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ATALAYA

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Estado español y la censura en Internet Germán Gorráiz López, analista


Enviado a la página web de Redes Cristianas
Wright Mills en su libro “The Power Elite” (1.956) explica que el establishment sería “el grupo élite formado por la unión de las sub-élites política, militar, económica, universitaria y mass media”, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses y dirigidas por la metafísica militar”.Por su parte, Zbigniew Brzezinski, ex- consejero de Seguridad Nacional durante el mandato de Carter, en un artículo publicado en la revista Foreign Affaire (1970), expone su visión del “Nuevo Orden Mundial” al afirmar que “se hace necesaria una visión nueva y más audaz con la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad”, esbozos de una teoría que perfilará en su libro “Entre dos edades:El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica”(1.971).
En el citado libro aboga además por el control de la población por una élite mediante la “manipulación cibernética” al afirmar que “la era tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más controlada y dominada por una élite sin las restricciones de los valores tradicionales, por lo que pronto será posible asegurar la vigilancia casi continua sobre cada ciudadano y mantener al día los expedientes completos que contienen incluso la información más personal sobre el ciudadano, archivos que estarán sujetos a la recuperación instantánea de las autoridades”, lo que anunciaría ya la posterior implementación del programa PRISM o del reciente “affaire Spyon” de la NSA. Asimismo, en un discurso reciente durante una reunión del Council on Foreings Relations (CFR), el citado Brzezinski advirtió que “la dominación de las élites ya no es posible debido a una aceleración del cambio social impulsado por la comunicación instantánea que han provocado el despertar universal de la conciencia política de las masas (Global Political Awakening) y que está resultando perjudicial para la dominación externa como la que prevaleció en la época del colonialismo y el imperialismo”.
En consecuencia, tras el intento de controlar la nube mediante programas secretos como el citado Programa PRISM , en los próximos años asistiremos al final de la democratización de la información (siguiendo la senda emprendida por los llamados “países totalitarios”, mediante la imposición de leyes que prohíben el uso de determinados términos (en China, por ejemplo, “democracia” o “derechos humanos”) para continuar con la implementación de filtros en los servidores de los ISP, de lo que sería paradigma el SmartFilter fabricado por la compañía estadounidense Secure Computing.
Así, según un estudio de la organización OpenNet (integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto), 25 países ejercerían la censura de webs con contenidos políticos o sociales “peligrosos” e impedirían asimismo el acceso a aplicaciones como YouTube o Google Maps aplicando sofisticados métodos de censura gracias a la colaboración de empresas occidentales, pasando el Estado español a engrosar la lista de países que ejercen la censura en Internet tras el cierre decretado por la AN de la web y los perfiles de Twitter y Facebook de la organización “Ateak Ireki”.
Todo ello tendrá como efectos colaterales la imposibilidad del acceso universal a la red en la próxima década y el retorno a sus orígenes de la Red de Redes al quedar Internet convertido en herramienta exclusiva de las élites políticas, económicas y militares, lo que de facto constituirá una deriva totalitaria y la implementación del déficit democrático como estigma recurrente de las llamadas democracias formales occidentales o “estilo Westminster”. 

Los obispos dicen adiós a Martínez Camino en medio del “efecto Francisco”



El próximo miércoles la Conferencia Episcopal elige a su nuevo secretario general y portavoz con la vista puesta en Roma
La Conferencia Episcopal Española (CEE) elige el próximo miércoles su nuevo secretario general y portavoz, en sustitución del obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, con la vista puesta en Roma, en medio de lo que ya se empieza a conocer como el “efecto Francisco”.

El relevo de Martínez Camino, que deja el cargo después de agotar los dos quinquenios consecutivos que permiten los Estatutos, puede suponer una ocasión para que la CEE, según fuentes eclesiásticas, se refuerce en cercanía y apertura.
La Comisión Permanente se reunirá la tarde del próximo martes para proponer a la Asamblea Plenaria los candidatos que estime oportunos, aunque debe incluir obligatoriamente las candidaturas que vengan avaladas por, al menos, diez obispos. De entre ellos, la Plenaria elegirá al día siguiente por la mañana al sucesor de Martínez Camino.
Y muchos son los nombres que suenan en ambientes eclesiásticos para convertirse en la nueva voz de los obispos españoles, aunque la experiencia demuestra que no siempre las quinielas se cumplen. Entre ellos se encuentran los obispos de Guadix-Baza, Ginés García Beltrán; Tarazona, Eusebio Hernández; y Guadalajara, Atilano Rodríguez.
Pero también apuntan al obispo auxiliar de Getafe y ex responsable de Doctrina de la Fe, José Rico Pavés; el vicario general de Oviedo, Jorge Fernández Sangrador; o el sacerdote José María Gil Tamayo, portavoz adjunto del Vaticano en los países de lengua española.
Y aunque se trata de una posibilidad remota, podría ser una mujer, puesto que los Estatutos de la CEE no cierran la puerta a esa opción. El propio Martínez Camino dijo que “en principio, no habría ningún problema”.
La sustitución del actual secretario general abre un proceso de renovación en la Iglesia española, que se completará el próximo mes de marzo, con la elección del nuevo presidente de los obispos españoles, después de que el cardenal Antonio María Rouco Varela haya cumplido los dos trienios máximos permitidos al frente de la CEE.
En los diez años de Martínez Camino como portavoz han dado para entre otros acontecimientos, la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, en agosto de 2011, las tres visitas a España del Papa Benedicto XVI o la publicación de la Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española. El último acto organizado bajo su mandato tuvo lugar el pasado 13 de octubre en Tarragona, cuando fueron beatificados 522 mártires españoles del siglo XX.
Ha sido un periodo además marcado por las tensiones con el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, una Presidencia durante la cual se aprobó la actual ley del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Martínez Camino se va sin saber cómo se regulará finalmente la asignatura de religión en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), a pesar de su presión al Gobierno para que lo haga.
Abandona el cargo “contento” después de diez años en los que ha trabajado “para servir” a los obispos, según confesó recientemente en su última rueda de prensa como secretario general y portavoz de la CEE, un encuentro que aprovechó para despedirse de los medios de comunicación. Su primera elección, el 18 de junio del 2003, cuando aun era sacerdote -era la segunda vez que se nombraba a un cura para ese puesto-, cogió por sorpresa, pues aunque formaba parte de la terna de candidatos presentada el día anterior a los obispos, el nombre que más sonaba era el del obispo auxiliar de Toledo, Juan José Asenjo, para seguir en el cargo.
Cinco años después, el 26 de noviembre, fue reelegido para otro quinquenio, prácticamente un año después de que el papa Benedicto XVI lo nombrase obispo auxiliar de Madrid. Asturiano de nacimiento (Marcenado-Siero, 1953), Martínez Camino se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid (1976), en Teología por la Universidad Pontificia Comillas (1980) y se doctoró en Teología Dogmática por la Universidad de Sankt Georgen de Fráncfort (1980). En 1976 inició en la Compañía de Jesús y cuatro años después fue ordenado sacerdote. Fue director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe entre 1993 y 2001.

El PSOE, harto de los “exabruptos” del arzobispo de Granada, pide a Rouco que lo destituya



Planterán una iniciativa en el Congreso para preguntar a la ministra Ana Mato, si considera que este libro incita a la violencia de género
La paciencia que se ha tenido con el controvertido e integrista arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, parece que ya ha llegado a un término en el que no se está dispuesto a proseguir. Los socialistas granadinos no está dispuestos a que cada fin de semana la ciudadanía tenga que “desayunar” con un “exabrupto contra la dignidad de las personas y contra la igualdad”.


Pasar de las palabras a los hechos contra Martínez y sus acciones
Ante ello han decidido pasar de la palabra a los hechos, de las denuncias públicas a buscar instrumentos para que sea destituido, a llevar el caso al Parlamento andaluz y al Congreso de los Diputados y a que se estudien medidas por la publicación de un libro machista y que se considera altamente negativo mucho más si se tienen en cuenta los asesinatos de mujeres víctimas de varones que ejercen la “autoridad” en la pareja. Un concepto de autoridad que podría ser ensalzado en las páginas de esta obra publicada precisamente con el auspicio de la editorial que preside Martínez.

Moción en el Parlamento andaluz para estudiar acciones contra el arzobispo
Como consecuencia de ello el grupo parlamentario socialista de Granada en la cámara regional presentará una moción para pedir al Gobierno andaluz que estudie la posibilidad de ejercer acciones contra el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, por la publicación del libro “Cásate y sé sumisa”.

Estudiar ejercer acciones contra el libro
La iniciativa insta al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía para que a través del Instituto Andaluz de la Mujer y en colaboración con el Observatorio Andaluz de la Publicidad no Sexista se estudie la posibilidad de ejercer acciones contra esta publicación, al considerarla que fomenta la desigualdad, el machismo y la discriminación, según ha informado el PSOE en un comunicado.


Que el Parlamento andaluz rechace la publicación
La secretaria de Organización, Elvira Ramón, ha criticado la negativa del arzobispo a retirar el libro publicado por la editorial Nuevo Inicio, dependiente de la Arzobispado de Granada, y ha reclamado también que el Parlamento manifieste su rechazo a cualquier tipo de publicación o manifestación que “impida” que las mujeres se desarrollen en condiciones de igualdad o inciten a la violencia machista.

Solicitarán un informe del Observatorio Andaluz de la Violencia
Del mismo modo, el PSOE de Granada quiere que la Junta se pronuncie sobre el contenido de la publicación y, mediante un informe elaborado por el Observatorio Andaluz de la Violencia de Género, recoja las observaciones y conclusiones sobre aquellos aspectos de dicho libro que atenten contra la igualdad y fomenten la violencia de género.



Preguntarán a Ana Mato en el Congreso
La dirigente socialista, que también es parlamentaria nacional, ha anunciado además una iniciativa en el Congreso para su debate en la Comisión de Igualdad en la que preguntará a la ministra de Igualdad, Ana Mato, si considera que este libro incita a la violencia de género así como por las acciones que ha emprendido el Ejecutivo ante la edición de dicha publicación.

“Dilapida fondos púbicos” para publicaciones machistas
A juicio de Ramón, es “inadmisible” que la Iglesia, de la que ha recordado que recibe dinero del Estado, dilapide fondos públicos para este tipo de publicaciones que “fomentan la desigualdad, el machismo y la discriminación”.


Asesinatos de mujeres
Ha lamentado que el libro obvia que cada día hay mujeres que son asesinadas “precisamente por un intento de someterlas”, por lo que ha calificado de “intolerable” que el arzobispo no sólo no rectifique retirando el libro sino que además publique un segundo manual bajo el título “Cásate y da la vida por ella”.

Piden la destitución del Arzobispo de Granada
 Ramón ha reclamado a la Conferencia Episcopal la destitución del arzobispo de Granada, ya que cada fin de semana los granadinos “desayunan” con un “exabrupto contra la dignidad de las personas y contra la igualdad”.

El silencio de los buenos Javier Palacio, sacerdote

Cuántas veces en la vida nos lamentamos, -y no sin razón-, del mal llamado “silencio de los buenos”… Ese “silencio cómplice”… que genera tanto sufrimiento…, tanto dolor…, tanta violencia…, y tanta muerte… Silencio que, sin aparentemente causar daño, va dejando el espacio donde la palabra, podría ser como un “dique” para abortar la barbarie… y el estado de destrucción provocado por tantos “mercaderes de la muerte”…
Pensándolo bien, muchas de las situaciones dolorosas… que vivimos actualmente, podrían haberse evitado si, tú y yo, hubiésemos intervenido más decididamente sin temor a “perder amigos”…, sin miedo alguno a defender los derechos de los más débiles, y sin “casarnos” con los poderosos o influyentes en nuestro mundo.
Cuán diferentes serían las cosas si todos los seres humanos, allí donde nos encontrásemos nos convirtiéramos en defensores a ultranza, de los más débiles…, de aquellos que son pisoteados…, de los masacrados…, de quienes no cuentan para nada…, porque son ninguneados… o amordazados… por quienes se creen amos y señores de un mundo que ha sido creado hermoso para todos y cada uno de los hijos de Dios.
Amigo, amiga: nos ha sido dada la palabra… y la sensibilidad del corazón…, para “comulgar” con todas las situaciones que, de alguna manera, deberían hacernos reaccionar dando valor a esa palabra cuando sea necesario, y al silencio cuando pueda ser más constructivo que la misma palabra.
Un día tú y yo, seremos juzgados, tanto por el mal que hayamos hecho…, como por las actitudes cobardes y cómplices… con las que permitimos que cualquier ser humano fuese pisoteado sin que reaccionáramos en su favor. Y es que, solemos olvidar con frecuencia que allí donde un hombre sufre, Dios sufre en él…
Y, hablando en cristiano -pues tú y yo lo somos-, no podemos inhibirnos frente a tantos y tantos problemas que agobian al ser humano…, porque, ¡no hacer el bien… es un mal muy grande!
japalmar@gmail.com
MADRID.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Reflexiones sobre el futuro mediato Germán Gorráiz López, analista


Enviado a la página web de Redes Cristianas
Al cabo de 40 años, la crisis económica , la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica y el creciente descrédito de la institución Monárquica han hecho brotar las ideas revisionistas sobre el ilapso llamado Transición y las supuestas bondades de la “sui generis” democracia vigente en el Estado español.
La metástasis de la corrupción afectaría a cargos electos de la mayoría de los partidos políticos que detentan el Poder en cualquiera de los corruptos Reinos de Taifas en que se ha convertido el Estado español (PP, PSOE,CDC, PNV, Coalición Canaria, IU y UPN), convirtiendo la escena política en un inmenso queso taladrado por la corrupción y envuelto en la capa de la inviolabilidad (estatus de aforado) establecido por la doctrina del Tribunal Supremo, devenido en dique de contención de los recursos populares contra la parasitaria y corrupta clase política establecida en cualquier segmento de poder.
Así, el ránking de la corrupción política estaría integrado por escándalos como el caso Gürtel (Correa y Bárcenas- Valencia-Madrid); caso Palma Arena (Jaume Matas-Baleares); caso Noós (Urdangarin-Baleares); Palu de la Música (CDC-Barcelona);caso ITV (Oriol Pujol-Cataluña); Operación Malaya ( Muñoz y Roca-Marbella); caso de los ERE( PSOE- Andalucía);Operación Pokemón (PSOE y PP-Galicia) así como el caso de las dietas de la extinta Caja de Ahorros de Navarra (Sanz y Barcina-Navarra), casos de corrupción que acabarán envueltos por la sombra del olvido al aparecer el Tribunal Supremo como garante y tabla de salvación de las élites político-financieras del establishment inmersas en el top-ten de la corrupción, el nepotismo y el tráfico de influencias, teniendo como efectos colaterales la asunción de una nueva casta de políticos que en su condición de aforados serán intocables ante la Ley.

La distopía del Estado español
El término distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en contraposición al término eutopía o utopía, empleado por Tomas Moro para designar a un lugar o sociedad ideal. Así, distopía sería “ una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal”. Las distopías se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos enmarcados en sistemas antidemocráticos, donde la élite gobernante se cree investida del derecho a invadir todos los ámbitos de la realidad en sus planos físico y virtual e incluso , en nombre de la sacro-santa seguridad del Estado, a eliminar el principio de inviolabilidad ( habeas corpus) de las personas,síntomas todos ellos de una posterior deriva totalitaria del sistema, cuyo primer paradigma sería la implementación en 1985 de la Ley Antiterrorista, calificada por José Manuel Bandrés como la “aplicación de facto del estado de excepción encubierto”, seguida de la Ley de Partidos (2.002, Aznar) y la actual demonización de los partidos y organizaciones independentistas vasco-catalanas, hitos que reflejan la deriva autoritaria de un sistema político caduco y que tendría como objetivo último la implementación en el próximo quinquenio del “Estado Tardofranquista” por el establishment.

Recordar que el establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial,política, militar, jerarquía católica,universitaria y mass media que serían los herederos naturales del legado del General Franco y que habrían fagocitado todas las esferas de decisión hasta convertir a la seudodemocracia española en rehén del establishment, según se desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet.
Dicho Estado beberá de las fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras blandas y vendrá refrendado por iniciativas como la aprobación de la nueva Ley de Educación (Lomce);el rechazo del Grupo Popular a la proposición no de ley de IU para “sancionar penalmente los actos de apología de la dictadura franquista así como la actividad delictiva de los grupos de ultraderecha” y la implantación de la censura en Internet, del que sería paradigma el cierre decretado por la AN de la web y los perfiles de Twitter y Facebook de la organización “Ateak Ireki”, pasando el Estado español a engrosar la lista de “países totalitarios” que ejercen la censura en Internet, por lo que es previsible el cierre de nuevos portales ” incómodos para el establishment” , de las que sería paradigma Kaos en la Red.
Asimismo, asistiremos a la próxima modificación de la actual Ley de Huelga a petición de la CEOE y una nueva y agresiva reforma del Código Penal, en la que se penalizará la realización de escraches, la resistencia a la autoridad (tanto activa como pasiva) y la convocatoria de concentraciones violentas por cualquier medio de comunicación, (incluido Internet y las redes sociales como Facebook, Twitter), con el objetivo inequívoco de hacer realidad la frase de Fraga en su etapa de Ministro de la Gobernación del régimen franquista (“La calle es mía”). A ello se le añadirá la adopción en las ciudades gobernadas por el PP como Madrid, de medidas anticívicas calcadas de la Ley franquista de Buen Gobierno (1948) y la posterior implantación en todo el Estado español de un clon de la Ley de Vagos y Maleantes (ley nacida en la II República y adoptada por aclamación por el régimen franquista).

La metanoia socio-económica
La entrada en recesión de la economía española implementó el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad inmersa en la cultura del Estado de Bienestar del mundo occidental y derivó posteriormente en un shock traumático al constatarse el vertiginoso tránsito desde niveles de bienestar hasta la cruda realidad de la pérdida del trabajo, posterior desahucio e inmersión en umbrales de pobreza y dependencia en exclusiva de los subsidios sociales, por lo que será inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva.

El término metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoien), sería “un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada y corregirla para enfocarla de la manera adecuada a un nuevo contexto“, lo que trasladado a la actual coyuntura socio-económica se traduciría como “transformar la mente para adoptar una nueva forma de pensar, con ideas nuevas, nuevos conocimientos y una actitud enteramente nueva ante la irrupción del nuevo escenario socio-económico, lo que implicaría la doble connotación de movimiento físico (desandar el camino andado) y psicológico (cambio de mentalidad tras desechar los viejos estereotipos económicos vigentes en la última década)”.
La cruda realidad nos recuerda que el número de hogares con todos sus miembros en paro se ha elevado hasta niveles insoportables y cada vez son más los parados de larga duración que pierden todo tipo de subsidio, pues aunque el Gobierno del PP ha prorrogado la ayuda del Plan Prepara debido a la presión social, incluirá modificaciones sustanciales que limitarán el acceso de los parados a dichas ayudas en función de su colchón familiar.

Así, la renta de todo el núcleo familiar (padres inclusive), servirá para determinar si se tiene derecho a recibir una ayuda que sube a 450 € para los parados de larga duración que tengan al menos tres familiares a su cargo, estableciéndose el listón en los 481 euros mensuales por cada miembro de la unidad familiar y quedando descartado todo solicitante que sobrepase dicha cifra.
Por otra parte, según el Consejo Económico y Social, 422.600 hogares vivían gracias a la pensión de los abuelos con ingresos medios de 840 € y que a pesar de su exigüidad, constituía hasta hoy el último salvavidas de los restos del naufragio económico español , pero teniendo en cuenta que se ha establecido por Ley un mínimo incremento de las pensiones de un 0,25 %, el colchón familiar verá reducido su grosor y se elevará el riesgo de pobreza y fractura social.

Así, según el último informe de Intermon Oxfam sobre “Crisis, desigualdad y pobreza”,se advierte que de continuar los recortes sociales, la pobreza en España podría llegar a afectar al 40 % de la población en el horizonte de la próxima década (en la actualidad, según dicha ONG, la tasa de pobreza se situaría en el 27% de la población y afectaría ya a 13 millones de personas). Finalmente, añadir que según Cáritas tres millones de personas vivirían ya en situación de “pobreza severa” ( menos de 307 euros al mes) mientras el número de millonarios en España habría aumentado un 13% en el último año según datos de Eurostat, con lo que se estaría agudizando de forma vertiginosa una fractura social que terminará por finiquitar la más larga experiencia seudodemocrática de la historia del Estado española (35 años). 

Religiosas, rompiendo esquemas Mª Ángeles López Romero


Aún sufren estereotipos, soportan bromas de mal gusto, son subalternas, se las trata con diminutivos peyorativos y se las tutela. Pero ya no son monjitas sumisas y dóciles. Con o sin hábito, dentro y fuera de conventos y monasterios, las religiosas españolas rompen los esquemas, se rebelan, están preparadas para asumir nuevas tareas de responsabilidad en la Iglesia y acceder a los puestos de decisión. Han alcanzado la mayoría de edad y hablan desde la libertad.
Monjitas. No es difícil escuchar este término diminutivo cargado de connotación despectiva para denominar a las religiosas. No importa que sean muchas: 37.012 miembros en toda España repartidas en 302 congregaciones y asociaciones de vida apostólica, frente a los 11.472 religiosos de 106 instituciones masculinas. Que sean sobradamente adultas. Que entre ellas haya muchas mujeres bien preparadas, teólogas, profesoras, psicólogas, doctoras, escritoras, pintoras… y un largo etcétera de actividades en las que se desarrollan como personas. Aún tienen que soportar éste y otros estigmas. Monjita, monjil, monjona…
“Se nos ridiculiza y se nos caricaturiza como mujeres bastante ingenuas, serviles, alejadas de la realidad y encerradas en nuestro mundo”, reconoce la vicepresidenta de la Conferencia Española de Religiosos (Confer), Margarita Bofarull. Y aunque piensa que la realidad se va imponiendo a los estereotipos, todavía se oye decir cosas como que “las monjas son complicadas porque soportan dos reglas: la de las mujeres y la de su orden”. O que “las monjas se casan con Dios porque no hay dios que se case con ellas”.

“Ay, nos duelen esas expresiones despectivas que escuchamos. Como también nos duele que la gente se sorprenda de que una persona ‘normal’ esté en un convento. Parece que tenemos que ser tontas o que nos haya dejado el novio. No fue porque lo decidieron mis padres, ni por mi incapacidad mental, ni por ser poco agraciada por lo que estoy aquí.
Somos personas normales”, arguye Mª Teresa Pandelet, abadesa del convento de las clarisas Santa María de Jesús de Ávila. Hablar con esta sevillana de 60 años rompe los esquemas. Nada que ver con una mujer sumisa, dócil o sometida. Nada que ver con la escena de monjas limpiando el altar ante un montón de hombres, sacerdotes y obispos, mirando, que escandalizó a la opinión pública durante la visita de Benedicto XVI a Barcelona en 2010 para consagrar la Sagrada Familia.

“Cuando sucedió aquello se me encogió el estómago y pensé que era una lástima por las lecturas que se podían hacer de ese hecho”, comenta Bofarull, que presenció el momento en vivo. A su juicio, aun reconociendo que las religiosas lo hicieron con cariño y alegría y que limpiar es tan digno como cualquier otro servicio, no tenían que haber sido las únicas que se quedaran limpiando el altar. “¿No se podían haber mezclado y limpiarlo entre todos?”.
Pandelet, enfermera, que antes de profesar era supervisora de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen Macarena de su Sevilla natal, ha procurado formarse y dar formación a las hermanas a su cargo para evitar situaciones y calificativos degradantes. Cuando percibió la llamada de Dios a la vida contemplativa (“que no la escuchas como una trompetilla en la oreja”, bromea) buscó un monasterio donde no tuviera que “vivir como en el siglo XVII ni volverme una vitrina de objetos antiguos” y eligió Ávila. Ha estudiado y luchado mucho desde entonces. “No me servía la Teología del carbonero”. Y se queja de que aún hoy se ponen todas las trabas para que las hermanas no tengan autonomía de pensamiento. “Ha interesado mantenernos en minoría de edad. Y ahora otra vez se nos quieren poner 300.000 cerrojos para que no sigamos creciendo”.
Pero las monjas han crecido. Y de qué manera. Aunque las generalizaciones siempre son difíciles, Luis Alberto Gonzalo Díez, director de la revista Vida Religiosa, se atreve a diagnosticar que en este colectivo percibe vida. “En conjunto, diríamos que se trata de un grupo de personas maduras que no ha dejado de hacerse preguntas. Están en búsqueda y, en algunas iglesias locales, a la espera. La vida religiosa, y en particular la femenina, tiene una fuerza profética todavía en algunos casos inédita. Nadie como nuestras mujeres consagradas, por ejemplo, está haciendo una lectura arriesgada de la misión. No sólo porque el papa Francisco se haya manifestado recientemente sobre el papel de la mujer. Es doctrina común y, sobre todo, práctica real que la mujer está en los lugares más arriesgados, en los ámbitos más difíciles, entregando vida con la capacidad y la constancia que la consagración imprime”.
La lista sería interminable, en opinión de Bofarull porque, afirma, “somos enviadas a casi todos los espacios de nuestras sociedades, donde queremos compartir los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren”.
Díez no se atreve a hacer un recorrido por las distintas presencias proféticas de las religiosas españolas, pero sí llega también a la conclusión de que “allí donde hay un clamor, una necesidad, una puerta que se cierra o una ilusión que se trunca, encontramos una religiosa que ha dejado su tiempo, aspiración y deseo para hacer presente a Dios. Es fácil comprobarlo entre familias de todos los miembros en paro; con inmigrantes; con niños en dificultad escolar, con jóvenes y no tan jóvenes en la calle; con ancianos, enfermos o tristes… Es fácil encontrarlas y además sin ruido, ni propaganda, ni reconocimiento”.
Plenitud olvidada. Veinte elegidas de entre todas estas presencias, algunas tan populares y controvertidas como Teresa Forcades o Lucía Caram, han sido entrevistadas por la escritora Laia de Ahumada para configurar un retrato desmitificador en el libro Monjas (Fragmenta Editorial). Su autora explica que su intención al escribir este libro no era hacer un estudio sociológico, ni siquiera demostrar nada sobre el vivir de las monjas; “tan sólo quería mostrar la plenitud con la que vivían las veinte monjas entrevistadas. Una plenitud asentada en el deseo de vivir lo Absoluto de manera totalizadora, enraizada en su ser y encarnada en el mundo. Para mí fue un descubrimiento sorprendente y el inicio de una buena amistad con todas ellas”.
Sin embargo, ha logrado romper con él muchos estereotipos: “La mujer ha sido y sigue siendo la hermana pequeña de la humanidad y aún lo es más en el seno de las religiones, donde son una mayoría silenciosa y silenciada, que vive tras un muro de indiferencia y olvido. Si no han hablado hasta ahora es porque se ha considerado que no tenían nada importante que decir. Así, las religiosas, a lo largo de la historia han suscitado sentimientos contrapuestos: han sido veneradas y despreciadas, respetadas y ofendidas, beatificadas y objeto de mofa; por eso no es de extrañar que la palabra monja haya derivado en monjil para designar a personas ñoñas, pusilánimes y de poco interés. Este libro rompe con este estereotipo, abre una ventana para que se expresen con total libertad y muestren al mundo lo que son y lo que viven”.
Ese no sé qué. La joven religiosa Ianire Angulo cuenta con su propia ventana en el blog del que es autora: Buceando la vida… religiosa. En él se muestra libre y abierta. Ha escrito en más de una ocasión sobre ese no sé qué que, a su juicio, a veces delata a las religiosas, aunque no lleven hábito. “Se nota cierto toque peculiar, bien por no ir a la última moda, bien por ciertos cortes de pelo….

No es el caso de Nuria Lobo, religiosa de los Sagrados Corazones que, como otras hermanas que usan vaqueros, llevan pendientes o se maquillan, pasa desapercibida por su aspecto o su forma de hablar. No así por su labor social.
“Para unos yo soy un fraude, porque no soy ni religiosa ni nada: digo tacos, me junto con la gente de la calle, no voy a los encuentros multitudinarios que se suponen son para mí… y eso les escandaliza. En el fondo les doy lástima. A otras personas les interroga que teniendo posibilidades de haber llevado otra vida ‘más normal’ viva con otras mujeres, pendiente de que me cambien de un lugar a otro, la obediencia… Les interroga también nuestro voto de castidad y de pobreza. Y no acaban de entendernos mucho, pero nos respetan. En el fondo piensan que ‘algo grande’ debo de vivir para hacer este sacrificio…”.


Quizás esa aceptación última ha llegado tras todo un variado y complicado proceso en su entorno más cercano. “Desde el pensar si esto era consecuencia de algún tipo de desengaño amoroso, hasta decirme ‘ya lo sabía, se veía venir desde cría’, pasando por todo lo que te puedas imaginar: ‘estás loca’, ‘puedes hacer lo mismo pero casada’, ‘si todavía fueras cura…’, ‘piénsatelo’… en fin”, relata cargándose de paciencia.
Pero lo más importante para ella fueron sus padres, que a pesar de no entender su decisión, no hicieron batalla. “Apenados sí, pero respetuosos hasta el final. Creo que quien me quiere ha sabido ir acercándose poco a poco a esta vida, pero lo hacen con mimo y cuidado. Sin entrometerse demasiado, quizás porque lo ven como algo misterioso que no acaban de entender”.

Nuria explica que para otras personas su presencia ha sido motivo de reconciliación con la Iglesia, porque han descubierto “que hay una manera distinta con la que sí pueden estar de acuerdo”.
También sabe que para otro sector de su familia ha sido de algún modo un escándalo. “No soy su estereotipo de religiosa, y les parece que esto mío es ‘ser a medias’. Lo del dicho ‘para este viaje no necesitabas alforjas’… Y en el fondo es verdad: para mi viaje no necesito alforjas”, concluye satisfecha.
Como Nuria, todas las religiosas entrevistadas para este reportaje se sienten en plenitud. Es la vida que han elegido, pese a las oscuridades y los vértigos. Pero lo han hecho desde la libertad y el convencimiento.
“Hace falta ser muy libre para decirle a quien se ama: ‘porque te quiero, lo que Tú quieras’. Ante un amor que pone la vida patas arriba, sentí que esto era lo único importante y por lo que valía la pena apostarlo todo”, expresa con sinceridad Ianire Angulo, que siente que ha encontrado su sitio.
Un sitio que no es, ni mucho menos, un espacio físico de reclusión, como se encarga de explicar la contemplativa Mª Teresa Pandelet sin pelos en la lengua: “Algún cura ha llegado a decirme que estaba deseando salir del convento. ¿Pero qué me vienes a contar? ¡Si yo esto lo he elegido! Yo no estoy encerrada ni enjaulada. No estoy aquí porque nadie me haya encerrado ni dedico mi vida a estar encerrada. Yo no sentía especial afición por la vida contemplativa. Y desde luego no buscaba la clausura. El apartamiento, el silencio… ayuda, preserva, contribuye, pero siempre son medios”.
Por eso en su convento van a iniciar actividades abiertas a la asistencia de personas del exterior. Y no tienen rejas. Porque los valores siguen siendo los mismos pero el momento histórico no. “Creíamos que la fidelidad es encarnarnos en un tiempo y un modo concreto, y eso no es verdad. Vivimos en el siglo XXI”. La experiencia contemplativa, dice, tiene que ser “legible y posible” para que pueda ser levadura.
muchos estilos. Nuria Lobo reconoce que muchas personas valoran su cercanía, la manera que tienen de escuchar, acompañar, de invertir el tiempo en los demás. “Valoran que estemos con los últimos, o que estemos en medio de la educación formal y no formal, acompañando a sus hijos desde la normalidad, el respeto y la alegría. Valoran que seamos universales, que no nos cerremos a determinados grupitos. La gente valora cuando no buscamos espacios verdes donde refugiarnos, sino que salimos a la intemperie de la calle donde otros muchos no tienen refugio, viven cansados, con dificultades, con desesperanza… Valoran que sintamos amor, ternura, cariño, y también cuando expresamos el miedo, la dificultad y la tristeza. Valoran, nos piden y exigen que seamos aquello que públicamente hemos profesado”.

“Se puede decir que hay de todo en todas las instituciones religiosas –sostiene la teóloga brasileña Ivone Gevara–: sometidas, rebeldes, visionarias, conservadoras, progresistas. Pero son los estereotipos los que siguen definiendo públicamente las identidades religiosas”, recalca. Y Ianire le da sólo en parte la razón: “La imagen de monjita rancia (y, en este caso, ‘monjita’ no es cariñoso sino sinónimo de ‘tontita’), sumisa y ñoña está en la imaginación de mucha gente… pero también la de mujeres muy austeras y entregadas a los demás en los márgenes de la historia y de la sociedad que despiertan admiración”.
Pero reconoce que muchas veces las religiosas “hemos contribuido reforzando estos prejuicios. En ello –en su opinión– ha pesado el querer evitar el conflicto, no dar una mala imagen, responder como se espera que lo hagas, no escandalizar… Sin duda tenemos una responsabilidad en que se mantenga esa imagen. Además, la presencia en Europa de más religiosas de otras latitudes, donde se mantienen otros parámetros culturales a la hora de valorar el rol de la mujer y donde no chirría tanto ese estereotipo, no ayuda demasiado a romper con este imaginario”.

Coincide en esto con Mª Teresa Pandelet, quien preside la federación de hermanas clarisas de Castilla y entona también el mea culpa. “Las hermanas a veces contribuimos y nos lo ganamos a pulso. Desgraciadamente creo que han ingresado en los seminarios personas que vienen de mundos clericalistas, paternalistas, y que ven la vida religiosa desde un punto de vista conservador. Esos curillas vienen al convento y quieren sentirse el centro del mundo. Y muchas hermanas se acomodan y pasan por el aro”. Considera Pandelet que los ingresos de novicias procedentes de Latinoamérica e India reproducen modelos de mujer sumisa, dependiente, incapaz de tomar decisones, lo que contribuye a sostener una relación desigual con el sacerdote.
“La autonomía de los monasterios hoy es jurídica, pero no es real”, se lamenta la abadesa. Y se duele de que las hermanas más jóvenes no quieran reformar la orden clarisa ni sueñen con la radicalidad de los inicios, como pretendía ella con 25 ó 30 años. “Esto no entra en sus preocupaciones. Ahora nuestros intereses son cuántos días vamos a pasar de visita en casa. ¿Qué me cuentas?”, protesta.
Aceptando pues que parte de los estereotipos se los han ganado, la religiosa se pregunta de dónde va a venir el cambio. Un cambio que, en su opinión, sólo funcionará si es de dentro afuera.
Los cambios. Sin embargo, no son pocos los que confían en que los vientos de ese esperado cambio empiecen por soplar en el Vaticano. Las palabras del papa Francisco sobre el papel que debe ocupar la mujer en la Iglesia invitarían a la esperanza.
Luis Gonzalo Díez está convencido de que el papa mantendrá a la comunidad eclesial en una “tensión de igualdad”. A su juicio Bergoglio ha cambiado los grandes textos, por los grandes gestos. “Veremos cosas inéditas y, lo más importante, va a provocar en nosotros la lectura sorprendente de la realidad que es la lectura evangélica. Hemos conocido lo importante que ha sido en su trayectoria de fe como cristiano, religioso y obispo, la presencia de la mujer. Esa impronta no se borra y, ciertamente, va a ser un tono que esté guiando las decisiones próximas. A quienes gusta relativizar el mensaje del Papa con la intención de domesticarlo o amortiguarlo deben saber que cuando cita a su abuela, que le enseñó a rezar; o cuando escucha a algunas mujeres; o cuando tiene gestos de confianza o confidencias con alguna mujer bonaerense, que felizmente la prensa no conoce… no son gestos baladíes. Está convencido de la proximidad de la mujer con el ministerio petrino, lo mismo que el Señor Jesús se dejó orientar, acompañar, animar, querer y sanar por tantas mujeres”.
Pandelet, no obstante, es menos optimista en lo que concierne a cambios profundos en la vida religiosa. “Requiere un tiempo más prolongado y no creo que a Francisco le dé tiempo porque tiene mucho que desmontar y mucho que hacer”. Recuerda que en Asís, el papa ya apuntó a la calidad y esencia de una vida fraterna que rebose autenticidad (“no quiere sonrisas de azafatas”) “pero que eso se traduzca en concreciones, veremos… Yo siento alegría por las cosas que este papa está diciendo, pero los pies los tengo en la tierra”.
Nuria Lobo sueña igualmente con que llegue un día en que no hablemos de la importancia del varón ni de la mujer, sino del ser humano. “Pongamos en los puestos de responsabilidad a quien tenga el don necesario para llevarlo a cabo, sin necesidad de buscar paridades. Quién se siente llamado, quién puede ejercer mejor el servicio para la comunidad, qué aportan las distintas sensibilidades y qué aportan juntas. Ésas son las preguntas”.
Ianire también confía en ello. “La Iglesia –comenta– siempre lleva cierto retardo para ir asumiendo institucionalmente los logros que la sociedad va adquiriendo”. Y añade: “Hemos estado mucho tiempo oyendo la vida en mono, sólo por el oído del varón, y ahora tenemos que aprender a hacerlo en estéreo, lo que supone un camino para todos, varones y mujeres”.
Preguntadas por la posiblidad probable de que mujeres destacadas en la Iglesia como ellas puedan acceder al colegio cardenalicio, Pandelet afirma rotunda y contundente: “No me estorba pensar en mujeres cardenales”.
Otra cosa sería preguntar si las religiosas asumirían esa responsabilidad, acusadas como han estado muchas veces de esconderse en la invisibilidad.
Baste el ejemplo de Confer, donde a pesar de que las mujeres son mayoría, desde que se unieron las dos conferencias siempre la ha presidido un hombre. Algo que, según su vicepresidenta, obedece a varios factores: Somos libres para votar a quien creamos más idóneo para ello, pero habitualmente se suele votar sobre presentaciones previas y no suele haberlas femeninas”.
invisibles. “No es difícil encontrarte con mujeres que viven al límite en entrega y radicalidad, pero es bastante complicado que quieran contarlo. No sé si se trata de asumir papeles relevantes o sencillamente que hay muchas religiosas que están con la vida bien ocupada y entregada y no creen tener tiempo para poder expresarlo y crear expectativas para otros”, confiesa el director de la revista Vida Religiosa.
Como explica la teóloga brasileña Ivone Gevara, “en parte se puede decir que muchas religiosas han subrayado desde sus vidas el rol subalterno de las mujeres en la Iglesia. Han sido educadas para dar sus vidas a Dios y a los hermanos sin hacer preguntas. Por eso muchas han dimitido de la tarea de pensar su vida y vivir con autonomía. Pero en esto hay muchas excepciones en la Edad Media, en la Modernidad y en la actual Pos-Modernidad. Aunque la Iglesia patriarcal desarrolló la idea de que la obediencia es la más grande virtud para una mujer y por supuesto para una religiosa, desobedecer por la libertad no ha sido considerado por algunas sabias mujeres religiosas un pecado. Al contrario, consideraron que son los que las obligan a hacer eso o aquello los que pecan”.
Para la teóloga brasileña, la Edad Media está llena de ejemplos de mujeres que han construido sus teologías, su visión de Dios, su mística y se han afirmado como otro poder al lado de la jerarquía establecida. Muchas han sido perseguidas, castigadas y hasta quemadas vivas en las muchas hogueras de la Iglesia. Pero incluso cuando han sido protagonistas lo han sido muchas veces desde el silencio. Gevara piensa que el clero “solo conoce a las religiosas desde un modelo pre-establecido o un estereotipo de monja tonta y obediente”, fruto de un sistema patriarcal.
De ahí que desconfíe de la dirección que tomen finalmente las decisiones del papa en esta materia. “Pienso que la Iglesia jerárquica ha tenido siempre muchos problemas con las mujeres. La memoria del mito del pecado de Eva habita todavía su inconsciente. Sigue sometiendo a las mujeres y sigue teniendo miedo a su fuerza. Está de tal forma acostumbrada a que la Iglesia sea masculina y en primer lugar jerárquica, que introducir nuevos sujetos diferentes en su organización y teología es un enorme problema y una dificultad existencial bastante grande”.
Tanto para Ianire como para Mª Teresa, el paso previo a la asunción de responsabilidades más altas, es la formación. “La vida religiosa femenina en general tiene que seguir apostando por una formación teológica de calidad que nos permita, no sólo dar razón de nuestra fe, sino también tener una palabra crítica y fundamentada en la comunidad creyente”, sostiene Angulo. Y Pandelet corrobora: “Tenemos que luchar a brazo partido por la formación”.
Ianire añade a esto la necesidad de salir –“hacia fuera”, recalca– de sus estructuras, actividades y comunidades. “Fomentar el diálogo y el encuentro con otras instituciones, personas, carismas… hace que nuestros horizontes se amplíen y nos ayuda a tener los pies bien apoyados en la realidad cotidiana”. Y Bofarull, que personalmente no se siente cómoda en la reclamación de poder porque “el poder puede esclavizar también a quien lo ejerce”, defiende entrar en unas dinámicas más evangélicas. “La Iglesia será más igualitaria cuando transformemos nuestras miradas y seamos capaces de vernos como hermanos. La Iglesia y la sociedad son como un pájaro que necesita de sus dos alas (masculina y femenina) para volar bien. Nos gustaría que se pudieran desplegar las dos alas. Nos necesitamos y nos complementamos”.
Acceso al poder. A partir de su particular experiencia, Laia de Ahumana se pregunta qué significa entonces exactamente eso de “acceder al poder”. “Porque el poder per se es antievangélico, ¿o no?”. A lo que Gevara responde contundente: “Como siempre, lo que se subraya en relación a nosotras es el poder del servicio y el servicio desde los espacios determinados por los varones. Hay una cultura del servicio presente en la Iglesia y en la sociedad que considera a las mujeres como las primeras servidoras. La división social del trabajo en la Iglesia sigue marcada por la separación entre pensamiento y acción, entre el mundo de afuera y el de la casa”. Y añade: “Pienso que nosotras las mujeres estamos invitadas a reflexionar sobre los muchos sentidos del poder que vivimos y no lo consideramos poder”. A partir de ahí, Laia afirma sin miedo a equivocarse que “todas las religiosas están preparadas para dar al mundo una explicación, porque están implicadas en el mundo, y esto las hace creíbles y auténticas”.
Por suerte, concluye la autora de Monjas, muchas religiosas ya han cogido ese testigo a pesar de la negativa secular de la Iglesia a abrirse a las mujeres. “El poder quizás es de los hombres pero el día a día es de las mujeres: rigen sus comunidades, muestran sus opiniones, participan en la vida de la sociedad de una forma activa, comparten sus espacios… Desde el silencio, sin hacer ruido, las religiosas han hecho siempre lo que creían que tenían que hacer. Si la Iglesia finalmente se abre, será necesario que las religiosas, durante tantos siglos acostumbradas al silencio, se convenzan de que tienen mucho que decir y aportar y se pongan manos a la obra. Y confiemos que sus voces no vuelvan nunca más a ser silenciadas”. •

A Rouco Varela le preocupan la unidad de España, el aborto y el matrimonio gay



El presidente de la Conferencia Episcopal adelanta que pedirá a los gobernantes un “giro positivo” en la legislación de matrimonio y familia y aboga por mantener el Concordato de 1979
Durante la conferencia inaugural de la CII reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), su presidente, Antonio María Rouco Varela, se mostró este lunes preocupado porque la “unidad de la nación española pudiera llegar a romperse”. Al mismo tiempo, reclamó a los políticos que respeten las normas básicas de convivencia, “como es la Constitución”.

Rouco Varela también expresó su intranquilidad porque las “heridas” causadas por el terrorismo a tantas víctimas y a la sociedad “no se curen en su raíz por el camino del perdón y de la misericordia buscada, aceptada y concedida de corazón”.
Tampoco ocultó suzozobra por las “leyes injustas” que afectan al matrimonio y la familia. Una clara referencia al aborto y al matrimonio homosexual.
“Nos preocupa que la unión fraterna entre todos los ciudadanos de las distintas comunidades y territorios de España, con muchos siglos de historia común, pudiera llegar a romperse. La unidad de la nación española es una parte principal del bien común de nuestra sociedad que ha de ser tratada con responsabilidad moral”, apuntó Rouco sobre el futuro del Estado.
“El egoísmo, que triunfa en la vida matrimonial y familiar de España tal vez como en ningún otro campo de las relaciones sociales”
Asimismo, puso de relieve la preocupación aún viva de los obispos por “el presente y futuro del matrimonio y de la familia” a cuyo empeoramiento contribuyen las “leyes injustas” como las del abnorto y el matrimonio homosexual. Rouco aseguró que los obispos solicitarán “con todo respeto e incansable insistencia” a los gobernantes “un giro positivo de la legislación y de la política sobre el matrimonio y la familia”, que incluye “la problemática de la bioética y el derecho a la vida”.
Además, Rouco lamentó “el egoísmo, que triunfa en la vida matrimonial y familiar de España tal vez como en ningún otro campo de las relaciones sociales” e instó a combatirlo también “en el ámbito de la educación en general y, por supuesto, de la formación católica y de la atención pastoral matrimonial y familiar”.

Además, el cardenal-arzobispo de Madrid subrayó que en España las relaciones entre la Iglesia y el Estado están “suficientemente bien reguladas” por los Acuerdos firmados en 1979 entre la Santa Sede y el Estado, que, a su juicio, “reflejan fielmente” tanto los principios del Concilio Vaticano II como los de la Constitución Española.
“La noche del ateísmo del siglo XX”

La Conferencia Episcopal Española elegirá el próximo miércoles su nuevo secretario general y portavoz, en sustitución del obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, que deja el cargo después de agotar los dos quinquenios consecutivos que permiten los Estatutos. Rouco Varela agradeció “sus muchos años de sacrificado servicio”. “Que Dios se lo pague y le conceda seguir sirviéndole con la misma generosa entrega”.
Rouco Varela también se refirió a la Beatificación de 522 mártires —que “se vieron dramáticamente inmersos en la noche del ateísmo del siglo XX”— en Tarragona para definir la jornada como “un domingo luminoso que hará historia”. En esta línea, advirtió de “la cultura de la muerte que ensombrece los grandes logros del mundo moderno” y de “las ideologías inmanentistas del siglo XX” que “sembraron Europa y el mundo entero de millones de víctimas y de mártires” y que “no han cedido todavía el paso a un verdadero humanismo”.  

Los curas de Valladolid Orosia Castán



(HISTORIA INFAME)
En el año 1936, tras la sublevación militar, los párrocos de los pueblos tomaron mayoritariamente partido por los alzados, en quienes veían unos valedores que les iban a devolver el poder que detentaban antes de la llegada de la República. Bien sabían estos curas que el alzamiento era ilegal y que se estaba haciendo mediante el derramamiento de sangre inocente. Prácticamente en todas las localidades, falangistas y guardias civiles desleales detenían a las autoridades legales, a los dirigentes sindicales, a los obreros significados, a sus mujeres y a sus familiares, y los sometían a tratos inhumanos, golpeando, violando, robando y asesinando a muchos de ellos.

Foto: Curas del 36 en Valladolid
El mandato de los religiosos está bien claro para todos: su deber era detener la violencia, impedir los crímenes y acabar con la orgía de sangre que se desataba sobre la población civil, inerme e indefensa. Sin embargo, la Iglesia desoyó estos mandatos sagrados y alentó a sus párrocos a que se unieran al golpe, al que de inmediato bautizaron como Cruzada, otorgándole todas sus bendiciones.
Los curas tenían una gran autoridad moral. Allí donde se opusieron a los crímenes, éstos no se produjeron. Pero por desgracia para las víctimas, para sus familias, para los pueblos y para su propia imagen y la de la Iglesia, la gran mayoría de los curas apoyaron decididamente el alzamiento y sus procedimientos sanguinarios, y a veces no solo intelectualmente o dando su bendición a los asesinos, sino también materialmente, con las armas en la mano.
Cegada por la posibilidad de ejercer su poder sobre la sociedad entera, la Iglesia católica se dedicó a forzar la voluntad de los ciudadanos que se habían salvado de la muerte obligándolos a casarse por la iglesia, a bautizar a los hijos de los que no eran católicos cambiándoles incluso el nombre si no estaba en el santoral, a penalizar a las personas que no asistían a misa, llevando al día la relación de los que no se confesaban o no comulgaban. Daba igual que esas personas no fuesen creyentes o que profesasen otra religión. La iglesia católica reclamó para sí la obediencia debida de todos los ciudadanos y la obligatoriedad de las prácticas religiosas por las buenas o por las malas. La coacción, la amenaza, los malos informes que destruían la vida de la gente o el señalamiento de los que ellos denominaban “malos cristianos” fueron la seña de identidad de una iglesia inquisitorial, cuyos ministros causaron mucho daño y dolor con sus actos o su pasividad.
Obligar a una persona a practicar la religión en contra de su voluntad está considerado sacrilegio por la propia iglesia, lo que no fue obstáculo para que se implantase la religión de manera obligatoria en todo el país y a todos los niveles de la vida: en la enseñanza, las instituciones, las costumbres sociales y la vida personal.
En muchas localidades de nuestra provincia y en la propia capital, la actuación de los curas fue tan inhumana, tan cruel y tan alejada de lo que puede considerarse un comportamiento cristiano, que quedó impresa en la memoria de los vecinos. Estos curas, que por su posición hubieran podido mediar a favor de las víctimas, muchas veces aparecieron al lado de los verdugos, contribuyendo con sus acciones a empeorar la suerte de sus vecinos. Es una verdadera lástima que la iglesia católica pierda oportunidad tras oportunidad de desmarcarse de estos elementos, condenando sus acciones y pidiendo perdón por su actuación en aquellos años de crimen y terror.
Foto: La actuación de los curas según la memoria de los testigos
Juan Julián, párroco de San Ildefonso, en Valladolid, acudía a las Cocheras de Tranvías para catequizar por las buenas o por las malas a los allí detenidos, aunque se declarasen ateos, agnósticos o protestantes. Acudía a las sacas, dejándose ver por los presos, quienes por su presencia detectaban que iba a producirse un asesinato. Dos o tres curas de Los Filipinos solían acompañar a las patrullas falangistas en sus acciones. Llevaban camisa azul e iban armados. Se les llegó a conocer bien y se les reconocía por su tonsura y sus medallas y escapularios. Además eran los encargados de catequizar a los presos de Las Cocheras. Se llamaban el padre Tirso y el padre Baladrón. Sus homilías eran amenazadoras. Una frase que repetían continuamente y que quedó grabada en la memoria de los detenidos era: “Habéis pasado por una criba ancha; ahora pasareis por otra más fina, y al final no quedará nadie”. Y hubo gente que se atemorizó y marchaba a comulgar, pensando que los curas darían buenos informes y que podrían salir, pero estaban muy equivocados, pues aquellos curas deseaban de verdad que no quedara nadie. (Testimonio de J. P. R., preso en Las Cocheras).
Padre Cid: adscrito a la Cárcel Nueva, impartía la misa obligatoria, descalificaba y humillaba a los presos e intentaba que recibieran los sacramentos cuando los iban a fusilar. Más adelante fundó un Patronato para menores, a donde fueron a parar muchos hijos de estos mismos fusilados; allí intentaba “reeducarles”. Ese lugar, “Cristo Rey”, se financió con el trabajo esclavo de los presos.
Rufino Caldevilla, párroco de La Magdalena y sobrino del canónigo Valero Caldevilla, acudió al Alto del León, presa de un ataque de patriotismo, según testimonio de J.L. Galindo, un falangista camisa vieja, que estuvo con él; iba armado. Es un alegre clérigo… me lo imagino disparando trabucos y no le cae mal la imagen… Cuando regresó a Valladolid y volvió a hacerse cargo de la parroquia, denunció a aquellos vecinos que bajo su punto de vista eran “indeseables”. Anteriormente se había mostrado beligerante con los sectores de la izquierda, y cuando se produjo el golpe colaboró con eficacia: denunció personalmente a la familia de Heraclio Conde, quien fue fusilado junto con sus dos hijos varones (testimonio de Conde Conde).
Eladio Tejedor Torcida, párroco de Barcial de la Loma en 1936, estaba enfrentado con las gentes de izquierdas desde el advenimiento de la República. Cuando se produjo el golpe, el alcalde impuesto por los golpistas fue Vicente Vázquez de Prada, que era partidario de detener y entregar a los izquierdistas, pero se opuso a que los mataran. El cura insistió e insistió en la necesidad de “limpiar el pueblo, como se estaba haciendo en todos los pueblos de alrededor”, y al final se hizo así. Este cura, tras inducir al asesinato del alcalde elegido, Modesto Rodríguez, obligó a la viuda a bautizar al hijo de éste y a cambiarle el nombre que su padre le había puesto (Besteiro). Otro acto de este cura fue el de casar in extremis al vecino Florencio Sinde, destrozado por las torturas recibidas, con brazos y piernas rotos e inconsciente en los calabozos del ayuntamiento de Barcial; este hombre estaba casado por lo civil, y antes de rematarlo, hizo que llevaran allí a su esposa y los casó religiosamente (testimonio de la esposa).
Florentino, cura de Bocigas, acompañaba a las patrullas de asesinos, según él para confesar a las víctimas.
Lorenzo Pérez González “Lucilina”, fue uno de los máximos responsables de los hechos sangrientos ocurridos en el pueblo de Villabáñez. Mantenía un enfrentamiento directo con los vecinos de ideas izquierdistas y con la Corporación Municipal; intervenía en las cuestiones políticas, en los temas económicos, como la gestión de los montes comunales; impulsó un sindicato católico, con el que se enfrentaba a la Casa del Pueblo… El propio arzobispo Gandásegui llegó a decir de él que “había envenenado al pueblo”. En 1936 designó a las víctimas y no movió un dedo para frenar la represión desatada contra los vecinos, aunque salvó al que le pareció oportuno, con lo que demostró que tenía poder para haber impedido la matanza.
José de Rojas Martín, ejercía como párroco en Castrillo Tejeriego, donde dio el visto bueno y firmó la lista de los que debían ser represaliados. La madre de este cura iba diciendo por el pueblo que “había que fusilar a los hijos de los detenidos, porque llevaban el mismo camino que sus padres”.
Sergio Martín Martín, procedente de Medina de Rioseco, donde también colaboró en la elaboración de las listas de los que debían morir, estaba en Castromonte como párroco. En julio de 1936 se encontraba en Asturias, pero pudo regresar a mediados del mes de septiembre, y fue entonces cuando comenzó la represión en Castromonte. Muchos testimonios le atribuyen responsabilidad directa en muertes ocurridas en Rioseco y la zona de la Santa Espina, además de las ocurridas en Castromonte.
Ictinio, párroco de Tiedra, ayudó a elaborar las listas de víctimas; alentó a los falangistas de la localidad, y fue directamente responsable del asesinato de David Criado, un vecino que estuvo detenido y regresó al pueblo al finalizar la guerra.
Bibiano del Campo Mucientes, natural de Villalba de los Alcores. Estaba de párroco en Wamba en la época de la sublevación. Colaboró haciendo listas y también de manera material: él mismo llevó cuerdas para atar a los detenidos.
Pablo Rojo era párroco en Mojados. En los locales del ayuntamiento estaban detenidos medio centenar de vecinos. El día 25 de julio, los sublevados del pueblo decidieron asesinar a varios de ellos. El cura acudió a la prisión e intentó confesarlos con argucias y amenazas. A pesar de los ruegos de las familias y de la cantidad de huérfanos que dejaban y de que el cura sabía positivamente que todos eran inocentes y que los asesinatos se producían sin juicio ni asistencia de autoridad legal alguna, Pablo Rojo colaboró con los asesinos hasta que el último detenido subió al camión. Ese día 25 vecinos de Mojados fueron trasladados al puente que une los términos de Boecillo y Laguna de Duero y tiroteados allí. Algunos no fallecieron en el acto y cayeron al agua con vida. Por fin los remataron a todos. Uno de ellos, J.N. logró llegar herido, hasta el Coto del Cardiel, donde el guarda de campo lo remató con su escopeta.
Andrés del Amo, de Saelices. Fue un inductor fundamental de los crímenes cometidos en Villacarralón, donde era párroco, pues señaló a los vecinos que según él eran peligrosos. Años después de la guerra, vino al pueblo un cura nuevo. Estando en la plaza, un hijo de Petra Cimas, asesinada por una patrulla venida de otros pueblos ante los ojos de sus dos hijos, lo reconoció como integrante de una de las patrullas y se dirigió a él: “Usted bajaba de paisano a detener gente”. El cura se llamaba Jesús Ceinos Casero, y fue reconocido por otros vecinos como uno de los hombres que iban sacando a la gente de sus casas en el verano de 1936, vestido con un mono azul y armado con un fusil.
Teodosio era el nombre del párroco de Quintanilla de Abajo. Cuando se pidió el indulto de los condenados a muerte dijo en la puerta de la iglesia ante muchos vecinos que si les conmutaban la pena, él quemaba la sotana.
Fotos: Curas en el frente
La presencia de curas en el frente fue frecuente. Particularmente abundaron en la zona del Alto del León. Iban vestidos con mono y armados. Otros muchos iban de visita, acompañando a grupos.
Núñez, jesuita, coadjutor de la parroquia de San Juan, en Valladolid, marchó al Alto del León en julio del 36, integrado en el grupo de falangistas como combatiente. Este cura, bastante joven, murió en un bombardeo en el Alto del León a finales de julio de 1936. Juan Martínez, cura combatiente, murió en el frente.
Padre Nevares, jesuita: recibió en San Rafael a los falangistas que se iban a incorporar al frente en julio del 36. Al llegar al Hotel Regina, donde comían estas tropas, el padre Nevares vestía mono azul y llevaba casco y una gran cayada. Era beligerante y además confesaba a los voluntarios. Ramón Arregui Moliner, falangista, quiso confesarse con él tras una escaramuza en la que disparó y mató a soldados enemigos. Después relató, escandalizado, que el cura le dijo: “Eso no tiene importancia: es la guerra”. Este cura estuvo siempre a la cabeza de las fuerzas golpistas en San Rafael, dando el beneplácito eclesiástico. Antes del golpe, había organizado en Valladolid las Cooperativas Agrarias de Derechas.
Pedro, un párroco natural de Castrillo de Duero, en julio del 36 se integró en un batallón falangista y marchó al frente. J.L. Martínez Galindo, que coincidió con él, dice que era “un cura guerrillero”.
Cosas de curas
Pedro Cantero Cuadrado, nacido en Carrión de los Condes, fue capellán de la Cuarta Bandera de Castilla. En una de sus arengas pronunció esta frase: “El general Franco es de origen providencial y carismático, y por tanto legítimo. Solo ante Dios y ante la Historia debe dar cuentas”. Llegó a ser obispo de Huelva.
Ignacio Menéndez Raigada, autor del Catecismo Patriótico: “Yo soy cura, pero antes que cura, falangista”. Fue capellán y confesor de Franco.
Enrique Herrera Oria: “Los masones matan niños menores de siete años y beben su sangre en un cráneo”.
Fernando Martín Sánchez Juliá, “Secretario de Dios”, cabeza de la Iglesia, escribió una pastoral: “De los frentes saldrá una nueva España. A nosotros nos toca ayudar al parto y educar a la criatura…”.

La ineludible separación Estado-Iglesia Pedro L. Angosto


Romper el concordato con el Vaticano no es un capricho, es una cuestión de supervivencia para nuestra libertad y para nosotros mismos, como individuos y como sociedad.
Un día después de la fiesta católica de la Purísima Concepción pero de 1905, la Asamblea Nacional francesa aprobaba la ley que separaba definitivamente a la Iglesia del Estado. A propuesta de Combes, Briand y Jaurès, radical-socialistas y socialistas, el Estado francés denunciaba el concordato vigente desde época napoleónica, nacionalizaba todos los bienes de la iglesia puesto que hasta entonces habían sido sostenidos con dinero público y prohibía al brazo francés de la multinacional romana el ejercicio del comercio y, sobre todo, de la enseñanza. Tras la sanción de la ley, el gran Jean Jaurés, íntimo amigo de Pablo Iglesias, diría una frase que ha quedado en mayúscula para la Historia: “La ley de separación es la marcha deliberada del espíritu hacia la plena luz, la plena ciencia y la entera razón”. Aunque los gobiernos colaboracionistas de Petain suspendieron temporalmente la norma, devolviendo muchas prerrogativas a la iglesia, hoy todavía sigue vigente en el país vecino, siendo la laicidad rasgo principal de la Educación francesa y base del desarrollo político, económico y social del Estado.
Siguiendo los pasos de la III República francesa, la española de 1931 fijó con claridad meridiana que el Estado nada tenía que ver con confesiones religiosas, correspondiendo la fe, como es natural, a la interioridad de los individuos. Así, en su artículo 26 decía: “Todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial. El Estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas. Una ley especial regulará la total extinción, en un plazo máximo de dos años, del presupuesto del Clero. Quedan disueltas aquellas Órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes.
Las demás Órdenes religiosas se someterán a una ley especial votada por estas Cortes Constituyentes y ajustada a las siguientes bases: 1. Disolución de las que, por sus actividades, constituyan un peligro para la seguridad del Estado, 2. Inscripción de las que deban subsistir, en un Registro especial dependiente del Ministerio de justicia. 3. Incapacidad de adquirir y conservar, por sí o por persona interpuesta, más bienes que los que, previa justificación, se destinen a su vivienda o al cumplimiento directo de sus fines privativos. 4. Prohibición de ejercer la industrial el comercio o la enseñanza. 5. Sumisión a todas las leyes tributarias del país”. 6. Obligación de rendir anualmente cuentas al Estado de la inversión de sus bienes en relación con los fines de la Asociación. Los bienes de las Órdenes religiosas podrán ser nacionalizados”. Aprobada también un nueve de diciembre, en este caso de 1931, la Constitución de la II República recuperó un siglo perdido y metió a España en el siglo XX, dejando atrás siglos de superstición, abusos, privilegios y la imposición de la moral particular de unos pocos como norma fundamental de obligado cumplimiento para todos.
El sueño duró poco y al cabo de cinco años, la España que hiela el corazón y mata, la España rufiana y podrida incendió al país, crucifijo en mano, para regresarnos al siglo XIX y suprimir todas, absolutamente todas, nuestras libertades.
Fue entonces cuando el catolicismo volvió a ser religión de Estado y más que eso el Estado mismo, dando forma a la versión española del fascismo: El Nacional-Catolicismo, que desde entonces, con suaves paréntesis, habita entre nosotros y espanta con virulencia cualquier atisbo de librepensamiento y progreso. No niego, ni creo que nadie lo haga, el derecho de cualquier persona a profesar las creencias religiosas que estime oportunas, pero esas creencias pertenecen a la esfera íntima de cada individuo y en absoluto pueden interferir en la vida pública del país porque cuando eso sucede las naciones se castran a sí mismas, cercenan su presente y someten el futuro a dogmas probadamente inciertos. Uno, como individuo puede creer en lo que quiera, lo mismo en el Dios de los católicos que en Manitú pero esas creencias tienen que quedar, por fuerza, dentro del ámbito personal.
El partido que ahora mismo manda en España -porque no gobierna, manda- está restaurando con gran celeridad muchos de los principios del nacional catolicismo, no siendo el menor de ellos la imposición de la moral particular hipócrita de unos pocos a toda la ciudadanía, lo que por esencia es incompatible: No hay ciudadanía cuando ésta acepta tal imposición.
De continuar por el camino emprendido, y quedan todavía dos años de legislatura, no tardaremos en reencontrarnos con el cardenal Segura o Vázquez de Mella, ni en volver a limpiar las botas de nuestros dueños. En España, para la España franquista la religión es de casta, pertenece a la estirpe que ha machacado siempre nuestras libertades y hoy, por desgracia, no está sólo presente en la acción del gobierno central sino también, y mucho, en gobiernos como el catalán de Artur Más y ERC. Romper el concordato con el Vaticano no es un capricho, es una cuestión de supervivencia para nuestra libertad y para nosotros mismos, como individuos y como sociedad. El artículo 26 de la Constitución republicana de 1931 sigue plenamente vigente y hacia su reposición tenemos la ineludible obligación de caminar. El pasado que el PP pone como futuro ya lo hemos vivido y huele muy mal.

Las acciones que el Gobierno quiere multar con hasta 600.000 euros Alejandro López de Miguel



Tomar y difundir imágenes de los agentes mientras trabajan, participar en escraches o negarse a ser identificado serán acciones consideradas como infracciones graves para cortar de raíz las protestas ciudadanas
El Consejo de Ministros aprobará este viernes el anteproyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana: un texto redactado en paralelo a la reforma del Código Penal con el que el Gobierno quiere acabar con las protestas ciudadanas, la grabación de excesos policiales y otras realidades que restan credibilidad al Ejecutivo, a sus recortes y a la Marca España.

Estas son algunas de las actuaciones que pasan a ser consideradas como infracciones muy graves, por las que el Gobierno prevé multas de entre 30.000 y 600.000 euros:
-La grabación y difusión de imágenes de agentes de seguridad en el ejercicio de sus funciones “que atenten contra el derecho a su honor o su imagen y que puedan poner en peligro su seguridad o la de la intervención policial correspondiente”. A pesar de que el anteproyecto de ley lleva por nombre Ley de Seguridad Ciudadana, multa la grabación de los agentes, dificultando probar cuándo están extralimitándose los agentes. ¿Ejemplos de lo que el Gobierno quiere censurar?:
La paliza que ocho Mossos d’Esquadra propinaron a Juan Andrés Benítez, empresario del Gaixample de Barcelona, que falleció poco después/ La manifestación ante la sede del PP Barbacoa de Chorizos, (julio de 2013) / Las cargas en la Estación de Atocha tras la convocatoria Rodea el Congreso.
-La nueva norma del Ejecutivo de Rajoy combatirá las concentraciones no comunicadas formalmente cerca de instituciones como el Congreso de los Diputados o el Senado, multando su convocatoria, dirección y participación.
Rodea el Congreso, 25 de septiembre de 2012 /
- Obligatoriedad de identificarse ante las Fuerzas de Seguridad, que podrán inmovilizar a una persona hasta que se compruebe su identidad y que el documento que porta no es falso. La multa de hasta 600.000 por negarse a ser identificado no incluirá a los agentes, que podrán seguir evitando revelar su identidad, respaldados por la norma que impide grabarlos en vídeo.
Un joven exige a los policías que se identifiquen tras agredirle y siguen pegándole, en la manifestación en respuesta a las cargas del 25-S , 26 de septiembre de 2013
-Escraches frente a domicilios de políticos. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, calificó a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca como “grupo filoterrorista” por los escraches, motivo por el que su líder, Ada Colau, presentó una denuncia ante un juzgado de Barcelona , que ya ha sido admitida a trámite. Ejemplos de la “violencia ciudadana” en los escraches:
Escrache feminista (julio de 2013) / Escrache frente a la casa de Soraya Sáenz de Santamaría (abril 2013) .
-La perturbación del orden público en espectáculos, acontecimientos deportivos, oficios religiosos y demás actos públicos también se considerará “muy grave” tras la aprobación de la nueva ley.
Violenta represión de una manifestación laica durante las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) de la Iglesia Católica, en agosto de 2011 / Cuatro detenidos por una performance de protesta en una capilla de la Universidad Complutense, en marzo de 2011.
Además, la nueva normativa desarrollada por Interior establece un nueva lista de infracciones graves. Entre las acciones penadas con multas de entre 1.001 y 30.000 euros: Alterar el orden público con elementos que dificulten la identificación, amenazar, coaccionar o vejar a los agentes, el ofrecimiento, la solicitud, la negociación y la aceptación de los servicios de prostitución junto a zonas infantiles o en aquellas en las que peligre la seguridad vial, los botellones no autorizados, los daños al mobiliario urbano…
Sin embargo, en la lista de infracciones penadas con hasta 30.000 euros, el Ministerio que preside Fernández Díaz ha logrado incluir acciones que cuadran con otras recientes protestas en la capital.
- Obstaculizar la vía pública con neumáticos u otros enseres que impidan la normal circulación de vehículos y personas.
Huelga de basuras en Madrid, noviembre de 2013 (imágenes) / Marcha negra de los mineros del carbón, junio de 2012
-Escalar como acción de protesta edificios públicos o precipitarse desde los mismos.
Protesta de Greenpeace contra la ley de costas en el tejado del Congreso (mayo de 2013)
El borrador de la nueva normativa será debatido este miércoles, en la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios. Tras obtener su visto bueno, pasará por el Consejo de Ministros (este viernes) y continuará con su tramitación, para sustituir a la actual ley, establecida en 1992 por el ministro socialista José Luis Corcuera.
Teniendo en cuenta la mayoría absoluta del Partido Popular en el Congreso, la Ley de Seguridad Ciudadana y la reforma del Código Penal no tardarán muchos meses en ser aprobadas, y el Gobierno podrá pasar de la criminalización verbal de las protestas a contar con nuevas herramientas legales para cortarlas de raíz.