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miércoles, 17 de julio de 2013

ANTEPROYECTO DEMENCIAL del PP

ecleSALia 16 de juliode 2013
"PREMIO ALANDAR 2011"
 
 
“Toca la reforma que legaliza el que se pudiera condenar hasta dos años de cárcel a los voluntarios que trabajan en Cáritas diocesana”
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@euskalnet.net
BILBAO (VIZCAYA).

ECLESALIA, 16/07/13.- Traslado mi estupor por el Anteproyecto de reforma del Código Penal -que es más que un borrador- presentado al parlamento en el cual el gobierno español traspasa todas las líneas rojas con su visión de la pena. Hobbes afirmaba que el ser humano vive en un determinismo de constante competencia que propicia el odio y la violencia con sus congéneres. Con este argumento justificaba la creación de un Estado autoritario ya que el ser humano no elige espontáneamente hacer el bien, sino que elige satisfacer sus deseos egoístas. Pues bien, el gobierno del PP quiere legislar abducido por esta visión humanista. Juzguen ustedes mismos.
Con semejante propuesta de Código Penal, quedan afectados los derechos y libertades fundamentales de las personas en general y de las personas con trastornos mentales en particular al ser consideradas como sujetos peligrosos, arrumbando así diversos principios fundamentales del Derecho (principio de seguridad, principio de certeza, principio de legalidad penal, etc.) y violando varios artículos de la Constitución al no buscarse una pena orientada hacia la reeducación y reinserción social, ni por acciones u omisiones que constituyan delito, falta o infracción administrativa. El gobierno del PP abandona la idea de que las medidas de seguridad no pueden resultar más graves que las penas aplicables al delito cometido. Y como no puede justificarlo por la vía de la pena, porque jurídicamente es imposible al ser personas discapacitadas ajenas alprincipio de culpabilidad, echa mano a las razones de seguridad ¡Qué miedo!
A la inmigración le ocurre otro tanto. Este anteproyecto se orienta hacia la exclusión y criminalización del colectivo de "inmigrantes ilegales o sin papeles". Primero fue su exclusión de los servicios sanitarios, si no los pagan. Ahora toca la reforma que legaliza el que se pudiera condenar hasta dos años de cárcel a los voluntarios que trabajan en Cáritas diocesana por ofrecer alimento o cama a personas extranjeras no comunitarias, ya que su ayuda planificada, organizada, sistemática y habitual, caería en la parte más gravosa del delito siendo comparables a criminales organizados. Como suena. Sería necesario demostrar que la ayuda sólo fue humanitaria y siempre quedaría todo a la libre discrecionalidad del fiscal de turno. El gobierno resulta ser más hobbesiano que Hobbes colocando a la hospitalidad bajo sospecha y condena penal.
En la Exposición de Motivos del Anteproyecto no se mencionan los convenios internacionales ratificados por España ni se explican los fundamentos de la necesidad de la reforma penal; el Anteproyecto no justifica la necesidad de medidas como la prisión permanente revisable o la reforma del actual sistema de medidas de seguridad, como tampoco incorpora las recomendaciones realizadas al Estado Español por organismos internacionales de protección de los derechos humanos. Además, pasa por alto las recomendaciones efectuadas por el Comité de Derechos Humanos, como la adopción de medidas legislativas para garantizar que no prescriban los crímenes de lesa humanidad en los tribunales españoles, o la definición de terrorismo limitando su aplicación a las infracciones de indiscutible carácter terrorista. Igualmente se obvia la necesidad de velar para que cualquier restricción de la libertad de expresión y asociación sea necesaria, proporcional y justificada, según recoge el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
También se modifica la naturaleza jurídica de la libertad condicional, el principio de progresividad de la pena, no se asegura la compensación a las víctimas que queden en situación de especial vulnerabilidad cuando el infractor es insolvente. Se abole la institución alternativa a la prisión, y en definitiva, se atenta contra la inserción, la humanización de la pena y la dignidad del ser humano. Todo es un despropósito demencial que espero se humanice en sede parlamentaria si la bancada popular deja de rasgarse las vestiduras con sus moralinas mientras nos escandaliza esta vez con su leviatán penal cavernario. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

España: Mato disfraza de universal una sanidad pública excluyente Maria Cappa

Enviado a la página web de Redes Cristianas
España va camino de conseguir un sistema sanitario único y cohesionado que, gracias a las reformas introducidas por el Partido Popular, cada vez es más universal. O al menos así lo afirmó ayer la ministra de Sanidad, Ana Mato, durante una ponencia ofrecida en los cursos de verano de San Lorenzo del Escorial, en Madrid.
La definición de sanidad universal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desmiente a la ministra. De acuerdo con la OMS, hablamos de sanidad universal cuando los establecimientos, bienes y servicios de salud son accesibles a todos, sin discriminación en función de la condición socioeconómica del potencial usuario. La OMS también afirma que, como todo derecho fundamental, el derecho a la salud (que no debe confundirse con el derecho a estar sano) impone a los Estados la obligación de respetarlo y hacerlo respetar, protegerlo y cumplirlo mediante leyes o políticas presupuestarias que conduzcan a su plena efectividad.
Sin embargo, al analizar el modelo sanitario introducido por el Real Decreto Ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones (RDL 16/2012) nos encontramos con que este derecho fundamental ha sido pervertido. Este Real Decreto modifica el concepto de universalidad de la Sanidad y lo transforma en un modelo de aseguramiento. En primer lugar, porque, por ley, se niega el acceso gratuito a aquellos que, literalmente, “no tengan la condición de asegurado o beneficiario”.
La condición de asegurado la obtendrán sólo aquellos españoles, nacionalizados, o personas que residan de forma efectiva y autorizada en España, que trabajen, por cuenta propia o ajena, y estén afiliados a la Seguridad Social, los pensionistas, aquellos que perciban prestaciones de forma periódica por la Seguridad Social o quienes hayan agotado los subsidios de desempleo pero estén inscritos como demandantes de empleo. Es decir que, según la ley, hay personas que tienen garantizado el derecho a la salud y otros no, en función de su situación socio-laboral.

El mito de la gratuidad
Este Real Decreto Ley contiene, en su artículo 8, otra barrera más al acceso “gratuito“ a la sanidad. Gratuito entre comillas, porque los servicios a los que los usuarios acceden sin tener que pagarlos en el momento ya han sido abonados mediante los impuestos directos e indirectos. Este artículo 8 establece una división en la Cartera de Servicios Común. La básica, con cargo a los fondos públicos, y dos más, que requieren copago, que son la suplementaria y la de servicios accesorios.
La básica, a la que tienen derecho los que tengan condición de asegurado, comprende las actividades de prevención y diagnóstica y los tratamientos y rehabilitaciones en centros sanitarios así como el transporte sanitario urgente (por ejemplo, cuando una ambulancia traslada a un herido en un accidente de tráfico o a una persona que ha sufrido un infarto).
Las suplementarias, y sujetas a las aportaciones de los usuarios, tienen que ver con aquellas prestaciones que se dispensan en un ambulatorio, como pueden ser las farmacéuticas, las ortoprotésicas (las que se usan para reemplazar un miembro amputado) y los productos dietéticos.
La Comunidad de Madrid, dentro de la partida de Ayudas, Subvenciones y Becas, ofrece “ayudas” para los que se hayan visto obligados a adquirir una prótesis. Algunos de los requisitos necesarios consisten en ser titular de la tarjeta sanitaria individual y disponer de una cuenta corriente para recibir el reintegro económico. Los inmigrantes ilegales y los indigentes, por ejemplo, tendrán que pagárselo solos. Dentro de este grupo también encontramos el transporte sanitario no urgente que haya sido prescrito por un médico por razones clínicas. Es decir, un paciente que necesite recibir diálisis tres veces por semana, tendrá que pagarse la ambulancia.
Finalmente, en el grupo de los servicios accesorios están contempladas todas aquellas actividades, servicios o técnicas que no se consideren esenciales y sirvan de apoyo para la mejora de una patología de carácter crónico. Según explica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en un informe para evaluar el impacto del RDL 16/2012, los pacientes afectados por esta enfermedad tendrán que costearse algunos productos “de extrema necesidad para ellos“ como cremas y geles para pieles radiadas (con radio o quimioterapia), camas articuladas, tratamientos odontológicos o sujetadores para mujeres que se hayan sometido a una mastectomía.
Gobernar por decreto
Otra de las cuestiones que preocupan respecto a la reforma del sistema sanitario español es que haya decidido regularse mediante Real Decreto. La plataforma de desobediencia civil YoSíSanidadUniversal, que reivindica la vuelta al modelo universal, no encuentra explicación al hecho de que un derecho fundamental se haya regulado mediante ese tipo de norma. Un Decreto Ley supone que el Gobierno se arroga la capacidad de legislar, que habitualmente reside en el Congreso, en virtud de la división de poderes, por razones de “extraordinaria y urgente necesidad”, según establece el artículo 86 de la Constitución Española.
El Gobierno de Rajoy ya fue criticado por el Financial Times el pasado marzo por el abuso del uso de este tipo de norma para legislar. De hecho, en su primer año de legislatura, recurrió más a la legislación mediante Decreto Ley que todos sus predecesores. Desde diciembre de 2011 hasta marzo de este año, el gobierno de Rajoy ha emitido 34 decretos leyes para regular asuntos tan relevantes como el sistema de pensiones, el mercado laboral y el derecho a la salud. Una práctica que pone en peligro las garantías constitucionales de los españoles ya que este tipo de normas no pueden recurrirse directamente y los ciudadanos se quedan sin recursos para defender sus intereses. Es por este motivo por el que suele tildarse de autoritario al Gobierno que decide obviar la división de poderes y legislar masivamente mediante decretos leyes.
Desde el Gobierno justifican el uso de esta norma con rango de ley debido a la crisis económica por la que atraviesa el país, que exige la contención inmediata del gasto público. En función de esta explicación, podría entenderse que el RDL 16/2012 se hubiera utilizado para reducir este gasto, pero sigue sin explicarse que, a su vez, se haya realizado un cambio estructural en el modelo sanitario (del universal al actual, por aseguramiento).
También resulta complicado de entender, dicen desde la plataforma, que se hayan amparado en la urgencia del ajuste económico cuando el Real Decreto se promulgó en abril de 2012 pero su aplicación se postergó hasta septiembre de ese mismo año. “Si consideraron que la puesta en marcha esta nueva normativa podía esperar seis meses, ¿podemos hablar realmente de urgencia?“, se preguntan.
(LA MAREA)

Alfonso Álvarez Bolado, jesuita crítico del nacionalcatolicismo Rafael Díaz-Salazar, profesor de Sociología en la Universidad Complutense

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Fue uno de los intelectuales más destacados del pensamiento cristiano
En la tarde del sábado 13 de julio murió en Salamanca Alfonso Álvarez Bolado, sacerdote de la Compañía de Jesús y uno de los intelectuales más destacados del pensamiento cristiano en el siglo XX. Filósofo especializado en Hegel, Niestzche y Heideger y teólogo experto en el pensamiento de Karl Rhaner, con quien se había formado en Austria y en Alemania. Fue profesor de Filosofía en la Universidad de Barcelona, después de haberse doctorado con una tesis sobre el pensamiento de Nietzsche y Heidegger.
Ordenado sacerdote en 1958, su impronta en la filosofía española y en la formación de los jóvenes universitarios en las décadas de los cincuenta y sesenta fue destacada en varias ocasiones por Eugenio Trías y Victoria Camps, quienes fueron sus discípulos y, con el tiempo, se convirtieron en importantes pensadores. En La filosofía española. Herederos y pretendientes, obra básica de referencia sobre la producción filosófica en nuestro país entre 1963 y 1990, ha quedado bien registrada su aportación en este ámbito del saber. En aquellos años apoyó el movimiento universitario antifranquista y creó, con la colaboración de Victoria Camps, una Escuela de Teología para laicos.
Desde Barcelona se trasladó a Madrid, donde fue profesor de Filosofía y de Teología en la Universidad Pontificia Comillas. En la capital contribuyó al diálogo con pensadores ateos y agnósticos a través del Instituto Fe y Secularidad. Junto con José Luis Aranguren, José Gómez Caffarena y Andrés Tornos fundó una de las más potentes plataformas de encuentro y debate intelectual que ha habido en España. Fue un participante muy activo en los primeros encuentros de diálogo entre marxismo y cristianismo en Europa, lo que motivó que le fuese retirado el pasaporte.
Realizó un papel importante en la difusión en España de la teología política alemana y de la teología de la liberación latinoamericana. Autor de numerosos ensayos y diversos libros, su obra fundamental ha sido El experimento del nacionalcatolicismo, publicada por la editorial Cuadernos para el Diálogo. En ella realizó una crítica radical de esta ideología tan fundamental en la legitimación de la dictadura franquista.
En el ámbito eclesial fue uno de los principales asesores del cardenal Tarancón y a través de la revistas Sal Terrae e Iglesia Viva publicó notables ensayos que contribuyeron a la construcción de la democracia y a la aceptación del carácter no confesional de la Constitución en unos años en que el sector ultraconservador de los obispos deseaba activar el confesionalismo político.
Si la primera etapa del pensamiento de Álvarez Bolado estuvo centrada en la filosofía de Heideger y de Niestzche y la segunda en el análisis crítico del rol de la Iglesia en la Guerra Civil y en la dictadura, la tercera se caracterizó por sus contribuciones a un pensamiento democrático inspirado en el cristianismo. Como jesuita participó en las congregaciones generales que establecieron “la promoción de la justicia y el servicio de la fe” como programa de acción de la Compañía de Jesús. En los últimos años de su vida animó, como experto en la obra de Ignacio de Loyola, encuentros de espiritualidad y compromiso político y, una vez jubilado en Valladolid, fue el coordinador del Colectivo Democracia y Cristianismo en la ciudad donde había nacido en 1928.
El País 16 de julio

El papa podría anunciar en Río la convocatoria de un “Concilio de las religiones” Juan Arias

Religiones en el mundo
No podría llamarse canónicamente un concilio, pero en la realidad lo que el papa Francisco desea organizar en Roma es algo muy parecido y al mismo tiempo original.Y podría anunciarlo ya en Río la semana próxima.
Francisco piensa convocar a líderes y fieles de todas las confesiones religiosas para, juntos, sin ideologías marcadas, bajo el lema de la “cultura del encuentro”, buscar nuevos caminos de reconciliación y de paz entre los creyentes del planeta.
Y ese anuncio podría hacerlo en Río al cerca de un millón de jóvenes que ya están llegando de 58 países diferentes para celebrar con el papa Francisco la Jornada Mundial de la Juventud.
Brasil posee un sentimiento religioso plural y ecléctico, una cultura de la fe sin fundamentalismos ni guerras de religión. Saldrán a aplaudir al papa no sólo los católicos sino también evangélicos, judíos, seguidores de las religiones africanas del candomblé y espiritistas.
Sería un momento propicio, según algunos obispos de Brasil, para anunciar ese encuentro universal de religiones en Roma. El papa tiene la palabra.
Desde que el exarzobispo de Buenos Aires Bergloglio fue elegido sucesor de Pedro, se barajó en el ámbito de los teólogos la posibilidad de que Francisco pudiera convocar un nuevo Concilio Ecuménico a los 50 años del Vaticano II.
Francisco y Skorka
Según confidencias hechas por el papa al rabino argentino, Abraham Skorka durante su enncutro con el viejo amigo en Roma semanas atrás, su deseo es el de llamar a representantes de todas las religiones para “rezar juntos” proponendo una reconciliación universal.
Podría hacerlo después de una visita que desea hacer a Tierra Santa a finales de año en busca también de una abrazo entre Israel y Palestina.
La originalidad de ese posible encuentro de todas las religiones concebido por Francisco consiste en que no se trataría de llevar a cabo una discusión teórica o ideológica sobre lo que hoy divide a los diferentes credos del mundo y a las mismas iglesias cristianas entre sí, desgarradas un día de Roma por motivos de abusos de poder e incomprensiones por parte del papado que creó la infalibilidad pontifícia y decretó la obligatoriedad del celibato eclesiástico obligatorio.
El papa le hizo una confidencia al rabino Skorka que salió visiblemente emocionado del encuentro con su amigo: “No ha cambiado, es el mismo hombre sencillo, piadoso y humilde que yo conocí en Buenos Aires” dijo a un repórter a la salida del encuentro y que aquí en Brasil recogió un programa de Globo News.
Según Francisco, lo trágico de los fundamentalismos es que “se olvidan del cuerpo” en aras de la ideología, y eso tanto en el campo religioso como político, dijo.
Por eso, para él la única vía de un ecumenismo que siempre ha fracasado hasta hoy es lo que él llama la “cultura del encuentro”, el mirarse a los ojos los unos a los otros, o según expresión suya “tocar con mano que corre la misma sangre por cristianos, judíos, musulmanos o por los seguidores de cualquier otra religión”. Y al mismo tiempo aceptar que “todos pecamos”, y por ello, todos necesitamos pedir pedir y alcanzar perdón.
Para el papa, si nos convencemos de que “llevamos la misma sangre en nuestras venas” de seres humanos e hijos de Dios, significa que “somos una sola familia”. Y en ese caso, por qué seguir divididos, se pregunta.
Y según Francisco hay una sola clave para ese feliz encuentro entre diferentes, pero todos hermanos, la “humildad”.
Ningún tipo de arrogancia, de querer ser o aparecer superior a los otros, podrá hacer avanzar el abrazo entre religiones. La victoria estará en las manos de los que sean capaces de perdonar y de pedirse perdón porque, según le dijo Francisco al rabino amigo “Dios perdona siempre a quién sabe perdonar”.
La única experiencia parecida a la que proyecta Francisco fue el ya remoto encuentro en la década de los 80, entre líderes de diferentes credos y religiones, incluso animistas, celebrado en Asís por el entonces Papa Juan Pablo II, que llegó a ser criticado por el que sería su sucesor como papa, el cardenal Ratzinger, que era responsable entonces por la Congregación de la fe.
Estuve presente a aquel encuentro y fue, en verdad, algo nuevo. Recuerdo a grupos de fieles de religiones animistas africanas hacer sus cultos en el interior de iglesias católicas, algo visto como una especie de profanación y sacrilegio por monseñores y teólogos conservadores de la Curia.
En una conversación de Francisco con Skorka el papa defendió aquella polémica reunión ecuménica de Asís, y llegó a decir que en aquella ocasión hubo hasta quién “llegó a burlarse” de Juan Pablo II, aludiendo a la parte más fundamentalista de la Iglesia católica.
No cabe duda de que si Francisco llevara a cabo esa idea de convocar una especie de Concilio de las religiones, su resultado podría ser inesperado dada la actitud con la que esta vez se presenta el líder de los católicos ante los hermanos de fe separados: bajo el manto de la humildad y dispuesto a pedir perdón por los pecados del pasado perpetrados por el papado que hoy él representa. “Donde aparezca responsabilidad de Roma, Francisco pedirá perdón y exigirá a la Iglesia reparaciones”, comentó Skorka después de su encuentro con el papa.Algo muy diferente a la vieja doctrina católica de “fuera de la Iglesia no hay salvación”, que ha siempre ha paralizado toda tentativa de reunficaon incluso por parte de los cristianos separados.
No acaso, Francisco aún no se ha llamado a si mismo “papa” sino “obispo de Roma”, como para significar que es uno más, “primus inter pares” entre los obispos del mundo. Y así podría presentarse ante los responsables de las demás religiones del planeta.
La teología tradicional, fundamentalista, y exclusivista que con sidera a Dios como una propiedad suya, puede prepararse a ser derrotada. Francisco es humilde, pero no ingenuo. Sabe donde pisa y por ahora lo está haciendo cortando por lo vivo como en su actitud contra las mafias del dinero que se habían adueñado del Vaticano, así como en su tiempo había hecho Jesús con la mafia del templo de Jerusalén.
A Skorka, considerada la persona que más sabe de los sentimientos de Francisco dada su larga amistad de años con él, le preguntaron los periodistas si no tenía miedo de que pudieran atentar contra su vida los que ven que les está desbaratando el viejo poder y la vieja pompa del Vaticano. “Dios lo protegerá”, se limitó a decir el rabino que ha demostrado más esperanza en los resultados positivos de la visita de Francisco a Israel que en todas las ya casi infinitas tentativas político-diplomáticas, llevadas a cabo en vano hasta hoy, para resolver el problema entre judíos y palestinos.

Colectivos del 15-M pedirán la dimisión del Gobierno el próximo jueves frente a las sedes del PP

Bajo los lemas ‘Gobierno dimisión’ y ‘Barbacoa de chorizos en las sedes del PP’, diferentes colectivos ligados al 15-M se sumarán a una convocatoria nacida en las redes sociales para protestar contra “la situación endémica en el actual régimen político y económico”.
Diferentes colectivos ligados al movimiento 15-M como la vertiente madrileña ‘Acampada Sol’, Marea Ciudadana, la plataforma Democracia Real Ya, o la Marea Blanca se han sumado a una convocatoria surgida en las redes sociales para protestar el próximo jueves 18 de julio, frente a las sedes del PP de diferentes ciudades de España y pedir la dimisión “inmediata” del Gobierno. En Madrid, la protesta tendrá lugar en la calle Génova a partir de las 20.00 horas.
Según explican los citados colectivos en un comunicado, ya son doce las ciudades (algunas de ellas extranjeras como Londres o Amsterdam) en las que se han convocado protestas este jueves bajo los lemas ‘Gobierno dimisión’ y ‘Barbacoa de chorizos en las sedes del PP’, a raíz de las últimas informaciones publicadas sobre el caso Bárcenas y la supuesta contabilidad B del Partido Popular.
En el comunicado difundido, los colectivos mencionados señalan que “la protesta pretende poner de manifiesto la gravedad de la situación endémica en el actual régimen político y económico, que vulnera sistemáticamente los principios elementales de la democracia” y denunciar “la falta de ética de los poderes públicos ante el incumplimiento de sus compromisos y la utilización de su estatus en beneficio propio”.
Asimismo, sentencian que “la solución debe pasar por la convergencia en un proceso verdaderamente democrático y transparente, donde los protagonistas no sean los poderes económicos sino las personas y el respeto a los Derechos Humanos y a una vida digna”.
Convocatoria nacida en las redes
“El jueves 18 de julio se invita a la ciudadanía a salir de nuevo juntas a la calle para señalar a la mafia que nos gobierna, exigir su dimisión inmediata y la apertura de un proceso constituyente para reiniciar la democracia desde abajo”, aseguran en el texto difundido por los colectivos, en el que también afirman estar haciéndose eco de una convocatoria “nacida una vez más de las redes sociales que se define como independiente de partidos o sindicatos”.
De hecho, la etiqueta ‘#BarbacoaDestituyente’ se ha convertido este martes en uno de los temas más comentado en la red social Twitter a nivel nacional. En el grupo creado en Facebook para difundir las protestas ya son más de 4.000 personas las que han confirmado su asistencia.

Cura radical o suicidio asistido: ¿Tiene salvación la Iglesia? Hans Küng, teólogo

La primavera árabe ha sacudido a toda una serie de regímenes autocráticos. Con la renuncia del papa Benedicto XVI y la elección del papa Francisco ¿podría suceder algo parecido también en la Iglesia católica, una «primavera vaticana»?
Evidentemente, el sistema de la Iglesia católico-romana es muy diferente de los imperantes en Túnez y Egipto, para no hablar de monarquías absolutas como Arabia Saudí. En todos estos países, las reformas habidas hasta ahora a menudo no son más que concesiones menores, e incluso estas se hallan con frecuencia amenazadas por aquellos que, en nombre de la tradición, se oponen a cualquier tipo de reformas progresivas. En Arabia Saudí, en realidad, muchas de las tradiciones solo tienen un par de siglos de antigüedad. La Iglesia católica, en cambio, pretende basarse en tradiciones que se remontan veinte siglos atrás, al propio Jesucristo.
¿Es verdadera esta pretensión? De hecho, a lo largo de su primer milenio, la Iglesia se las arregló excelentemente bien sin el papado monárquico-absolutista que hoy damos por sentado. No fue hasta el siglo XI cuando una «revolución desde arriba», comenzada por el papa Gregorio VII (la «reforma gregoriana»), introdujo las tres características destacadas que hasta hoy definen el sistema romano, a saber: el papado centralista-absolutista, el juridicismo clerical y el celibato obligatorio del clero.
Los esfuerzos por reformar este sistema realizados por los concilios reformadores del siglo XV, por los reformadores protestantes y católicos del siglo XVI, por los promotores de la Ilustración y la Revolución francesa en los siglos XVII y XVIII y, más recientemente, por los campeones de una teología liberal-progresista en los siglos XIX y XX, solo obtuvieron un éxito parcial. Incluso el concilio Vaticano II, entre 1962 y 1965, si bien abordó muchas de las preocupaciones expresadas por reformadores y críticos modernos, resultó disminuido en la práctica por el poder de la curia pontificia y no logró imponer más que unos pocos de los cambios que se reclamaban. Hasta el día de hoy, la curia —que en su figura actual es una criatura del siglo undécimo— es el principal obstáculo a cualquier reforma a fondo de la Iglesia católica, a toda reconciliación sincera con las demás Iglesias cristianas y las religiones mundiales, y a cualquier entendimiento crítico y constructivo con el mundo moderno.
Para empeorar las cosas, con el apoyo de la curia, bajo los dos papas anteriores, tuvo lugar un retorno fatal a las viejas actitudes y prácticas absolutistas.
¿Se ha preguntado Jorge Mario Bergoglio por qué, hasta ahora, ningún papa se había atrevido a tomar el nombre de Francisco? Este jesuita argentino de raíces italianas era muy consciente, en cualquier caso, de que al elegir este nombre estaba reavivando la memoria de Francisco de Asís, famoso por salirse de la sociedad del siglo XIII. De joven, Francisco, hijo de un rico comerciante de telas de Asís, llevó la vida agitada y mundana típica de los jóvenes acomodados de la ciudad. Luego, de repente, a los veinticuatro años, unas cuantas experiencias le llevaron a renunciar a familia, riqueza y carrera. En un gesto dramático ante el tribunal del obispo de Asís, se despojó de sus suntuosos vestidos y los arrojó a los pies de su padre.
Sorprende ver cómo el papa Francisco, desde el momento de su elección, ha optado claramente por un nuevo estilo totalmente diferente del de su antecesor: no luce ya la dorada mitra con joyas, ni viste la capa roja ribeteada con armiño, ni calza los rojos zapatos hechos a medida, ni lleva el gorro rojo con bordes de armiño, ni tampoco se sienta en el trono papal decorado con la triple corona, emblema del poder político de los papas.
Igual de sorprendente es la manera en que el nuevo papa se abstiene conscientemente de hacer gestos melodramáticos y de emplear una retórica hinchada; habla el lenguaje de la gente de la calle, como haría un laico, si a los laicos Roma no les tuviese prohibido predicar.
Y sorprende, en fin, cómo el nuevo papa recalca su lado humano: pidió a la gente que rezara por él antes de darle la bendición; como cualquier otro cardenal, pagó de su bolsillo la factura del hotel tras su elección; mostró su solidaridad con los cardenales montándose con ellos en el mismo autobús para regresar a la residencia que compartían y despidiéndose luego cordialmente de ellos. El Jueves Santo fue a una cárcel local para lavar los pies a jóvenes convictos, incluida una mujer… musulmana. A todas luces, está mostrando que es un hombre con los pies en el suelo.
Todo esto hubiera agradado a Francisco de Asís, y es exactamente lo contrario de todo lo que defendía el papa coetáneo, Inocencio III (1198-1216), el pontífice más poderoso de la Edad Media. En realidad, Francisco de Asís representa la alternativa al sistema romano que ha dominado la Iglesia católica desde las postrimerías del primer milenio. ¿Qué hubiera sucedido si Inocencio III y su entorno hubieran escuchado a Francisco y descubierto de nuevo las exigencias del Evangelio? No hay por qué tomar estas exigencias tan al pie de la letra como hizo Francisco; lo que cuenta es el espíritu que hay detrás de ellas. Las enseñanzas del Evangelio representan un poderoso desafío al sistema romano: esa estructura de poder centralizada, juridificada, politizada y clericalizada que ha dominado la Iglesia de Cristo en Occidente desde el siglo XI.
Así pues, ¿qué debería hacer el nuevo papa? La gran cuestión que tiene por delante es qué postura adoptar en lo relativo a una reforma seria de la Iglesia. ¿Llevará finalmente a cabo las reformas desde hace mucho pendientes y bloqueadas en las últimas décadas? ¿O dejará que las cosas sigan el curso que tomaron bajo sus predecesores? En ambos casos, el desenlace es claro:
— Si se embarca en un cauce de reformas, encontrará un amplio apoyo incluso más allá de las fronteras de la Iglesia católica.
— Si continúa con el actual cercenamiento, el clamor del «levantaos y rebelaos» (el ¡Indignaos! de Stéphane Hessel) en la Iglesia católica irá en aumento e incitará a las personas a actuar por su cuenta, a iniciar reformas «desde abajo», sin la aprobación de la jerarquía y a menudo contra cualquier intento de frustrarlas. En el peor de los casos, la Iglesia católica vivirá una nueva edad de hielo en vez de una primavera, y correrá el riesgo de quedar reducida a una mera secta, con un elevado número de miembros, sí, pero sin ninguna relevancia social y religiosa.
No obstante, tengo fundadas esperanzas de que las preocupaciones que expreso en ¿Tiene salvación la Iglesia? serán tomadas en serio por el nuevo papa. Usando la analogía médica que sirve de motivo central al libro, diré que la única alternativa que le queda a la Iglesia ante el «suicido asistido» es una «cura radical». Esto significa más que un nuevo estilo, un nuevo lenguaje o un nuevo tono colegial. Significa sacar adelante reformas radicales, durante mucho tiempo postergadas, de la estructura de la Iglesia y revisar urgentemente las obsoletas e infundadas posiciones dogmáticas y éticas que impusieron sus predecesores.