico de 2013.

En un comunicado, la asociación señala que la normativa, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado mes de diciembre, establece en su artículo 44 que los consumidores tendrán derecho a “ser suministrados a unos precios fácil y claramente comparables, transparentes y no discriminatorios”.
Según Facua, el borrador de Real Decreto por el que se establece la metodología de cálculo de los precios voluntarios para el pequeño consumidor y su régimen jurídico de contratación plantea que los usuarios no podrán conocer las tarifas que les cobrarán hasta que no les lleguen las facturas.
Así, considera que este “disparatado” sistema facilitará a las compañías nuevas subidas “injustificadas” y provocará un “auténtico caos, con un recibo infinitamente más opaco que hará prácticamente imposible verificar si se producen errores o fraudes en la facturación”.

Legionarios, continuidad macielista Bernardo Barranco V.


La Jornada
La luna de miel del papa Francisco ha terminado. Todo el encanto de un religioso bien intencionado ha quedado atrás. Francisco tiene a corto plazo dos grandes desafíos que afrontar. El durísimo informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, en Ginebra, y la renovación de los legionarios.

El papa Bergoglio tiene que adoptar decisiones que nos permitirán calibrar hasta dónde va a conducir a la Iglesia y el calado de las reformas que propone. Son un primer termómetro en el que podremos medir, más allá de los gestos, las palabras y los discursos. A casi un año de la renuncia del papa Benedicto XVI, las actitudes del nuevo papa Francisco habían hecho olvidar o matizar la profunda crisis de la Iglesia. El estilo más pastoral del Papa ha tenido una gran acogida en la sociedad secular mundial porque representa fundadas esperanzas de renovación de una Iglesia reticente a todo cambio. Una Iglesia encapsulada en letargos reacios de tradición, memoria y doctrina como ejes absolutos de su identidad, frente a la realidad contemporánea concebida como la decadencia de los valores y contaminada por el mal.
Sin embargo, a casi un año de pontificado, Francisco enfrenta intereses poderosos e inercias estructurales que conforman el modus operandi de las cúpulas eclesiásticas. De tal suerte que las reformas y nuevas actitudes que demanda son resistidas por los núcleos más conservadores y se provoca una profunda confrontación entre la misión y la institución.
El ejemplo más nítido de esta disyuntiva está en el proceso de los legionarios de Cristo. La elección en una asamblea capitular dominada por macielistas conservadores dio por resultado la elección del nuevo director general, Eduardo Robles Gil, también macielista. La novedad radica en que el Papa tardó 15 días en dar su aprobación e instruyó integrar en el consejo general a dos legionarios españoles de la corriente reformista: Jesús Villagrasa y Juan Sabadell.
El comunicado del capítulo general extraordinario de los legionarios es un texto político más que un mensaje evangélico. No hay novedades sustanciales en términos de contenidos, pero hay recovecos simuladores. Es notorio el deslinde respecto de Marcial Maciel, a quien le adjetivan muchísimos defectos, faltas y patologías. Pero lo dibujan como el “asesino solitario” que engañó a todos. El mensaje es claro: Maciel embromó y estafó a todos. Desde la nomenclatura legionaria hasta la propia cúpula del Vaticano.
Este enfoque es inaceptable porque el equipo más cercano de los legionarios conocía los detalles de su vida, bastaba seguir sus gastos. Sin embargo, lo arropó y hasta proveyó de la logística necesaria para que Maciel desarrollara su vida desenfrenada. Maciel es el Mario Aburto legionario en nuestra cultura política, un asesino sin nexos ni cómplices. Es el chivo expiatorio en la tradición abrahámica, es decir, el ritual religioso de sacrificar a un chivo macho para purificar las culpas de la comunidad. No sólo los Corcuera ni los Garza Sada ahí presentes en las deliberaciones debieron hacer un acto de contrición, sino también la propia curia vaticana a la que los legionarios sobornaban. Aquí hay silencio y omertà mafiosa. Los trabajos de Gianluigi Nuzzi y Jason Barry documentan plenamente la corrupción de la curia que explica el abrigo y benevolencia de pontífices como Juan Pablo II, quien llegó a expresar que Maciel era “un ejemplo para la juventud”. El propio Joseph Ratzinger, siguiendo los testimonios de Alberto Athié, siendo cardenal se plegó a la “lógica del silencio” que la ONU reprocha airadamente a la sede romana.
La cuestión más delicada del comunicado de diez puntos se refiere al carisma. El carisma en el sentido religioso es una gracia, un don especial que el Espíritu Santo dona para el bien de la Iglesia. Los fundadores de las órdenes religiosas son portadores de ese carisma, que marca el estilo, la misión y la identidad de la congregación. El texto legionario argumenta que quieren hacer una separación y ruptura entre el carisma y su fundador Maciel diciendo: “los rasgos esenciales (de los legionarios) no tienen origen en la persona del fundador; son un don de Dios que la Iglesia acoge y aprueba, y que después vive en el instituto y en sus miembros”.
En otras palabras: el fundador, siendo incongruente, perverso y pecador, es capaz de fundar una comunidad religiosa sana. ¿Cómo es posible que Dios se sirva de hombres o mujeres corruptos e inmorales como Maciel para infundir el carisma de una obra divina? Esta tesis está inspirada en aquella entrevista que concedió Benedicto XVI a Peter Seewald, contenida en el libro Luz del Mundo 2010, en la que el Papa afirmó que Maciel era un misterio y una “figura enigmática”, porque siendo un personaje torcido edificó una comunidad religiosa sana. Es decir, un árbol podrido que produce generosos frutos. Con esta lógica se podría iniciar la beatificación de Carlos Slim u otros acaudalados magnates.
Las señales de la asamblea de los legionarios no son buenas. Los legionarios aparentan cambiar todo para que todo siga igual. Se atreven a insinuar que el papa y el Vaticano salvaron a la legión de su extinción. Por ello se entiende que, más que una refundación, hubo un rescate por parte de Roma. El problema de fondo es cómo reformar una estructura desde sus cimientos. No es un problema sólo de normas, sino de la cultura religiosa que está sustentada en el lucro y la eficiencia financiera. No hablamos sólo de la represión sicológica a que son sometidos sus miembros, reprochada por la ONU, sino de la pérdida de individualidad y libertad. Estamos frente a una corrupción interna y simulación, de doble moral y utilización del leguaje de la fe como lenguaje de negocios. En suma, cómo lograr que los legionarios dejen de ser una secta lucrativa pararreligiosa y convertirse en una orden que privilegia la salvación espiritual a la salvación material.

El perdón no basta, como tampoco reformas superficiales. Sin duda los legionarios son una prueba de fuego para el papa Francisco. Él tiene la última palabra.
Los Legionarios


Fuente: Red MUndial de Comunidades Eclesiales

Carnaval de Cádiz: Comparsa “Los Trovadores” (2014) – Pasodoble “El Santo Padre”


Enviado a la página web de Redes Cristianas
El Santo Padre de la Santa Iglesia Cristiana de Roma
tiene muy claro que antes que santo es una persona,
no quiere oro ni zapatos rojos,
como los zapatos de un emperador,
su sotana es mucho más sencilla
y lleva sandalias como el pescador.

Ha cambiado su trono por una silla de madera
para no olvidarse mientras viva de quien fue Jesús,
hijo de un humilde carpintero que era de Judea,
el que nació en un pesebre,
el que murió en una cruz.
En su pecho colgando,
la misma cruz de antes,
sin gemas ni zafiros
ni rubíes ni diamantes.

Quiere reformar la banca,
quiere tirar de la manta,
él quiere una Iglesia pobre,
hay que abrir el sobre
y todo lo que sobre
dárselo a los pobres.

Todo aquel que intentó
hacer lo mismo que tú
terminaba embalsamao
y dando vueltas en un ataúd.

Será por eso
por lo que no quiere guardaespaldas,
pues su mayor peligro
está delante de su cara.
Y no habla tanto del Cielo,
él besa a las personas
antes que besar el suelo.
Ojalá que viva muchos años
y que dure tu pontificado,
ojalá sea recordao
como el Papa Francisco,

el hombre que en nombre de Dios
se levantó un día contra el Vaticano.

Francisco Javier Márquez Mateos / David Márquez Mateos – Comparsa “Los Trovadores” (2014)

Un año después de la renuncia de Benedicto XVI José Arregui, teólogo




(Respuestas al cuestionario propuesto por RELIGIÓN DIGITAL con ocasión del aniversario de la renuncia de Benedicto XVI, el 11 de febrero)

1/ ¿Qué sintió y pensó, cuando, hace un año, Benedicto XVI hizo pública su renuncia?
Fue una (relativa) sorpresa, y más que nada me provocó incertidumbre. Incertidumbre acerca de los motivos verdaderos de la renuncia y sobre las consecuencias eclesiales que pudieran derivarse de ella.

Como tantas otras grandes instituciones, y más que ninguna otra, el Vaticano es un sistema opaco (y, por lo poco que estamos viendo, más turbio de lo que podíamos imaginar). Esa opacidad me molesta, porque nos condena a hacer cábalas y conjeturas, o a fiarnos demasiado de sedicentes especialistas en intríngulis vaticanos. Malas prácticas institucionales para una Iglesia que Jesús quiso luz y sal. No se ha de poner la lámpara bajo el celemín.

A medida que pasaban los días, a la desazón y la incertidumbre se añadió un cierto hastió del entusiasmo y del panegírico generalizado de Benedicto XVI y de su gesto de renuncia, e incluso de su pontificado entero. Los medios dependen demasiado de los titulares y nosotros de los titulares, en detrimento de la reflexión.

En mí brotaban sobre todo preguntas: ¿Ha sido un gesto de humildad, o más bien de impotencia? ¿De valentía o más bien de rendición? ¿De coraje o más bien de huída?
Así pues, mi reacción ante la renuncia y todo lo que siguió no fue muy positiva. Predominaba en mí el escepticismo, y siguió predominando hasta meses más tarde. Reconozco que, un año después, valoro más el gesto de Benedicto XVI y, sobre todo, lo que luego ha seguido.

2/ ¿Cómo calificaría esa decisión del Papa Ratzinger?
Hoy diría que fue fundamentalmente una decisión honrada de un hombre limpio y sin fuerzas para hacer frente a los poderes fácticos, los “lobos” del Vaticano, en expresión de L’Osservatore Romano (con perdón de los lobos, que son incapaces de hacer tanto daño como nosotros).
Dicho eso, creo que fue también una opción ambigua, muy ambigua. No pongo en duda su humildad, rectitud y buena voluntad, ni niego que fuera una decisión valiente, pero creo que tuvo de debilidad lo que tuvo de humildad, y tuvo de dejación lo que tuvo de valentía. Se preguntará: ¿qué otra cosa podía hacer él si no tenía la fuerza y la valentía necesarias para llevar a cabo su programa de depuración de la corrupción vaticana (pederastia y finanzas)? Renunciar para que otros realizaran lo que él no podía ¿no fue lo mejor que pudo hacer? Así es seguramente, pero eso pone de manifiesto la radical ambigüedad e incluso contradicción de este sistema de papado absolutista. Y Benedicto XVI se fue sin plantear ni abordar este problema en su raíz. Se fue dejando intacto el sistema que le llevó a su callejón sin salida.
Además, su decisión de renunciar dejó en evidencia la obstinación –perversa o santa– con que Juan Pablo II, absolutamente incapacitado en sus últimos años para cualquier tipo de gobierno, se aferró a su cátedra o a su trono, a su misión o a su ambición. No interesa en este lugar discutir si fue despotismo o martirio. Lo que está claro es que la decisión de Benedicto XVI constituyó una desautorización frontal de la de Juan Pablo II.
Por último, y como he sugerido más arriba, quiero señalar que la renuncia de Benedicto XVI descubre la contradicción inherente al sistema actual del papado, proveniente del sigo XI (Dictatus Papae de Gregorio VII: año 1087) y reforzado en el siglo XIX (en el Vaticano I, con Pío IX, en el año 1870: dogmas de la infalibilidad y primado absoluto del papa sobre todas las Iglesias). Siempre ha sido así, pero con el papa Ratzinger quedó más a la vista: un papa con poder absoluto carece de poder, y tiene que renunciar porque no puede.

Si un presidente de Gobierno dimite, lo hace porque no tiene más poder que el conferido por su partido, el parlamento y, en definitiva, el pueblo; cuando no quiere o no puede aplicar su programa de gobierno, es lógico que devuelva el poder a quien se lo dio. Pero Benedicto XVI que, según la convicción teológica de Joseph Ratzinger, poseía el poder absoluto conferido por Dios, ¿a quién se lo devolvió al renunciar? A unos cardenales elegidos por él para que elijan otro papa en nombre de Dios. Pero es muy posible que con el siguiente papa nos veamos abocados al mismo callejón sin salida, inherente al papado. Este sistema es no sólo anacrónico, y no sólo va directamente contra el evangelio de Jesús, sino que además hace agua por todos los lados. Es insostenible.


3/ ¿Qué supuso, a su juicio, para la Iglesia y para el mundo?

Está por ver hasta dónde nos llevará, pero hay que reconocer que la renuncia de Benedicto XVI permitió abrir un nuevo camino. Un camino insospechado y prometedor. Saludé con entusiasmo la elección del papa Francisco, síntesis lograda de Francisco de Asís y de Ignacio de Loyola, y al mismo tiempo me mostré cauto e incluso abiertamente escéptico. Hoy reconozco con mucho gusto que fui demasiado negativo: el tono y el enfoque de su mensaje son radicalmente diferentes a lo que habíamos visto en los dos últimos papas. No importa la ortodoxia, nos dice, sino la misericordia. No sirve la salvaguarda de la doctrina, sino la revolución de la ternura. La Iglesia no es aduana, sino puesto de socorro para todos los heridos. No hay nada que añadir. Y de pronto, la inmensa mayoría, cristianos o no, ha vuelto a mirar al obispo de Roma con simpatía y esperanza. Todo el mundo lo quiere, dentro y fuera de la Iglesia, salvo la ultraderecha de dentro y de fuera.
Ante este panorama tan imprevisto, muchos dicen: todo el mérito de esta evolución es de Benedicto XVI y de su renuncia. Yo vuelvo a mis dudas. Se resumen básicamente en dos.
Mi mayor duda es hasta qué punto podrá ser irreversible el nuevo, esperanzador, camino abierto por el papa Francisco. Ello requeriría: 1) Que la teología de este papa sea realmente nueva, acorde con el paradigma cultural de hoy; el enfoque de sus palabras, la primacía absoluta de la misericordia, me parece fantástico; en cuanto a sus ideas teológicas, no lo veo tan claro, pero tampoco importaría mucho, siempre que se mantenga la prioridad absoluta de la misericordia sobre el dogma. 2) Que el siguiente papa, o los siguientes, no vayan a deshacer lo que éste haga, como Juan Pablo II y Benedicto XVI desanduvieron el camino nuevo abierto por el Vaticano II. Y vuelve aquí a plantearse el quid de la cuestión: el poder absoluto del papa.
Si el papa Francisco no lo limita radicalmente y si no establece unas bases de organización democrática para toda la Iglesia católica (por ejemplo: separación de poderes, nombramiento de los obispos por las comunidades locales, regulación democrática del Derecho Canónico…), todo podrá volver a ser como era. Y sería una pena. En realidad, creo que significaría el desplome definitivo de la Iglesia institucional. La reforma de la Curia, de las finanzas, y las medidas contra la pederastia son necesarias, pero no bastarán.
Esa es la duda y la cuestión principal. La otra duda se refiere al mérito de Benedicto XVI en la elección y en la reforma en marcha del papa Francisco. ¿Quiso realmente Benedicto XVI que su renuncia diera paso en la Iglesia católica a esto que está sucediendo y que tanto nos alegra? ¿No fue él, más que ningún otro, quien, primero como Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y luego como papa, tomó e hizo tomar las medidas para desandar los pasos dados o el camino abierto por el Vaticano II, el que condenó casi todo lo que hay en el mundo de hoy salvo el capital financiero, ahondó la sima entre la Iglesia y la cultura, condenó a teólogos e impuso obispos reaccionarios? Y todo eso debido al poder absoluto del papa, y a pesar de ser él una persona llena de finura y humildad. El papado es el problema mayor, más allá de la persona.
En cualquier caso, me atrevería a decir que lo mejor del pontificado de Benedicto XVI fue su renuncia, pues hizo posible que en la Iglesia se pueda respirar de nuevo. ¡Ojalá Francisco lleve esta reforma hasta el fin, y deje la Iglesia de ser una institución medieval basada en el poder absoluto sacralizado, abandone la pretensión de poseer la verdad y el bien absolutos, y sea como aquel buen samaritano que no pidió cuentas al herido ni le quiso enseñar nada, sino que alivió sus heridas derramando aceite y vino!
José Arregi