FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

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ATALAYA

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lunes, 27 de mayo de 2013

Nota de la Asamblea del Foro de Curas de Bizkaia sobre la corresponsabilidad eclesial

La Asamblea del Foro de Curas de Bizkaia ha reflexionado sobre la suma importancia de seguir promoviendo un modelo de Iglesia corresponsable y sinodal (“caminar juntos”) en el que se tenga presente el parecer de todo el pueblo de Dios.
1.- Mirando al pasado más inmediato de nuestra diócesis, ha recordado que la Asamblea Diocesana fue posible gracias a la implicación en la misma de más de 16.000 cristianos y cristianas de nuestras comunidades y a la corresponsabilidad practicada por los obispos de aquellos años.
En aquella ocasión no sólo se aprobaron (previo discernimiento episcopal) determinados objetivos con el fin de dinamizar la vida eclesial o se experimentó un modo de ser iglesia sinodal y corresponsable, sino que también se pusieron en funcionamiento (o en su caso se reforzaron) los procedimientos consultivos que garantizaban un ejercicio suficiente de la corresponsabilidad y sinodalidad eclesial traídas por el Vaticano II. En definitiva, se apostó por un modelo de Iglesia pueblo de Dios frente al de sociedad perfecta y jerárquica de épocas anteriores
2.- La Asamblea del Foro constata, analizando el presente, que no se están aplicando, desde hace unos cuantos años, los procedimientos de consulta que garantizan mínimamente semejante corresponsabilidad y sinodalidad. Así se puede comprobar, por poner algunos ejemplos, en la atípica consulta (a propuesta del obispo) para el nombramiento del pro-rector como rector del seminario diocesano aparcando la vía, hasta entonces habitual, de presentación de una terna por parte de los directamente concernidos para elegir libremente a uno de ellos; en el ocultamiento de los resultados finales de la segunda vuelta de las consultas para vicario general y vicarios territoriales; en el cuestionamiento sistemático del valor deliberativo de los diferentes consejos diocesanos mientras no estén en juego la unidad de la fe y la comunión eclesial; en la ausencia de refrendo sobre la remodelación de la curia; en la carencia del oportuno discernimiento sobre el modelo de presbítero que se está promoviendo estos últimos años y sobre el que realmente necesita nuestra Iglesia; en la anulación (que estatutariamente tenía el Consejo Pastoral Diocesano) de la capacidad para intervenir y hacer oír su voz en el nombramiento de nuestros obispos o en la colaboración interdiocesana con Vitoria y San Sebastián, cada día más debilitada. De persistir en este modo de proceder, se corre un alto riesgo de acabar citando el Concilio Vaticano II para no aplicarlo y, sobre todo, de forzar la ya de por sí frágil comunión eclesial.
3.- Mirando al futuro más inmediato, la Asamblea del Foro urge, tanto a nuestro obispo como a su consejo episcopal, a respetar (y, en su caso, recuperar) los procedimientos consultivos que garantizan una Iglesia cada día más sinodal y corresponsable. Sabemos que no son la única solución a nuestros problemas, pero también sabemos que favorecerían la cada día más deseable comunión eclesial. Precisamente, por ello, son un ineludible punto de partida.
Bizkaia, 20 de mayo de 2013

El teólogo Tamayo dice que suprimir Educación para Ciudadanía incita al “incivismo”

Enviado a la página web de Redes Cristianas
lainformacion.com
El teólogo y profesor de Historia Juan José Tamayo ha lamentado la “recatolización” que a su juicio propone en la Lomce el ministro de Educación, Jose Ignacio Wert, y ha advertido del peligro que supone “incitar al incivismo” al suprimir la Educación para la Ciudadanía.
El teólogo Tamayo dice que suprimir Educación para Ciudadanía incita al “incivismo”
El teólogo y profesor de Historia Juan José Tamayo ha lamentado la “recatolización” que a su juicio propone en la Lomce el ministro de Educación, Jose Ignacio Wert, y ha advertido del peligro que supone “incitar al incivismo” al suprimir la Educación para la Ciudadanía.
Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de la Religión y profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid, ha pronunciado hoy una conferencia en Palencia en un encuentro regional de centros de educación de adultos.
El profesor, que además imparte clases de Historia del Cristianismo en la Cátedra de Tres Religiones de la Universidad de Valencia, ha manifestado a Efe su “seria preocupación” por una reforma educativa que considera que “supondrá un retroceso de muchas décadas”.
El teólogo ha lamentado que la conocida como ley Wert pretenda “recatolizar” a los niños y a los jóvenes, con la calificación de la Religión, además de “imponer un modelo de creencias fuera del ámbito en que corresponde educar en la fe que son los espacios religiosos”.
Una “recatolización” que, en su opinión, va a suponer “retroceder a etapas muy lejanas de nuestra historia”.
Además, Tamayo, doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid, ha opinado que si no hay una Educación para la Ciudadanía que contribuya a educar ciudadanos críticos, responsables, comprometidos en la sociedad, “el propio ministro incita a la incivilidad”.
Tamayo ha lamentado también que “la competitividad” sea a su juicio el valor por excelencia de esta Ley y que en lugar de formar a ciudadanos libres, responsables y comprometidos con el entorno en el que viven, “se creen ciudadanos competitivos que luchan entre si para conseguir los primeros puestos”.
“Eso genera una sociedad de exclusión y marginación y es muy preocupante”, ha subrayado.
(EFE Verde)

Carta abierta al Rector de la Universidad Pontificia Comillas Pedro J. Larraia Legarra

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Le escribo para expresarle mi estupefacción.
Soy antiguo alumno de la Compañía de Jesús (dentro de unos días hará cincuenta años que terminé mis estudios de bachillerato en uno de sus colegios). Con ustedes me inicié en muchas búsquedas. Fue una iniciación seria, crítica, fundada. Por eso no entiendo que haya invitado a su universidad al ministro de Justicia, señor Ruiz-Gallardón, para presentar, como ponente principal y al lado suyo, el libro recientemente escrito por Pedro Miguel Lamet sobre la vida de José María de Llanos.
Ruiz-Gallardón es uno de los iconos emblemáticos de una ideología, la del Partido Popular, que más colisiona con las propuestas del evangelio. Son defensores a ultranza del neoliberalismo, la versión más depredadora del capitalismo. Y el capitalismo es incompatible con el evangelio (no podéis servir a Dios y al dinero). ¡Qué sarcasmo, un representante del capitalismo glosando la figura de un cristiano que lo cuestionó radicalmente con su vida!
Como creyente, la presencia relevante del ministro me indignó y me molestó. Es verdad que hay que dialogar con todos, pero hay que evitar confusiones y cuidar las formas. Con el protagonismo de Ruiz-Gallardón en el acto de Comillas se volvió a enviar a la sociedad el mensaje de que ser católico es ser de derechas. Y eso es falso.
Atentamente,
Pedro J. Larraia Legarra

Hambre y miseria infantil en el estado español

En el gobierno español del PP piensan que los niños y las niñas deben nacer, que el aborto es un serio pecado mortal, pero luego cuando van creciendo entre la pobreza y la miseria les joden la vida, tal como hacen con toda la ciudadanía de un estado hundido y en manos de seres sin escrúpulos, perfectas maquinas de hacer dinero para engordar sus podridas cuentas corrientes.
Hasta sus diputadas más ilustres y megapijas, como una tal Escudero, se permiten acusar a las mujeres que abortan de “analfabetas”, de “incultas” y hasta de “miserables”. Luego se queja y dice que se siente “acosada” “calumniada”, e “insultada” en las redes sociales y por la calles, después de ladrar y arrojar mierda por la boca en contra de las mujeres que toman esta siempre difícil decisión.
Actualmente 4 de cada 10 niños y niñas del estado español, más de dos millones y medio, sobreviven por debajo del umbral de la pobreza. Los menores son los que sufren las consecuencias de este expolio, de este saqueo generalizado por parte de la casta político-financiera, al que tienen la cara dura de llamar “crisis económica”.
La tasa de empobrecimiento infantil en el régimen español ya supera el 28%. Chiquillos y chiquillas desconsoladas, tristes, sin libros, sin techo, sin Reyes, sin medicinas, sin actividades extraescolares, sin comida, con todos los miembros de su familia desempleados y sin esperanza de encontrar trabajo.
Cuando todo esto sucede y crecen las cifras de menores empobrecidos que se desmayan en clase por no haber cenado ni desayunado, los datos del hambre en aumento y creciendo entre la población infantil de todo el estado, de niños y niñas que sufren de fracaso escolar, de desnutrición progresiva, mientras el gobierno de Rajoy y sus amigos del dinero y el poder desmedido no hacen absolutamente nada, lo permiten y se llenan la boca hablando de “decisiones dolorosas”, de “sacrificios necesarios”, “de reformas, recortes y ajustes del puto déficit”, ellos, sus familiares y los empresarios que los financian se hacen millonarios con sus sueldazos, negocietes y privatizaciones de servicios públicos tan esenciales como la sanidad y la educación.
No se plantean para nada desde este vergonzoso gobierno, desarrollar planes contra la pobreza infantil, son responsables directos de la exclusión social de millones de menores, del terrible sufrimiento de vivir en la miseria, vulnerando con sus recortes y corruptas medidas de austeridad los derechos de los niños y las niñas de un estado devastado, arruinado por una casta insaciable y despreciable.
La pobreza infantil inducida por el gobierno del PP y en parte por sus antecesores, provoca situaciones sociales gravísimas, que afectan directamente a los niños y niñas en su desarrollo, en su crecimiento, en su educación, en la salud, en la protección y en sus derechos, sufriendo las nefastas consecuencias de unas políticas neoliberales, que rozan el fascismo y el genocidio social premeditado.
Esta explosiva situación genera violencia contra la infancia, aumento de los malos tratos y hasta suicidios de madres o padres desesperados que se llevan por delante a sus hijos, pensando que de esta forma los sacan del sufrimiento y de un futuro negro de pobreza y hambre.
La tensión de no tener ingresos, de no encontrar trabajo, de no poder alimentar a la familia, de la precariedad económica, junto a otros aspectos provocados desde las políticas de privatizaciones y recortes sociales, que generan situaciones de extrema gravedad y de confrontación en las familias, que muchas veces las acaban pagando los más pequeños de la casa.
Familias enteras que sufren desahucios de sus viviendas por la banca inhumana, donde en más de un 90% de los más de 400 desalojos diarios son los niños y niñas los que más los sufren, viéndose en la calle, desarraigados y separados de sus seres queridos, produciéndose un impacto psicológico que arruina la vida de los menores y los traumatiza de por vida.
El gobierno español vulnera de forma descarada la “Convención sobre los Derechos del Niño”, ratificada y firmada por España en 1990. Un colectivo de los más vulnerables abandonado a su suerte por el estado, condenado a una educación recortada y clasista y a un casi seguro fracaso escolar, creando desde el PP el perfecto ejército de esclavos y esclavas para esa sociedad futura de represión y miseria que están construyendo, donde solo podrán estudiar los hijos de los enriquecidos, condenando a la mayoría de la población a vivir sometidos en este oscuro y siniestro “cortijo nacional”, donde los señoritos y las fascistas damas de beneficencia satisfagan sus siniestros egos de prepotencia y “caridad cristiana”.
Los datos de la infancia en España avergüenzan al mundo civilizado, con casi un 28 por ciento de menores que sufren malnutrición, según datos de distintas organizaciones internacionales como Unicef y Save The Children, que identifican este nefasto panorama entre las familias que sufren el desempleo y les impiden ofrecer una dieta equilibrada a los más pequeños de la casa, además de una higiene y ropas adecuadas, lo que produce una situación insostenible que este gobierno se niega a solucionar, actuando con una clara falta de sensibilidad social, de humanidad, además de una absoluta carencia de voluntad política.
Rajoy y su banda prefieren gastarse el dinero público en salvar a sus amigos y afiliados de la banca, en despilfarrar 368 euros anuales por habitante en gastos militares para sus guerras imperialistas y otras masacres humanitarias, con una deuda de más de 30.000 millones de euros en los Programas especiales de armamentos (PEAS), que no son más que contratos de larga duración para compra de armamentos, como la reciente adquisición de 239 blindados Leopard 2E, 87 cazas EuroFighter, en contratos firmados hasta 2017 y 2024, entre otros derroches desproporcionados en un país arruinado, que recorta solo un 9% en gastos militares y arrasa por la educación, la sanidad, la cultura y las ayudas a la dependencia o al desarrollo y la investigación.
Los olvidados niños y niñas del estado español que pasan hambre y viven en la pobreza no parecen importar a este gobierno, los recortes los paga la ciudadanía para que ellos vivan en la opulencia desmedida, cometiendo un verdadero holocausto social sobre los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/

Hacia el segundo rescate para la banca Ana Cañil

El optimismo de Luis de Guindos, no convence y los expertos opinan que la banca española necesitará otro rescate.
Está nueva inyección de dinero al sistema financiero no influirá en los parados o en los que padecen la crisis.
Para el Gobierno Rajoy, el parado es el daño colateral de esta crisis.
La banca española necesitará más dinero antes de que acabe este año. De eso están seguros la mayoría de economistas y expertos que trabajan, estudian o analizan el sector financiero. Lo cuentan en voz baja, porque no quieren alarmar ni acabar con la insoportable ola de optimismo de que está atacado el ministro de Economía, Luis de Guindos, cuando descarta utilizar los 60.000 millones de euros que aún quedan del crédito que nos dio Europa. Bien, habrá más dinero para la banca, pero ¿y para los seis millones de parados, para las pymes, para los ciudadanos que soportan la crisis?
“Los parados seguirán siendo el daño colateral de la crisis. El paro está asumido por este Gobierno como el coste social necesario, no existen nada más que en la verborrea habitual. De hecho, no hay más que ver el cuadro macroeconómico que enviaron a Bruselas, tras aquella rueda de prensa de la derrota ante las cifras de desempleo del 26 de abril, para asumir que se han rendido contra el paro y dan por segura una tasa superior al 27%. No tienen ni una sola medida, ni un solo plan de choque para combatirlo”, responde un economista que asesora a una multinacional norteamericana.
“Nos gustaría dar crédito a los jóvenes, a todos, pero esto es un desastre ¿A quién prestamos, si nadie nos va a poder devolver el dinero?”
Alfredo Pérez Rubalcaba se acercó a Luis de Guindos, ministro de Economía, en el Congreso, para pedirle que negociara en Europa que los 60.000 millones se destinaran a inyectar crédito a las pymes. “Guindos le escuchó, porque es un tipo correcto, pero luego le dijo que no, que Bruselas no va a consentir que se renegocien esos 60.000 millones y se inyecten a pequeñas y medianas empresas, vía ICO o cualquier otro sistema público. Y que las condiciones, en caso de que se atreviera a plantear esa negociación a sus colegas, no iban a ser las mismas. El ventajoso crédito a la banca, al 0.5% de interés, no iba a ser transformado en idénticas condiciones para pymes. Puede que eso sea así, pero al menos que lo intente. La prensa habéis escrito que Bruselas ha rechazado la propuesta socialista, pero es falso. No ha habido un no juticiado si buscas en Bruselas”, se lamenta un ex ministro económico del PSOE, que está realmente preocupado. La pequeña y mediana empresa es clave para salvar o revitalizar la economía, y por eso, los socialistas barajan ahora acudir hasta el Banco Europeo de Inversiones, buscando un apoyo que no va a tramitar el Ejecutivo de Rajoy.
“Soy de los que creo que este plan de Rubalcaba es el primero serio y viable, una idea a respetar y estudiar, pero a los socialistas se les ha ocurrido en un momento donde tienen prácticamente imposible que sus palabras calen”, puntualiza un alto cargo de una caja de ahorros recién fusionada, que tiene escasas esperanzas de que la situación mejore. “Nos gustaría dar crédito a los jóvenes, a todos, pero esto es un desastre. ¿Qué por qué estamos tan seguros de que va a volver que inyectar más dinero a la banca? Porque no tenemos con quien hacer negocio. Lo nuestro y lo de los grandes bancos, es la banca al por menor. ¿A quién prestamos, si nadie nos va a poder devolver el dinero, si cada día hay más parados, menos empresas? Si a eso sumas las normas de refinanciación que nos impone el Banco de España, está claro que tendrán que inyectar más dinero, diga Guindos lo que quiera”.
De momento, lo que el ministro de Economía dice en privado a sus más próximos es que si hay que meter más millones a los banqueros, se podrá hacer a través del FROB o el Tesoro, que ahora tienen dinero y que, desde luego, nunca será en unas cifras muy elevadas, como para recurrir a los 60.000 millones que la misma Alemania nos ha reporchado no utilizar. Para el ministro, el problema de tirar del préstamo europeo es una cuestión de prestigio, seguro como está de que las agencias de rating castigarían a España por volver a ese recurso.
“Es más que posible que en cinco o seis años, las grandes multinacionales de este país hayan sacado el grueso de su negocio fuera de España”
“Pero es que es absurdo el razonamiento. Guindos sabe que con el cuadro macro que ha enviado a Bruselas, simplemente con aplicarlo, tendrá que meter más liquidez en el sistema financiero. Hasta los profanos lo entienden. Si la economía no despega, seguirá aumentando el paro, no se pagarán las hipotecas y crecerá la morosidad ante la banca ¿Qué negocio va a hacer ese sector? Nos encontramos ante la situación más que posible de que en cinco o seis años, las ocho o diez grandes multinacionales de este país -incluyo los grandes bancos- hayan sacado el grueso de su negocio fuera de España, invirtiendo y prestando en otros países. Por tanto, pagando impuestos también fuera de España, porque la Península Ibérica será un solar, donde no hay nada más que parados y sol. En unos años, sí, tendremos un sistema financiero muy capitalizado, pero sobre un desierto económico, un páramo donde habrá mano de obra barata que atienda al negocio del turismo, del sol y punto. Esa misma banca capitalizada hará su negocio retail, minorista, fuera”, insiste el ex ministro económico.
Con menos contundencia, pero en idéntica línea se expresa el asesor de la multinacional norteamericana. “En Londres, Nueva York y Berlín, en los centros financieros, está extendido y se da por seguro que la refinanciación bancaria, la de los 40.000 millones que hicieron, no hace sino encubrir quiebras inmobiliarias y suelo más dotado en pérdidas. Con seis millones de parados y creciendo, con los salarios bajo mínimos y a la baja, con miles de pymes desapareciendo cada día ¿cuál va a ser el negocio? ¿Quién va a consumir? No sé si esto va a ser un solar como dicen, pero lo que tengo claro es que los ciudadanos, la gente que soporta la crisis, el parado, todos ustedes son un daño colateral asumido no solo por este Gobierno, sino por los alemanes y Bruselas. Así son las cosas”.
Lo que no se atreve a pronosticar el asesor de los americanos es cuál será la reacción de esta sociedad, asfixiada y sin perspectivas de cambio, cuando más pronto que tarde vuelva a haber dinero para la banca, pero la reforma laboral imponga nuevos y brutales recortes al tiempo de prestación de los subsidios del desempleo o a las pensiones.
Ah, sí, los parados son daños colaterales, Igual que los pensionistas…y todos ustedes, cada día perceptores de menores salarios. O de ninguno.

Y la iglesia se topó conmigo: El empate José Miguel Izquierdo

El día 10 de noviembre de 2012, o sea, hace unos seis meses aproximadamente, escribí ESTE ARTÍCULO en mi blog a raíz de la decisión tomada por el Tribunal Constitucional en ese mismo mes, concretamente, el 6 de noviembre del mismo año.
Cayó aquel gol como un jarro de agua en el machista, intolerante y cerrado grupo solo de hombres de la Conferencia Episcopal española. Rouco y Rajoy, los dos gallegos presidentes de los equipos más poderosos que tiene en estos momentos este país, en lo religioso (Iglesia) y en lo político (el PP) enfrentados en una guerra fría. Como el Barsa y el Madrid, tal cual.
Una lucha de poderes a cara de perro pues aunque coinciden y hacen el paripé de cara al público en muchas cosas, cierto es que se llevan fatal. Y no solo entre las cúpulas sino entre las bases. Monstruosas entidades que no se sacian. Cuanto más poder tienen, más poder quieren. Y no terminan de saciarse.
Dos hombrecitos jugando como niños a ver quien se lleva el gato al agua. Decía yo en aquel artículo que el TC les había marcado un gol por toda la escuadra al episcopado y a las huestes integristas españolas. Al mismo tiempo que me alegraba inmensamente por la noticia, mi subconsciente me decía que el partido iba a durar mucho tiempo. Lejos de resignarse, como ellos predican, ante las adversidades y como espoleados por aquella supuesta humillación tenían que conseguir como fuera el empate y, de paso, darle la vuelta al marcador. Y así ocurrió y así está ocurriendo. Y de qué manera. Veamos.
El político, zorro como él solo, en una maniobra brusca pero muy sutil se adelanta el mitrado y acude a Roma (15/04/2013) a ver a Francisco, el nuevo papa argentino que, por cierto, de momento solo está cumpliendo con la labor de enjalbegar (blanquear las paredes con cal, yeso o tierra blanca) una iglesia corrupta y en una visita que dura 24 minutos le comunica que no se preocupe. Que lo de los matrimonios gays es algo que solo afecta a un gran sector y al mismo tiempo extendido en muchos países del mundo y había que asumirlo. No me extraña, el muy ladino, que le contestara ante una supuesta observación pontificia al respecto, algo así como: Ustedes tienen un grave problema con la pederastia en el mundo y aquí no pasa nada ni han hecho nada. O sea que… calladito por si acaso.
Eso sería “pecata minuta” o una insignificancia con lo que estaba proyectando el gobierno. Posteriormente se reúne con Tarsicio Bertone, el gran cóndor cardenalicio que todavía sigue llevando las riendas, de forma subrepticia, del pequeño gran estado católico. El verdadero papa en la sombra, vamos.
A todas estas, Rouco, callado como una p… y a la espera aunque por dentro imagino el cabreo sordo y de rabia contenida porque el gol que le iban a meter en fuera de juego por milímetros a la ciudadanía y en perfecta combinación con un juez de línea del partido gobernante, quería marcarlo el purpurado pero no. Lo marcó un tal Wert y aunque era consciente de que estaba haciendo algo que encendería los ánimos de muchos y variados sectores de la sociedad, éste se creció como un león, según su verborrea, para cantar el gol. Aquellos sectores variados y mayoritarios asistían, atónitos, a un retraso en el tiempo. Una vez más habían conseguido indignar.
La religión católica, de nuevo, contaría para nota media y para acceso a becas. Nada más y nada menos. No una asignatura que abarcara a todas las religiones del mundo y como acontecimiento social fuera estudiada o conocida para enriquecimiento cultural.
No. El objetivo es claro: adoctrinar a los alumnos con la disculpa de que es optativa para decir: no al aborto, no a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, no a los preservativos, no a la vestimenta provocativa, no a las uniones o matrimonios gays y menos la adopción de niños, no a la pluralidad de pensamiento, no a la libertad de conciencia, no a los divorciados y sus nuevas parejas y sí al rosario diario, al rezo como solución de todos los problemas, sí al matrimonio indisoluble, sí a la doctrina de la iglesia católica, sí al catecismo, etc, etc.
Y todo en virtud de un tratado obsoleto, partidista e interesado entre el Vaticano y los distintos gobiernos que lleguen al poder, sean del signo que sean.
Y ¡ojo¡ el partido no está ni mucho menos acabado.
Esto no se va a quedar en empate. En el banquillo, esperando su oportunidad y calentando en la banda para también marcar gol, está “monseñor Gallardón” con su contrarreforma de ley del aborto. Al tiempo. Aquí de lo que se trata es de jugar con los ciudadanos y ciudadanas.
Y aquí, en España, mientras no haya una efectiva separación entre iglesia y estado y mientras no se anule y se rompa ese acuerdo, por respeto a muchísima gente que no es de esta religión o que es agnóstica o que es no creyente y por respeto a una constitución, cada día más denostada, que dice claramente que este estado es aconfesional. Mientras esto no llegue a su fin, la educación pública y laica, columna vertebral de un país en progreso, y demás derechos que se han conseguido como señal inequívoca de libertad de pensamiento y, sobre todo, de conciencia… esto seguirá siendo un cachondeo y una tomadura de pelo.

Juan José Tamayo, teólogo y filósofo: «Lo que dificulta la movilización es el miedo a perder» A. G. Encinas

Enviado a la página web de Redes Cristianas
elnortedecastilla.es
«Lo que dificulta la movilización es el miedo a perder»
La palabra es crisis. Palabreja infiltrada en las conversaciones cotidianas, cargada con todas sus connotaciones negativas. Juan José Tamayo (Amusco, Palencia, 1946) invita a rebelarse contra la resignación que inoculan esa dichosa crisis y sus consecuencias en los ciudadanos.
-Ha cambiado un poco el título de su conferencia, ‘Utopía en tiempo de crisis’, respecto al título de su libro, ‘Invitación a la utopía’. Aunque no va desencaminado porque, al fin, es un tema que trata.
–En realidad, el subtítulo del libro, que es ‘ensayo histórico para tiempos de crisis’, es el que refleja en buena medida la necesidad y la urgencia de la utopía para no desembocar en el desencanto y en la desesperanza. Porque en tiempo de crisis es cuando más peligro existe de que la gente se hunda y se desanime. Decía Gramsci, el gran filósofo y politólogo italiano, que el pesimismo de la razón debe ir acompañado del optimismo de la voluntad, y eso es lo que pretende este libro. Hacer un análisis crítico, severo, de la situación de la crisis que sobre todo afecta a los sectores populares, más desprotegidos, con menos defensas. Y claro, el pesimismo de la razón, de los análisis y las reflexiones que se puedan hacer sobre economía, política, etcétera, no puede desembocar en una actitud de hundimiento de la persona. Ahí está la voluntad precisamente para elevar el ánimo y levantar el vuelo. De lo contrario, es como si a un volador se le cortan las alas.
En este caso, el sistema busca eso. Eliminar la esperanza de las personas, matar los sueños. Y eso supone una depresión que, si es individual, se va uno al psiquiatra. El problema es si es colectiva, como la que están viviendo España y Europa ahora. Pero no podemos permitirnos conceder esa victoria y ese triunfo al mundo financiero, político, mediático, militar. Hay que invitar a la esperanza, y ese es el objetivo del libro.
–Se están produciendo dos reacciones contrapuestas, según parece. Una, de resignación, de ‘es lo que hay, nos han dicho que hay que recortar y ser austeros, viene impuesto y no se puede hacer nada’. Y otra, de indignación, quizá plasmada en el 15-M como parte más visible.
–Claro. El sistema impone el realismo. Dice ‘las cosas son como son y no pueden ser de otra manera’. El sistema lo que quiere es racionalizar lo irracionalizado. Y decir que todo lo irracional es absolutamente necesario para superar la crisis. Y claro, racionales son los recortes, las restricciones en Educación, en Sanidad, en servicios sociales, limitar la inversión para la investigación… Eso es terrible. Y genera la actitud de resignación en estos sectores, que se sienten impotentes y que se encierran sobre sí mismos, pero al mismo tiempo provoca la indignación.
Y el origen de la utopía está precisamente en la indignación.

–¿Es ahí donde nace?
–La utopía tiene distintos pasos y momentos. Primero el indignarse, dar el golpe en la mesa, protesto y no estoy de acuerdo. Pero claro, después esa indignación individual debe colectivizarse, y eso es lo que está generando todos estos movimientos sociales, los foros sociales mundiales, los movimientos alterglobalizadores, Democracia Real Ya…Es decir, toda esa indignación que se traduce en protesta y que hace propuestas al mismo tiempo y propone alternativas. Alternativas que ya se van realizando, porque el hecho de actuar, militar, salir a la calle y movilizarse, ya da buenos resultados. Esa idea de que no se consigue nada es muy peligrosa, porque el hecho de movilizarse ya es empezar a conseguir. Ese movimiento ciudadano que toma conciencia, que crea una comunidad de propuestas, de alternativas y de proyectos afines, me parece que es una conquista extraordinaria.
No caer en la violencia
–¿Y cómo se evita el riesgo de que el paso siguiente a esa indignación derive hacia la violencia?
–La madurez y la sensatez de estos movimientos evita esa deriva en la violencia. Si eso derivara en violencia, se produciría una espiral que no habría quien la detuviera. Porque el sistema diría ‘ellos son los violentos’, y los violentos dirían ‘la violencia está en el sistema’. La primera violencia que se da en este mundo controlado por los poderes financieros y el neoliberalismo es la del sistema. Es una violencia que está instalada en las cúpulas del poder. Y a esa violencia hay que responder organizadamente, pero no con una violencia activa. Yo, por tradición religiosa cristiana evangélica, creo que los métodos no violentos son mejores que los violentos. Pero es que además hay ejemplos en la historia que ponen de manifiesto que esa forma de no-violencia activa también es eficaz y consigue los resultados sin derramamiento de sangre y sin destruir vidas humanas.
–¿Por ejemplo?
–Ahí está la no-violencia del fundador del cristianismo; de Sócrates, enseñando a la juventud otros valores; de Francisco de Asís, que consigue reformar o renovar la Iglesia; de Lutero, de Gandhi, de Martin Luther King, de las madres y las abuelas de mayo frente a esa terrible violencia de la dictadura… Pero no-violencia activa. Y no-violencia, o paz, que tiene que vincularse con la justicia. No podemos hablar de no-violencia de brazos cruzados. No, no. Tiene que traducirse en un grito de protesta que pare y frene esta deshumanización.

–¿Qué ocurre si se responde con violencia?
–Lo que quiere el sistema es que se responda con una violencia armada, pero esa es una provocación en la que no debemos caer.Porque además, cuando se produce una respuesta violenta a la violencia del sistema, la vida más amenazada es la de los que se rebelan contra ese sistema.Porque el sistema se protege a través de sus medios, que son las fuerzas represivas.
–Algo que se achaca a estos movimientos es que no se materializan en algo, como si se dijera que si no luchas desde dentro del sistema, configurándose como partido político, por ejemplo, no cuenta. ¿Se puede conseguir algo con movimientos tan segmentados?
–Se está removiendo ya. Ahora mismo existen cuatro o cinco luchas que creo que están transformando totalmente la mentalidad de la gente y ayudando a superar esa mentalidad pasiva. El caso, por ejemplo, de los desahucios. ¿Quién iba a pensar que personas tan indefensas como gente mayor que no puede pagar el alquiler, o inmigrantes que no pueden pagar la casa que compraron, se iban a empoderar? Eran gente humilde, sin defensas, sometida a las arbitrariedades de los bancos. Y mira por dónde el movimiento contra los desahucios da poder a la gente, la dignifica. Y la hace sentirse defensora de unos derechos que han sido pisoteados. Esa es una lucha. Otra es la que está teniendo lugar a través de la marea blanca en el mundo sanitario. ¿El éxito consiste en que eliminen todos los procesos de privatización? No, porque eso no va a ser fácil. Pero sí genera una conciencia colectiva de que se está privatizando lo público, y eso es un atentado contra la ciudadanía.
Nada que perder
–Comentaba lo de las plataformas, que han cogido mucha fuerza. Quizá es el efecto rebote de la gente que ya no tiene nada que perder. Ahora no tengo miedo y doy el salto. ¿Estamos en ese momento?
–Efectivamente. Lo que dificulta o frena la movilización es el miedo. El miedo a perder. Todos tenemos miedo a perder. A perder nuestro puesto de trabajo, nuestro renombre, unos niveles de ingresos… Pero, ¿por qué tenemos miedo a perder? Porque somos personas posesivas. Nos agarramos a lo que tenemos y renunciamos al ser. El hecho de tener miedo a perder es porque no somos. ¿Por qué tenemos miedo a perder? Porque no tenemos una riqueza personal, interior, que brota del propio ser humano y de todas sus capacidades. En el fondo, el miedo es la manifestación más clara de la debilidad de la persona, mientras que la valentía, el compromiso, la decisión, es el signo de la autoestima. La persona que tiene miedo no se estima, porque pone todo el peso en algo externo a sí mismo. Y eso es lo más deshumanizador posible. Estamos rodeados de un tener, y empobrecidos en el ser. En el momento en que valoremos más el ser que el tener, habremos perdido el miedo a perder lo que tenemos.

Reformar la economía mundial Papa Francisco

Enviado a la página web de Redes Cristianas
16 de mayo 2013
Texto completo del discurso papal:

Señores Embajadores
Me alegra acogerlos con ocasión de la presentación de las Cartas que los acreditan como Embajadores extraordinarios y plenipotenciarios de sus respectivos países ante la Santa Sede: Kirguistán, Antigua y Barbuda, el Gran Ducado de Luxemburgo y Botswana. Las amables palabras que me han dirigido y que agradezco profundamente, testimonian que los Jefes de Estado de sus países tienen el anhelo de desarrollar las relaciones de estima y de cooperación con la Santa Sede. Les agradezco que ustedes quieran transmitirles mis sentimientos de gratitud y respeto, asegurando mis oraciones por ellos y por sus conciudadanos.
Señores Embajadores, nuestra humanidad está viviendo en la actualidad como un momento álgido de su propia historia, teniendo en cuenta los avances registrados en diversos campos. Debemos alabar los logros positivos que contribuyen al auténtico bienestar de la humanidad, como por ejemplo en los ámbitos de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, también hay que reconocer que la mayoría de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo en precariedad cotidiana, con consecuencias funestas.
Algunas patologías aumentan, con sus consecuencias psicológicas, el miedo y la desesperación se apoderan de los corazones de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos; la alegría de vivir va disminuyendo; la indecencia y la violencia aumentan; la pobreza se vuelve cada vez más impactante. Se tiene que luchar para vivir, y, a menudo, para vivir sin dignidad. Una de las causas de esta situación, en mi opinión, se encuentra en nuestra relación con el dinero y en nuestra aceptación de su imperio y dominio en nuestro ser y en nuestras sociedades. De este modo, la crisis financiera que estamos viviendo, nos hace olvidar que su primer origen se encuentra en una profunda crisis antropológica ¡en la negación de la primacía del hombre! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 15-34) ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano.
La crisis mundial que afecta las finanzas y la economía parece poner de relieve sus deformidades, y, sobre todo, la grave falta de su orientación antropológica, que reduce al hombre a una sola de sus necesidades: el consumo. Y peor aún, el ser humano es considerado hoy como un bien en sí que se puede utilizar y luego desechar. Esta deriva se verifica a nivel individual y social. Y además ¡es promovida! En este contexto, la solidaridad, que es el tesoro de los pobres, se considera a menudo contraproducente, contraria a la racionalidad financiera y económica. Al tiempo que los ingresos de una minoría van creciendo de manera exponencial, los de la mayoría van disminuyendo. Este desequilibrio proviene de ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, negando de este modo el derecho de control de los Estados, aun estando encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone de forma unilateral y sin remedio posible, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y el crédito alejan a los Países de su economía real y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade, una corrupción tentacular y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de poseer se ha vuelto sin límites.
Detrás de esta actitud se encuentra el rechazo de la ética, el rechazo de Dios. ¡Igual como la solidaridad, la ética molesta! Se considera contraproducente; demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder; se ve como una amenaza, porque rechaza la manipulación y el sometimiento de la persona. Porque la ética lleva hacia Dios, que está fuera de las categorías del mercado. Dios es considerado por estos financieros, economistas y políticos, como no manejable, incluso peligroso, ya que llama al hombre a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud. La ética -una ética no ideológica, naturalmente – permite, en mi opinión, crear un equilibrio y un orden social más humano. En este sentido, animo a los expertos financieros y a los líderes gubernamentales de sus países a considerar las palabras de San Juan Crisóstomo: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles sus vidas. No son nuestros los bienes que poseemos, sino suyos” (Homélie sur Lazare, 1, 6: PG 48, 992D).
Queridos Embajadores, sería conveniente realizar una reforma financiera que fuera ética y, a su vez que comportara una reforma económica saludable para todos. Sin embargo, esto requeriría un cambio audaz de actitud de los dirigentes políticos. Les exhorto a que afronten este reto, con determinación y visión de futuro, por supuesto, teniendo en cuenta la naturaleza específica de sus contextos. ¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres; pero el Papa tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promoverlos. El Papa insta a la solidaridad desinteresada y a un retorno de la ética en favor del hombre en la realidad económica y financiera.
La Iglesia, por su parte, siempre trabaja para el desarrollo integral de cada persona. En este sentido, ella recuerda que el bien común no debe ser una simple suma, un simple esquema conceptual, de calidad inferior, añadido a la agenda política. La Iglesia anima a los gobernantes a estar verdaderamente al servicio del bien común de sus pueblos. Exhorta a los dirigentes de las realidades financieras a tomar en consideración la ética y la solidaridad. ¿Y por qué no acudir a Dios para inspirar los propios diseños? Se formará una nueva mentalidad política y económica que ayudará a transformar la dicotomía absoluta entre lo económico y lo social en una sana convivencia.
Por último, saludo con afecto, a través de ustedes, a los Pastores y los fieles de las comunidades católicas en sus países. Les insto a continuar su testimonio valiente y gozoso de la fe y del amor fraternal enseñados por Cristo. ¡No tengan miedo de ofrecer su contribución al desarrollo de sus países a través de iniciativas y actitudes inspiradas en las Sagradas Escrituras!
Y en el momento en que comienzan su misión, les ofrezco, señores Embajadores, mis mejores deseos, asegurando la cooperación de la Curia Romana para el cumplimiento de su función. Con este fin, de buen grado, invoco sobre ustedes y sus familias y sus colaboradores, la abundancia de las bendiciones divinas.

Ética a partir del calentamiento global Leonardo Boff, teólogo

En algunos lugares de la Tierra se rompió hace días la barrera de las 400 ppm (partes por millón) de CO2, lo que puede conducir a desastres socio-ambientales de gran magnitud. Si no hacemos nada consistente, podremos conocer días tenebrosos. No es que no se pueda hacer nada más. Si no podemos detener la rueda, podemos sin embargo reducir su velocidad. Podemos y debemos adaptarnos a los cambios y organizarnos para mitigar los efectos perjudiciales. Ahora se trata de vivir con radicalidad las cuatro erres: reducir, reutilizar, reciclar y reabastecer.
Necesitamos una orientación ética que nos ayude a alinear nuestras prácticas para superar la crisis actual. En este cuadro dramático, ¿cómo fundar un discurso ético mínimamente coherente que valga para todos?
Hasta ahora, las éticas y las morales se basaban en las culturas regionales. Hoy, en la fase planetaria de la especie humana, debemos restablecer la ética a partir de algo que sea común a todos y que todos podamos entender y realizar.
Mirando hacia atrás, hemos identificado dos fuentes que guiaron, y aún guían, ética y moralmente las sociedades hasta hoy: la religión y la razón.
Las religiones siguen siendo los nichos de valor privilegiados para la mayoría de la humanidad. Nacen de un encuentro con el Supremo Valor, con el Supremo bien. De esta experiencia nacen los valores de veneración, respeto, amor, solidaridad, compasión y perdón. Muchos pensadores reconocen que la religión, más que la economía y la política, es la fuerza central que mueve a las personas y las lleva hasta a entregar su propia vida (Huntington). Otros llegan a proponer a las religiones como la base más realista y eficaz para construir una ética global para la política y la economía mundiales (Küng). Para eso las religiones deben dialogar entre sí y, en el diálogo, acentuar más los puntos en común que los puntos de disparidad. Con esto se puede marcar el comienzo de la paz entre las religiones. Esta paz no se basta a si misma, sino que debe animar la paz entre todos los pueblos.
La razón crítica, desde que estalló casi al mismo tiempo en todas las culturas mundiales en el siglo sexto A.C., el llamado «tiempo-eje» trató de establecer códigos éticos universalmente válidos, basados principalmente en las virtudes, cuya centralidad la ocupaba la justicia. Pero también afirma la libertad, la verdad, el amor y el respeto al otro.
El fundamento racional de la ética y la moral -ética autónoma- fue un admirable esfuerzo del pensamiento humano, desde los maestros griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, pasando por Immanuel Kant hasta los modernos Jürgen, Habermas y Enrique Dussel, y entre nosotros Henrique de Lima Vaz y Manfredo Oliveira entre otros de nuestra cultura.
Sin embargo, el nivel de convencimiento de esta ética racional fue escaso y restringido a los ambientes ilustrados. Por lo tanto, con un impacto limitado en la vida cotidiana de la gente.
Estos dos paradigmas no han sido invalidados por la crisis actual, sino que deben ser enriquecidos si queremos estar a la altura de los retos que nos vienen de la realidad, hoy profundamente modificada.
Para este enriquecimiento necesitamos bajar a aquella instancia en la cual se forman continuamente los valores, contenido principal de la ética. La ética, para ganar un mínimo de consenso, debe brotar de la base común y última de la existencia humana. Esta base no reside en la razón, como siempre ha pretendido Occidente.
La razón -y esto la misma filosofía lo reconoce- no es ni el primero ni el último momento de la existencia. Por eso no explica todo ni abarca todo. Se abre hacia abajo, de donde surge algo más elemental y ancestral: la afectividad y el sentimiento profundo. Irrumpe hacia arriba, hacia el espíritu, que es el momento en que la conciencia se siente parte de un todo y que culmina en la contemplación y en la espiritualidad. Por lo tanto, la experiencia de base no es «pienso, luego existo», sino «siento, luego existo». En la raíz de todo no está la razón («logos»), sino la pasión («pathos»), que se expresa por la sensibilidad y por el afecto. De ahí el esfuerzo actual para rescatar la razón sensible y cordial (Meffesoli, Cortina). Para este tipo de razón captamos el carácter precioso de los seres humanos, lo que los hace dignos de ser deseables. Desde el corazón y no desde la cabeza, vivenciamos los valores. Por los valores nos movemos y somos. En último término, está el amor que es la fuerza más grande del universo y el nombre propio de Dios. Esta ética nos puede comprometer en acciones prácticas para abordar el calentamiento global.
Pero tenemos que ser realistas: la pasión está habitada por un demonio que puede ser destructivo. Es un caudal fantástico de energía que, como las aguas de un río, necesita márgenes, límites y justa medida. Si no, irrumpe avasalladora.
Y es aquí donde entra la función insustituible de la razón. Es propio de la razón ver claro y ordenar, disciplinar y definir la dirección de la pasión.
Aquí surge una dialéctica dramática entre la pasión y la razón. Si la razón reprime la pasión, triunfa la rigidez y la tiranía del orden. Si la pasión dispensa a la razón, prevalece el delirio de las pulsiones del puro disfrute de las cosas. Pero si prevalece la justa medida y la pasión se sirve de la razón para un desarrollo auto-gobernado, entonces puede haber una conciencia ética que nos haga responsables ante el caos ecológico y el calentamiento global. Por aquí va el camino que tenemos que recorrer. Para un nuevo tiempo, una nueva ética.