La Carta pastoral de los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria titulada Una economía al servicio de las personas y presentada como eje doctrinal y homilía de la Cuaresma y Pascua de 2011 tiene el mérito y la singularidad de afrontar sin pelos en la lengua el problema de la crisis, y dejar sentados principios que rebasan los planteamientos de la mayoría de los economistas y de los gobiernos occidentales. Ya era hora de que alguien desde la Iglesia hablase así de claro.
Rotundamente, los obispos vascos se pronuncian por que los gobiernos a nivel de cada estado y una autoridad a nivel mundial pongan orden y normas en unos mercados que se autoproclaman árbitros absolutos y se niegan a aceptar cualquier forma de control por parte de los poderes públicos. Naturalmente, los obispos no traspasan la línea, tan imprecisa por otra parte, entre los grandes principios y las soluciones técnicas que aplicarían esos principios. Pero lo cierto es que esa indefinición nos permitiría pensar que entre las soluciones a aplicar cabrían no solo las de talante keynesiano, sino incluso las de inspiración marxista.
Tambien podría llevarnos a planteamientos marxistas lo que dicen nuestros obispos sobre cómo el trabajo moderno y las reglas de la economía deshumanizan y envilecen al hombre. A uno le suenan a veces estos alegatos a textos de Carlos Marx sobre la alienación a la que somete el capitalismo a la persona humana.
Claro que, a lo mejor uno habría deseado que, ya puestos, los obispos rebasasen esa imprecisa línea entre los principios y sus concreciones. A veces parece como que tiran la piedra y esconden la mano, que amagan y no dan. Pero en fin, menos da una piedra…. LEER MÁS