Domingo
XXVI
LOPE J. SÁNCHEZ
La parábola del Padre de la viña es tan sencilla y simple que no merece ninguna explicación.
No parece apta
para menores, aunque parece que hoy es todo válido.
Ciertamente, va dirigida a un grupo de
ancianos y sacerdotes del templo y, hoy,
a nosotros…
Es una llamada o, mejor, una invitación, como siempre, al trabajo,
al esfuerzo y al sacrificio en la “Viña del Padre”
El primer hijo responde bruscamente:
“No quiero”, pero no se olvida del Padre
y termina trabajando.
El segundo responde con una disponibilidad admirable: “Por supuesto que voy” y luego todo quedó en palabras…
El mensaje es claro, no necesita mayor explicación. Lo importante no es
hablar, sino hacer. Nos suena.
La conclusión no puede ser más dura: “Os
aseguro que los publicanos y las
prostitutas os llevarán la delantera en el Reino de los cielos”
Tanto los publicanos y las prostitutas que se encontraron con el Señor
en sus vidas dijeron que no y luego dieron pasos de conversión.
Ahí están Zaqueo y la Magdalena
repartiendo sus bienes y
consolando al Maestro
en sus momentos más difíciles.
¿Cómo, si no, pueden ser los vagabundos, el desecho de esta sociedad, los
predilectos de Jesús?
Lo que nosotros rechazamos lo recoge y lo recicla el Señor.
Los
“hombres mal llamados “religiosos” y sobre todo
los que ostentan algún poder
dentro de la sociedad condenan , rechazan y acusan a estos hermanos, la mayor parte de las veces
indefensos. Están por encima del bien y del mal.
Corremos el riesgo de llevar una doble
vida: una entre semana diciendo
“NO” y otra los días del Señor y en nuestras celebraciones diciendo “SI”.
Decimos
“SI” y hacemos el “NO” como aquellos hijos de
La
parábola del Evangelio.
Hagamos algunas preguntas para dar respuesta durante la semana, como si fueran los deberes
que siempre nos deja la
Palabra de Dios cada domingo.
Al menos para
aprobar y sacar nota buena en nuestro
ser cristiano y creyente.
Y saber dónde estamos
1ª.- ¿Cuántas veces nos ponemos de parte y en lugar de los “malos” de los “indignados” de nuestro mundo?
¿En el lugar de los “Okupas” que luchan por tener
sus locales de recreo y cultura y de los obreros
que en este momento no gozan de
buena prensa, como sus representantes sindicales, que luchan por mantener
su puesto de trabajo en empresas en quiebra?
2ª.- ¿Cuándo nos ponemos del lado de los sin papeles y
sus reivindicaciones justas?
Me cuentan que
se fue a solicitar con un emigrante a la Comisaría
de la Policía Nacional un “pasaje de turista” para la
visita de la esposa y su hijo recién nacido, a fin de
verse con el padre emigrante, senegalés,
aquí en este país vasco.
Y lo menos importante
no fue el permiso denegado, sino
el trato humillante y vejatorio por ser negro africano…
Es muy fácil predicar
y difícil dar trigo.
Somos fáciles
en condenar y poner a los malos a
un lado y a los nuestros, como buenos,
en otro… Cuando muchos de los “malos” nos van a preceder en el Reino de los Cielos.