FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

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ATALAYA

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viernes, 5 de abril de 2013

JOSE ANTONIO PAGOLA 7 DE ABRIL 2013


Todos hemos conocido alguna vez momentos de alegría intensa y clara. Tal vez, sólo ha sido una experiencia breve y frágil, pero suficiente para vivir una sensación de plenitud y cumplimiento. Nadie nos lo tiene que decir desde fuera. Cada uno sabemos que en el fondo de nuestro ser está latente la necesidad de la alegría. Su presencia no es algo secundario y de poca importancia. La necesitamos para vivir. La alegría ilumina nuestro misterio interior y nos devuelve la vida. La tristeza lo apaga todo. Con la alegría todo recobra un color nuevo; la vida tiene sentido; todo se puede vivir de otra manera.
No es fácil decir en qué consiste la alegría, pero ciertamente hay que buscarla por dentro. La sentimos en nuestro interior, no en lo externo de nuestra persona. Puede iluminar nuestro rostro y hacer brillar nuestra mirada, pero nace en lo más íntimo de nuestro ser. Nadie puede poner alegría en nosotros si nosotros no la dejamos nacer en nuestro corazón.
Hay algo paradójico en la alegría. No está a nuestro alcance, no la podemos «fabricar» cuando queremos, no la recuperamos a base de esfuerzo, es una especie de «regalo» misterioso. Sin embargo, en buena parte, somos responsables de nuestra alegría, pues nosotros mismos la podemos impedir o ahogar.
Desde una perspectiva cristiana, la raíz última del gozo está en Dios. La alegría no es simplemente un estado de ánimo. Es la presencia viva de Cristo en nosotros, la experiencia de la cercanía y de la amistad de Dios, el fruto primero de la acción del Espíritu en nuestro corazón. El relato evangélico dice que «los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor».(LEER EL AVANGELIO)
Es fácil estropear esta alegría interior. Basta con encerrarse en uno mismo, endurecer el corazón, no ser fiel a la propia conciencia, alimentar nostalgias y deseos imposibles, pretender acapararlo todo. Por el contrario, la mejor manera de alimentar la alegría es vivir amando. Quien no conoce el amor cae fácilmente en la tristeza. Por eso, el culmen de la alegría se alcanza cuando dos personas se miran desde un amor recíproco desinteresado. Es fácil que entonces presientan la alegría que nace de ese Dios que es sólo Amor.
      
             

RESUCITAR LO MUERTO 
La muerte no es sólo el final biológico del hombre. Antes de que llegue el término de nuestros días, la muerte puede invadir diversas zonas de nuestra vida.
No es difícil constatar cómo, por diversos factores y circunstancias, se nos van muriendo a veces, la confianza en las personas, la fe en el valor mismo de la vida, la capacidad para todo aquello que exija esfuerzo generoso, el valor para correr riesgos...
Quizá, casi inconscientemente, se va apoderando de nosotros la pasividad, la inercia y la inhibición. Poco a poco vamos cayendo en el escepticismo, el desencanto y la pereza total.
Quizás ya no esperamos gran cosa de la vida. No creemos ya demasiado ni en nosotros mismos ni en los demás. El pesimismo, la amargura y el malhumor se adueñan cada vez más fácilmente de nosotros.
Acaso descubrimos que en el fondo de nuestro ser la vida se nos encoge y se nos va empequeñeciendo. Quizás el pecado se ha ido convirtiendo en costumbre que somos incapaces de arrancar, y se nos ha muerto ya hace tiempo la fe en nuestra propia conversión.
Tal vez sabemos, aunque no lo queramos confesar abiertamente, que nuestra fe es demasiado convencional y vacía, costumbre religiosa sin vida, inercia tradicional, formalismo externo sin compromiso alguno, «letra muerta» sin espíritu vivificador.
El encuentro con Jesús Resucitado fue para los primeros creyentes una llamada a «resucitar» su fe y reanimar toda su vida.
El relato evangélico nos describe con tonos muy oscuros la situación de la primera comunidad sin Jesús. Son un grupo humano replegado sobre sí mismo, sin horizontes, «con las puertas cerradas», sin objetivos ni misión alguna, sin luz, llenos de miedo y a la defensiva.
Es el encuentro con Jesús Resucitado el que transforma a estos hombres, los reanima, los llena de alegría y paz verdadera, los libera del miedo y la cobardía, les abre horizontes nuevos y los impulsa a una misión.
¿No deben ser nuestras comunidades cristianas un lugar en el que podamos encontrarnos con este Jesús Resucitado y recibir su impulso resucitador? ¿No necesitamos escuchar con más fidelidad su palabra y alimentarnos con más fe en su Eucaristía, para sentir sobre nosotros su aliento recreador?

¿Corre peligro la vida del Papa Francisco?

Leonardo Boff, teólogo brasileño.
* Inquietantes declaraciones del teólogo Leonardo Boff, quien advierte que donde hay poder no hay amor y que los grupos fundamentalistas del Vaticano deben estar muy disconformes; además recordó la “súbita muerte” de Albino Luciani, el Papa Juan Pablo I
¿Está diciendo que el papa Francisco correría peligro? Es la última pregunta de una entrevista que el periodista de La Nación, de Costa Rica, Álvaro Murillo, realizó al ex sacerdote y teólogo brasileño, Leonardo Boff, quien está de visita en el país vecino.
Boff, de 74 años, aparte de ser además filósofo, escritor, profesor y ecologista, es archirreconocido por ser cofundador de la Teología de la Liberación, una opción por los pobres de la que abjuraron muchos que decían abrazarla en los años 80 y 90.
La pregunta de Murillo estuvo precedida por otra donde le preguntaba si la gestión de Francisco, signada por la humildad, le impulsaría a irse a vivir afuera del Vaticano.
Boff ofreció una respuesta demoledora: “Como Juan Pablo I, que, dos días antes de morir, reunió a los cardenales y les anunció eso; dos días después, apareció muerto”.
Y respondió de manera contundente la última interrogante sobre el peligro que correría la vida del Papa Francisco.
“Es un peligro, porque hay una historia en el Vaticano de muchos asesinatos, hace mucho tiempo. Él debe tener cuidado porque donde hay disputa del poder no hay amor, y el poder siempre busca más poder.
“Debe manejar eso para hacer una reforma sin provocar un cisma. Las bases de los dos papas anteriores eran fundamentalistas, como Opus Dei o Comunión y Liberación, o los Caballeros de Cristo. Esos grupos deben de estar muy disconformes con el nuevo Papa, que es más de base social”.
No es la primera vez que Boff hace declaraciones explosivas. Sus andanzas a favor de los pobres le costaron en 1985, la condena de un año de silencio o suspensión a divinis, por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por el anterior Papa, Joseph Ratzinger. Siete años después, ante otra conjura en su contra, abandonó los hábitos.
Desde entonces confirmó su anti vaticanismo, que actualmente parece revertida por su entusiasmo ante la elección de Jorge Mario Bergoglio, “tan jesuita como él”, señala el periodista costarricense.
¿Por qué el cambio? “Su nombre, Francisco, es más que un nombre, es un proyecto de Iglesia. Reconstruye una Iglesia que está en ruinas, por los escándalos sexuales, del banco del Vaticano, peleas internas. Es providencial que sea un jesuita, muy bien formado y con las virtudes de San Francisco, con la sencillez y la opción por los pobres.
“Viene del tercer mundo, donde vive el 60% de los católicos, mientras Europa es una región agonizante. Él puede traer un vigor nuevo a la Iglesia, una esperanza nueva y ya ha dado señales muy claras de que será diferente. Ya dijo que los pastores deben tener olor de ovejas, no de palacios, de altares y sacristías. Es una Iglesia de siempre. Él será más pastor que doctor.
Murillo le consulta si Francisco podrá hacer los cambios que desea, con las mismas autoridades del papado anterior.
“Él tiene que intervenir, usar ese poder de la monarquía absolutista. Tiene la capacidad de intervención en el cuerpo enfermo de la Iglesia, en su cáncer. Si no lo hace, no tendría sentido su nombre.
“El problema es que la Iglesia perdió totalmente la credibilidad y está universalmente desmoralizada. Él fue elegido para rescatar esa credibilidad en esta crisis interna. Él se siente obligado a una reforma profunda ante los errores de la Curia”.
“Tal vez esa sea la única ventaja de ser una monarquía absolutista. Tiene poder absoluto e inmediato. Puede quitar a un cardenal, transferir a un arzobispo, y puede excomulgar a personas del más alto nivel. Quizá sea la única ventaja de ser una dictadura.
Boff señala que el Papa Francisco siempre ha preferido a los pobres no por filantropía, sino por justicia. Indica además que la mayoría de cardenales y obispos son muy devotos del Papa y lo ensalzan y tal, por lo que es momento de que lo imiten y se despojen de los títulos de palacio.
“Ya él dijo que ‘el carnaval se terminó’, cuando quisieron ponerle los ropajes. Esto es un escándalo. Con toda esa solemnidad y hábitos, más bien parece el carnaval de Río. Yo soy uno que voy a recordar que imiten al Papa. Si no lo hace, es señal de que rompen con él y su papado.
Consultado si el actuar del Papa Francisco está inscrito en el eje central de la Teología de la Liberación, indicó que sí y agregó que “estamos muy felices y no importa que utilice, o no, las palabras “Teología de la Liberación”. Nos importa su solidaridad y su autoridad moral por lo humano y por la Tierra.
¿Sabía el Consejo Cardenalicio a quién elegía? “Sospecho que los cardenales europeos estaban avergonzados. Sabían que no podía ser uno de ellos”, señala.

Pascua cristiana José Arregui, teólogo

Pascua significa “paso”, el paso de la vida a la Vida. Como otras sociedades de agricultores y pastores, los antiguos hebreos celebraban la primera luna llena de primavera: los agricultores comían pan nuevo sin levadura; los pastores, carne de los primeros corderos. La vida revivía, y había que agradecerla. La vida es inmortal, sí, pero frágil, y hay que cuidarla. Eso es la Pascua.
Muchos siglos después, los hebreos añadieron a su fiesta un sentido histórico: el recuerdo de sus antepasados que, guiados por Moisés, se libraron del yugo del faraón. Un Ángel Liberador pasó por las puertas de sus míseros hogares, marcándolas con el signo de la vida y de la libertad. Atravesaron el Mar Rojo y caminaron por el desierto en la esperanza de una tierra que mana leche y miel. Eso es la Pascua: la memoria de la liberación y la esperanza en camino hacia una nueva tierra todavía por alcanzar.
Vino Jesús de Nazaret y su vida fue toda entera pascual, pues pasó la vida haciendo el bien. Liberó a los oprimidos, curó a los heridos, compartió la mesa con justos y pecadores, fue hermano de todos. Encarnó a Dios, pues Dios es el nombre de la Compasión rebelde, solidaria y sanadora en el corazón de la vida. Por eso le mataron. No murió por decreto divino, ni para “expiar” ante Dios las culpas de la humanidad, sino porque pasó la vida liberando la vida y curándola.
Muchos habían visto en él al profeta de los últimos tiempos, el amanecer de un mundo transfigurado, y le habían seguido por los caminos de Galilea, atestados de mendigos y de enfermos. La muerte en cruz de Jesús golpeó la fe de sus seguidores, pero no la destruyó. María de Magdala, Pedro y muchos más proclamaron que Jesús estaba vivo, pues la vida que se da no puede morir en la tumba. La bondad feliz resucita en Dios, es Dios mismo: el Corazón glorioso de la Vida. Y eso es la Pascua: la victoria del bien, aunque solo sea una semilla o un trocito de levadura.
Luego la teología complicó inútilmente lo que es tan simple y real, tan universal como el bien y la vida. Pusieron el acento en cosas que no habían tenido importancia alguna ni para Jesús ni para sus primeras discípulas y discípulos. Entendieron la resurrección como un hecho histórico y físico sucedido en Jesús por primera y única vez: la súbita desaparición del cuerpo, el sepulcro vacío, la reanimación del cadáver en el más allá, las apariciones físicas solo a unos cuantos… La Pascua pasó a ser un hecho singular del pasado. La fe pascual consistió en “creer que” Jesús resucitó físicamente de la tumba y que sus discípulos lo vieron y comieron con él pan y pescado.
Pero la Pascua no es eso. No es ése el corazón del mensaje ni de la fe pascual. No fueron un sepulcro vacío o unas apariciones físicas las que llevaron a María de Magdala y a Juan, a Pedro y Pablo y tantas y tantos otros a confesar que Jesús vive. Fue la memoria sanada la que trocó las lágrimas en amor más despojado y más fuerte, el desengaño en esperanza contra toda esperanza. Fueron los ojos del corazón los que lo reconocieron presente en el caminante, en el huésped, en el pan compartido.
Así nació la fe pascual, y sigue naciendo en nosotros cada primavera y cada día. “Santo y feliz Jesucristo” cantaron los primeros cristianos, y aún seguimos cantando, pues en él reconocemos la vida que merece la pena, la vida buena y feliz, la vida humana y divina. Y humildemente seguimos diciendo, a pesar de todo: “El Crucificado vive. Su bondad samaritana vive. Su profecía valiente y arriesgada sigue vigente a pesar de la cruz sangrienta y de la tumba cerrada. Dios vive. Dios es la Bondad poderosa y creadora, como un permanente Big Bang, como un infinito corazón palpitante. Dios es el nombre del poder de la ternura. En él vive el Crucificado, y todas las criaturas crucificadas. La Vida no muere, todos los sepulcros están vacíos, la Compasión es más fuerte que todas las cruces”.
Feliz Pascua, pues, amiga, amigo. Que tu vida sea buena y feliz.
José Arregi
Para orar.
BIENAVENTURANZAS DE LA RESURRECCIÓN
“Felices quienes mueren cada día al egoísmo y renacen a una vida nueva. Quienes estén persuadidos de que el odio, la guerra, la maldad y la sinrazón jamás podrán vencer a las fuerzas de la vida.
Felices quienes saben descubrir entre las realidades de la muerte del mundo de hoy signos de vida y esperanza.
Felices quienes alcanzan la convicción, desde su compromiso vital, de que tras las derrotas cotidianas está latiendo la victoria de la vida.
Felices quienes riegan gotas de vida, quienes siembran semillas de vida, quienes alientan deseos de una vida en plenitud.
Felices quienes han logrado percibir, detrás de la muerte de millones de inocentes, el dolor, la rebeldía, la audacia, la llamada a una entrega absoluta por la vida.
Felices quienes han transformado su existencia por los testimonios de los que han derramado su sangre por la vida de otros seres humanos.
Felices quienes creen en el Dios de la vida. Y quienes creen en una nueva humanidad que pueda ser feliz y disfrutar de la vida. Unos y otros, juntos, lograrán que triunfe la pasión por la vida, otra tierra más llena de vida.
Felices quienes descubren paso a paso en su vida que la última palabra no la tiene la muerte, sino la resurrección”+
(Miguel Ángel Mesa).

Varapalo mayúsculo después de 20 años a la legislación hipotecaria española sobre los desahucios (PAH-Cádiz)

Enviado a la página web de Redes Cristianas
Varapalo mayúsculo después de 20 años a la legislación hipotecaria española sobre los desahucios, y aún los políticos de toda la vida democrática de nuestro País se resisten en terminar con ésta injusta situación sobrevenida de miles de familias y drama social. Se vulnera de forma clara los derechos humanos y fundamentales de las personas afectadas, el Art. 47 de la Constitución en los términos de no tomar medidas que impidiese que se especulara con el suelo y la vivienda, y muy concretamente el derecho a la defensa.
Una vez conocida la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se desprende:
-. Que los procedimientos de ejecución hipotecaria en curso deben ser paralizados de oficio y de forma inmediata, puesto que la normativa que se aplica, y así ha sido año tras año, es ilegal al menos desde el año 1.993, y los procedimientos ya ejecutados poder ser revisados y demandar posibles compensaciones.
-. Que la interpretación a falta de fijar las medidas necesarias en esa Ley de protección al hipotecado que se tramita en el Congreso, quedaría en manos de sus Señorías los Jueces hasta que sea regulada dicha legislación.
La mayoría de los Magistrados coinciden en que deberían ampliarse las medias de protección al consumidor y otorgar facultades al Juez para que puedan acordar quitas de la deuda ya que, cualquier familia puede tener un bache ocasional, las enmiendas que baraja el Gobierno son como otro mero parche. No se plantean entrar directamente en solucionar la grave problemática, no se plantean regular los mínimos de la ILP. Lo que está clarísimo es la posibilidad de saturación en los tribunales, los Juzgados se colapsarán con múltiples peticiones de análisis de las cláusulas contenidas en las hipotecas actualmente en vigor.
Con 198.000 ejecuciones hipotecarias (eliminando empresas y segundas residencias), según las últimas cifras del Consejo pertinente, 100.000 de estos casos en los tribunales podrían afectar directamente a las familias. Con este volumen de expedientes se teme un colapso Judicial, se puede dar el caso de que solo en éste mes se presenten entre todos los Juzgados de España unas 90.000 demandas.
La sentencia ha sido un respaldo al contenido de la Iniciativa Legislativa Popular presentada por las Plataformas, Asociaciones y Colectivos de Afectados por la Hipoteca, cuyas medidas se habían cuestionado por su carácter retroactivo, sin embargo, desde la Directiva en la que se basa la sentencia el TJUE sobre la retroactividad expone; que no solo es una posibilidad reconocida en la Constitución sino, una necesidad. No se puede sostenerse que una persona sea condenada a pagar una deuda perpetua derivada de un procedimiento ilegal.
En cambio el Gobierno quiere articular la dación en pago en los procedimientos de ejecución hipotecaria que recaigan sobre viviendas de las Administraciones y regular una determinada quita en aquellas que no lo sean, el porcentaje de las quitas no será suficiente para muchas familias que en realidad necesitan más una moratoria que una rebaja y los afectados continuarán arrastrando parte de la deuda tras la pérdida de la casa. Si el destino final de la Ley queda en éstas enmiendas entre otras tantas, quedará como una pequeña venda ante tanta hemorragia.
Por esos motivo todos los Colectivos de Afectados por la Hipoteca de toda España en estos días están informando pacíficamente a la ciudadanía y entregando escritos en los Juzgados para solicitar la suspensión de los procedimientos que pudiera contener en sus contratos de préstamos hipotecarios algunas cláusulas abusivas y declararlos nulos de pleno derecho.
Sobre éste asunto, nuestra Asociación instalará una mesa informativa a las 11.00h mañana Martes 2 de Abril frente a los Juzgados de Chiclana, contaremos para las personas que lo necesiten con los escritos elaborados por el grupo Jurídico de las PAHs a presentar con ese fin, y con el apoyo y colaboración presencial de Asesores Jurídicos.
Chiclana a 29 de Marzo de 2.013

El primer diario económico de Alemania pide que se paren los ajustes en España

“Sería nefasto que los halcones en la UE obligasen ahora a Madrid a sofocar el tímido auge mediante unas medidas de consolidación de fuerza aún más bruta. Esto volvería a poner a prueba una vez más la asombrosa capacidad de sufrimiento de los españoles”.
Esta no es una declaración del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, o del PSOE, que están reclamando una flexibilización en los objetivos de déficit para España. Es un artículo del Handelsblatt, el principal periódico financiero de Alemania, con el que probablemente Merkel, defensora de la ortodoxia presupue
staria de la UE, desayunó ayer martes por la mañana.
El editorial de la periodista Anne Grüttner advierte de que no se deben imponer más recortes a un país como España, que sigue colaborando con la UE en rescatar a otros países a pesar de que sufre altas tasas de desempleo: “¿Qué pasaría en Alemania si tuviésemos un paro masivo de más de un 26%? ¿Qué pasaría si en una situación así Alemania se viera obligada por los socios de la UE a recortar sus Presupuestos en casi un 5% en un solo año? ¿Qué pasaría si se les recortaran los sueldos a los funcionarios y subieran el IVA y las tasas universitarias?”, se pregunta.
“La respuesta es evidente: Los partidos extremistas subirían como la espuma y los tonos eurocríticos pasarían a ser un coro estridente. En España se dan todas las condiciones citadas. Y, para gran asombro, este caldo de cultivo aún no ha dado movimientos extremistas o populistas. Ni en el Parlamento español ni en los parlamentos regionales hay un solo diputado de un partido xenófobo.
Bajo la presión de Bruselas y en medio de una recesión, el gobierno español no solamente ha recortado masivamente los Presupuestos, sino que también ha liberalizado el mercado laboral. A medio plazo tiene sentido, pero para las empresas a corto plazo es más fácil y barato recurrir a despidos masivos. No obstante, en España no hay movimientos antieuropeos como en Italia o Alemania”, responde el artículo.
El cambio de opinión de este diario sobre la figura de Rajoy es evidente. Hace justo un año llegaba a incluir al presidente español como el “pinocho del día” por sus negociaciones del déficit en Bruselas. Un año después el balance del diario financiero alemán es mucho más halagüeño: “Los frutos de la política española de consolidación –la reducción del déficit presupuestario, que recientemente ha sido muy notable, así como las bajadas del nivel salarial, el saneamiento de los bancos, la subida de las exportaciones y los superávits en los balances de los pagos corrientes– provocan que aumente la confianza de los inversores.
Los gigantes internacionales del sector del automóvil amplían sus plantas de producción en España. Los bonos ibéricos vuelven a estar muy solicitados. Inversores financieros como Blackstone o Aurelius escudriñan el país en busca de inmuebles o participaciones empresariales atractivas”.
El periódico reconoce que España sigue aportando al rescate de otros países a pesar de sus problemas internos: “Probablemente lo más sorprendente es que, a pesar de todo esto, en España, a diferencia de Alemania, nunca ha habido debates sobre las considerables contribuciones a los paquetes de rescate de la UE.
España ha contribuido a los mecanismos de ayuda puestos en marcha hasta ahora, es decir al FEEF y al MEDE, una cantidad aproximadamente igual de alta que la suma que el MEDE ha destinado a Madrid para el saneamiento de los bancos: alrededor de 40.000 millones de euros. A pesar de la propia crisis permanente, todas las ayudas para Grecia, Irlanda o Portugal fueron aceptadas sin resistencias en el Parlamento en Madrid. Tampoco se pone en duda en el debate público el paquete para Chipre, al que España ha contribuido en un 15% que tendrá que restar de sus propios Presupuestos”.
“En vista de todo ello, lo único que se puede decir es: ¡chapó! Es evidente que los españoles son personas solidarias y generosas. Es evidente que están dispuestos a buscar los errores primero en su propio país, en lugar de caer en campañas contra los inmigrantes, contra Europa o contra el euro”, señala el artículo de opinión.
El artículo reconoce que las reformas aún no las está notando la sociedad: “La mayor parte de la población aún no nota nada de todo esto. Según apuntan todos los pronósticos, este año el desempleo seguirá creciendo. El gobierno español espera que en el cuarto trimestre la economía pueda volver a crecer mínimamente, por primera vez desde finales de 2011. En ese momento, la luz al fondo del túnel será ser más clara y la población por fin deberá ser recompensada por los sufrimientos de los últimos años”.

El Papa Francisco ¿inaugura el tercer milenio? Leonardo Boff, teólogo

El primer milenio de cristianismo estuvo marcado por el paradigma de la comunidad. Las Iglesias tenían relativa autonomía con sus ritos propios: la ortodoxa, la copta, la ambrosiana de Milán, la mozárabe de España y otras. Veneraban sus propios mártires y confesores y tenían sus teologías, como se ve en la floreciente cristiandad del norte de África con san Agustín, san Cipriano y el laico teólogo Tertuliano. Ellas se reconocían entre si y, aunque en Roma ya se esbozaba una visión más jurídica, predominaba la presidencia en la caridad.
El segundo milenio se caracterizó por el paradigma de la Iglesia como sociedad perfecta y jerarquizada: una monarquía absoluta centrada en la figura del Papa como cabeza suprema (cefalización), dotado de poderes ilimitados y, por último, infalible cuando se declara como tal en asuntos de fe y moral. Se creó el Estado Pontificio, con ejército, con sistema financiero y legislación que incluía la pena de muerte. Se creó un cuerpo de peritos de la institución, la Curia Romana, responsable de la administración eclesiástica mundial. Esta centralización produjo la romanización de toda la cristiandad. La evangelización de América Latina, de Asia y de África se hizo dentro de un mismo proceso de conquista colonial del mundo y significó un trasplante del modelo romano, anulando prácticamente la encarnación en las culturas locales. Se oficializó la estricta separación entre el clero y los laicos. Éstos, sin ningún poder de decisión (en el primer milenio participaban en la elección de los obispos y del propio Papa), fueron jurídicamente y de hecho infantilizados y mediocrizados.
Las costumbres palaciegas de sacerdotes, obispos, cardenales y papas se afirmaron. Los títulos de poder de los emperadores romanos, comenzando por los de Papa y Sumo Pontífice, pasaron al obispo de Roma. Los cardenales, príncipes de la Iglesia, se vestían como la alta nobleza renacentista, y así ha permanecido hasta la actualidad, para escándalo de no pocos cristianos habituados a ver a Jesús pobre y hombre del pueblo, perseguido, torturado y ejecutado en la cruz.
Todo indica que este modelo de Iglesia se clausuró con la renuncia de Benedicto XVI, último Papa de este modelo monárquico, en un contexto trágico de escándalos que han afectado al núcleo de credibilidad del mensaje cristiano.
La elección del Papa Francisco, venido «del fin del mundo» como él mismo se presentó, de la periferia de la cristiandad, del Gran Sur, donde vive el 60% de los católicos, inaugurará el paradigma eclesial del Tercer Milenio: la Iglesia como vasta red de comunidades cristianas, enraizadas en las diferentes culturas, algunas más antiguas que la occidental, como la china, la india y la japonesa, las culturas tribales de África y las comunitarias de América Latina. Se encarna también en la cultura moderna de los países técnicamente avanzados, con una fe vivida también en pequeñas comunidades. Todas estas encarnaciones tienen algo en común: la urbanización de la humanidad en la cual más del 80% de la población vive en grandes conglomerados de millones y millones de personas.