FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

miércoles, 7 de noviembre de 2012

John Shelby Spong, Obispo jubilado de la Iglesia Episcopal-USA, responde al Arzobispo Católico Romano de Newark, USA y a otros líderes católicos:Usted está profundamente equivocado

Información que nos envía el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB:
Hace unos días nos comentaba John Shelby Spong (en la fotografía de la derecha) en Madrid que respondería a su regreso a Estados Unidos a las declaraciones homófobas y excluyentes del arzobispo católico romano de Newark (en la fotografía de la izquierda), EEUU, y lo ha hecho. Gracias a Enma y Carlos Allemand por enviarnos la traducción:
¡Usted está profundamente equivocado!
Una respuesta al Arzobispo Católico Romano de Newark, USA y a otros líderes católicos, por parte de
John Shelby Spong
El Arzobispo Católico Romano de Newark, el muy reverendo John J. Myers, ha publicado recientemente “Una enseñanza pastoral sobre la definición, propósito y santidad del matrimonio.” En este documento que está claramente motivado políticamente, exhorta a los “fieles católicos” y a otros “hombres y mujeres de buena voluntad” a votar en contra de cualquier candidato en las próximas elecciones estadounidenses que apoye el matrimonio homosexual. También declara que “todos los católicos que apoyen a un candidato que no se opone al matrimonio del mismo sexo, debieran considerarse a si mismos excomulgados, y por lo tanto debieran ausentarse de los altares católicos eucarísticos.
Nunca me encontré con el Arzobispo Myers. No tengo ninguna razón para creer que no es una persona buena y sincera. No obstante, cuando uno entra en el debate público, especialmente tratando de elegir un candidato en preferencia de otro, uno tiene la responsabilidad de estar bien informado sobre los temas de los cuales habla. No es suficiente simplemente apelar a la autoridad del magisterio de su iglesia para recaudar apoyo para sus ideas ni citar conclusiones religiosas tradicionales, como si estas fuesen todavía valederas o fuesen aún aceptadas en los círculos académicos e intelectuales. Este es el error fatal del Arzobispo. Su definición subyacente de la homosexualidad es la idea mal envejecida y rechazada universalmente de que se trata de algo “desviado,” “no natural” o mismo “pecaminoso.”
Su definición de la vida humana está basada en la idea pre-Darwiniana de que la vida fue creada perfecta sólo para caer en “pecado original”, que luego desvió la perfección original humana, justificando así la negatividad hacia la homosexualidad porque sería una expresión de dicha distorsión. El pensamiento de Darwin, que sustenta hoy toda ciencia y es la base de la enseñanza en cada facultad de medicina en el mundo desarrollado, también ha sido validado por el descubrimiento del ADN. Esta idea puede difícilmente ser descartada porque sea inconveniente a una doctrina religiosa. Darwin nos enseña que nunca hubo un tiempo de perfección humana, sino que siempre hemos estado evolucionando en nuestra humanidad. Por consiguiente no somos pecadores caídos, sino más bien seres humanos incompletos. Hablar de cómo Dios estableció una monogamia heterosexual como la base para toda la vida de familia en el momento de la creación, lo que significa que no puede ser puesta de lado válidamente por ninguna decisión gubernamental o política, es involucrarse en un sin sentido pietista.
También revela una falta de conocimiento y de comprensión de los últimos doscientos años de erudición bíblica. Partir de esta falsa premisa para igualar la homosexualidad al incesto y utilizar este argumento para apuntalar otras posiciones de la Iglesia Católica Romana, incluyendo su oposición a todas las formas de contracepción y planificación familiar, oposición al aborto bajo cualquier circunstancia, incluyendo la violación, el incesto y la amenaza a la vida de la madre; oposición a cualquier conversación o procedimiento sobre el fin de la vida, como también la oposición a una completa aceptación de las personas gays y lesbianas como violación de la ley natural de Dios, es francamente asombroso por su descaro y su arrogancia.
Permítanme tratar de desenredar este laberinto de conclusiones incoherentes. ¿Acaso fue Dios quien estableció el emparejamiento monógamo como el bloque original básico para la construcción de toda la sociedad humana en la historia de la creación del libro de Génesis? ¡Claro que no! ¿Es que el buen arzobispo no sabe que la historia de la creación en “siete días” de Génesis 1:1-2:4ª es un producto del 6ºsiglo AEC1? ¿No sabe que la historia de la “caída,” relatada en Génesis 2:4b-24 es producto del siglo 10º AEC? Ninguna de estas épocas está para nada cercana al comienzo de la historia humana.
Las criaturas con semejanza humana, llamadas humanoides, han habitado este planeta por lo menos durante 4,000,000 de años, y criaturas reconocidas humanas, auto-conscientes, que utilizaban el lenguaje han estado en este planeta, según las mejores estimaciones científicas aproximadamente entre 100,000 y 250,000 años. La historia bíblica de la creación es, por lo tanto, relativamente muy reciente. En la mayor parte de la historia humana el matrimonio monógamo entre un hombre y una mujer era prácticamente desconocido. El diseño original del “matrimonio” humano y de la vida familiar parece haber sido la poligamia y los harenes. Siendo que las mujeres eran generalmente consideradas como propiedad en esa época, el número de esposas que un hombre tenía estaba determinado por su riqueza y estatus. Un vestigio que nos recuerda este sistema de valores es preservado en las ceremonias de bodas en la iglesia, cuando un hombre, el padre, da a la novia a otro hombre, el marido, como si ella fuese una posesión. Cuando los primitivos escritores de la Biblia buscaron describir este periodo de su propia ascendencia hebrea, dejaron un retrato justo de sus antepasados: Abraham, Isaac y Jacob como polígamos.
Aún el máximo héroe judío, el Rey David, quien fue llamado “un hombre conforme al corazón de Dios2” fue el marido de muchas mujeres. Su hijo, Salomón, en cuyo reino la historia de Adán y Eva fue escrita, fue famoso por tener 300 esposas y 700 concubinas. Así que la sugerencia de que el matrimonio heterosexual, monógamo entre un hombre y una mujer como el plan divino original escrito en la “ley natural” y por consiguiente el “bloque básico de construcción del 1 AEC : antes de la era común – 2 1ª Samuel 13:13-14 orden social” que por lo tanto no se debe alterar es evidentemente falso e históricamente erróneo. El matrimonio como una institución humana se ha desarrollado y está todavía haciéndolo desde la poligamia basada en la supremacía masculina hacia la monogamia, basada en la igualdad sexual. A la luz de esta comprensión la habilidad de otorgar a las parejas del mismo sexo la dignidad y sanción de matrimonio oficial es simplemente otro paso que debe ser bienvenido en esta evolución.
El preludio de este nuevo paso en la evolución del matrimonio es el reconocimiento, ahora aceptado universalmente, que la homosexualidad es una realidad entre muchos mamíferos superiores. ¡Lo que está presente en el mundo natural puede difícilmente llamarse “anormal” o “no natural”, o resultado de la caída! Porque un Arzobispo no pueda procesar esta nueva percepción ajena a su anticuada teología y marco de referencia del pasado, no convierte esto en “pecado”, sino que más bien revela el límite de conocimiento presente en el sistema sobre el cual el arzobispo basa sus decisiones.
Estos son hechos, realidades, que necesitan ser comprendidas: Ningún científico de buena reputación apoya hoy en día la idea que alguien escoge su orientación sexual; los datos científicos actuales validan la realidad que la cantidad de gente homosexual en la población es regular, tal vez un porcentaje fijo entre la gente de todos los tiempos en todos los lugares; la homosexualidad no puede ser curada porque no es una enfermedad y aquellas organizaciones que se declaran capaces de hacerlo son fraudulentas; la homosexualidad no es hereditaria y cada persona gay o lesbiana es presumiblemente hijo o hija de una unión heterosexual, y los hijos que nacen de un hombre gay o una lesbiana no tienen una proporción mayor de ser gay o lesbiana que la de la población en general.
Esto significa que la enseñanza moral de la iglesia, tal como está expresada en la “Enseñanza Pastoral” del Arzobispo de Newark está basada en premisas que no son más viables y en consecuencia no pueden ser utilizadas de forma creíble para contestar las mejores investigaciones científicas del mundo actual.
¿Quiere acaso el Arzobispo repetir los más oscuros capítulos de la historia de la iglesia? Galileo estaba en lo cierto en el sigo 17º cuando fue declarado culpable de herejía por la iglesia. Simplemente le tomó 400 años más a la Iglesia Católica Romana antes de que sus líderes se pudieran liberar suficientemente para abrir sus mentes doctrinalmente cerradas. Charles Darwin también estaba en lo correcto en 1859, pero no fue hasta en la década de 1990 que la iglesia pudo aceptar estas realidades de una forma tibia y limitada.
El problema es que cuando los líderes religiosos hacen declaraciones basadas, no en el conocimiento de la investigación contemporánea, sino más bien que refleja el nivel de su zona de confort al interior de su sistema cerrado de pensamiento, pretendiendo a la vez que es conocimiento revelado divinamente, causan un enorme daño a la gente cuya humanidad comprometen tanto. Durante siglos la iglesia apoyó la esclavitud, aun citando la biblia para justificarla. La iglesia apoyó el estatus de segunda clase para las mujeres y en muchos lugares lo hace aún en el día de hoy, nuevamente citando las escrituras para darle a estos prejuicios un tinte perfumado de piedad.
Cuando el Arzobispo Myers argumenta no por la igualdad de las mujeres, sino por la “complementariedad” de las mujeres, ¿no está haciendo otra cosa que citar una versión eclesiástica del antiguo argumento “separados pero iguales” utilizado durante tanto tiempo para justificar la segregación? Las personas homosexuales son perfectamente normales, pero una parte minoritaria de la familia humana. De igual manera lo son los zurdos, los calvos y las personas pelirrojas. Llamar a los homosexuales “desviados”, “anormales” o “malvados” no es un comentario sobre la comunidad gay, sino un reflejo del prejuicio mal informado de la persona o institución que así habla. El Cuarto Evangelio presenta a Jesús diciendo que su tarea, y por lo tanto la tarea de su iglesia, es el ser dador de vida abundante a toda la gente. ¿Puede alguien lograr esto llamando a quien es diferente “malvado, desviado o anormal?”
Esta “Enseñanza Pastoral” llega al punto más absurdo al sugerir que las parejas homosexuales deben buscar uniones heterosexuales y tratar de hacer que funcionen. Elementos en la iglesia, bien avanzado el siglo 20º pensaron que tenían que romper lo “anormal” de ser zurdo atando la mano izquierda de los niños detrás de la espalda para forzarlos a ser “normales.” Ahora sabemos que esto no era otra cosa que la expresión de la ignorancia sobre la forma en que funciona el cerebro, pero deshumanizó a muchos zurdos antes de que el liderazgo religioso supere sus perjuicios y comenzara a reconocer que el problema no estaba localizado en la víctima que había violado tanto, sino en la ignorancia que alimento el prejuicio de los violadores. Esto es exactamente lo que está sucediendo nuevamente en la “Enseñanza Pastoral” promulgada por el Arzobispo John J. Myers de Newark.
Es cierto que la Biblia refleja los prejuicios de la antigüedad hacia quienes eran “diferentes.” Sin embargo, esto no debiera ser utilizado para justificar la continuación de estas pautas destructivas. A través de los siglos hemos aprendido a dejar de lado ciertas partes de la Biblia cuando tenemos una nueva comprensión de la verdad. Esto es lo que está sucediendo ahora en nuestra sociedad al forjarse una nueva consciencia, basada en la comprensión contemporánea de cómo operan los valores humanos. Uno no puede sostener la ignorancia antigua pretendiendo que nuestros propios prejuicios son bendecidos por Dios. Esto es lo que el Arzobispo Myers trata de hacer.
Sus “Enseñanzas Pastorales” serán ridiculizadas por la gente culta. Serán ignoradas por aquellos que el llama “los fieles,” de la misma manera que ignoran ampliamente las enseñanzas de la iglesia sobre el control de los nacimientos, decisiones sobre el fin de la vida o el aborto. Lo triste es que la credibilidad de la iglesia está comprometida por los prejuicios mal informados de sus líderes y el tiempo barrerá de lado finalmente esta ignorancia. Primero será el laicado de esta iglesia que lo descartará en su práctica. Tanto el Papa como el Arzobispo un día descubrirán que la “verdad” que no es verdad, no puede imponerse. Sólo entonces su mente cambiará y la petición de disculpas será apropiada por el dolor que su prejuicio e ignorancia ha causado a millones, incluyendo muchos que son sacerdotes y obispos de su propia iglesia.
John Shelby Spong
Obispo jubilado de la Iglesia Episcopal-USA

Mariano Gamo: “Los obispos de hoy son peores que los de Franco” José Manuel Vidal

‘Mariano Gamo, testigo de un tiempo’ de Juan Antonio Delgado
“La situación actual de la mujer en la Iglesia es un auténtico esclavismo teológico”
A pesar de todo, la Iglesia sigue siendo el único clarín capaz de convocar a 8 millones de españolitos los fines de semana
Mariano Gamo es una figura histórica: sacerdote, sindicalista, político, poeta y militante. Un militante que ha resistido el paso de los años, y que sigue en la brecha de la lucha, denunciando, entre otras cosas, que “la Iglesia es antitética del propio Evangelio”.
El cura y ex-parlamentario de Izquierda Unida opina que “los obispos tienen que ser personas intelectualmente muy flojitas para poder aceptar aberraciones intelectuales como la renuncia al sacerdocio de las mujeres”, situación que, dentro de la Iglesia, le parece “un auténtico esclavismo teológico”.
Juan Antonio Delgado es el autor de su biografía: Mariano Gamo, testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo, y viceversa (Endymion), donde recoge las vivencias de Mariano Gamo durante la Transición, época en la que, según su punto de vista “el cardenal Tarancón castró a la Iglesia española”.
Mariano, ¿no ha dejado usted nunca de ser cura, a pesar de todas sus demás ocupaciones?
No. Nunca he visto en peligro, ni interior ni exteriormente, mi complicada identidad. Nunca he tenido que renunciar a ella, a pesar de los tiempos que me ha tocado atravesar, y del anticlericalismo larvadamente presente en toda la izquierda española, que no ha renunciado a repetir en España la revolución rusa del 17.
¿Sigue vigente ese anticlericalismo?
Yo creo que sí, en parte porque responde a una especie de antídoto del que el pueblo se dota para decir “no somos fieles a una Iglesia porque no nos gusta, pero, si hubiera otra, a lo mejor estaríamos bastante de acuerdo con ella”. Y como la actual y la de hace mucho tiempo siguen siendo antitéticas del propio Evangelio, el pueblo español, naturalmente cristiano (no como categoría teológica, sino por historia, desde Recaredo hasta nuestro días), tiene esa coartada. Dicen que son cristianos, pero piensan que tienen que ser anticlericales.
¿Ese sentimiento anticlerical impide el reconocimiento de la función social que cumple la Iglesia?
Bueno, la Iglesia compite con cualquier otra institución en su función caritativa o asistencial (por lógicas razones de identidad). La Iglesia Católica es la gran fuerza social que existe en este país. No hay organización que sea capaz de convocar cada fin de semana, festivos incluidos, a 8 millones de personas divididas en pequeños grupos devocionales (que no asamblearios). Ése es el problema de la Iglesia: que no es capaz de dar el salto del culto a la asamblea, para dar voz y voto a todos los participantes o asistentes. Pero, a pesar de todo esto, sigue siendo el único clarín que convoca a 8 millones de españolitos los fines de semana.
¿Ni siquiera el fútbol?
Ni el fútbol, ni las concentraciones contra el Congreso de los Diputados o a propósito de cualquier consigna.
Y sin embargo, se repite como un leitmotiv que esta Iglesia está condenada a morir, que la gente joven no entra… ¿Cómo ve usted el futuro de las parroquias?
Muy difícil. Mientras las cosas sigan así, el declive es inevitable. Lo que pasa es que con una herencia secular (no la de los 8 años del PSOE) la piedra de la Iglesia se deteriora lentamente. Como le ocurre al Pórtico de la Gloria en Santiago. La Iglesia en España es un inmenso pórtico que ni las adversidades del clima ni los rigores del tiempo van a poder destruir. Por lo menos en los próximos 5 siglos.
Eso es mucho resistir.
Sí, claro. Pero en peores nos hemos visto. “Non praevalebunt”. La adversidad no es capaz de erosionar lo suficiente a esa especie de pátina de siglos y encontrar la verdadera obra del maestro que estuviera escondida por ahí.
¿Qué hemos perdido de Tarancón a Rouco? En época del primero, la confianza social en la Iglesia era de las más altas entre todas las instituciones. Hoy está considerada como la última, al igual que la política.
Mi experiencia de Tarancón es bastante mala. Tarancón fue flor de un día, y fruto naturalmente de aquel pro-franquismo en torno a la muerte de Carrero Blanco. Pero para mí Tarancón fue un auténtico timo de la Iglesia española. Él es el gran responsable de que la Iglesia española no hubiera sido un destacamento privilegiado del Vaticano II. Él lo frustró, castró a la Iglesia española.
Sin embargo, ha pasado a la historia como el gran cardenal de la Transición y como el gran promotor, en España, del post-Concilio de Pablo VI.
Mi apreciación es que los obispos del post-Concilio fueron peores que los obispos de Franco. Franco se cuidaba mucho de no hacer el ridículo.
¿En cuanto a capacidad intelectual?
Y personalidad.
¿Y los obispos actuales, son también más grises que los de la época franquista?
Mucho más. Biográficamente, son de tercera división. No te digo que los demás fueran premios nóbeles, pero tenían una cierta categoría, un cierto aura humana y eclesiástica. Los actuales, en líneas generales, representan como mucho un acolitado.
¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Porque son elegidos ad hoc. Precisamente porque la criba para el episcopado pasa por una serie de aberraciones intelectuales, como por ejemplo comprometerse a renunciar al sacerdocio de las mujeres. Entonces, cuando a unos señores se les pasa por ese filtro, qué duda cabe de que tienen que ser personas intelectualmente muy flojitas, para poder decir “sí, acepto” a ese conjunto de “condicionalidades”. Quien pasa por ahí representa lo que José María González Ruiz decía con mucho gracejo: que el problema de la Iglesia española era la “cojonoteca” de El Pardo. Cuando iban a jurar, Franco los castraba definitivamente y a partir de ese momento no había problema.
¿Sigue soñando con una Iglesia sin Vaticano?
Sí, pero “largo me lo fiáis”. El planteamiento del Vaticano como ente jurídico-eclesiástico tiene que revisarse alguna vez. De todas maneras, no es lo más urgente. Lo más urgente es que ahí anide el espíritu de Jesús.
¿Eso significa una revolución?
Por supuesto, una revolución interna.
¿De dónde tendría que venir, de abajo o de arriba?
Ojalá viniera de los dos sitios a la vez. Desde abajo cada vez va a ser más difícil que la haya, porque yo creo que se va a empobrecer generacionalmente la Iglesia. Biológicamente no hay mucho fututo. Hay una especia de maltusianismo que hace que las nuevas generaciones dentro de 50 años (al menos en la Europa en la que pensamos) no puedan revertir la tendencia actual: las concentraciones dominicales se mueven ya en un margen de edad de 40 para arriba.
Desde Juan XXIII hasta el Papa Ratzinger, ¿con quién se queda?
Con Juan XXIII. Salvo el paréntesis del Papa Juan Pablo I, que es una incógnita (posiblemente prometedora) que algún vendaval secreto o alguna mano inicua (la historia lo dirá) se la llevó; luego vino el Papa polaco, con todas sus contradicciones de los países de cristiandad, socialmente más o menos deslumbrante, con una capacidad de convocatoria poco usual en los líderes del mundo (y por supuesto de los líderes religiosos), pero con una eclesiología y una visión de la Iglesia en que se ponían las cosas al revés: el Reino como pedestal de la Iglesia. Y ahora Benedicto es un paréntesis ya cerrado, no hay nada que esperar de él. A ver cuándo llega la hora final, porque no le veo yo con ninguna capacidad de intuición genial como fue la de Juan XXIII, para dar una vuelta de tuerca a lo que no funciona.
¿Entonces el cambio puede venir después de Benedicto, o tampoco?
Es que el sistema se autoabastece a sí mismo, hay retroalimentación. Mientras el sacro colegio esté compuesto por unos señores que previamente han sido designados por el número uno, no van a salir del papel que se les ha fijado. Entonces, creo que por ahí no va a venir nada. Hasta que el grupo de electores del Vaticano no represente a los mejores cristianos del mundo (sean hombres, mujeres, viudas, clérigos… lo que sea); hasta que el cuerpo electoral no se modifique, el producto siempre está, de alguna forma, preconcebido. Precocinado.
¿Cómo ve la situación de la mujer en la Iglesia Católica? ¿Es normal, es un escándalo, es un pecado…?
Es un auténtico esclavismo teológico. Con las mujeres se cuenta para lo que nadie quiere hacer, para lo que ya nadie hace. La variante de género no puede hipotecar el desarrollo creyente de ese sujeto, pero tampoco hay que crear la teoría del florero en la iglesia. Me agradaría mucho que en la próxima ampliación del Colegio Cardenalicio escogiesen a una hipotética sor Juana María Fernández, misionera de las Hijas de la Caridad en el Congo para entrar.
Sólo eso sería rompedor.
Sí, pero más bien como noticia que como realidad. Sería la noticia del día, pero por algo sería. Quebraría muchas neuronas en los sapientes varones, pero no sería un cambio radical. Lo que pasa es que después de pequeñas originalidades las fuerzas de la reacción se preparan y tiran a la monja-cardenal desde la cúpula de San Pedro.

¿Quiénes son los más peligrosos dentro de esas “fuerzas de la reacción”?
La Curia vaticana en general.
¿Y los nuevos movimientos religiosos (kikos, Opus Dei, Comunión y Liberación…)?
Tienen bastante poder, pero a través de personas interpuestas. En este momento, a lo mejor los kikos ya no manejan tanto al Papa como lo hicieron con Juan Pablo II, pero tienen su presencia. De hecho, Kiko Argüello y Carmen viven en unas casas en la ciudad del Vaticano, propiedad de la Santa Sede. Están alojados casi en la casa del sumo pontífice.
Yo creo que Rouco no comulga con ese credo, pero los necesita.
¿Para llenar las plazas?
Sí, eso también es una herencia que ha recibido, porque yo creo que el Rouco “primigenio”, o el Rouco más profundo es escéptico ante esas cosas. Yo lo veo así.
¿Se lo diría a él, sin miedo?
Claro, yo le hablo con toda libertad, y públicamente. Y él también a mí, incluso hay veces que me incita a hablar. Conmigo tiene una absoluta espontaneidad. Creo que el clero tiene la piel fosilizada. Parece que se han vuelto insensibles.
¿Qué queda en usted del parlamentario, del político de Izquierda Unida, del sindicalista?
La amargura de que la vida política española está tan lejos de los ideales democráticos por los que íbamos a la cárcel, por los que pagábamos multas, cumplíamos arrestos sustitutorios… como la Iglesia lo está del Evangelio. Queda poca esperanza de que a partir de los planteamientos actuales pueda haber una regeneración democrática sana en este país llamado España.
¿Queda más en usted del poeta?
Tengo dos poemarios, uno satírico, y otro que es un poco como mi diario de cárcel; y, efectivamente, todo lo que hay en ellos queda en mí: la ironía, mi crónica personal de pequeños acontecimientos asamblearios. Lo que pasa es que, ante la situación actual, habría que pasar ya de la ironía al sarcasmo.
¿O sea que después de todo su impresionante recorrido vital, lo que permaneces es la fe y la inspiración poética?
La modesta inspiración poética, porque, a pesar de que en prólogo me colocan poco menos que en el parnaso de la poesía española, yo tan sólo hago un modesto ejercicio de versificación. Más que poeta, hago de juglar, de animador en verso. No me siento emparentado con Garcilaso. Sólo soy un retrasado aprendiz.

¿Y no se considera usted profeta? ¿O no cree que siga habiendo profetas?
Claro que los hay: anónimos, no confesionalizados… Un buen dirigente sindical que no esté sometido a la dictadura de su estado mayor correspondiente, también puede ser un gran profeta. Pero también hay embusteros que aparecen proclamando mentira sobre mentira con mucha solemnidad.

Juan Antonio, ¿qué pretendes con el libro sobre la vida de Mariano?
Es un libro que Mariano no quería. A él, en su línea de honestidad, no le gusta el protagonismo. Es una biografía de 180 páginas que aproxima a lo que ha sido Mariano Gamo, y a la vez, el objetivo del libro es hacer una especie de puzzle de esa Iglesia disidente (que no creo que fuera poca) de los años 60 y 70 hasta el 82, que fue cuando Juan Pablo II vino a España. A partir de ahí la Iglesia española sufrió una vuelta de tuerca en algunas cuestiones sacramentales, litúrgicas, catecumenales… Mientras, el catecumenado que Mariano presenta es desde otro prisma, donde priman la vida de las personas y el análisis de la realidad. De alguna manera, en el ámbito académico, intelectual y religioso, decir que aquella experiencia de Díez-Alegría, Francisco García Salve, Mariano Gamo, etc., hoy nos pueden decir algo.

¿Marcaron ellos un estilo de Iglesia?
Sí, una propuesta de Iglesia diferente a la que tenemos. Todos ellos han sido personas que han unido la política, la fe, la vida del pueblo, la encarnación…
De muchas de esas cosas ya ni se habla.
Claro. No se habla de la encarnación en el mundo obrero. Hay cuestiones que en la Iglesia de hoy ya no se dan.
¿Cuál es el aspecto de la personalidad de Martiano Gamo que te ha llamado más la atención?
Lo primero, que estuvo de capellán principal del frente de Juventudes, pasó por el PCE, por IU… y tuvo toda esa trayectoria dentro de la Iglesia. Y luego, su planteamiento del sacerdocio, que consiste en no tener servidores ordenados que estén por encima de las personas.
¿Volver a los presbíteros elegidos por la comunidad?
Eso es. Seguramente entraríamos en otra dinámica de la Iglesia. En la otra entrevista que tuvimos aquí, dijimos que la Iglesia disidente mantenía las coordenadas del Concilio Vaticano II, y esto levantó ampollas por todo Internet.
Mariano Gamo es un hombre directo y auténtico en lo que él piensa, pero también es un hombre formado, como se puede comprobar. Hay otro matiz de su personalidad que me interesa mucho, y es su relación con el marxismo, que enriquece al cristianismo. Mariano Gamo ha estado militando permanentemente, y lo sigue haciendo hoy día.
Algunos titulares
La Iglesia es antitética del propio Evangelio
A pesar de todo, la Iglesia sigue siendo el único clarín capaz de convocar a 8 millones de españolitos los fines de semana
El problema de la Iglesia consiste en que no es capaz de dar el salto del culto a la asamblea
Tarancón fue un auténtico timo de la Iglesia española
Los obispos actuales son peores que los del franquismo
Los obispos tienen que ser personas intelectualmente muy flojitas para poder aceptar aberraciones intelectuales como la renuncia al sacerdocio de las mujeres
No hay nada que esperar de Benedicto XVI
La situación actual de la mujer en la Iglesia es un auténtico esclavismo teológico
El nombramiento de una mujer cardenal quebraría muchas neuronas en los sapientes varones, pero la acabarían tirando de la cúpula de San Pedro

El matrimonio gay es constitucional

El Tribunal avala la Ley aprobada por el Gobierno de Zapatero y recurrida por el PP de Rajoy. Ocho magistrados, uno de ellos conservador, respaldan la norma. Más de 22.000 parejas se han casado desde su entrada en vigor
La Ley aprobada en 2005 por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que permite el matrimonio entre homosexuales es plenamente constitucional, según ha resuelto esta tarde el pleno del Tribunal, reunido para resolver el recurso contra esta norma que presentó hace siete años el PP de Mariano Rajoy.
La decisión ha sido adoptada por ocho magistrados (siete progresistas y un conservador, Francisco Pérez de los Cobos) frente a tres, todos ellos elegidos a propuesta del PP, que han emitido cada uno de ellos un voto particular. Así, una mayoría absoluta del pleno, compuesto por 11 de los 12 magistrados que integran el Tribunal Constitucional, avaló la norma. Francisco Hernando, elegido a propuesta del PP, se ha abstenido de intervenir por haber tomado decisiones sobre esa Ley en su anterior cargo de presidente del Consejo General del Poder Judicial.
La sentencia consolida y blinda una Ley que ha permitido hasta ahora a más de 22.000 parejas contraer matrimonio. Doce países del mundo tienen reconocido este derecho; España fue uno de los primeros en recogerlo en su legislación básica.
“Que sea legal lo que ya es normal”
Muchos dirigentes del Partido Popular expresaron ayer su satisfacción al saber que el Tribunal Constitucional avalaban la Ley que permite el matrimonio entre homosexuales. Hace sólo cinco años, el PP torpedeó esa Ley y la recurrió por entender que suponía una clara vulneración de la Constitución.
El alcalde de Vitoria, el popular Javier Maroto, valoró la sentencia antes de conocerla: “Por fin será normal en la Ley lo que ya es normal en la calle y, además, con todas las garantías”.
El PSOE, impulsor de la reforma legal que ha permitido el matrimonio entre homosexuales, exigió ayer al PP que pida disculpas por “las cosas que dijeron en su día cuando recurrieron al Constitucional”. La portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez pidió expresamente a Rajoy que se disculpe “por haberlo presentado y no haberlo retirado en siete años”.
Izquierda Unida entendía que la sentencia del Constitucional supondrá uno de los varapalos más importantes que recibirá el PP: “Esta sentencia demuestra que el ministro Gallardón no va a tener fácil su ofensiva antidemocrática en contra de los derechos y las libertades de los ciudadanos. El PP podía haber retirado ese recurso y haberse ahorrado la vergüenza de tener que escuchar y leer la sentencia”.
Mucho antes de ser ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón se declaró partidario de mantener la Ley que permitía el matrimonio entre homosexuales si el Constitucional la avalaba, aunque el PP con su mayoría absoluta pudiera cambiarla. De hecho, fue uno de los primeros alcaldes que casó a homosexuales y opinó, ya como ministro de Justicia, que la Ley del matrimonio homosexual era constitucional.
El actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prefería una ley “como en Alemania, Francia y Reino Unido”, que no permiten el matrimonio entre homosexuales, lo que evitaría “líos y, además, lo aceptaría todo el mundo”.
Ahora, el Gobierno ha sugerido que mantendrá la Ley como está tras el aval otorgado a la misma por el pleno del Tribunal Constitucional.
El Partido Popular, a través del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha dado a entender que pese a haber recurrido la Ley por entender que es inconstitucional no la modificará ahora pese a contar con mayoría absoluta en el Congreso para hacerlo. El partido que gobierna en España aceptaría así una situación de la que se han beneficiado muchos militantes y simpatizantes del PP y que ha motivado que algunos dirigentes significativos de esta formación política censurarán en público el hecho de la presentación del recurso de inconstitucionalidad.
El PP entendía en 2005 que la Ley socialista, que situaba a España en la vanguardia legislativa de todo el mundo en esa materia, modificaba “la concepción secular, constitucional y legal del matrimonio como unión de un hombre y una mujer”. “Con toda seguridad”, señalaba el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP, “se trata de una de las modificaciones legislativas de más honda trascendencia y repercusiones para la sociedad española”.
Los dirigentes populares que redactaron el recurso consideraban que el legislador socialista modificaba de raíz la idea del matrimonio y con ello “todo un conjunto normativo que partía de la consideración del matrimonio como unión de hombre y mujer”. El Gobierno socialista había introducido un párrafo en el artículo 44 del Código Civil donde señalaba que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
El PP defendió que la nueva Ley daba a la palabra “matrimonio” un significado distinto “al que ha tenido siempre”. “El legislador está alterando con dos líneas de una ley ordinaria no sólo los elementos definitorios básicos de una institución fundamental en nuestra estructura social, sino todo el conjunto normativo construido durante siglos alrededor de la misma. Conjunto normativo que tiene hoy además su cabecera en el artículo 32 de la Constitución [que señala “el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”], destacaba el recurso del PP. Los populares pedían que la Ley se declarase inconstitucional al considerar que vulneraba ese artículo 32 de la Constitución “por no respetar la definición constitucional del matrimonio como unión de un hombre y una mujer y no respetar la garantía institucional del matrimonio reconocida por la Constitución”.
El PP prefería amparar legalmente la unión de parejas homosexuales sin darle el nombre de matrimonio para “no generar confrontación social”. Pero la única confrontación social conocida hasta ahora, la única protesta masiva que ha habido en la calle desde la aprobación de la Ley por el Gobierno socialista en 2005 ha sido la de miles de ciudadanos que protestaron contra el recurso del PP y exigieron a Rajoy que lo retirara.
El abogado del Estado entendió, a diferencia de lo que argumentaba el PP, que la Constitución “no contiene un concepto de matrimonio” sino “que se limita a reconocer el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio en plena igualdad jurídica, con la evidente finalidad de consagrar la plena igualdad de la mujer en el matrimonio, rompiendo así con una tradición secular”. El abogado del Estado interpretaba que el artículo 32 de la Constitución “no prohíbe el matrimonio entre personas del mixmo sexo, simplemente no se refiere a él”.
Algunos jueces conservadores iniciaron a finales de 2005 una campaña contra la Ley presentando cuestiones de inconstitucional y bloqueando en el registro civil los expedientes de parejas homosexuales que intentaban contraer matrimonio. Por ocho votos a cuatro, el Constitucional desestimó las cuestiones planteadas por entender que los jueces encargados del registro civil no tenían potestad para cuestionar la ley de las bodas entre homosexuales.