FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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viernes, 11 de octubre de 2013

Papa Francisco: que la oración sea valiente (+lista de reproducción)

Los fascistas de España, envalentonados, dan miedo

Redacción de Atrio, 09-Octubre-2013


  • La exaltación fascista se está envalentonando con ocasión del día de la raza y creen gozar de impunidad.
  • Para el día doce está prevista una gran concentración en Barcelona.
  • El vídeo con el que preparan los ánimos hace temblar.
  • ¿Qué va a hacer la policia que este año ha presupeutaso un aumento de más del mil por ciento en equipos de seguridad?
  • ¿Que va a hacer la jerarquía cuando acudan el domingo a Tarragona a sumarse a la exaltación de la Cruzada que ellos incomprensiblemente han organizado?

La movilización de la ultraderecha el 12 de octubre despierta las alarmas en Catalunya

por @ZALDUARIZ
Kaos en la red, Martes, 08 de Octubre de 2013
Los mismos grupos de ultraderecha que asaltaron la librería Blanquerna en Madrid el día de la Diada convocan el próximo 12 de octubre una manifestación en Barcelona, algo que ya ha despertado las alarmas de los vecinos ante los posibles episodios de violencia y agresiones.
Ellos mismos se han encargado de calentar el ambiente. El día 11 de setiembre asaltaron la librería Blanquerna en Madrid, donde se celebraba un acto de la Diada catalana, al grito de «no nos engañen, Catalunya es España». Poco después, un dirigente de Alianza Nacional –uno de los grupos responsables del asalto– apareció tranquilamente en una televisión estatal asegurando que «no se escindirá ningún territorio de España sin que haya sangre, eso lo pueden tener bien claro todos». En el mismo acto, organizado por la plataforma La España en Marcha se quemaron «trapos separatistas»; a saber, unas ‘estelades’ y una bandera de ‘Euskal Presoak Euskal Herrira’.
Esta plataforma, formada por la Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional y Democracia Nacional, llama para este 12 de octubre a una manifestación en Barcelona, para la cual ya habría fletados varios autobuses. Acudirán, como lo hace la ultraderecha cada año, a la montaña de Montjuïc, pero lo novedoso es que lo harán en manifestación desde la plaza de Sants, atravesando la principal arteria de este barrio homónimo. Una presencia fascista que los vecinos de Sants consiguieron expulsar a Montjuïc después de años de intensa lucha.
Para seguir calentando el ambiente, los convocantes han publicado en las redes un vídeo amenazador, lo que ha disparado las alarmas de los vecinos y del movimiento antifascista, que ya ha empezado a movilizarse para prevenir posibles agresiones de los ultras. El pasado domingo, una masiva asamblea de vecinos y entidades del barrio acordó toda una serie de movilizaciones y actividades para el mismo 12 de octubre, así como para los días previos, con el objetivo de «evitar que la barbarie fascista se pasee por los corazones de nuestros barrios y agreda personas, comercios o locales sociales».
Así lo indicaron en un comunicado en el que advierten de que la movilización ultra, «anunciada como una cacería de independentistas, inmigrantes, homosexuales o gente de izquierdas, no tiene cabida y debe ser combatida firmemente por el conjunto de la sociedad». Por ello, una manifestación recorrerá las calles del barrio el jueves por la tarde, mientras que para el mismo 12 de octubre, la cita es en la misma plaza de Sants a primera hora de la mañana.
Además, las entidades convocantes se reunieron ayer con representantes del Ayuntamiento, a quienes trasladaron la exigencia de prohibir la manifestación de la ultraderecha. Una petición también formulada por los grupos municipales de PSC e ICV-EUiA en el Ayuntamiento de Barcelona.
La Iglesia católica, también
Al día siguiente, domingo 13 de octubre, la jerarquía eclesiástica celebra un macroacto en Tarragona, en el que beatificarán a 522 «mártires» cristianos, la mayoría muertos durante la Guerra Civil. El acto, organizado por la Conferencia Episcopal, no incluye ninguna autocrítica sobre el detalle de que la mayoría fueron muertos en una Guerra Civil iniciada por un golpe de estado que la jerarquía eclesiástica apoyó sin fisuras, ni de que entre los homenajeados solo se encuentran víctimas de uno de los bandos del conflicto bélico, olvidando incluso que en las filas republicanas también hubo católicos fusilados por el franquismo, como el histórico líder de Unió Democrática de Catalunya Manuel Carrasco i Formiguera.
Algo que ha despertado la indignación de numerosos sectores, unidos en la Coordinadora por la Laicidad y la Dignidad, desde la que denuncian que los actos del domingo son «un insulto a la memoria y a la historia». Por ello, han organizado una concentración para el mismo 13 de octubre.
Pero la alarma va más allá, ya que se teme que la ultraderecha presente el día 12 en Barcelona se traslade al día siguiente al acto de Tarragona, donde encontrará, probablemente, un ambiente más propicio para sus reivindicaciones y actividades. Así lo han denunciado incluso sectores cristianos como los de Església Plural, que teme que el acto se convierta en una fiesta de «exaltación españolista» y anticatalanista».

Muerte y sepultura de la hermanita Genoveva, partera del pueblo Tapirapé

ATRIO


BoffEl 24 de septiembre de 2013 murió en la aldea de los indígenas Tapirapé, en el Araguaia, la Hermanita de Jesús Genoveva, francesa de origen. Ella y sus compañeras han vivido una experiencia que el antropólogo Darcy Ribeiro consideraba una de las más ejemplares de toda la historia de la antropología: el encuentro y la convivencia de alguien de la cultura blanca con la cultura indígena.

Este es el testimonio de Canuto, que sabe bien de la vida y obra de la Hermanita Genoveva. Así describe su muerte:
«En la mañana del martes 24 Genoveva estaba bien. Había amasado barro para el arreglo de la casa. Almorzó tranquilamente con la hermanita Odile. Estaban descansando cuando se quejó de dolor en el pecho. Odile fue rápidamente a conseguir transporte para llevarla al hospital de Confresa. En el camino la respiración se fue haciendo más difícil. Murió antes de llegar al hospital.

De vuelta a la aldea, consternación general. Genoveva había visto nacer casi al 100% de los Apyãwa (así se llamaban a sí mismos los Tapirapé. Así vuelven a autodenominarse hoy), en estos 61 años de vida compartida.

Los Apyãwa quisieron sepultarla según sus costumbres, como si hubiese muerto otra Apyãwa. Los cantos fúnebres, ritmados con los pasos, se prolongaron por mucho tiempo, durante la noche y el día siguiente. Se oían muchos lloros y lamentaciones.

Según el ritual Apyãwa, Genoveva fue enterrada dentro de la casa donde vivía. La tumba fue abierta con todo cuidado por los Apyãwa, acompañada de cánticos rituales. A una altura de unos 40 centímetro del suelo fueron colocados dos travesaños, uno en cada extremo. A estos travesaños fue amarrada la hamaca que quedó como una hamaca tendida como quien está durmiendo. Por encima de los travesaños se colocaron tablas y sobre las tablas se colocó la tierra. Toda la tierra que pusieron encima fue peñerada por las mujeres, como es la tradición. Al día siguiente esta tierra se mojó y se moldeó de forma que quedara firme y espesa como la tierra batida. Todo acompañado de cánticos rituales.

En su hamaca donde dormía todos los días, Genoveva duerme el sueño eterno entre aquellos que escogió para que fueran su pueblo.

La noticia de su muerte voló por la región, por Brasil y por el mundo. Vinieron muchos Agentes de Pastoral. Los coordinadores del CIMI (Consejo Indígena Misionero) de Cuiabá, llegaron después de un viaje de más de 1.100 kms cuando el cuerpo estaba ya en la tumba, todavía cubierto sólo con las tablas. Los Apyãwa las retiraron para que los que acababan de llegar la viesen por última vez en su hamaca.

A los cánticos rituales de los Tapirapé se fueron mezclando otros cánticos y testimonios de la caminada cristiana de la hermanita Genoveva. Al final, el cacique dijo que los Apyãwa estaban todos muy tristes con la muerte de la hermanita. Hablando en portugués y en tapirapé resaltó el respeto con el que siempre fueron tratados por las hermanitas durante estos sesenta años de convivencia. Recordó que los Apyãwa deben su supervivencia a las hermanitas, pues cuando ellas llegaron, ellos eran muy pocos y hoy llegan a casi mil personas.

Plantada en territorio Tapirapé está Genoveva, un monumento de coherencia, silencio y humildad, de respeto y reconocimiento de lo diferente, probando cómo es posible, con acciones simples y pequeñas, salvar la vida de todo un pueblo. Saludos: Canuto».

***
En septiembre de 2002 después de un encuentro con la Hermanita Genoveva escribí un pequeño artículo en el Jornal do Brasil que retomo aquí en parte.
Las Hermanitas de Foucauld son testimonio de la nueva forma de evangelización, soñada por tantos en América Latina: en vez convertir a las personas, darles la doctrina y construir iglesias, decidieron encarnarse en la cultura de los indígenas y vivir y convivir con ellos. En nuestro tiempo este camino fue vivido por el Hermano Carlos de Foucauld que al principio del siglo XX se fue al desierto de Argelia, entre los musulmanes, no para anunciar, sino para convivir con ellos y acoger la diferencia de su cultura y de su religión. Eso mismo han hecho las Hermanitas de Jesús entre os indios Tapirapé en el noroeste del Mato Grosso, cerca del río Araguaia.
El día 17 de septiembre de 2002 asistí a la celebración de los cincuenta años de su presencia junto a los Tapirapé. Allí estaba la pionera, la Hermanita Genoveva, que en octubre de 1952 comenzó su convivencia con la tribu.
¿Cómo llegaron allí? Las hermanitas supieron a través de los frailes dominicos franceses que misionaban en tierras del Araguaia, que los Tapirapé se estaban extinguiendo. De los 1500 que había antiguamente se habían reducido a 47, a causa de las incursiones de los Kayapó, de las enfermedades de los blancos y de la falta de mujeres. En el espíritu del Hermano Carlos, de ir para convivir y no para convertir, decidieron unirse a la agonía de un pueblo.
A su llegada, la Hermanita Genoveva oyó del cacique Marcos: “Los Tapirapé van a desaparecer. Los blancos van a acabar con nosotros. Tierra vale, caza vale, pez, vale. Sólo el indio no vale nada”. Ellos habían internalizado que no valían nada y que estaban condenados a desaparecer inexorablemente.
Ellas fueron donde ellos y les pidieron hospitalidad. Comenzaron a vivir con ellos el evangelio de la fraternidad, en el campo, en la lucha por la yuca de cada día, a aprender su lengua y a incentivar todo lo de ellos, religión incluida, en un recorrido solidario y sin retorno. Con el tiempo fueron incorporadas como miembros de la tribu.
La autoestima de ellos creció. Gracias a la mediación de ellas consiguieron que mujeres Karajá se casasen con hombres Tapirapé y se garantizase así la multiplicación del pueblo. De 47 hoy llegan a casi mil. En 50 años ellas no convirtieron ni a un sólo miembro de la tribu. Pero consiguieron mucho más: se hicieron parteras de un pueblo, a la luz de aquel que entendió su misión de “traer vida y vida en abundancia”, Jesús.
Cuando vi el rostro de una india tapirapé y el rostro envejecido de la hermanita Genoveva, pensé: si hubiese teñido su pelo blanco con tucum podría pasar por una perfecta mujer tapirapé. Realizó de hecho la profecía de la fundadora: “Las hermanitas se harán Tapirapé, para desde aquí ir a los otros y amarlos, pero serán siempre Tapirapé”.

¿No debería seguir por ahí el cristianismo si quisiera tener futuro en un mundo globalizado? ¿el evangelio sin poder y la convivencia tierna y fraterna?
Leonardo Boff es teólogo y ha escrito América Latina: de la conquista a la nueva evangelización, 1992.

Entre dos delitos, igual en Lampedusa que en el estrecho Luís Ángel Aguilar


Con las reformas tan restrictivas y xenófobas de las leyes europeas de inmigración, la ciudadanía puede quedar entre dos delitos manifiestos: el de colaboración con la inmigración irregular si se ayuda a una persona en dicha situación (criminalización de la solidaridad que ya hemos denunciado en varias ocasiones) y el de denegación del auxilio, si no lo hace.

Sé que muchos pensarán que exageramos el titular para hacer la entrada más sensacionalista, pero esa es la pura realidad que podría pasarles a quienes, desoyendo la ley del mar y la del auxilio debido, pasaron de largo cuando cientos de subsaharianos se estaban ahogando cerca de las costas de Lampedusa.
Ya está bien de llorar tragedias y de horrorizarnos por unas desgracias que no son para nada casuales, sino causales de la EUROPA FORTALEZA y de un sistema capitalista que las provoca. Pero aquí hay demasiados responsables:


Berlusconi y su gentuza de la Liga Norte en Italia, primero, por la actualidad de Lampedusa y por aprobar una ley de extranjería tan racista que castiga a quienes ayuden a personas en situación;
Zapatero con su restrictiva reforma de la ley de extranjería que en su infumable Art. 53 permitía criminalizar la solidaridad, sancionando a quienes –solidariamente- ayudaran a los extranjeros en situación irregular;
Rajoy, que ha ido más lejos con un nuevo golpe de tuerca al proponer la reforma del código penal con un desgraciadísimo Art. 318 bis con el que muchos de nosotros/as nos convertiremos en criminales;
• Los acólitos líderes europeos que siguen al pie de la letra las consignas de expulsión, represión y recorte de los DDHH;
y finalmente muchas/os de nosotros, que con nuestros silencios –el silencio de los buenos que denunciaba Luther King- y algunas/os con sus votos, permitimos estas barbaries.

Que cada palo aguante su vela, y dejémonos ya de golpes en el pecho y entonemos la correspondiente parte alícuota del mea culpa colectivo.
Salvo al Papa Francisco quien, además de estar denunciado como ningún Papa había hecho, al sistema capitalista, al dinero, la corrupción, o a la barbarie de estas leyes, enseguida envió ayuda para las victimas además de pedir por ellas. “Resulta francamente descorazonador que hayan muerto tantas personas, irregulares en este mundo injusto, y que sólo reciben carta de ciudadanía -como ha sucedido en este caso- después de muertos”.
Grecia, Malta, Italia o España somos los gendarmes de una Europa fortaleza que nos manda estas insensateces que los del Norte no quieren ver. Mis compañeros de la Asociación pro DDHH de Andalucía -APDH-A- no se cansan año tras año de denunciar las terribles y vergonzantes muertes en el estrecho, que se cuentan por decenas de miles y que la Organización Internacional para las MIGRACIONES –OIM- cifra en 25.000 l@s que murieron al intentar cruzar el Mediterráneo desde África.(2000 en 2011 o 1300 el año pasado). ¿Cuantos miles tienen que morir sin que se nos caiga la cara de vergüenza y nuestros políticos europeos sigan hablando de la caducidad de los yogures o de las cuotas de alimentos que hay que tirar? ¡Tengámoslo en cuenta en las próxima elecciones europeas!. 

Cáritas denuncia que los recortes del Gobierno “están abandonando a los más pobres a su suerte” C.G



La pobreza severa alcanza a tres millones de personas, según el demoledor informe de la organización
La pobreza severa, es decir, vivir con ingresos inferiores a 307 euros al mes alcanza ya a tres millones de personas en España, el doble de los que estaban en esta situación antes de la crisis, según pone de manifiesto el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social que elabora Cáritas y que constata un aumento de la desigualdad en el país y el riesgo de fractura social.


“Una desposesión de los derechos básicos”
En rueda de prensa para presentar el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social y la Memoria de 2012 de Cáritas, su secretario general, Sebastián Mora, ha denunciado “una situación de abandono, injusticia y desposesión de los derechos más básicos de las personas”. En ese sentido, el informe habla del “agravamiento” de la desprotección social de los ciudadanos, al restringirse las condiciones de acceso a derechos tales como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.


Los recortes en los servicios públicos
Por su parte, el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas, Francisco Lorenzo, ha criticado que los recortes en los servicios públicos del bienestar “están dando paso a una ruptura definitiva que está abandonado a los más pobres a su suerte y se están dejando descolgados a los hogares más pobres de las sociedad”. “Hay que tener en cuenta que las decisiones que tomemos en estos momentos marcarán una tendencia concreta que se fijará en nuestra estructura social, seremos una sociedad u otra diferente dependiendo de la apuesta que hagamos por los derechos sociales”, ha advertido.


Los lazos familiares se debilitan
Mora ha insistido que “la pobreza es generalizada en España pero tiene foco y se nutre de los más vulnerables” y ha advertido de que “se está produciendo un debilitamiento de los lazos familiares”, que junto a los servicios sociales han tenido un efecto de “contención”.


276 millones de euros, en 2012
El informe recoge los recursos invertidos por la organización, que han superado los 276 millones de euros, lo que supone un aumento de 25,5 millones de euros (10,2%) con relación a 2011. Asimismo, que el pasado año atendió a 1.904.737 personas, de las que 1.300.014 fueron en acogida y asistencia.


La renta nacional por habitante cae un 11%
Según Mora, la renta nacional neta por habitante en valor real ha pasado de 15.421 euros al año en 2006 a 13.744 euros en 2011, por lo que la renta por persona ha caído cerca de un 11 en ese periodo de tiempo y el empobrecimiento está afectando especialmente a los grupos más vulnerables, en concreto los más afectados por la pobreza: las familias con miembros en paro, seguidas de los inmigrantes, las familias monoparentales y, por último, la infancia.


Pobreza infantil
La pobreza infantil afecta a un 26,7 por ciento de la población de menos de 16 años en 2011 aumentando 3,1 puntos desde 2007.

La mayoría de los recursos de Cáritas han sido destinados a reducir el impacto de la precariedad a causa de la crisis con programas como los de Empleo e Inserción laboral (25 millones de euros), Vivienda (5,8 millones) y Acogida y atención primaria (60,6 millones). El perfil de la persona atendida sigue siendo mujer y “numerosas” parejas jóvenes -de entre 20 y 40 años de edad- con hijos también se han visto muy afectadas.

No podemos dejar a millones de personas en el túnel
“Lo que no podemos hacer es salir del túnel dejando a miles y millones de personas en el túnel. Muchas veces, las propuesta de salir de la crisis es echar a correr para adelante sin mirar para atrás”, ha dicho Mora, quien ha insistido en que hay gente “que ya está en la luz” pero hay mucha que “sigue en la oscuridad”.

La Iglesia fue verdugo, no víctima Vicenç Navarro, Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universidad Pompeu Fabra


Este artículo critica la argumentación que han dado las autoridades eclesiásticas de la Iglesia Católica para definir la beatificación de 522 “mártires” como un acto no político. El artículo señala que, en contra de este argumento, tal beatificación es un acto profundamente político y ofensivo a toda persona con sensibilidad democrática.
Estos días ha sido noticia la beatificación de 522 personas, referidas en la narrativa de la Iglesia Católica como mártires de la Guerra Civil, individuos considerados inocentes de cualquier mal que dieron su vida “en defensa de la fe católica y del mensaje de Cristo”. Las autoridades eclesiásticas católicas se han movilizado para señalar que en ningún momento debe interpretarse esta beatificación –que es un homenaje a tales personas y reconocimiento del valor de su sacrificio- como un acto político. Tanto Monseñor Angelo Amato, cardenal prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, como Monseñor Josep M. Soler, Abad de Montserrat, subrayan este hecho en La Vanguardia (06.10.13, páginas 50 y 51).
Ahora bien, es difícil aceptar que, incluso en el caso de que no fuera la intención de estas autoridades (incluyendo el Vaticano, liderado por el nuevo Papa, que escogió llamarse Francisco y que Monseñor Amato representa) realizar un acto político, el hecho es que tal acto es un acto profundamente político que contribuye a la tergiversación de la historia que se ha escrito en este país, subrayando que la Iglesia fue víctima de una intolerancia y persecución religiosa por parte de las fuerzas republicanas. Se acentúa y se presenta a la Iglesia y a sus mártires como víctimas, cuando en realidad la Iglesia fue la que agredió la vida y el bienestar de la mayoría de la población de los distintos pueblos y naciones que constituyen España, causando más de un millón de muertos y miles de desaparecidos, muertes de personas asesinadas por las fuerzas de represión, incluidas las de la Iglesia, y cuyos familiares no saben el paradero de sus cuerpos. Según las estimaciones de la única investigación sobre los desaparecidos que ha realizado el Estado español (consecuencia de las gestiones del juez Baltasar Garzón, miembro de la Audiencia Nacional antes de que se le expulsara de dicho tribunal precisamente por su investigación sobre los asesinatos por parte del régimen, del cual la Iglesia Católica fue el eje central), el número de desaparecidos es de más de 114.000 personas, que fueron asesinadas por defender al gobierno democráticamente elegido.
La Iglesia no solo no ha hecho nada para encontrarlos, sino que se ha opuesto a que se recuperara su memoria mediante la Ley de la Memoria Histórica. Mientras que homenajea a sus muertos, se opone y dificulta el encontrar a los muertos, de los cuales dicha institución es responsable.
Es más, es difícil creer que la Iglesia no sea consciente de la falta de veracidad de sus acusaciones frente a la República. No es cierto que hubiera en España persecución religiosa en tiempos de la República. Las iglesias protestantes y la religión judía continuaron sin ninguna intervención por parte del Estado y/o por movimientos sociales o fuerzas políticas afines a la República. No fue la religión el sujeto de animosidad, sino la Iglesia Católica, hecho que a la Iglesia Católica todavía le cuesta aceptar, ya que si lo acepta, tendría que contestar por qué la Iglesia Católica y no las otras religiones fue sujeto del enfado popular. No es cierto que los sacerdotes y los monjes fueran asesinados por sus ideas religiosas, tal como Monseñor Soler escribe en su artículo “Montserrat y los beatos en Tarragona” en La Vanguardia. Fueron asesinados por su pertenencia a una institución que había pedido que el Ejército se sublevara, conociéndose su animosidad a la República. En realidad, el Monasterio de Montserrat, supongo que en nota de agradecimiento, hizo un monumento, más tarde, a los “caídos por Dios y por la Patria”, que estaba en la entrada del Monasterio hasta que más tarde fue desplazado a la parte trasera, con un monumento a los requetés carlistas de la Virgen de Montserrat.
La historia, marginada y ocultada por la propia Iglesia, muestra claramente el porqué de esta hostilidad, hostilidad que fue iniciada por la Iglesia. Fue la Iglesia Católica la que celebró y apoyó la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Y fue la Iglesia la que se opuso por todos los medios al establecimiento de la República, alentando a los católicos a rebelarse frente a esta. Las pastorales de la jerarquía católica explícitamente llamaban a tal rebelión; documentos (firmados por el cardenal Segura y por su sucesor, el cardenal Gomà) son muy representativos, y seguro que la jerarquía actual de la Iglesia y el Vaticano los conocen. ¿Cómo puede afirmar la jerarquía católica que la Iglesia era apolítica, cuando animó a los católicos a que se rebelaran, pidiendo explícitamente que el Ejército se levantara en contra del gobierno democráticamente elegido?
Era predecible que la gran mayoría de la ciudadanía, que apoyó el establecimiento de la República, primero, y la elección del gobierno del Frente Popular, después, tuvieran animosidad hacia la Iglesia Católica, pues esta, abiertamente, alentaba al Ejército a que hiciera un golpe militar frente a ese Estado y frente a ese gobierno. De ahí que es comprensible y predecible que cuando ocurrió el golpe militar, que la Iglesia Católica inmediatamente apoyó (definiéndolo más tarde como una Cruzada Nacional), grandes sectores de las clases populares expresaran su hostilidad hacia tal institución. La quema de iglesias (no hubo ninguna iglesia protestante o ninguna mezquita o ninguna sinagoga quemadas) y el asesinato de clérigos y personas identificadas con la Iglesia Católica eran la respuesta popular que ocurrió en los primeros tres meses cuando el golpe creó un vacío de poder. No fue una represión guiada por el Estado republicano. En realidad, una vez recuperado el control, en las zonas que continuaban bajo el gobierno republicano se interrumpieron estos actos.
Por el contrario, los asesinatos, mucho más numerosos, llevados a cabo en el lado golpista, fueron cometidos por los aparatos represivos del Estado fascista, que contó con la entusiasta colaboración, en su represión, de la Iglesia Católica. ¿No creen las jerarquías católicas españolas que esta actitud enormemente represiva iba en contra del mensaje de Jesús? ¿Creen, en realidad, que Jesús, que es, en teoría, su supuesta inspiración, hubiera apoyado tanto asesinato, premeditado y programado, para eliminar a personas cuyo único delito era haber apoyado a un Estado y a un gobierno democráticamente elegidos? ¿No creen que es de una crueldad suprema que los familiares de los muertos republicanos todavía hoy no sepan dónde están enterrados? ¿No creen que es profundamente injusto que ellos puedan homenajear a sus muertos cuando los vencidos todavía no saben dónde están los suyos? Y si en verdad los sacerdotes asesinados eran inocentes, ¿no cree la Iglesia Católica que deberían pedir perdón a los familiares de sus propios muertos, pues el comportamiento golpista de su jerarquía católica fue el responsable de que el enfado popular se canalizara en ellos, precisamente por su identificación con la Iglesia?
La respuesta descontrolada en contra de la Iglesia era lógica, pues la Iglesia era culpable de un comportamiento que podía predecirse que causaría miles de muertes. Debe condenarse tal expresión de enfado popular, pero su comportamiento no puede homologarse al del lado golpista, que fue una represión metódica de todos los aparatos del Estado, con el apoyo activo de la Iglesia. Acentuar el victimismo de la Iglesia como hacen las beatificaciones es, además de una tergiversación de la historia que todavía se reproduce en España, una ofensa a los perdedores de la Guerra Civil, que eran los que defendieron la democracia, y que debería crear incomodidad a toda persona con sensibilidad democrática. Mi esperanza es que el Papa Francisco lo vea así y que, en nombre de la Iglesia, pida perdón, no solo a su Dios, sino al pueblo español, al que hizo tanto daño.
Hoy, mientras la Iglesia y las derechas homenajean a sus muertos, la ONU acaba de enviar una delegación denunciando al Estado español por no estar haciendo nada para encontrar a los desaparecidos republicanos. Y el mismo Estado, sin lugar a dudas, estará representado en los actos homenajeando a los “mártires de la Iglesia”. ¿No se avergüenzan de su comportamiento los representantes de un Estado que se presenta como democrático? ¿No se da cuenta la Iglesia de su incoherencia? ¿No ven la falsedad de su llamada a la reconciliación? Está claro que no se dan cuenta. Y que no se den cuenta es un indicador de que continúan siendo reacios a reconocer que la Iglesia Católica no fue víctima sino verdugo en aquel periodo de nuestra historia.
Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, y en catalán en el diario digital EL TRIANGLE, 10 de octubre de 2013

Domingo 13 de octubre de 2013, 28 del tiempo ordinario: Creer sin agradecer José Antonio Pagola


El relato comienza narrando la curación de un grupo de diez leprosos en las cercanías de Samaría. Pero, esta vez, no se detiene Lucas en los detalles de la curación, sino en la reacción de uno de los leprosos al verse curado. El evangelista describe cuidadosamente todos sus pasos, pues quiere sacudir la fe rutinaria de no pocos cristianos.
Jesús ha pedido a los leprosos que se presenten a los sacerdotes para obtener la autorización que los permita integrarse en la sociedad. Pero uno de ellos, de origen samaritano, al ver que está curado, en vez de ir a los sacerdotes, se vuelve para buscar a Jesús. Siente que para él comienza una vida nueva. En adelante, todo será diferente: podrá vivir de manera más digna y dichosa. Sabe a quién se lo debe. Necesita encontrarse con Jesús.
Vuelve “alabando a Dios a grandes gritos”. Sabe que la fuerza salvadora de Jesús solo puede tener su origen en Dios. Ahora siente algo nuevo por ese Padre Bueno del que habla Jesús. No lo olvidará jamás. En adelante vivirá dando gracias a Dios. Lo alabará gritando con todas sus fuerzas. Todos han de saber que se siente amado por él.

Al encontrarse con Jesús, “se echa a sus pies dándole gracias”. Sus compañeros han seguido su camino para encontrarse con los sacerdotes, pero él sabe que Jesús es su único Salvador. Por eso está aquí junto a él dándole gracias. En Jesús ha encontrado el mejor regalo de Dios.
Al concluir el relato, Jesús toma la palabra y hace tres preguntas expresando su sorpresa y tristeza ante lo ocurrido. No están dirigidas al samaritano que tiene a sus pies. Recogen el mensaje que Lucas quiere que se escuche en las comunidades cristianas.

“¿No han quedado limpios los diez?”.¿No se han curado todos? ¿Por qué no reconocen lo que han recibido de Jesús? “Los otros nueve, ¿dónde están?”. ¿Por qué no están allí? ¿Por qué hay tantos cristianos que viven sin dar gracias a Dios casi nunca? ¿Por qué no sienten un agradecimiento especial hacia Jesús? ¿No lo conocen? ¿No significa nada nuevo para ellos?
“¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?”. ¿Por qué hay personas alejadas de la práctica religiosa que sienten verdadera admiración y agradecimiento hacia Jesús, mientras algunos cristianos no sienten nada especial por él? Benedicto XVI advertía hace unos años que un agnóstico en búsqueda puede estar más cerca de Dios que un cristiano rutinario que lo es solo por tradición o herencia. Una fe que no genera en los creyentes alegría y agradecimiento es una fe enferma.
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Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Contribuye a despertar el agradecimiento a Dios y a Jesús. Pásalo.

Lucas, 17, 11-19